Conmovedor Conjunto de Arte de los Minusválidos chinos

Por XIAO YUGUANG

Danza Bodhisattva de mil manos.

“Mi sueño”, una serie de danzas musicales, que interpretó el Conjunto de Arte de los Minusválidos de China en la apertura de los Juegos Paralímpicos Beijing 2008, abarca 18 números alegóricos de múltiples formas artísticas, como la música, la danza, la ópera de Pekín, los dramas bailados y los de música. Los artistas discapacitados, con sus dotes, una función rebosante de encanto oriental y sabor de la combinación cultural internacional, conmovieron al público presente en el Nido de Pájaro.

El arte especial es un término nuevo, que apareció a finales de los años 80 del siglo pasado, para describir los espectáculos interpretados por los minusválidos. El 5 de junio de 1989 se celebró en Washington, Estados Unidos, el I Festival de Arte Especial Internacional.

Fundado en 1987, el Conjunto de Arte de los Minusválidos de China tiene 153 miembros que provienen de 26 provincias y regiones autónomas y pertenecen a varias etnias, incluyendo la han, tibetana, uigur, hui, yao y tujia. De ese total, 128 son sordomudos, 20 invidentes y cinco con deficiencias motoras.

La agrupación cuenta también con cuatro instructores de lenguaje mímico, provenientes del Instituto de la Danza de Beijing y de la Facultad de Danza de la Universidad Pedagógica de Beijing, quienes trabajan tras bambalinas.

Tai Lihua, directora del conjunto, es nacionalmente famosa por su ilustre danza Bodhisattva de mil manos. “Hay más de 600 millones de minusválidos en el mundo, que también aman la vida y el arte, igual que las personas sanas”, comentó.

Jiang Xingtian, animadora del lenguaje por señas.

Ella nació en 1974, en la ciudad de Yichang, provincia de Hubei. A los dos años, tras una superdosis de antibióticos, perdió el oído, y a los siete entró en una escuela especial para niños sordomudos. En una clase de movimiento rítmico, su profesor puso un tambor contra el suelo. La chica se acostó y sintió el ritmo agradable que trasmitía el instrumento. A partir de ese instante empezó a aficionarse por la danza y la música.

“Comencé a mostrar afición por el baile desde mi niñez temprana, cuando quería poseer unas zapatillas blancas de danza. Mi madre había renunciado a su empleo para llevarme a hospitales y someterme a tratamientos, y los cuatro miembros de mi familia vivíamos con el salario de 50 yuanes de mi padre, quien al conocer mi deseo, me regaló un par de zapatillas de baile el día de mi cumpleaños. Yo los cuidaba mucho y bailaba en la cama, para no ensuciarlos”, contó.

Tai practicó danza todos los días, pese a los intensos estudios en la escuela. A veces quedaba lesionada por la dureza del ejercicio, pero usaba pantalones largos, incluso en el verano, para ocultar sus dolencias. Un día su madre las descubrió y echó a llorar tomándola en sus brazos.

A los 15 años ingresó en el Conjunto de Arte de los Minusválidos de China y gracias a su afán asiduo se convirtió en una bailarina destacada, llamada por la gente como “ángel lindo”.

Cada miembro del elenco tiene su propia historia. Jiang Xintian, la animadora del lenguaje por señas, perdió el oído tres meses después de nacida, en 1984. Su madre intentó entrenarla para producir sonidos poniendo la mano de la niña en su garganta, de modo que ella pudiera sentir la vibración de la cuerda vocal. Comenzaron con los sonidos simples y practicaron juntas repetidas veces. A los tres años, Jiang pudo decir “mamá” por primera vez.

En el Concurso de Miss Universo de China, celebrado en marzo de 2003, Jiang ganó los premios “Diez Bellezas Chinas”, “Mayor Atención de la Prensa” y “Premio de Honor Especial”. Además fue nombrada embajadora de imagen del 52 Concurso Miss Universo.

La Danza del Cometa, interpretada por bailarines sordomudos.

Jiang Xintian entró en el conjunto en 2004 y en la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004 extendió una invitación al mundo en la lengua de muestra, “Gracias a Atenas. Encontrémonos en Beijing”.

Huang Yangguang proviene de una familia agrícola ordinaria de la minoría étnica yao, en la región autónoma de Guangxi. Como consecuencia de una descarga eléctrica perdió sus brazos a la edad de cinco años y comenzó a asistir a la escuela a los ocho. Su profesor le dijo que solamente necesitaba escuchar, no escribir. Pero él pensó: “Sin manos, puedo utilizar mis pies para escribir”, y aprendió a escribir y hacer otras cosas con sus extremidades inferiores, como algunas faenas de la granja, montar bicicleta y tejer cestas. Además, puede pintar y escribir con pinceles para los aldeanos analfabetos.

En agosto de 2001, ganó un premio individual de baile y ese mismo año ingresó como bailarín en el Conjunto de Arte de los Minusválidos de China. En mayo de 2002, estrenó La feliz vida rural, una danza basada en la experiencia de su vida, en la cual interpretó el rol protagónico.

Zumu Laiti, una hermosa joven uigur de Xinjiang, sufrió una parálisis a los dos años de edad y a partir de entonces su vida diaria dependió totalmente de su madre. Gracias a su una buena voz, en 2000, a los 18 años, fue admitida como un caso excepcional por la Facultad de Música del Instituto de Arte de Xinjiang, convirtiéndose en la primera estudiante minusválida del centro. Estudió duro, yendo del dormitorio a la sala de clases y del comedor a la sala de piano. En 2001 ganó una beca por sus excelentes notas y en 2004 finalmente se graduó y el instituto auspició un concierto personal para ella.

Práctica de habilidades básicas. Despidiéndose de la audiencia.

En 2005, Zumu entró en el conjunto como solista, cantante de coro y jefa del grupo vocal. Desde entonces ha visitado más de 10 países y conmovido a miles de espectadores con sus lindas canciones, ganando el honor para los minusválidos chinos.

Durante las últimas dos décadas, el Conjunto de Arte de los Minusválidos de China ha actuado en más de 60 países y regiones, incluyendo el teatro de la Scala de Milán (Italia), el Carnegie Hall, de Nueva York, el centro de J. F. Kennedy (EE.UU.), el Teatro de la Ópera de Sydney, Australia, y el Teatro de la Ópera de Roma.

Además, también ha realizado presentaciones en comunidades residenciales, aldeas, escuelas e instituciones de bienestar social. Los ingresos de esas funciones no sólo garantizan su propia existencia y desarrollo, sino también sirven para establecer un fondo caritativo. En su vida diaria, los miembros del conjunto se ayudan entre sí. Es justamente lo que ellos dicen: “Soy sus ojos y usted es mis oídos; soy su boca y usted es mis piernas”.

En beneficio de sus integrantes, el conjunto ha establecido el seguro de pensión, seguro médico, seguro de desempleo y seguro de jubilación. A los que se retiran, les proporciona una suma y les ayuda a buscar un nuevo empleo.

Después de presenciar una actuación de los minusválidos chinos, en el año 2000, senadores de Estados Unidos, expresaron: “Su arte y valor son lo perfecto del espíritu humano, quiere decir, la determinación y creatividad humanas ilimitadas. Gracias por traernos la colorida cultura china y gracias por su contribución a promover la paz y armonía del mundo”.

Deng Pufang, el presidente de la Federación de Minusválidos de China, señaló que “el conjunto representa el arte y lo bello de la humanidad, que demuestra la dignidad humana, el valor de la vida y la fuerza espiritual”.

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