Con los ojos permanentemente sobre China

-- Luis Almagro, embajador de Uruguay en China, habló en entrevista con China hoy sobre el 20 aniversario de las relaciones bilaterales y la importancia que su Gobierno concede a estos vínculos

Por leonardo anoceto rodríguez

 

Como sus 3.300.000 compatriotas que viven en Uruguay y los que andan por el resto del mundo, el doctor Luis Almagro se confiesa “futbolista de ley” y remarca con absoluta franqueza: “el fútbol es mi gran pasión”, al igual que la de prácticamente todos los uruguayos, quienes en cualquier reunión, sea familiar o de amigos, ilustra, hablan una hora u hora y media sobre política y luego dedican tres al más universal de los deportes.

Lógicamente, al igual también que el resto de los fanáticos, revela con orgullo el o los equipos por los que hincha, el Club Atlético Bellavista, de su natal Paysandú, y el Club Nacional de Fútbol, el “decano y más laureado” de su país. Pero su amor por el deporte lo llevó en sus años como juvenil mucho más allá de los 90 minutos reglamentarios sobre la cancha, en busca del tan ansiado grito de gol, pues también fue corredor de fondo.

Sin embargo, la prueba de la vida es mucho más larga y difícil y hace poco más de un año lo colocó quizás ante su partido más fuerte o su carrera más exigente, al enfrentar el “compromiso político” de llevar las riendas de la embajada de Uruguay en China, país al que define como “verdaderamente impresionante (…) en un proceso de expansión nunca antes visto en la historia contemporánea”, lo que lo obligará sin dudas a apelar a toda la garra charrúa y administrar bien sus fuerzas para alcanzar las metas que tiene por delante, en especial en 2008.

China hoy: Este 3 de febrero se cumplen 20 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre Uruguay y China. ¿Cómo ha sido la evolución de los vínculos y en qué momento se encuentran?

Dr. Luis Almagro: La relación bilateral en estos 20 años ha tenido un particular desarrollo, que se ha ido afirmando. Si uno ve lo que son las visitas de alto nivel, ve que todos los presidentes uruguayos han visitado China, incluso el presidente Tabaré Vázquez, que si bien no lo ha hecho en este período, sí vino cuando era presidente del Frente Amplio.

Stand de Uruguay en la Exposición Internacional de Alimentos y Bebidas de China.

Los intercambios a nivel legislativo son permanentes. En 2007 tuvimos dos visitas de parlamentarios y a nivel de gobiernos locales tenemos afirmados los vínculos de una manera muy especial, muy fuerte. Por ejemplo, hemos trabajado los de Gansu con Florida y queremos reimpulsar los de Qingdao con Montevideo y Fujian con Río Negro y encontrar los socios adecuados en Uruguay para Xining y para la provincia de Sichuan.

Entre los partidos políticos los vínculos han sido también fuertes, pero tenemos que darles un nuevo impulso. En ese sentido, para este año ya está prácticamente confirmada la visita del presidente del Directorio del Partido Nacional, el senador Jorge Larrañaga, y está invitada especialmente una delegación del Frente Amplio.

Además, esperamos contar con la presencia del doctor Julio María Sanguinetti, ex presidente de la República por el Partido Colorado, para hacer una presentación durante la celebración de los 20 años de relaciones diplomáticas entre Uruguay y China, pues él fue el presidente que estableció estos lazos.

La evaluación que podemos hacer de esta relación bilateral es muy positiva y tenemos que irla afirmando cada día. Uno tiene que ir reasumiendo compromisos políticos y económicos con China. Esta es una realidad muy cambiante, que tiene una expansión muy particular, una dinámica que es única en el mundo y que también tiene sus problemas y su contexto social. Por lo tanto, ahí tenemos mucho campo para cooperar y trabajar conjuntamente y también para ir aprendiendo de una manera dinámica el uno del otro. Eso es lo positivo y lo bueno que tiene esta relación. No está anquilosada desde hace muchos años, sino que va siempre tratando de encontrar nuevos espacios y generar nuevas oportunidades para el país.

Ch: ¿Algún programa específico para celebrar estas dos décadas de relaciones?

LA: Nosotros tenemos pensado cubrir todo el espectro de áreas de esta embajada y hacer un trabajo de alto contenido político, que comprenderá la visita de altas autoridades nacionales, además del ex presidente Sanguinetti. También contemplamos varias actividades culturales, como un recital de música clásica con una importante soprano uruguaya, Luz de Alba, que ya ha visitado China en par de oportunidades, una exposición de arte y, si es posible también, algunos programas de radio, para promover la música popular uruguaya.

Desde el punto de vista comercial, queremos lanzar una página Web de la embajada en chino, en la cual se promoverán los productos uruguayos, y editar un ejemplar sobre los 20 años de las relaciones, que incluiría las especificidades de Uruguay para vincularse con China.

Y como Uruguay es un país de fútbol y nos gustaría poder traer algún equipo, de ser posible la selección, aunque es mucho más complejo porque es un calendario muy ajustado y uno tiene que lidiar con otras variables.

Ch: En septiembre de 2006, durante la visita de Wu Bangguo, presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, a Montevideo, se anunció que ambos países discutirían la posibilidad de establecer un tratado de libre comercio. ¿Se han registrado algunos progresos en este propósito?

LA: Uruguay tuvo la iniciativa, y así se la planteó al Gobierno chino, de iniciar negociaciones comerciales, lo que fue evaluado oportunamente por Beijing. Nos hemos sentado a discutir con el fin de definir un poco qué contenido debería tener esa negociación comercial y a qué deberíamos aspirar. El tema es que nuestro país adoptó durante los 90 el modelo de desarrollo de una economía absolutamente abierta. Por lo tanto, China no tiene ningún obstáculo para acceder a nuestro mercado con cada uno de sus productos y de alguna manera eso se siente en la balanza comercial.

Lo que debemos discutir entonces es cuáles son los problemas de Uruguay para acceder al mercado chino y para cambiar la calidad del comercio que mantiene con China. Esos son los temas que nos preocupan, más que las cantidades, la calidad de este comercio.

Tenemos que plantearnos crear el marco de la comisión mixta, que sería el esquema ideal de empezar estas tratativas, identificar cuáles son los principales problemas que tiene Uruguay y procurar su solución. Si no fuera suficiente para resolver estos temas, porque jurídicamente no diera, entonces habría que buscar otro instrumento, más amplio, más comprensivo y que permita negociaciones más desarrolladas.

Ch: El anterior embajador de Uruguay en Beijing, César Ferrer, declaró en una oportunidad que en las relaciones diplomáticas de su país con otras naciones, “China cuenta con especial prioridad”. ¿Cómo puede interpretarse este tratamiento en la práctica?

LA: Que China constituye una especial prioridad para Uruguay es indudable y de hecho no somos los únicos que pensamos así en el mundo. Si uno ve la calidad y cantidad de los contactos a nivel internacional, de las visitas que recibe China año a año, nos damos cuenta que este es un país que de alguna manera hace honor a su nombre de centro del mundo.

Para Uruguay esto se ve en la práctica, en los diferentes elementos que componen la relación bilateral y el empuje que para acercarnos a China, tanto a nivel político como comercial. La cantidad de negociaciones que tenemos en curso lo reflejan claramente. Probablemente tengamos más negociaciones con China que con ningún otro país en el mundo. Tenemos una negociación abierta para un acuerdo de turismo, otra para la instalación del Instituto Confucio en Montevideo, una para el intercambio y cooperación entre Radio China Internacional y Radiodifusión Nacional de Uruguay, una entre CCTV y el canal oficial de Uruguay, y una entre Pruna (línea aérea uruguaya) y Air China, para un acuerdo de tarifas. Todos estos son elementos que, obviamente, le dan una dinámica muy particular a la relación bilateral.

Un tema pendiente todavía, que ha retrasado la definición de algunas de estas negociaciones, es que el señor presidente Vázquez no ha visitado China. No se ha podido coordinar una fecha que sea adecuada para las dos partes todavía. Cuando se logre, permitirá concretar estos cinco o seis acuerdos e incluso, reafirmar la relación comercial de la que hablamos antes.

Las visitas que tendremos este año a China de representantes de los tres partidos mayoritarios de Uruguay también demuestra que nuestro país mantiene los ojos permanentemente en China y que desea una expansión tanto de sus vínculos políticos como comerciales.

Ch: ¿Qué posibilidad real existe de concretar la visita del presidente Vázquez en 2008?

LA: Vamos a trabajar mucho para el segundo semestre del año. Debemos tener en cuenta que hay presidentes que han asumido hace poco, que tienen a China en la agenda y no han podido concretar su visita y supongo irán definiendo fecha también. Así que el 2008 va a ser un año de mucha intensidad en la agenda de China con Latinoamérica.

Ch: Hasta 2002 el comportamiento del comercio bilateral fue irregular. Sin embargo, desde el 2003 mantiene un crecimiento sostenido y, aunque las ventas de ambos países han aumentado, al cierre de 2006, cuando el volumen total se fijó en 672,7 millones de dólares, la balanza mostraba ya una inclinación cada vez más a favor de China. ¿Cuál fue la tendencia en 2007 y qué estrategia seguirá su Gobierno en lo adelante?

LA: En 1999, China decidió comenzar a exportar tecnología o productos con mayor valor agregado, con mayor tecnología incorporada, sin renunciar a sus exportaciones baluarte de la década del 90, decisión que afectó a Uruguay, que hasta el año precedente tenía un superávit en el intercambio comercial de apenas 15 millones de dólares. Ya en el 2000, de acuerdo a nuestras cifras, tuvimos un déficit menor, de 28 millones de dólares, pero a partir de entonces la tendencia se fue afirmando y desde el 2003 hasta acá, vemos que la evolución del déficit ha sido exponencial, pasando de 20,4 millones de dólares en ese año, a 47,5 millones de dólares en 2004, a 116 millones en 2005 y casi el doble de esa cifra en 2006. En 2007 la tendencia se mantuvo. Las exportaciones nuestras tocaron un pozo en 2000 y luego fueron estables, aunque bajas, hasta 2004. En 2005 hubo un pequeño repunte, que se reafirmó en 2006, y se comportó prácticamente igual en 2007, pero con mayor crecimiento de las importaciones.

La solución de este problema no pasa por tomar medidas sobre la política comercial para contener las importaciones chinas. Uruguay no ha aplicado mecanismos en ese sentido y no es el caso hacerlo ahora. Somos una economía muy abierta y nuestros importadores van a comprar los productos más baratos, que estén más disponibles y tengan una buena relación calidad precio, y China es un mercado ideal para venir a comprar.

Lo que queremos es cambiar la estructura de nuestras exportaciones a China y pasar de productos de transformación primaria o materias primas, como tenemos ahora, a productos con mayor nivel de industrialización, más terminados, y que de alguna manera incorporen mejor la tecnología y la educación de los uruguayos.

Ch: ¿Cuáles serían esos productos, por ejemplo?

LA: Nosotros trabajamos en 2007 con buenos resultados, aunque las cifras están lejos aún de lo que queremos, con productos lácteos, cortes de carne de alta calidad, vino y piedras semipreciosas ya pulidas, que se habían exportado antes sin pulir, para ser trabajadas acá, e incursionamos en el sector de la genética bovina. Hemos abierto negociaciones con cuatro provincias, para la exportación especialmente de ganado Holstein uruguayo y el desarrollo de programas agropecuarios y lecheros. Eso significa que la tecnología acompaña a la exportación y vienen consultores agropecuarios y técnicos a hacer su trabajo y ofrecer conocimientos. Es algo que esperamos consolidar cada vez más.

Ch: Recientemente se informó que dos empresas chinas invertirían en Uruguay…

LA: Son más de dos y está la posibilidad de que vayan más. La inversión expresa de China en Uruguay ha sido la fábrica de automóviles Chery, que instaló una planta ensambladora, en asociación con Softman, para comercializar en el MERCOSUR los modelos QQ y Tigo, y otra unión, de la propia Chery, con Bogonor, para producir el blindaje de automóviles. También hay compañías pesqueras chinas operando en Uruguay y empresarios agroquímicos montando una planta muy moderna, que producirá para el MERCOSUR.

Existen posibilidades asimismo en el sector maderero, aserradero y astillero, que hemos estado trabajando y esperamos poder concretar en el transcurso de 2008. Es un proceso muy intenso, que tiene muy buenas perspectivas de seguir creciendo.

Ch: Uruguay también aspira a ser incluido en la relación de destinos turísticos que recomiendan las autoridades chinas a sus ciudadanos. Teniendo en cuenta la gran distancia que separa a ambos países y que las conexiones aéreas resulta uno de los puntos neurálgicos de este problema, ¿qué atractivos de peso ofrecerían al mercado de los viajes de China?

LA: Uruguay es un destino turístico de nivel mundial. Eso, por sí solo, significa una atracción enorme para todo el mundo. Las conexiones se van a ir resolviendo, porque cada vez hay mayores vínculos entre China y Latinoamérica y el vuelo de Air China, Beijing-Madrid-Sao Paulo, y la posibilidad de un acuerdo con Pruna, que nos permita establecer enlaces que sigan a Montevideo, a solo dos horas, significa que hemos acercado bastante a ambos países.

Yo creo que lo que tenemos que hacer los países latinoamericanos es trabajar nuestros destinos turísticos de manera conjunta, más coordinada, e incorporar más de un país en el tour, porque de lo contrario, hacer un viaje así, para visitar un solo país, no le sirve ni siquiera a los países más grandes de Latinoamérica.

Tengo en un punto alto de mi agenda esa prioridad y a medida que pueda ir avanzando en el acuerdo con la Administración de Turismo de China, voy a continuar para concretar esos dos asuntos. En definitiva, Uruguay es un destino aceptado ya, lo que tenemos que implementar es el acuerdo correspondiente, para que los grupos de turistas chinos puedan visitarlo.

Ch: ¿Qué significado real tiene para los uruguayos el concepto Uruguay Natural?

LA: Es uno de los conceptos más importantes que produce el país. Los estándares ambientales de Uruguay lo ubican en el cuarto o quinto lugar mundial. Somos uno de los países con producción más limpia y con niveles ambientales más altos. Alcanza con ver algunos pósteres, para darse cuenta de lo limpio que está el cielo y las aguas en nuestro país. La naturaleza ha sido protegida y cuidada durante generaciones.

Uruguay produce naturalmente. Nuestras carnes o lácteos son absolutamente naturales. El ganado se cría en praderas generalmente naturales, sin que se les dé antibióticos, hormonas u otras cosas que utilizan otros países. Eso hace que nuestros estándares sean más elevados y no implica que nuestros precios sean más elevados.

Concretar un partido de fútbol entre equipos de China y Uruguay es una de las actividades que se quieren concretar con motivo del 20 aniversario de las relaciones bilaterales.

El país es muy respetuoso con esos indicadores y los tiene especialmente en cuenta. Si uno ve, por ejemplo, la instalación de Botnia, de pulpa celulosa, se da cuenta que es la planta más moderna del mundo en cuanto a estándares ambientales y calidad de producción. O sea, más que eso no hay. Esos son los niveles de excelencia a los cuales el país apunta y con los cuales es muy cuidadoso y respetuoso y vive reafirmando.

Existe además, una Ley Nacional de Medioambiente que es muy estricta y que recoge elementos que a veces tiene problemas en recoger la normativa mundial, como el principio precautorio, que sin existir pruebas fundadas de que determinada actividad puede ser lesiva para el medio ambiente, alcanza para que la ley sea aplicada.

Uruguay integra todas las convenciones mundiales en materia de medio ambiente y ha tenido posiciones muy estrictas en la Organización Mundial del Comercio, en cuanto a las negociaciones sobre comercio y medio ambiente, proponiendo estándares altos que a veces otros países no están en condiciones de aceptar. Tanto en relación con los cambios climáticos, como con los contaminantes orgánicos persistentes, no hemos estado al lado de la economía, sino del medio ambiente.

Hubo, y es bueno que lo nombre, un giro en materia de bioseguridad, para lograr mayores flexibilidades en el comercio de productos transgénicos. Eso se revisó durante el actual período de administración y se suspendió la aprobación de eventos transgénicos por el plazo de un año, hasta determinar todo lo relacionado con su comercialización.

Ch: En un evento celebrado en Montevideo, “China y Uruguay: El sendero del Dragón”, en septiembre de 2007, se afirmó que la economía china es mucho más abierta que la mayoría de los mercados emergentes. ¿Coincide usted con esta apreciación?

LA: Sí, puedo coincidir, pero sin entrar a comparar. Considero que tenemos un mercado bastante abierto para la inserción de nuestros productos. Existen algunos problemas que deberán ser resueltos, relacionados fundamentalmente con la estructura que ha tenido el propio comercio exterior de China en su reestructuración, a partir de la reforma. Ese proceso se ha sentado sobre la base de una economía más abierta, competitividad y superávit de la balanza comercial.

Entonces, lo que a nosotros nos interesa es cómo China está revisando sus propios conceptos y cómo, de alguna manera, está haciendo su economía más abierta también para las importaciones desde que se terminó el período de gracia en la OMC.

Obviamente, quedan algunos aspectos sociales que queremos seguir con más atención y que pueden ser en definitiva los que permitan en equis período de tiempo o a mediano plazo, acceder a este mercado con productos de mayor valor agregado.

Y el otro es el tema del superávit comercial, o sea, cómo China, después de acumular superávit y superávit con todos los países del mundo y acumular reservas y reservas, hasta convertirse en el país con las mayores reservas a nivel mundial, ves que busca relaciones de comercio más balanceadas y cómo propone a los países encontrar mecanismos para un mayor equilibrio. Estos son los instrumentos y los procesos de la reforma que debemos seguir con atención, para insertarnos de la mejor manera en el mercado chino. Eso es en definitiva lo que va marcando una mayor apertura y mejores posibilidades para la exportación de nuestros productos.

Ch: Algunos expertos señalan que los países del Cono Sur de Latinoamérica deberían manejar su relación con China a través del MERCOSUR, creando un bloque más sólido a la hora de sentarse a la mesa de negociaciones con el gigante asiático. ¿Le parece acertada esa tesis?

LA: Uruguay ha abogado siempre por una agenda del MERCOSUR más dinámica. En los últimos tres años, hemos insistido en que la agenda del MERCOSUR debe ser otra y tener convenios comerciales mucho más profundos. O sea, MERCOSUR, como lo ve Uruguay, es un bloque que no tiene negociaciones comerciales con ninguno de los tres principales mercados del mundo, Estados Unidos, la Unión Europea y China.

Se tiene que reformular y replantear esa agenda externa y cómo sus miembros más grandes tienen que asumir compromisos más fuertes en cuanto a hacer el bloque más dinámico, más flexible y con mayores posibilidades de insertarse a nivel mundial. Eso es para nosotros algo definitivamente prioritario y en lo que vamos a insistir siempre. El MERCOSUR en este momento tiene un problema para negociar como bloque con China y es que la querida república del Paraguay no tiene relaciones diplomáticas con la República Popular China y eso obviamente hace imposible que arranque la negociación cuatro más uno.

Ch: En muchos países latinoamericanos, el creciente interés por China ha atraído a muchos jóvenes a estudiar acá y no son pocos los gobiernos que contemplan los intercambios educativos entre las principales vías para fortalecer los nexos diplomáticos. ¿Cómo se comporta esta relación en el caso de Uruguay?

Vista del Palacio Legislativo de Montevideo, Uruguay.

LA: Eso es algo que es prioritario para esta embajada y desde que llegué a Beijing he trabajado en ese sentido. Uruguay no está utilizando de manera adecuada y suficiente estos instrumentos. Para nosotros esto es un imperativo y ya logramos que este año se firmara un acuerdo entre la Universidad de la República de Uruguay y la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing. Esperemos que se abra muy pronto el contenido de ese acuerdo y que los intercambios de alumnos y profesores sean cada vez mayores.

También queremos aprovechar de manera más integral el régimen de becas con que el Gobierno chino favorece a los estudiantes de países en desarrollo, para continuar sus estudios o perfeccionarlos.

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