Preocupaciones
La China de los albores del siglo XXI, incuestionablemente asombrosa
también por el salto que la ha llevado a ubicarse en poco
tiempo a la vanguardia de la economía mundial, enfrenta
en la actualidad, no obstante las distancias, problemas similares
a los de la mayoría de las naciones, que el país
deberá solucionar, algunos de inmediato y otros a mediano
plazo, no más, para poder alcanzar la sociedad de bienestar
modestamente acomodada que se proyecta.
Una de las mayores preocupaciones del Gobierno y pueblo en la
actualidad es la situación del medio ambiente, que obliga
a revertir cuanto antes las condiciones que llevan a su deterioro.
El primero se ha planteado desarrollar una civilización
ecológica y formar esencialmente una estructura industrial,
un método de crecimiento y un modo de consumo favorables,
tanto al ahorro de energía y de los recursos, como a la
protección del medio ambiente.
Por primera vez, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)
del país, toma en consideración la reducción
del consumo energético y las fuentes no renovables, así
como la contaminación ambiental. El acierto de esa estrategia,
convertiría a China en un modelo también para el
resto del mundo en tal sentido y apuntalaría su liderazgo
en el contexto internacional.
Paralelamente, los sectores más concientes de la gravedad
del problema dentro de la sociedad, emprenden por su parte otras
acciones que contribuyen en cierta medida a la preservación
del medio, ya sea por cuenta propia o agrupados en organizaciones
ambientalistas que despliegan campañas dirigidas, entre
otros propósitos loables, a sensibilizar a un número
cada vez mayor de personas con la importancia de hacer del
mundo un lugar seguro para vivir.
Crecientes espacios ocupan también en los medios chinos
temas como el de la vivienda, cuyos precios se hacen inalcanzables
para muchos, y el valor de algunos alimentos esenciales, en especial
los que persiguen quienes procuran una dieta sana.
El dinero y las distancias aparentemente insalvables entre ricos
y pobres, recurrentes en la actualidad de cada país, no
son ajenos tampoco a la realidad del gigante asiático,
donde estrategias gubernamentales buscan no solo impulsar programas
sociales educativos, de salud y viviendas para los segmentos más
necesitados y repartir mejor las riqueza con remuneraciones más
justas, que tengan en cuenta el PIB per cápita, lo que
según algunos expertos, refleja mejor los frutos
compartidos por los habitantes durante el desarrollo económico
y prueban que el hombre es centro de las preocupaciones.
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