Canción de los niños de la pradera
Por DE YONGJIAN y ZHANG XUEYING

El coro en el escenario. Las niñas interpretando canciones populares. El cantante mongol Buren Bayar y su esposa Wurina, cantante de ewenki, se desempeñan como direcotres artísticos del coro infantil.
El niño cantante Baatar Dorje.

Baatar Dorje, de 13 años, proviene de Hulun Buir, pradera lejana de la región autónoma de Mongolia Interior. Como un ewenki (rama de la etnia mongola), Dorje monta a caballo desde los cinco años, y ya a los ocho empezó a domar caballos. Las canciones populares de ewenki cantadas por cada generación tienen que ver con aspectos de la vida diaria de esta población.

El pasado mes de agosto, Baatar Dorje cantó en un teatro de Beijing una copla infantil de la pradera, titulada “Madre en mis sueños”.

Su representación conmovió a muchos espectadores, entre los cuales se encontraban personalidades célebres, como Xi Murong, famosa poeta de la etnia mongola proveniente de Taiwan, quien no pudo contener sus lágrimas y la emoción nostálgica que la voz del niño había encendido aún cuando nos habló al día siguiente de la presentación.

Baatar Dorje canta junto con otros 36 niños de entre seis y 13 años de edad, pertenecientes a las etnias ewenki, oroqen y daur, así como las tribus mongolas antiguas de Barag y Buryat.

Los 37 niños forman el coro infantil de Hulun Buir. Sus canciones fueron muy aplaudidas y vitoreadas. Algunos funcionarios y celebridades de la cultura y el arte presenciaron el concierto. Los medios de prensa calificaron la actividad como “la pureza infantil conmoviendo el corazón frío de los adultos”.

Canción del corazón

El coro está bajo la tutela del cantante mongol Buren Bayar y su esposa Wurina, cantante de ewenki, quienes se desempeñan como directores artísticos. Los 37 niños que integran el grupo fueron seleccionados entre más de 300 aspirantes.

“Los niños de la pradera tienen un espíritu muy limpio, despojado de toda contaminación material, por lo cual las canciones que aprendieron de sus abuelos y padres conmueven a la gente”, dice Wurina.

En 2006, Wurina, Buren Bayar y su sobrina interpretaron una canción folklórica, que luego encantó a todo el país, pese a que muchos no entienden el idioma mongol, gracias a la lírica expresión de la melodía y la linda voz de la pequeña. Ahora la niña tiene 12 años y también forma parte del coro.

Estas canciones originadas de la vida nómada mongola conllevan las expresiones más naturales de la pradera. Las canciones oroqen, en que se mezclan la danza y la lírica, contienen letras contagiosas como “quien canta y ríe será árbol alto, quien canta y ríe será fruta silvestre”. Todo esto se relaciona con el ambiente de la vida de la selva y la montaña.

La canción “El feliz niño pastor” describe la felicidad del niño pastor jugando con el cordero. Según cuenta Baatar Dorje, sus padres solían dejarlo solo en casa cuando salían y él no podía hacer más que jugar con su cordero.

Una niña de 10 años proveniente de Barag interpretó varias estrofas de tono largo mongol que había aprendido de su madre. El tono largo es una forma de expresión musical de la etnia mongola que, con ritmo lento y voz alta, ha sido incluido en la lista de patrimonios culturales no materiales de la UNESCO.

“Lo que hacemos es mantener su naturaleza en vez de perseguir el profesionalismo de los niños cantantes. No obstante, somos exigentes en la coordinación del coro y el tono del canto”, precisa Wurina. Por este motivo, ella invitó a profesores de arte de la República rusa de Buryat y de Mongolia para asegurar la armonización correcta del grupo.

Esperanza de la cultura tradicional

Lan danza mongola.

Según Cao Zhenghai, secretario del Comité Muncipal del Partido en Hulun Buir, no fue muy fácil organizar el coro. En septiembre de 2006, el gobierno local decidió formar un coro infantil y movilizó a muchos funcionarios en esta tarea. Al mismo tiempo solicitó al Ministerio de Hacienda un fondo inicial de 3,5 millones de yuanes.

Cao opina que “los niños son herederos del patrimonio cultural y deseamos que este coro sirva de ejemplo para impulsar el estudio de la lengua mongola y la cultura étnica”.

En el coro, todas las canciones se interpretan en la lengua de la propia etnia. Según Wurina, la lengua materna es una norma importante para ser miembro del coro y ahora a los cantantes también se les exigirá hablar su lengua materna diariamente.

Los expertos de estudios étnicos señalan que las etnias como ewenki, oroqen y daur no tienen escritura y los aspectos principales de su cultura se han heredado de manera oral. Por ello, si los niños no hablan su lengua materna, la tradición étnica se extinguiría.

Linda pradera de Hulun Buir.

La formación principal de ewenki, oroqen y daur reside en Hulun Buir. Cao Zhenghai afirma que las coplas infantiles cantadas por el coro serán material de enseñanza para la guardería infantil y escuela primaria del lugar. El propósito del gobierno local es promover las coplas étnicas y la lengua materna.

Estos esfuerzos han logrado importantes avances dentro del coro. Un niño de 11 años dice orgullosamente en su lengua materna daur que “la lengua daur es similar al barag porque ambas pertenecen a la rama mongola de la familia de la lengua de Altai”.

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