¿Dónde pasar la vejez , en un asilo o en casa?

Por Zhang Xueying

La Sra. Gao Yuhua vive desde hace 18 años en el Asilo de Ancianos N.° 1 de Beijing. Hace 20 años que se le diagnosticó cáncer, pero al verla tan llena de vida es difícil pensar que esté enferma. “Nunca había tenido la intención de venir aquí porque tengo hijos y una familia. Al principio sólo venía a cantar y pintar con los ancianos y regresaba a casa en la noche”.

Asilos de ancianos estatales son como las casas propias

En 1994, Gao Yulan se fue a vivir al asilo de ancianos, donde era visitante asidua hacía cinco años.

Dos señoras mayores inspeccionan el entorno de un asilo de ancianos. El servicio a la tercera edad es blanco de cadenas y grupos.

“Un día, cuando estaba sola en casa, me sentí mal y entonces pensé que sería mejor vivir en un hogar de ancianos porque si uno no se siente bien, sólo necesita llamar a la enfermera y ésta acude en el acto. Además, al enfermo le preparan especialmente su comida”, destacó Gao.

A su juicio, la mayoría de los abuelos se ven obligados a vivir en el asilo de ancianos. Zhang Luzhi, directora del Asilo de Ancianos N.° 1 de Beijing, aseveró que “aquí, la edad promedio de los ancianos es de 82 años, y la tercera parte de ellos ha enviudado”.

Wang Xueshu y su esposa Ji Yuliang vinieron al asilo tras la muerte de su hijo. Ahora viven en una habitación de 70 metros cuadrados. “Pagamos unos 4.000 yuanes al mes, incluyendo los gastos por concepto de alimentación. No es costoso si se tiene en cuenta que no tenemos que preparar la comida ni hacer los demás quehaceres domésticos. En la noche no me preocupo por mi esposo. Si se siente mal, llamo a la enfermera. Vivimos sin preocupación”, aseguró la Sra. Ji, de 68 años de edad, quien antes no podía conciliar el sueño por el delicado estado de salud de su compañero.

Ancianos encuentran buena atención en los centros no gubernamentales dedicados al cuidado de las personas mayores.

Aunque ambos viven aquí desde hace tres años, la Sra. Ji ya considera el asilo como su propia casa. “Me gusta esta residencia. Las enfermeras vienen a saludarnos por la mañana y por la noche y no nos molestan nunca. Aquí nos permiten entrar y salir libremente, a diferencia de otros asilos cuya puerta está a veces cerrada con candado. Los muebles son sencillos, prácticos y cómodos, al punto que nos sentimos como si estuviéramos en casa”, agregó Ji.

Este asilo de ancianos fue financiado y construido por el gobierno municipipal de Beijing. Actualmente, tiene 510 camas, capacidad que se duplicará con la pronta terminación de la segunda etapa de la obra concerniente. Desde 2002, el municipio ha invertido 66 millones de yuanes en la reconstrucción y remodelación de la edificación.

“Hacemos todo lo posible para que los abuelos se sientan como en su propia casa”… “La obra incluía un gran salón y salas de ocio, ampliación de las terrazas, suministro de agua caliente, instalación de sistemas de urgencia y climatización. Tuvimos el cuidado además de equipar las habitaciones con los muebles convenientes y compramos los equipos médicos necesarios para su atención. El número de camas no satisface la demanda. Tenemos unos mil ancianos esperando por un cupo, explicó Zhang Luzhi, directora del asilo.

Las estadísticas revelan que 150 millones de chinos tienen más de 60 años. El 5% de ellos desea vivir en un asilo de ancianos, lo que se traduce en 7,2 millones de camas. Sin embargo, según el libro blanco publicado por el Gobierno chino en 2006, los asilos de ancianos totalizaban 39.546 con 1.497.000 camas.

Asilos de ancianos privados

Además de los asilos de ancianos estatales, el gobierno también apoya a los privados.

Para la mayoría de la gente que no logra entrar a los estatales, el asilo de ancianos de gestión privada es su única opción. La madre de la Sra. Chen Yue es una enferma senil. Como Chen trabaja a tiempo completo, le es muy difícil encontrar una persona que pueda cuidar de su madre. Por eso tomó la decisión de enviarla a un asilo de ancianos, para lo cual visitó casi todas las instalaciones para longevos en Beijing.

“Es muy difícil encontrar una cama disponible en los asilos estatales. Después de haber comparado las condiciones de cada lugar, me decidí finalmente por el que a mi parecer tenía un mejor ambiente y equipamiento. Lo importante es que los servicios médicos sean profesionales, aunque el asilo quede un poco lejos de mi casa”, afirmó la señora.

El gran problema que enfrentan las entidades privadas es precisamente la carencia de asistencia médica profesional para enfermos seniles. El responsable del Asilo de Ancianos Xiying, localizado en el centro de la ciudad, nos reveló que aquí el precio de la tierra es alto, pero está muy cerca del hospital”.

Xiying es tan lujoso como un hotel. “En esta parte de la ciudad de Beijing, el precio de la tierra es muy elevado; de ahí que el pago mensual por la estadía de un anciano sea de 3.000 yuanes, incluyendo la alimentación. Pese a los subsidios que nos otorga el gobierno y a la reducción de nuestras tasas fiscales, todavía tenemos pérdidas en la gestión. Aunque tenemos 150 camas disponibles, sólo acogemos a 30 ancianos porque no podemos ofrecer un servicio médico completo a los enfermos como hacen los estatales, que tienen conexiones con los hospitales. Solamente tenemos enfermeras recién graduadas, sin experiencia, manifestó Wang Qing, trabajador de Xiying.

Pasar la vejez en casa

Sra. Gao Yuhua dedica su tiempo libre en el asilo de ancianos a la pintura tradicional china.

El Centro de Investigación para la Vejez constató en un estudio realizado en 2003 que unos 10 millones de personas mayores de 80 años necesitan ser atendidos. Sin embargo, el 98% de los encuestados declaró que deseaban pasar su vejez dependiendo de sus propias fuerzas.

En opinión de Tian Ying, directora de la oficina para ancianos de la vecindad Yuetan, algunos abuelos prefieren pasar la vejez en casa en vez de concentrarse en un asilo de ancianos. En el centro comunitario también se ofrecen servicios para la tercera edad. Los 26 centros comunitarios de Yuetan acogen a 27 mil ancianos, que representan el 22% del total de la zona. Todavía quedan unos 6.374 longevos viviendo solos.

A las 11 de la mañana, la sra. Liu Huifang, de 67 años de edad, entra a un restaurante cerca de su casa. Sus longevos vecinos ya están sentados a la mesa esperando por ella para degustar de un almuerzo reservado por la comunidad para los ancianos. Los abuelos pagan 11 yuanes por almorzar en el restaurante. La comida incluye arroz, sopa, un plato de verdura y otro de carne.

Mientras tanto, Zhou Huainan, anciano que no se siente bien con sus piernas, está en su casa esperando el almuerzo que le enviarán desde el restaurante.

Wang Xueshu y su señora Ji Yuliang están satisfechos por la vida que llevan en el asilo de ancianos.

La viuda Luo Xiulin, que padece de artritis crónica, pasa todo el día encerrada en casa porque su edificio no tiene ascensor y esto le dificulta la salida. Xiao Zhu, trabajadora enviada por un centro de servicio doméstico, se encarga de la limpieza de la casa de la anciana, a quien entretiene con su conversación. Tras su partida, Luo vuelve a su rutina de todos los días.

“Nos gusta la vida que llevamos aquí. Los asilos de ancianos ofrecen servicios igualmente buenos, pero aquí nos sentimos más cómodos. Tenemos muchas cosas de que conversar con los vecinos y nos ayudamos mutuamente”, indicó Liu Huifang.

Actualmente, el 90% de los ancianos de Yuetan optan por vivir en casa.

La localidad de Yuetan abrió un hogar de ancianos en 2005, pero como hasta 2006 no había generado más que pérdidas pasó a manos de una entidad profesional - la Asociación de Bienestar para la Vejez de Hetong, Tianjin.

“Antes de la transferencia, el mayor problema era la baja tasa de ocupación causada por la ausencia de enfermeras profesionales. La asociación de Hetong solucionó el problema poniendo en práctica un mecanismo profesional de gerencia y contratando enfermeras con experiencia.

Algunos consideran que pasar la vejez en casa será el principal modo de vida para los ancianos.