Campesinos recogen los frutos de la propiedad
intelectual
Por XIN XIN y AI JIE
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Los cultivadores de uva en
Turpan, Xinjiang, pegando fichas de denominación de
origen a sus productos. |
Cada campesino chino puede tener 1,4 mu (15 mu = 1 hectárea)
de tierra cultivable y toda la tierra de cultivos del país
ocupa el 7 por ciento de la superficie mundial destinada a la
agricultura, mientras que la población agrícola
china ocupa un tercio de la mundial y su presencia por cada mu
fértil es cinco veces el promedio del planeta. Esta configuración
hace la agricultura local distar mucho de la industrialización,
de ahí que China sea considerada más una nación
agrícola grande que fuerte.
Citemos como ejemplo las frutas. La superficie de plantación
y producción de frutas de China es la mayor del mundo,
pero su volumen de negocios equivale apenas al 2 por ciento del
global. En estos últimos años, los campesinos chinos
están aprovechando las ventajas de la propiedad intelectual
para aumentar su ingreso e industrializar el trabajo en el campo.
El subdirector general de la Organización Mundial de la
Propiedad Intelectual (OMPI), Philippe Petit, señaló
que China ya ha obtenido un gran éxito en el aprovechamiento
estratégico de la marca comercial y la denominación
de origen, para aumentar el ingreso de los campesinos, promover
el desarrollo de productos agrícolas de marca y el desarrollo
de la economía regional. Mientras que el subdirector
general de la propia institución, Yu Shoutao, aconsejó
popularizar sus experiencias exitosas por medio de ayudas al país
subdesarrollado.
¿Es posible enriquecerse por la denominación
de origen?
La Denominación de Origen (GI, por sus siglas en inglés)
es un concepto de propiedad intelectual aceptado internacionalmente,
que se refiere a la precisión del lugar originario de tal
producto, cuya calidad y otras características garantizan
la veracidad, tanto de los elementos naturales como culturales
del lugar. En 1985, China se incorporó al Pacto de París
sobre la Protección de la Propiedad Industrial y a partir
de entonces comenzó a tener la obligación de proteger
este parámetro.
La Administración Estatal de Industria y Comercio (AEIC)
expidió un documento en 1987, para proteger la Galleta
de Mantequilla de Dinamarca. Dos años después,
otro comunicado anunció la protección del nombre
del lugar originario de Champaña. En el mismo año,
China ingresó al Convenio de Madrid sobre el Registro Internacional
de Marca Comercial y la Oficina de Marcas de la AEIC empezó
a aceptar las marcas colectivas o certificadas, registradas internacionalmente
en la capital española, pero transferidas por la Oficina
Internacional de la OMPI, un aspecto que el país ha venido
aprovechando desde 1994, para proteger la denominación
de origen. La Ley de Marcas Comerciales, modificada en 2001, y
los Reglamentos para la Ejecución de la Ley de Marcas Comerciales,
elaboradas en 2002, establecieron el sistema legítimo de
protección de denominación de origen de la nación
asiática.
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Los melocotones de Pinggu
son protegidos por la denominación de origen. |
Recientemente, los productos agrícolas chinos solicitaron
más marcas comerciales. Las cifras evidencian que los pedidos
de 1997 a 2001 fueron 130.000, y de 2002 a 2006 ascendieron a
320.000, lo que supera en 1,5 veces los cinco años precedentes.
En la actualidad, los productos agrícolas nacionales tienen
370.000 marcas comerciales registradas, un 13 por ciento de los
2.760.000 existentes. Esta cifra no es muy grande para un país
tan extenso en agricultura como China, pero de ella más
y más campesinos toman en cuenta la posibilidad de enriquecerse
por medio de la protección de la propiedad intelectual.
Li Yuquan, director de la Academia de Ciencias del Puerro de
Zhang- qiu, provincia de Shandong, comentó que el
registro de marcas comerciales o de denominación de origen
se ha convertido en un modo de fomentar el ingreso de los campesinos
y de impulsar el desarrollo industrializado de la agricultura.
Ahora, los agricultores de muchos lugares del país han
conocido el sabor dulce del registro de marca comercial o de denominación
de origen.
El melocotón de Pinggu fue el primer producto agrícola
que obtuvo la marca de denominación de origen de Beijing.
Desde que se registró, en 2002, su precio de venta ha subido
un 30 por ciento más que los cosechados en otros lugares,
y el costo de los de alta calidad pueden ser el doble o más.
Su valor de exportación ocupa el 40 por ciento de las ventas
nacionales al exterior y en 2005, permitieron a toda la región
recaudar unos 52 millones de dólares, mientras el ingreso
per cápita anual de 150.000 melocotoneros subió
hasta los 360 dólares, un 18 por ciento más que
en 2004.
La pera de Koerle, región autónoma uigur de Xinjiang,
después de haber incorporado el registro de marca de denominación
de origen, ha propiciado que tanto el número de personas
que viven de su cultivo como la superficie de la plantación
hayan experimentado un aumento durante tres años consecutivos,
llegando ahora a 80.000 familias y 670.000 mu dedicados a la fruta,
con ventas anuales que superan ya los 125 millones de dólares.
Unas 30.000 toneladas de ese producto se exportan cada año
a países de Asia, Europa y América, generando ingresos
por 47.430.000 dólares.
El té negro Anxi Tie Guan Yin no sólo solicitó
el registro de denominación de origen en China, sino también
en países relativos. Su precio unitario de exportación
es 80 por ciento más alto que el promedio nacional y todos
los años unos cien países y regiones compran más
de 12.000 toneladas de él, ventas que dejan al país
alrededor de 40 millones de dólares. Antes, cada parcela
de un mu podía reportar una ganancia de 125 dólares,
cifra que se ha incrementado hasta los 625 dólares por
el cambio de la plantación del té negro de Anxi.
El desarrollo del sector estimula también a los relacionados
y hoy en día, del 1.070.000 habitantes del distrito, más
de la mitad se dedica al negocio relacionado con este producto
y el ingreso medio de sus campesinos ha subido un 8 por ciento
en los últimos años.
China ha recibido 680 solicitudes del registro de la denominación
de origen, de las cuales 647 son nacionales. En tanto, de las
219 marcas ya registradas, 198 son también locales.
Oportunidad de industrialización
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Los cangrejos del lago Yangcheng,
sólo del área acuática de 13 k?, llevan
el sello de denominación de origen que los protege. |
La mayoría de los campesinos chinos trabajan aún
como productores individuales, por lo que carecen del capital
y la capacidad suficientes para crear por sí mismo marcas
influyentes, así como de las condiciones necesarias para
organizar una producción de envergadura y la gestión
comercial que ella requiere. La denominación de origen
ofrece a estos agricultores la posibilidad de disfrutar del valor
adjunto de la marca sin crear una propia. Con el fin de proteger
a los campesinos y permitirles beneficiarse plenamente de las
ventajas de este parámetro, se restringe estrictamente
al sujeto que hace su registro.
Según las estipulaciones, en los casos que se trate de
una marca colectiva, su solicitante debe ser una sociedad, asociación
u otra organización compuesta por los que viven dentro
de la región referida, en lugar de productores o administradores
ordinarios. Todos los trámites de ratificación necesitan
por lo general de un plazo de tres años. El solicitante
del registro del melocotón de Pinggu es el Centro de Servicios
de Producción y Venta de Productos Agrícolas del
Distrito de Pinggu, mientras que el de la pera de Koerle es la
Asociación de la Pera de Koerle, prefectura autónoma
mogola de Bayin Guoleng, Xinjiang.
Las variantes de mostaza de Fuling, de Chongqing, debido a las
condiciones tan peculiares de la tierra y el clima y el arte de
elaboración y sabor especiales, son consideradas junto
con el Pepino Agrio de Europa y la Col Agridulce de Alemania como
las tres más conocidas del mundo. La región también
es identificada como Pueblo de la Mostaza de China.
Sin embargo, el responsable de la Oficina de Administración
de Mostazas de la localidad expresó que la mostaza de Fuling
sufrió gravemente la imitación, antes de lograr
la protección de la denominación de origen. En aquel
entonces, el 90 por ciento del mercado nacional llevaba la indicación
de Fuling e incluso, una empresa de otra región solicitó
primero la Mostaza de Fuling como marca comercial,
por lo que las verdaderas de la localidad enfrentaron el caos
de la invasión del derecho ajeno. En 2000, no obstante,
le fue reconocido su derecho al registro de la denominación
de origen y la mostaza se convirtió en una industria pilar
para la zona. De 2000 a 2004, el ingreso de los campesinos locales
aumentó en un 194 por ciento.
La denominación de origen también es un criterio
de calidad. Sólo aquellos productos que satisfagan los
requisitos sobre el lugar originario y los estándares productivos
pueden ser autorizados a usar esta patente. La garantía
de calidad es un requisito fundamental para usar la denominación
de origen. Si uno de los productos bajo la indicación no
cumple este parámetro, la Administración Estatal
de Marcas Comerciales anulará el derecho, según
lo estipula la Ley. Por eso, la Oficina de Administración
de Mostaza de Fuling establece exigencias concretas y estrictas
para el proceso tecnológico productivo y para los equipos
y prohíbe terminantemente el uso de la marca en el embalaje
de los productos, si estos no cumplen los requisitos. De esta
forma, algunas empresas pequeñas, de tecnología
atrasada, malas condiciones higiénicas y peor calidad fueron
eliminadas, cambiando radicalmente la situación de producción
familiar y de talleres.
An Qinghu, director de la Oficina de Marcas Comerciales de la
AEIC, dijo que las empresas de los campesinos pueden aprovechar
el modo de desarrollo de empresa + familia + marca
para realizar una producción industrializada y venta mercantil
moderna. Esta modalidad determina que una compañía
organice a los campesinos dispersos para utilizar una marca uniforme.
La compañía colecciona todos estos productos primarios
que se vendían independientemente y los promueve directamente
en el mercado. Para aquellos productos que necesitan más
elaboración, la empresa puede uniformar el procesamiento,
calidad, embalaje y canales de ventas, mejorando así la
organización para la entrada en el mercado y fomentar la
envergadura del negocio.
Recurso no regenerable
China tiene ahora 70.000 empresas procesadoras de productos agrícolas
y más de 20 millones de personas dedicadas al sector, creando
un valor productivo anual de cerca de 500 mil millones de dólares.
De un 20 a un 30 por ciento de esas entidades son de elaboración
minuciosa y profunda, mientras que esta proporción en un
país desarrollado siempre supera el 70 por ciento, lo que
muestra que el desarrollo industrial del procesamiento de productos
agrícolas del gigante asiático aún tiene
una gran potencialidad.
Pero Fan Hanyun, subdirector de la AEIC manifestó que,
siendo un recurso natural y cultural, la denominación de
origen proviene de la historia, es limitada y no puede regenerarse,
no puede ser cada día mayor, sino menor el número
de solicitudes. El núcleo de su protección es la
administración. Los elementos que se usen tienen que garantizar
la calidad y la peculiaridad de sus productos. Hay que evitar
el desarrollo ciego que sacrifica la calidad. El fideo de Longkou
y el jamón de Jinhua eran dos comidas tradicionales muy
conocidas de China. Sin embargo, por los productos de pacotilla
de algunas empresas, todo el sector sufrió un ataque demoledor.
Li Hua, subdirector de la Universidad de Ciencia y Tecnología
de Agricultura y Silvicultura del Noroeste, ha planteado en años
consecutivos en la Asamblea Popular Nacional una moción
para elaborar la Ley de Protección de Denominación
de Origen. En junio del presente año, se celebró
en Beijing la Asamblea Mundial de Denominación de O rigen,
organizada conjuntamente por la OMPI y la Administración
Estatal de Industria y Comercio. Fue la primera ocasión
en que este evento tuvo por sede un país asiático
y la persona encargada de la OMPI, el doctor Camil Idris, confirmó
el trabajo que ha hecho el Gobierno chino, para la promoción
y fortificación del sistema de propiedad intelectual, sobre
todo la protección de la denominación de origen.
China ha empleado menos de 30 años para recorrer el camino
de un siglo de protección de propiedad intelectual que
han debido transitar los países desarrollados. Así
que el registro, uso y administración de la denominación
de origen aún enfrenta muchos problemas. De 2000 a 2004,
la AEIC investigó y sancionó 300 casos de invasión
en materia de denominación de origen, que no es sólo
un problema que enfrentan los departamentos administrativos relacionados,
sino también las empresas agrícolas y los campesinos
de condiciones comparativamente atrasadas.
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