China se califica
Las autoridades chinas han concedido especial importancia en
los últimos años a la capacitación de sus
dirigentes a todos los niveles, conscientes de que las profundas
transformaciones económicas emprendidas por el país,
hace más de un cuarto de siglo, exigen una mejor comprensión
del escenario internacional y las leyes que lo rigen y que la
gestión interna del Estado requiere una mayor agilidad
y efectividad, si se quiere alcanzar el soñado Estado de
bienestar y ponerse a la cabeza de las principales potencias mundiales.
Preparar funcionarios cada vez más alejados de los hábitos
nocivos del burocratismo y despojados de conceptos poco prácticos
que ralentizan el avance del país y la toma de decisiones
importantes, así como promover al mismo tiempo el conocimiento
de la historia nacional, son algunos de los objetivos que persiguen
los cursos de formación diseñados por prestigiosas
instituciones locales y foráneas, en los que se toman las
mejores experiencias de otras naciones en diferentes campos y
se adaptan a la realidad de la nación asiática.
Impensables en los años de la Guerra Fría, en que
los contactos con países de ideologías diferentes
eran limitados y cargados de recelo, los adiestramientos de cuadros
chinos en prestigiosas universidades, centros de formación
o instituciones gubernamentales de Estados Unidos, Europa y Asia
son cada vez más frecuentes y ya no resulta una rareza
que muchos de los que han ido en busca de un pensamiento administrativo
moderno, que les permita entender las reglas y prácticas
actuales del juego, se desempeñen en cargos des-tacados
de importantes organismos económicos u ocupen puestos en
las diferentes estructuras del Estado, incluyendo sus estratos
más altos.
La apertura sin precedentes con la que China despidió
el siglo XX y recibió el XXI, sin renunciar a su historia,
su cultura y sus milenarias costumbres, aunque adecuándose
a un mundo en el que el desarrollo exorbitante de las comunicaciones
permite a las sociedades interactuar continuamente, por distantes
que parezcan, explica en buena medida el éxito que ha tenido
el país, no exento de inconvenientes, en prácticamente
todos los campos, desde el agrícola, industrial, deportivo,
científico, político o tecnológico, sin olvidar
el editorial, que este año justamente encierra un significado
especial para China hoy, por conmemorarse el 55 aniversario de
su fundación.
De esta forma el gigante asiático ha podido desempeñar
un papel cada vez más preponderante en el escenario internacional,
en el que día a día aumenta el número de
los que reconocen el acierto de sus estrategias, como Costa Rica,
que se convirtió recientemente en el país número
169 en establecer relaciones diplomáticas con China y mostrar
su voluntad de transitar juntos el camino hacia el desarrollo,
la cooperación y el intercambio económico.
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