Danza del dragón de Pujiang

Por YUAN PEIDE

Potente cuerno en el templo ancestral.

El dragón es uno de los símbolos de China y los chinos suelen ser llamados como “descendientes de dragón”. La danza de este mítico animal en el Festival de los Faroles (el décimo quinto día del primer mes lunar) es un acontecimiento fundamental para la vida cultural popular del distrito de Pujiang de la provincia de Zhejiang, pese a lo cual no fue incluido en 2006 en la lista nacional de patrimonio cultural no material.

La danza de dragón se considera un “farol largo”, formado por muchos bancos, y se ejecuta en todas las aldeas montañosas de Pujiang, para animar el festival, celebración que me llevó en los últimos años a esa localidad, con el propósito de coleccionar la esencia de la cultura tradicional, al borde de la extinción.

En el momento en que los tambores redoblan, las lámparas brillantes y los ruidosos petardos crean una atmósfera irresistiblemente festiva en la localidad.

La procesión de la danza del dragón comienza en el patio de un templo ancestral. Cuando un anciano con barba plateada grita, “¡levantaos!”, unos diez hombres fuertes alzan un dragón pintado de múltiples colores y salen a la calle. Bajo el acompañamiento de los cuernos y suona (instrumento musical chino) y los petardos que estallan, el dragón, seguido por los aldeanos, avanza para recorrer las aldeas cercanas.

De momento el animal se detiene ante cada casa, para que la familia envíe su representante con una parte y se una al grupo. Así la aldea de mayor población puede formar el dragón de mayor longitud. Generalmente un grupo recibe a cien aldeanos en poco tiempo. Los gastos de la actividad son financiados voluntariamente por los pobladores, quienes consideran un honor hacerlo.

La conexión de los fragmentos se hace en el camino y entre cada dos hay un palo que los une, sostenido por una persona. Todos están atados a un farol hecho caprichosamente por un individuo y cada figura es diferente de las demás, pero eso no importa para formar parte del cuerpo de dragón.

La Danza del dragón animó la aldea en la noche. Concurrida plaza de la aldea. El dragón entra en la casa y trae la felicidad.

Casi todas las aldeas en Pujiang tienen una plaza, donde el dragón entra y da tres vueltas antes de comenzar la danza. Con el repique de los tambores empieza el baile. Entre vítores y aplausos, los aldeanos hacen los pasos, sosteniendo las fracciones y haciendo como si el dragón serpenteara más estrechamente su cuerpo. Después se ve al animal aflojando gradualmente su cuerpo arrollado. A veces su cabeza avanza rápido y en ese momento los que estén en la parte posterior tienen que correr más rápido, haciendo un movimiento curvilíneo. Los pasos se hacen cada vez más acelerados y al final casi galopan. De repente un chico se cae y después, dos mujeres. Se cree que la caída trae buena suerte. Entre la risa de espectadores, la danza continúa y el cuerpo del dragón se mantiene completo.

Quince minutos después la danza termina y el dragón es invitado a la aldea, como símbolo de felicidad y buena cosecha. Esta vez pisa los campos cultivables y arrolla su cuerpo tres veces a la derecha y tres veces a la izquierda. Dicen que la tierra por donde él pase obtendrá una buena cosecha en otoño.

Como el dragón se relaciona con la cosecha, se prohíbe saltar por encima de él y cierta mala conducción será objeto de castigo. Estuve rodeado por su cuerpo sin ninguna salida y después logré escapar por debajo, pues dos aldeanos levantaron sus segmentos al ver mi apuro.

En la noche, los faroles encendidos en cada parte que une al dragón avanzan entre las montañas y de lejos se asemejan a un dragón de fuego, que al final de la danza se muestra arrollado. Su cabeza parece un estambre y las lámparas pétalos forman una flor bien abierta.

La danza del dragón del Festival de los Faroles comenzó a celebrarse en Pujiang en el siglo VII y alcanzó su auge en el XVIII, según datos históricos. Es una tradición que se ha trasmitido de generación en generación en las zonas costeras del sur y se basa en un cuento popular sobre una sequía que atacó el área en épocas antiguas.

Ningún rezo o sacrificio de la gente pudo traer ni una gota de lluvia, hasta que el dragón del Mar del Este, compadeciéndose por la masiva muerte del pueblo, se lanzó desde el mar e hizo caer la lluvia. El dios, muy enojado por el hecho, lo castigó cortándolo en múltiples pedazos y lo tiró a la tierra. La gente recogió por todas sus partes, las unieron y rogaron que su salvador pudiera resucitar. Así nació la tradición.

La fabricación del mitológico animal es un proceso complicado y debe cumplir algunos ritos inviolables. Primero, el bambú para hacer su cabeza debe ser "robado" por la noche. Los artesanos identifican el bambú conveniente en el bosque, lo cortan en la noche y dejan un sobre rojo que contiene efectivo, como remuneración para el dueño. El mismo proceder se aplica al bambú usado, para elaborar las partes que conforman el resto del cuerpo.

Después de pegada y pintada la cabeza del dragón, sus ojos se cubren con dos cuadrados de papel rojo y se inicia una ceremonia formal de invitación al dios del dragón, durante el festival. El dragón se coloca en la tabla en el pasillo, junto con ofrendas de granos, caramelos y tortas. Un sacerdote taoísta hace el llamamiento al dios y quita el papel rojo de los ojos del animal. Los aldeanos queman incienso y ruegan, y los sostenedores de las lámparas se bañan antes de comenzar la procesión. Tras lanzar petardos, el dragón es llevado al patio y el anciano de mayor edad dirige la peregrinación. Lo siguen los peones que llevan petardos y velas y después los hombres que sostienen los gongos y la armadura con figura de tigre.

El dragón pasa de una familia a otra.

Los dragones de Pujiang abarcan cien mil fragmentos y cada uno mide 2,3 m de largo, 18 cm de ancho y 5 cm de diámetro. En ambos extremos de cada parte hay un hueco para unir los faroles. En el festival de 2007, un total de 66 dragones pasaron entre los 15 cantones del distrito.

La danza del dragón de Pujiang incorpora los elementos de otras formas del arte popular, tales como pintura tradicional china, caligrafía, recortes de papel y danza. Ha dejado una profunda y amplia influencia en la localidad, el centro de Zhejiang y las zonas costeras. Los avances sociales y la globalización amenazan incuestionablemente esta costumbre, por lo que deben adoptarse medidas encaminadas a proteger este arte popular.

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