La conquista del sabor
mexicano
Por XI WEN
Igual que China, México es una nación muy
rica por la variedad de su cocina, de ahí que el objetivo
de nuestra presencia en Beijing sea, ante todo, dar a conocer
esta deliciosa gastronomía, comentó Juan I
Roitman, director de proyecto del primer restaurante de la cadena
mexicana El Fogoncito en nuestro país.
Quizá porque es también el primer establecimiento
de este tipo de comida abierto en el gigante asiático por
mexicanos naturales, se enfatiza especialmente en el auténtico
sabor y típico estilo ambiental. Para lograrlo, la gerencia
insiste estrictamente en usar los mismos materiales que en México,
algo muy difícil por la distancia que separa a ambas naciones.
Por ejemplo, hay que importar guacamoles, porque China casi no
produce aguacate, una fruta común y corriente en América
Latina. Además, se compran las tortillas a un proveedor
mexicano que abrió en Beijing una línea de elaboración
de este producto, que cuesta 40 yuanes por kilo (más de
5 dólares).
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Gerente Roitman (segundo
a la Izq.) y Chen Zhen (segundo a la dcha.) ante el primer
restaurante mexicano El Fogoncito en Beijing. |
Todos los esfuerzos, sin embargo, no resultaron vanos. En
otros restaurantes mexicanos en Beijing, uno en general puede
notar la influencia norteamericana o italiana. Aquí garantizamos
que los 58 platillos del menú o los detalles del servicio
sean 100 por ciento mexicanos. Hacemos sólo las tortas
en vez de las hamburguesas y pizzas, aseguró Roitman.
En el ambiente lleno de elementos culturales mexicanos del restaurante
uno puede disfrutar plenamente de una atmósfera muy similar
a la del país de los aztecas y probar bebidas autóctonas,
como las cervezas Sangrita, Sol y Corona.
El restaurante se ubica en la plaza Wanda, importante zona comercial
del este de Beijing, que es igual a otras de la ciudad en las
que se concentran decenas de edificios de oficinas, altos y modernos,
y centenares de empresas nacionales e internacionales. Por la
gran demanda de los empleados cuellos blancos, resulta
fácil localizar en ese entorno restaurantes de comida de
diferentes regiones de China y naciones como Francia, Japón,
Tailandia, Italia y Viet Nam, entre otras, que casi pueden formar
una pequeña ONU. Frente a una competencia tan
aguda, uno tiene que establecer su prioridad y estilo especial
para sobrevivir. Quizás es este el otro motivo por el que
El Fogoncito insiste en mantener su sabor original,
lo que hasta el momento ha sido bastante efectivo.
Abrimos el 26 de enero de este año y puedo decir
que estoy muy contento por la operación. Estamos ganando
fama en la zona. Además de los empleados extranjeros de
la plaza, por la cercanía al barrio de las embajadas, nos
frecuenta también mucho personal diplomático. Y
poco a poco, están aumentando los clientes chinos. Esto
es una rutina en los restaurantes de comida occidental, que tienen
que conquistar primero a los comensales de su país y luego,
naturalmente, van a atrayendo a los nativos. Por ejemplo, si un
restaurante francés no es capaz de tener el reconocimiento
de los franceses, no puede convencer a los clientes chinos de
que lo visiten.
Hasta el momento, la clientela china ha crecido desde alrededor
de un 10% en los meses iniciales hasta un 40%, ilustró
Chen Zhen, director de operación de la instalación,
quien ha trabajado en muchos hoteles grandes, acumulando una rica
experiencia administrativa en la cocina. Antes de venir al restaurante,
él fue a México a recibir dos meses de capacitación
en administración y gastronomía. Todos los cocineros
y pasteleros de El Fogoncito son chinos y ellos se
adiestraron en la preparación de los platillos bajo la
instrucción de los maestros mexicanos en China. Yo
soy el único mexicano del restaurante, bromeó
Roitman.
Poco después de la apertura, por la noche la gente
tiene que reservar su mesa con anticipación. Muchos clientes
prefieren esperar más de una hora antes de irse a otro
lugar. Ahora por una obra municipal que está ejecutándose
en la calle trasera, nuestro negocio resultó un poco afectado,
porque nos quitó una parte del estacionamiento, pero creo
que es algo provisional. En octubre próximo vamos a abrir
otro restaurante en Sanlitun, famosa calle de bares e importante
sitio de recreo nocturno de Beijing. En total, tenemos planeado
establecer 3 en la capital en 2 años y 5 en todo el país
en 3 años. Además de Beijing, hicimos el estudio
de mercado en otras grandes ciudades, como Shanghai y Shenzhen,
adelantó Roitman.
Sobre los Juegos Olímpicos de 2008, que están más
cerca cada día, la directiva del restaurante lo toma como
una gran oportunidad para el desarrollo de la cadena, tanto en
la ciudad como en el resto del país. Muchos jugadores
y turistas latinoamericanos nos conocen muy bien y seguramente
serán parte de nuestros clientes y nuestra publicidad.
Ya nos hemos puesto en contacto con el Comité Organizador
de los Juegos, para que nos señalen como proveedor de la
comida de los deportistas mexicanos. Deseamos que más mexicanos
y latinoamericanos sepan de nuestra existencia en China, cuando
ellos estén aquí y vengan a visitarnos y saborear
los platos que les resultan familiares. Además de comida,
ofrecemos también servicios de banquetes hasta para 1.500
personas. Frecuentemente organizamos este tipo de actividad para
la embajada de México y algunas empresas grandes,
explicó el director chino.
Sobre su experiencia laboral en el país asiático,
Roitman dijo que antes de trabajar en este restaurante,
estudié chino durante dos años en la Universidad
de Lenguas y Cultura de Beijing. Hasta el momento, continúo
creyendo que lo esencial es el conocimiento mutuo. Sean los inversionistas
o interesados por la cultura china, tienen que saber primero ¿cómo
es China? Y, en el caso de los chinos, ¿cómo es
México? Aunque por el motivo económico, el conocimiento
de la cultura e historia del país también es primordial.
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