Al
espacio exterior
Por XIN XIN
El Programa Kuafu, como es identificado el proyecto espacial
de China, fue considerado por William Liu, presidente de International
Living With Star (ILWS), como el más ambicioso de su tipo
para los años que se aproximan, porque adopta muchas tecnologías
de punta, creadas por los propios expertos locales, y una vez
que comience a desplegarse elevará considerablemente la
posición mundial del gigante asiático en este campo.
En 2005 la propia ILWS sometió a un examen global el plan
chino, al que la comunidad profesional otorgó calificaciones
de excelente y muy bien.
Kuafu, nombre del gigante de una leyenda que se dice intentó
alcanzar el Sol con sus pies, está destinado a la observación
del cambio del ambiente espacial ocasionado por las actividades
solares, para el que se activará un sistema sintético
compuesto por tres satélites: Kuafu A, situado en el punto
de Lagrange L1, y Kuafu B1 y B2, que vuelan en pareja según
la órbita polar de la Tierra, de modo que mientras uno
se encuentre en el perigeo, el otro estará en el apogeo.
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Un niño atraído
por el modelo del vehículo que irá a Marte. |
Actualmente, el SOHO (Solar and Heliospheric Observatory), lanzado
por la Administración Nacional de Aeronáutica y
del Espacio (NASA, siglas en inglés) y la Agencia Espacial
Europea, y el ACE (Advanced Composition Explorer) de la NASA,
ubicados en el punto L1, son los dos únicos dedicados a
la vigilancia del Sol. El Kuafu A combinará las funciones
de esos dos y junto a los Kuafu B1 y B2 formará un sistema
independiente y completo.
Hace años el SOHO y el ACE sobrepasaron el tiempo
de funcionamiento útil para el que fueron diseñados,
algo que marca la especial importancia del Programa Kuafu, porque
dentro de varios años, si nos quedamos sin medios para
la observación sobre la emisión de los materiales
de la aurora solar, vamos a correr el mismo riesgo que si nos
enfrentásemos a huracanes imprevistos, y calamidades espaciales
como las tormentas magnéticas van a dañarnos en
cualquier momento, dijo R. Schwenn, experto alemán
en meteorología espacial.
En el próximo máximo año solar, 2012, si
los satélites Kuafu tienen el éxito redondo de lanzamiento,
van a formar un sistema de cooperación con otros 18 satélites
de diferentes países, constituyendo un centro sistemático.
Por el momento los trabajos preliminares del programa, en el que
participan 56 científicos reconocidos de 14 naciones, marchan
satisfactoriamente.
Sin embargo, los expertos revelaron que la fase de aplicación
todavía debe superar muchos obstáculos tecnológicos.
En primer lugar, hasta ahora China nunca ha enviado un satélite
a una distancia tan lejana como el punto L1, a 1,5 millones de
km de la Tierra. Como segundo aspecto importante, los técnicos
en el planeta tienen que ajustar la posición de los satélites
por control remoto, así como recibir señales débiles.
El efectivo control y la transmisión de los datos en el
espacio profundo forman una cadena esencial para el éxito
del Programa Kuafu. El tercer punto relevante tiene que ver con
la capacidad efectiva de los instrumentos colocados en los satélites,
que necesitan ser mejorados.
Marcha hacia otras estrellas
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Primera misión china
para la exploración de Marte. |
Ye Peijian, ingeniero general del programa de la exploración
lunar de China, señala en un artículo reciente que
en los próximos 30 años el país estará
en condiciones de llevar a cabo investigaciones en Marte y Venus.
Dos años después, se abrirá oficialmente
el telón del proyecto de exploración de Marte, que
desarrollan China y Rusia. Se trata del planeta donde existen
mayores posibilidades de encontrar vida. Doscientos o trescientos
años después, será posible que el ser humano
emigre al Marte, pero absolutamente imposible a la Luna,
explicó Ouyang Ziyuan, miembro de la Academia de Ciencias
de China.
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Exploración conjunta
de China y Rusia de Marte y su satélite Fobos. |
Lo primero que debemos hacer será buscar pruebas
de la existencia de agua en Marte, para comprobar si hay realmente
vida allí, agregó el académico. Según
su planeación, el envío de un vehículo de
investigación y su suave descenso en ese planeta, deben
materializarse luego de la segunda exploración lunar de
China, lo más temprano, después de 2010. Sin embargo,
la búsqueda de esos elementos todavía permanece
en la fase de ideas y concepción, debido a la distancia
remota que separa a ese punto de la Tierra, así como un
sistema mucho más gigantesco en comparación con
el programa lunar.
Por lo menos se tardará medio año para llegar
a Marte. El despegue de una nave, comunicación, transmisión
de la señal de datos, tecnología para garantizar
un arribo suave son todavía problemas, apuntó
el profesor Liang Xingang, de la Universidad Tshinghua. Todo
esto no puede resolverse en corto plazo.
Según reportes de prensa, además de la exploración
conjunta entre China y Rusia, la Unión Europea también
invitará a Beijing a incorporarse a su ambicioso plan de
exploración de las estrellas, Aurora, que se podrá
en marcha en 2030 e incluirá la misión tripulada
a Marte.
La caza
por el Sol |
Hace mucho tiempo, en el desierto
del norte, vivía una tribu de fuertes gigantes, cuyo
líder, Kuafu, tenía su cuerpo decorado con
dos víboras doradas en las orejas y otras dos en
las manos. Un año hizo tanto calor que las llamas
del Sol dejaron las plantas quemadas y los ríos secos.
Al ver su gente morir una tras otra de calor, Kuafu decidió
cazar el Sol y dominarlo.
Emprendió su recorrido
en dirección hacia donde aparece en el horizonte
el Astro Rey, al que alcanzó por fin, gracias a sus
pasos más rápidos que el viento, en el lugar
de su puesta. Sin embargo, no aguantaba el calor del planeta
y se fatigó por la sed. Entonces, Kuafu corrió
a la orilla del río Amarrillo y bebió de un
trago toda su agua. Pero no aplacó su sed y fue hasta
el río Weihe, que también absorbió
por completo. Sintiendo sed aún, volvió a
correr hacia el norte, donde había un lago de miles
de km2 de agua, suficiente para satisfacerle. Sin embargo,
no aguantó la sed y murió a mitad de camino.
Moribundo y lleno de lástima,
Kuafu tiró el palo que llevaba en su mano a lo lejos
y donde éste cayó apareció un bosque
de árboles de durazno, que muchos años después
cobija todavía con sus sombras a los viajeros y apaga
su sed con las frutas.
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