Hablar sobre la estación espacial y los viajes a otros planetas de China es referirse a algo lejano aún, por tratarse de una nación todavía relativamente pobre. Pero los chinos en general no carecen de grandes aspiraciones y quizás el próximo astronauta que dará un paseo en la Luna será un chino, reseña un artículo de la revista Economic, del año 2002. En 2003 cuando la primera nave espacial tripulada de China, la Shenzhou V terminó satisfactoriamente su vuelo alrededor de la Tierra, no pocos comenzaron a hacer conjeturas y auguraron que China sería el tercer país en realizar un alunizaje, después de Estados Unidos y la ex Unión Soviética. Dos años más tarde, Beijing anunció el Programa Chang´e, para la exploración de la Luna, y en 2006 el libro blanco titulado Navegación espacial de China en 2006, dio a conocer la intención del país asiático de llevar a cabo un viaje al único satélite natural de nuestro planeta, acercando así cada vez más a la realidad el sueño de los chinos de ir a la Luna.
¿Porqué realizar el viaje a la Luna?
La aspiración y la imaginación por la Luna formaron parte de la mitología de cada nación en la Tierra sobre el cuerpo celeste más cercano. Los chinos creían que en ella vivía un conejo blanco que está preparando el elíxir de la vida eterna y un hombre llamado Wu Gang, condenado a talar sin cesar un árbol de cinamomo, igual que Sisifus. El programa de exploración lunar de China se bautizó con el nombre de la hermosa diosa de la Luna de una leyenda local, Chang E, quien fue esposa de Hou Yi, héroe de extraordinaria puntería con el arco e incomparable fuerza.
De la Reina Madre del Oeste, Hou Yi obtuvo un medicamento mágico, que Chang E bebió en secreto e inmediatamente se convirtió en inmortal y voló al cielo. Desde entonces la joven vive solitaria en la Luna desierta. Por compasión por la vida a solas de la diosa, cada 15 de agosto del tradicional calendario chino, la gente le rinde reverencia y celebra también un importante festival para la reunión familiar, el Día del Otoño Medio. Aún hoy los chinos siguen manteniendo una gran curiosidad por nuestro satélite. Según una encuesta, el 85% de las personas está interesada en el alunizaje, pero no en la causa mitológica, sino científica. "Cuando me enteré de que en realidad la Luna es un mundo muerto y frío, en vez de desilusionarme, me provocó mayor interés, porque quisiera saber el motivo por el que no es igual a la Tierra, llena de vigor, prosperidad y color", dijo Ouyang Ziyuan, científico jefe del Programa de Exploración Lunar y miembro de la Academia de Ciencias de China. Sin embargo, también hay estudiosos que plantean sus dudas y preocupaciones por el proyecto. Por una parte, consideran elevado su costo, y por la otra, piensan que es innecesario realizar un alunizaje, después que lo hicieran EE.UU. y la ex Unión Soviética. En comparación con el costo de 25.600 millones de dólares del plan Apolo, equivalente a tres quintas partes del presupuesto total de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA), de Estados Unidos, en la década del 60 del siglo pasado, el satélite Chang´e representará un desembolso de 136 millones de yuanes, costo nada exagerado, pues constituye apenas una pequeña parte del ingreso nacional, que no influirá negativamente en la economía china, según el académico Ouyang. Además, las obras espaciales en general pueden convertirse en incubadoras de la ciencia y la tecnología, así como promotoras de la economía. Conforme al comandante general del Programa de Exploración Lunar, académico Luan Enjie, la meta debe ser evidente en su propio carácter y capaz de llenar la laguna en la explotación lunar y contribuir con nuevos datos para el establecimiento de una base en ese satélite, tratando de evitar repetir el trabajo hecho por otros países.
En opinión de Ouyang Ziyuan, la exploración de la Luna es un paso necesario para China, ya que constituye un importante escalón para la investigación del sistema solar, el sistema Tierra-Luna y el origen y la evolución de la vida, al igual que para ampliar el estudio científico y el hábitat del ser humano. El resultado que consiga el país servirá para completar los datos obtenidos por EE.UU. en 2000. Además, el programa elevará el prestigio de China en el mundo y reforzará la unión de la nación, porque la expedición lunar representa el poder sintético nacional y el nivel de las tecnologías de punta de un país. Otro importante objetivo que se debe alcanzar con esa misión es la preparación de nuevos recursos energéticos. "En la Luna hay más de 100 tipos de minerales conocidos, cinco de los cuales no existen en la Tierra. En el futuro la energía procederá principalmente del Sol y la fusión nuclear. Si podemos explotar el helio-3 que contiene la Luna, garantizaremos por lo menos el suministro de electricidad en 500 años", aseguró el académico Ye Peijian, comandante y diseñador general del satélite Chang´e-1.
Programa Chang´e
El programa de exploración lunar de China consta de tres fases: de 2004 a 2007 se lanzará un satélite orbitador; de 2007 a 2012 se ejecutará el suave descenso sobre la Luna y el paseo del robot y módulo; de 2012 a 2017 se llevará a cabo un suave alunizaje de un módulo que tomará muestras y las traerá de regreso. Se calcula que de 2020 a 2025, el país será capaz de enviar una misión tripulada a ese satélite y más tarde entrará en la etapa de establecimiento allí de bases permanentes.
De acuerdo con Zhang Yunchuan, director de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Industria para la Defensa Nacional, como prólogo de todo el programa, el satélite Chang´e-1 podrá ser lanzado en septiembre de este año. Para ello será preciso escoger una postura apropiada entre el Sol, la Tierra y la Luna, oportunidad que dura muy poco tiempo. Según el proyecto, después de su despegue, el satélite chino entrará primero en una órbita elíptica y sincrónica con la Tierra, la que tiene un perigeo de 500 km y un apogeo de 70 mil km. El Change-1 dará una vuelta según la órbita, en 26 horas, y luego con la velocidad acelerada, pasará a otra órbita elíptica mayor, de perigeo de 500 km. y apogeo de 120 mil km. Al terminar una vuelta en 48 horas, el Chang´e-1 incrementará otra vez la velocidad y volará rápidamente hacia la Luna. Después de 83 horas del vuelo, el satélite disminuirá su aceleración por medio del impulso retrocesivo del cohete y quedará capturado por la gravedad de la Luna, entrando en su órbita a una altitud de 200 km. Este viaje requiere en total de 157 horas y termina a 384.400 km de distancia de la Tierra, casi diez veces más que los lanzamientos anteriores, que en general llevaron los satélites a 35.800 km de altitud desde la superficie terrestre. Sun Laiyan, jefe de la Administración Estatal de Navegación Espacial, puntualizó que el Chang´e -1 tiene previstos cuatro objetivos científicos: completar el mapa tridimensional de la Luna, analizar e investigar la distribución de los elementos químicos y otros materiales, estudiar la superficie de la Luna y estimar el ambiente espacial. Larga distancia, control telemétrico y desfavorable ambiente constituyen grandes desafíos para el lanzamiento exitoso. Una vez vencidas esas dificultades, el satélite podrá transmitir claramente las señales y significará que el programa ha sentado las bases para cumplir satisfactoriamente las tres fases y realizar la recuperación de las sondas. "Debido a la importancia de la Luna para usos militar y energético, EE. UU., la Unión Europea, Japón y otros países occidentales ponen mucho interés en su exploración e invierten considerables fondos en planes lunares. La India es otra nación que también ha mostrado gran atención a este tema y ha asegurado que realizará un viaje tripulado al satélite terrestre cuatro años antes que China. Bajo tal circunstancia, es muy difícil que nuestro país obtenga apoyo técnico de otros Estados y por eso todos los componentes los diseñamos y explotamos nosotros mismos, ninguno proviene del exterior", comentó Ouyang. Luan Enjie, comandante general del Programa de Exploración Lunar, precisó: Alrededor de 10 mil personas están trabajando en este programa. Partiendo de cero y a base de su propio esfuerzo, China tardó 3 años en concluir el diseño y producción del satélite Chang´e-1 y los proyectos en juego, tiempo mucho más breve que el invertido por otras naciones". Según datos hechos públicos, el Chang´e-1 estará equipado con 6 juegos de 24 piezas de instrumentos para la investigación científica, entre ellos una cámara tridimensional CCD, altímetro de láser, espectrómetro de imagen, espectrómetro de rayos X y Gamma, radiómetro de microonda, detector de partículas de alta energía y detector de iones de baja energía, entre otros medios, que serán usados por primera vez en China y que en algunos casos fueron creados por primera vez en el mundo específicamente para esta misión.
¿Cuánto queda para pisar la Luna?
A principios del año en curso, la noticia de que China va a construir una nueva base de lanzamiento de satélites en la provincia de Hainan y ponerla en funcionamiento antes de 2010 llamó ampliamente la atención. Los expertos estadounidenses estimaron que con esta instalación, los actuales cohetes de la serie Changzheng y los de nueva generación elevarán en un 10% su capacidad de propulsión y de este modo, en el futuro plan de alunizaje, podrá llevarse la nave tripulada sin dificultad a la Luna, para construir allí una base permanente, o al espacio, para la construcción de la estación espacial. Entonces, ¿podemos determinar que los astronautas chinos van a pisar la Luna, si las primeras tres fases del Programa Chang´e logran el éxito? De acuerdo con los astrónomos, la misión tripulada a la Luna requiere que China cuente al mismo tiempo con capacidad de navegación espacial tripulada y exploración lunar. El país ha cumplido ya la primera, y la segunda está en proceso de materialización. "Con nuestra propia nave espacial, los chinos hacemos realidad el sueño de volar al espacio, pero aún nos quedan muchos altos escalones por superar para poder pisar algún día el suelo de la Luna", subrayó el académico Ouyang Ziyuan. "Por el momento China es capaz de enviar gente a la Luna, pero limitándose al viaje de ida, sin garantizar su regreso", abundó y estimó necesario experimentar las primeras tres fases de la misión no tripulada, para confirmar la absoluta seguridad de los astronautas. De la Tierra a la Luna la nave espacial tiene que recorrer un trayecto de 800 mil km, en ida y vuelta, lo que obliga a China a disponer de un cohete portador de enorme propulsión, múltiple encendido y gran carga, para llevar suficiente combustible e instrumentos científicos. El académico Luan Enjie reveló que para el vuelo a la Luna se necesitan cohetes de propulsión de 3 a 4 mil ton y los que posee el país actualmente alcanzan un máximo de 600 ton., por eso en los 7 u 8 años próximos, se impulsará el estudio y fabricación de la nueva generación de cohetes portadores, bautizados como Changzheng-5. Para las actividades fuera de la nave cósmica, el módulo de la compuerta de aire y el traje espacial son esenciales, en especial el segundo, teniendo en cuenta la temperatura de 300°C y la fuerte radiación en la superficie de la Luna, que requieren de una escafandra dotada de extraordinario control térmico y ambiental, así como resistencia a la presión y sin fuga, algo que por ahora no se ha logrado. "Bajo las condiciones del fondo garantizado y oportuno procedimiento del programa, China será plenamente capaz de enviar su nave espacial a la Luna dentro de 15 años", opinó Huang Chunping, jefe de asesoría del Plan de Cohetes Portadores del Programa de Navegación Espacial Tripulada de China.
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