En defensa de las bicicletas

Por ETHEL LU

Primer estacionamiento tridimensional de bicicletas en Beijing.

Pese al vertiginoso desarrollo de la industria automovilística, la bicicleta sigue siendo el más destacado entre todos los medios de transporte, un símbolo en China. Según las estadísticas, en el país se conservan un total de 470 millones de bicis (una por cada menos de tres chinos), de las cuales 420 millones son del modelo común y 50 millones eléctricas.
Sin embargo, tan alta es la cifra de preservación como la de robo, pues cada año se registran más de 4 millones de hurtos, entre las cuales 700 mil corresponden al modelo eléctrico, lo que representa una pérdida económica directa de más de 2.000 millones de yuanes (unos 259 MDD, al cambio actual). ¿Cómo prevenir estos delitos se ha convertido en una de las principales preocupaciones en China, el reino de las bicicletas?

Juego entre el gato y el ratón

Durante los dos últimos años, a la familia de Zhang Weiguo, cuya casa está cerca de Yayuncun, en Beijing, les han robado cinco o seis bicicletas. Las pérdidas que más lamentan son las de su hijo, pues cada una de sus bicis había costado unos 800 ó 1.000 yuanes (de 104 a 130 dólares), mientras las de él y su esposa las adquirieron por menos de 100 yuanes (unos 13 dólares). Desde su punto de vista, la bicicleta significa una de las formas de reemplazar las caminatas. No obstante, para su hijo, la bicicleta es un símbolo de su estado de identidad, porque las "cabalgaduras" de sus compañeros de clase son todas de marcas famosas.

Al indagar por las historias de bicicletas perdidas, casi todos los chinos que habitan en las ciudades pueden contar varias. El señor Zhang recuerda que la vez que más rápido le robaron una fue un día que andaba de compras por puestos callejeros. La dejó a su lado, saludó al vendedor y cuando iba a encadenarla, descubrió que ésta había desaparecido.

En el caso de la primera bicicleta de su hijo, una de marca Giant, cada día éste la llevaba en hombros hasta el apartamento, en el quinto piso del edificio, sin que le molestase. Después de medio año todo iba bien y su hijo aflojó la constancia y empezó a aparcarla en el pasillo del inmueble. A los pocos días desapareció inexplicablemente. Desde entonces, esté cansado o como esté, el joven sube su ciclo a casa.

Ahora, cada vez que sale, el señor Zhang prepara dos cerraduras, una para atar la cadena de la bicicleta y la otra para sujetarla con la barandilla al lado de la calle o con un árbol. En caso de que vayan juntos los tres miembros de la familia,simplemente unen las tres bicicletas y las atan.

Ma Lianfu, un señor de más o menos cincuenta años, es responsable de cuidar y atender las bicicletas aparcadas alrededor del mercado de almacenes en Qingnian Lu. "En una ocasión un hombre que había parqueado aquí una bicicleta no volvió a recogerla por la noche y ésta quedó atada a una barandilla. Le quitaron el asiento y el timón. Cuando el dueño regresó, no supo si llorar o reír", relató Ma y explicó que para vigilar bien las bicicletas hace todo lo que esté a su alcance. Aunque los propietarios las hayan atado, él las ensarta con una larga tela metálica. De esta manera, aun cuando el ladrón apalanque la cerradura, no podría irse.

Después de tantos años de vigilancia, Ma se siente cada día menos contento con la calidad de las bicicletas. Desde su punto de vista, las de antes eran más duraderas, sobre todo su cerradura, que era muy resistente, aunque reconoce que pesaban mucho y su diseño no era tan bonito. Las bicicletas actuales, aunque múltiples de apariencia y moda, son irresistentes, "bonitas pero no sirven para nada", especialmente la cerradura. Se pueden abrir varias con la misma llave, cosa que a Ma ya no le extraña.

Aunque los fabricantes han inventado cerraduras dentro de la bicicleta, para que los ladrones no puedan usarla una vez las roben, además de alarmas de todo tipo, los casos son tan desenfrenados que los dueños, tan vigilantes como los gatos, no tienen ningún remedio para reaccionar.

Bicicleta robada: Es difícil decir te odio

Los campus universitarios son considerados como los lugares que mayor cantidad de robos de bicis registran. Lo primero que por lo general hace un estudiante, cuando entra a la enseñanza superior, es comprar una bicicleta de segunda mano con la ayuda de los alumnos de otros años.

Guan Peng, del primer curso de postgrado, ha ayudado a no menos de 10 alumnos de otros niveles a adquirir bicicletas. Sin embargo, no tuvo tanta suerte cuando él entró a la universidad Tsinghua. Este centro es tan grande que resulta conveniente disponer de una bici. "Compré una nueva el mismo día de mi inscripción, hice un recorrido por toda la universidad y me sentí muy alegre". No obstante, la felicidad del joven no duró mucho tiempo. Al día siguiente, cuando iba a recoger su medio de transporte, en los bajos del colegio mayor, no la encontró. "Los alumnos de los grados superiores me consolaron diciéndome que no era lo peor, porque había gente que perdía su bicicleta sólo unas horas después de comprarla". Siguiendo las orientaciones de los otros estudiantes, decidió buscar a los vendedores de segunda mano en una calle cercana a la puerta principal de la universidad.

"Precisamente cuando estaba caminando por la calle, sin saber donde podía encontrar a los revendedores, un desconocido se me acercó preguntándome si quería comprar una bicicleta y también el grado de novedad que deseaba. Al final, Guan Peng pidió una para hombre, de sexto por diez de novedad. "Sólo vale 60 yuanes, una quinta parte del precio de una nueva". Dos días después, recibió la bicicleta.

"Al principio, cuando la montaba por las calles, temía mucho ser reconocido por el dueño original". Aunque el vendedor prometió una y otra vez que eso no sucedería, Guan se sintió inquieto.

Una boda celebrada en bicicletas en Hangzhou.

"Sí, sé que no debía comprar bicicletas robadas, pero para reducir la pérdida económica, no tengo otro remedio". Alrededor de las universidades de todos los lugares del país, no carecen los vendedores de bicicletas de segunda mano, con su atención puesta principalmente en los alumnos de escasos recursos económicos. Al mismo tiempo, cada día son más las personas que pierden bicicletas que optan luego por una de segunda mano, más barata.

¿Puede garantizar la seguridad el sistema de compra de bicicletas por nombre verdadero?

Desde marzo hasta julio en 2007, el Ministerio de Seguridad Pública, junto con el Ministerio de Comercio y otros departamentos gubernamentales, despliega acciones específicas en torno a la ordenación de las bicicletas robadas en el país. Al mismo tiempo asesta golpes enérgicos a las bandas de robo y establece paso a paso un sistema de codificación de bicicletas y otro de compra y venta con el nombre verdadero, para crear un sistema informático de control de la seguridad de bicicletas, incluidas las informaciones sobre el fabricante, propietario, transacción de modelos antiguos y pérdidas y robos, entre otros datos.

Bicicleta eléctrica con tres cerraduras.
Un policía imparte instrucciones a estudiantes para evitar el robo de bicicletas.

Al conocer la noticia, la mayor parte de los ciudadanos consideró que "será muy difícil lograr el objetivo", porque este sistema de compra sólo puede efectuarse con las bicicletas nuevas, mientras los 500 millones de bicis que circulan actualmente por las calles, deberán ser registradas en un proceso que las autoridades estiman tomará al menos un año y medio.

Zhuang Junwu, un ciudadano de Beijing, tiene su propia opinión. Antes, cuando la situación económica no era agradable, una bicicleta era considerada un objeto de mucho valor en la familia. Tener una con su matrícula significaba estar protegido y era posible encontrarla después de que se perdiera. Sin embargo, con el aumento del nivel de vida de los ciudadanos, una bicicleta de unos doscientos o trescientos yuanes ya no sigue siendo un objeto de valor. Aun cuando esté registrada y posea una matrícula, la probabilidad de encontrarla es prácticamente nula después de la pérdida, aún menos si el costo de la búsqueda va más allá del valor del propio medio.

Sobre las acciones que despliega el Ministerio de Seguridad Pública, hay ciudadanos que abrigan esperanzas. Lu Jun afirma: "Es positivo establecer este sistema de compra por el nombre verdadero, para disminuir el robo. Pese a que todo se reduce al mercado de compra y venta de las bicicletas robadas". Pero hay una cosa más, si se puede generalizar el nuevo método en la práctica depende mucho de la cooperación y participación de la parte que venda y compre bicicletas.

En 2006 los departamentos de seguridad pública de Beijing realizaron una operación contra el robo de bicicletas. El número de delitos bajó de 140 cada día en 2005 a 40 en 2006. Las personas creen que la clave para resolver este problema será la negativa de los consumidores a comprar bicicletas robadas.

La señora Liu, dependienta de una tienda de venta especializada de la marca Giant, aclaró que, "por una parte, la tasa de pérdida de bicicletas ocupa una posición dominante y no baja. Por otra, debido al precio más bajo, la gente toma la iniciativa de comprar las robadas en el mercado de segunda mano, después de perder la suya, así se forma un círculo vicioso, que hace que cada día empeore más el problema".

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