En estos últimos años, el putonghua (chino estándar) se ha convertido en parte de la vida de Hong Kong. Cuando llamé a Lai Wai Shing, para pedir una entrevista, insistió en que no podría hablar bien putonghua. Durante la conversación, sin embargo, era obvio que había sido modesto; su putonghua es claro y fluido.

Los antecedentes laborales de Lai Wai Shing son sencillos. El periódico Ta Kung Po lo contrató en 1972 y se hizo periodista económico a partir de 1980. Él y su familia emigraron a Canadá en 1995, pero cuatro años después volvió a Hong Kong y se integró al grupo Hantec. Desde 2006 trabaja como comentarista financiero para el canal televisivo local NOW.

Problema que no es problema

Lai Waishing, comentarista financiero y económico de TV.

Lai Wai Shing posee un pasaporte canadiense, pero no lo ha utilizado desde 1999. Tiene su propia opinión sobre la oleada de la migración antes de 1997: “Puede que hubiese cierta proporción de la población que se preocupara por el retorno de Hong Kong, pero había otras causas para la emigración, como las oportunidades de educación para los niños y la reunificación familiar. Mis padres y yo emigramos a Canadá, porque en aquel momento el Gobierno de ese país animó a los inmigrantes a traer a sus descendientes, pues mis circunstancias financieras eran las mejores”.

Hong Kong mismo, abundó, es una ciudad de inmigrantes. Cuando estudiaba en la escuela primaria y secundaria, cada año había compañeros de clase que emigraban con sus padres para estudiar en el extranjero, mientras que otros vinieron a Hong Kong. Por mi propia experiencia comprendí muy bien la situación de éstos. Cuando llegué a Canadá no tenía trabajo, pero mi orgullo y la dignidad me impidieron solicitar subsidios del Gobierno. No se debe despreciar a los inmigrantes, porque merecen el respeto si trabajan duro y hacen sus propias contribuciones a la sociedad.

Lai Wai Shing ha atestiguado el enorme crecimiento y los inmensos cambios de Hong Kong. “Nací en 1952. En aquel momento la región era muy pobre y recuerdo que cuando era niño vivía con toda mi familia en un cuarto pequeño, con siete u ocho personas compartiendo una cama”. Este período fue la “época del puerto pesquero pobre”. En los años 60 la ciudad entró en la era industrializada y en la década siguiente su economía comenzó a crecer. En los años 80 los sectores financiero y de servicios despegaron rápidamente. Con más de 20 años de desarrollo, Hong Kong se ha convertido en una metrópoli y centro financiero internacional.

“Hay quienes creen que Hong Kong está en una encrucijada y que corre el riesgo de ser marginado y suplantado como centro financiero internacional por Shanghai. Creen que ha perdido su orientación”, situación que preocupa a una gran cantidad de hongkoneses. Pero para Lai Wai Shing, “ese problema no es problema”.

Wallace Yeung.

Él ha estado en Shanghai en más de 20 ocasiones y también ha ido a otras ciudades grandes del continente. “El desarrollo rápido de esas regiones me recuerda al Hong Kong de hace más de 20 años”, que tenía entonces como referencias a Nueva York y Londres, dos potencias y centros financieros internacionales. No sentían a Hong Kong como una amenaza, pero cuando ésta creció y se convirtió en un centro financiero internacional similar no afectó a Nueva York, Tokio ni Londres. Por esa misma razón, Hong Kong tampoco perderá su puesto por la aparición espectacular de Shanghai. Un país tan grande como China necesita más de un centro financiero, como una fábrica grande necesita más de un motor. Puede haber competición entre los dos, pero su relación no será sobre los principios de preferencia de uno u otro.

Lai Wai Shing cree que las preocupaciones de los hongkoneses reflejan realmente los cambios de su mentalidad, debido al retorno de la región a China. “Bajo la gobernación británica y la educación colonial, la gente se concentró más en ganar dinero que en otros asuntos. La cosa es diferente ahora. Pues Hong Kong ahora es gobernado por un gobierno propio y debemos preocuparnos naturalmente por nuestros problemas y futuro”.

En opinión del experto la orientación de Hong Kong es hacer frente al mundo con la tierra materna detrás de él. Cree que es la única posibilidad para seguir siendo una metrópoli internacional: “Si Hong Kong se convirtiera en una de las otras ciudades del país, perdería sus características y su sentido de existencia”. Su desarrollo, añadió, debe ser con el continente, con la tierra materna detrás de él, más que darle la cara a él.

Para la parte continental, Hong Kong es como un niño en una familia grande. La casa puede prosperar solamente en caso que permita a cada uno de sus miembros poner en pleno juego sus puntos fuertes. Por lo tanto, la ciudad debe aprovechar su puesto y papel como metrópoli internacional en vez de ponerse en guardia contra la posibilidad de ser sobrepasada por otras regiones del país.

Hong Kong, prosiguió, se ha desarrollado y continúa desarrollándose dentro de un ambiente de libertad, transparencia, franqueza e imparcialidad. La educación de desarrollo más profundo es fundamental para mantener su puesto como centro financiero internacional. “La educación es fundamental para el progreso económico”. La base de la economía de Hong Kong era la industria, apoyada por la popularización de la educación. La tercera industria, sobre todo el sector financiero, es el pilar de su economía. Esto significa que la educación nunca ha sido más importante que ahora.

Wallace Yeung piensa de la misma manera. Él es nativo de Hong Kong y graduado de la Universidad Abierta de esa ciudad, en la carrera de Tecnología Informática. En 2004 obtuvo su maestría en la Universidad Cueting de Tecnología, en Australia. Más tarde, se hizo miembro de permiso especial de la Sociedad Británica de Computación.

En su tarjeta de presentación aparece la frase: “Sinceramente para los intereses de Hong Kong”. Wallace Yeung es miembro de la Alianza Democrática para la Mejora y el Progreso de Hong Kong (ADMP), cuyos 9.919 miembros la hacen el mayor partido político del territorio. Una de sus tareas principales es proporcionar los recursos humanos talentosos para el gobierno de la RAEHK y su objetivo principal es servir a la clase de “raíces de hierbas”. Tiene oficinas en los 18 distritos de Hong Kong.

La entrevista con él se desarrolló en la comunidad de Mei Foo Sun Chuen, donde Wallace trabaja como administrador. “Dicen que a los hongkoneses no les atraen mucho temas políticos, pero eso es cosa del pasado. ¿Si no tienes interés en la política, cómo puedes hacer negocio?” Según su punto de vista, no es que a los habitantes de esta ciudad no les interese la política, sino solamente que no habían participado en ella.

Wallace Yeung es también gerente general de Hans (China) Co., Ltd., una compañía pequeña, que se dedica al diseño industrial. Se estableció en 1998, y se movió a Dongguan, provincia de Guangdong en 2005, donde se especializa en el diseño de herramientas. Esta empresa, explicó, sirve principalmente a entidades de Hong Kong que se han trasladado al continente, de ahí su apertura en esta parte del país, donde pasa por lo menos de tres a cuatro días a la semana.

“Muchos hongkoneses todavía creen que no pueden sobrevivir sin industria”, pero de acuerdo con su punto de vista, “ese problema no es problema”. Para él la reestructuración económica no es un reto al que hace frente solamente Hong Kong, sino el interior de China y todo el mundo. “Pienso a menudo cómo, cien años antes, cuando los Estados Unidos comenzaron a producir automóviles, muchos negocios como los fabricantes de sillas de montar se arruinaron. Tal situación condujo a un boicot contra los autos. Pero, ¿cuál fue el resultado final? ¿Acaso no fue la reestructuración económica?”.

Por lo tanto, amplió, la gente debe cambiar según la tendencia del desarrollo histórico. “En el pasado, las secretarias estaban en gran demanda. Pero con la popularización de las computadoras, muchos jefes comenzaron a ser más independientes y las secretarias se hicieron más o menos obsoletas. Yo trabajaba como diseñador de software, pero cuando ese negocio entró en depresión tuve que pensar en otra manera para ganarme la vida”.

En cuanto a la década del retorno de Hong Kong a China continental, a Wallace Yeung le parecen más interesantes los cambios sútiles que han ocurrido. Por ejemplo, antes, los hongkoneses no hablaban putonghua, pero ahora todos lo hacen, pese a los diferentes niveles. Asimismo, la gente de Hong Kong llamaba a los equipos de aire acondicionado “lengqi”, que significa aire fresco, y ahora los llama “kongtiao”, una traducción más literal, como se dice en el continente. Este cambio es propio de los lazos económicos más estrechos entre las dos partes. Otro elemento a destacar es que “en el pasado, tenías que cumplir trámites muy complicadas para visitar Hong Kong, pero ahora, son más fáciles, ¿verdad?”.

Wallace Yeung presta gran atención a la educación de su hijo. “Como en el continente, las conversaciones entre los amigos de Hong Kong conciernen a menudo sobre en qué escuela estudian sus niños y qué cursos toman aparte”. La educación es un tópico universal en Hong Kong. La facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad de la Ciudad inició el trabajo sobre la redacción del índice sostenible de desarrollo del terriotorio a partir de 2003.

Una encuesta telefónica entre 2.054 hongkoneses mayores de 18 años, pidió clasificar en una escala de 1-10 la prioridad de ediciones, tales como educación, economía y los derechos humanos. Los resultados demuestran que los habitantes de esta región consideran la educación más importante. Esto es comprensible, porque es evidente que Hong Kong perdería su competitividad si no puede desarrollar la educación. Se reconoce comúnmente que los recursos humanos talentosos son la fuerza dominante del desarrollo de cualquier lugar.

Wallace está orgulloso del espíritu de Hong Kong “puedo hacer”, por lo menos de una parte de la generación vieja. Siente que los jóvenes se quejan demasiado. Cree que el ajuste de los pensamientos es la llave, pero este, por supuesto, depende de la educación. “Como estamos compitiendo con el mundo, debemos ampliar nuestra visión”.

A su memoria vino la canción Debajo de la colina del león, del fallecido cantante Roman Tam, que inspiró a una generación entera de hongkoneses. Su letra dice, “los accidentes y las vueltas son inevitables en el camino de la vida, y es imposible sin tener preocupaciones. Como estamos en el mismo barco, debajo de la colina del león, dejémosnos tomar de la mano en tiempos de apuro”. Wallace cree que este espíritu todavía se necesita en el Hong Kong de hoy. “En mi opinión, una autoestima individual más alta enriquecerá la de toda la sociedad”.

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