El corazón de los
pobres
padres chinos
Por LI YAHONG
|
Un grupo de niños
espera para someterse al examen de categoría de Erhu. |
Li Juan, mamá de Dong Ziyan, hace siete años emplea
la bicicleta para llevar a su hijo a una escuela de piano y recogerlo
al finalizar las clases.
Con el propósito de facilitar el aprendizaje del pequeño,
los padres invirtieron 15.000 yuanes (casi 1.950 dólares)
en un piano de la marca Harmony cuando Ziyan tenía cuatro
años. Durante los siete años posteriores, cada viernes
por la noche Li Juan, tomaba su bici y acompañaba a su
hijo a la escuela de piano Jiangjie. Los gastos anuales del curso
ascienden a unos 6.000 yuanes (aproximadamente 780 dólares).
"Más el costo de la formación antes de participar
en el examen de categorías, en total el pago de los estudios
completos de esta especialidad equivale a la compra de un auto
de nivel medio", que en China está valorado de 200.000
a 300.000 yuanes (de 25.906 a 38.860 dólares), comentó
la madre.
En el gigante asiático saber tocar el piano es considerado
algo elegante y lujoso y a medida que el nivel de vida del país
va subiendo, la mayoría de los padres espera que sus hijos
puedan aprender música y elevar así su cultura.
Vale la pena invertir dinero en el curso de música
Dong Ziyan tiene 11 años y ha pasado el examen de la octava
categoría del Conservatorio Central de China, penúltimo
de los nueve niveles de los que consta el programa.
|
Una madre selecciona un piano
para su hijo. |
"No somos millonarios", expresó Li Juan y aclaró
que su esposo y ella no piensan dejar que el niño se dedique
a la música profesionalmente. Ella es una enfermera de
un hospital en Beijing, mientras su marido es un investigador
de un instituto. "La enseñanza de nuestro hijo es
una prioridad y aunque la inversión en sus estudios consume
una tercera parte del ingreso total de la familia, podemos cargarlos".
Lin Jia, directora de los asuntos educativos de la escuela Jiangjie,
explicó que normalmente los alumnos participan en 50 clases
para pasar cada categoría. El precio promedio de cada hora
de estudio en Beijing es de 100 yuanes (unos 13 dólares),
más los gastos de trámites de matrículas
y otros aspectos. Pasar la novena categoría exige un desembolso
de 70.000 a 80.000 yuanes (de 9.067 a 10.362 dólares),
cifra que incluye la compra de un piano de nivel medio o bajo.
"Si se compara con una década atrás, el precio
casi se ha duplicado.
Aprender música significa un gasto considerable. La escuela
secundaria del Conservatorio Central de China goza de fama entre
sus similares. Pero los gastos promedio anuales de los escolares
allí se estiman en 8.000 yuanes (1.036 dólares).
Aún así cada curso el Estado debe aportar una cifra
similar por alumno, para ayudarles a terminar los estudios.
"Los niños empiezan a aprender a tocar piano actualmente
desde una edad muy temprana, a los cuatro o cinco años,
a diferencia de épocas pasadas, en que comenzaban a los
diez años", comentó Lin Jia.
Un profesor de este instrumento apuntó que tocar el piano
es visto como sinónimo de elegancia y este es el motivo
principal por el que los padres deciden que sus hijos lo aprendan.
En el Palacio de Adolescentes del distrito de Xuanwu, en Beijing,
Sun Haifeng acompaña a su hija mayor, de 14 años,
Wu Chang, y a la menor, de 10 años, Wu Bing, a matricular
en los cursos de aprendizaje de flauta de bambú y erhu
(violín chino de dos cuerdas).
|
Un niño llora por
no salir bien en el examen de categoría de saxofón
en Guizhou |
Su hija mayor ha pasado la quinta categoría, luego de
tres años y medio de estudios. "Mi mamá es
muy desinteresada. Para apoyarnos a mí y mi hermana menor
a aprender la música, ha soportado muchas dificultades",
dijo Wu Chang, sentada al lado de ésta, que viste un juego
de ropa deportiva azul y no lleva maquillaje. Claramente pueden
verse los huesos salientes de sus manos ásperas.
El papá de Wu Chang se encarga de contactar con los actores
en un conjunto teatral en Beijing. Sun Haifeng trajo a las niñas
desde el campo de Liaoning a la capital en 2003 y estableció
una escuela de niños de trabajadores campesinos en el poblado
Jiugong, distrito de Daxing. Sus dos hijas estudiaban allí,
donde se ofrecían cursos de música, lo que permitió
a la mayor de las hermanas comenzar a aprender la flauta, cuyos
gastos, según la madre, son relativamente baratos. En aquel
entonces ella pagaba 60 yuanes extras al profesor cada mes.
Pero en julio de 2006, debido a las malas condiciones, el departamento
de administración ordenó cerrar la escuela y ahora
las hermanas Wu estudian en una escuela estatal, mientras Sun
Haifeng permanece en casa ociosa. "Quiero que las niñas
sigan estudiando música, por eso, las envío a este
centro".
Wu Chang comentó que la mayoría de sus compañeros
en la escuela tienen celular y MP4. Pero ellas no. "Entiendo
que mi mamá paga mucho dinero para que yo siga estudiando
la flauta. Cada mes los gastos del curso se sitúan en 300
yuanes (unos 39 dólares)".
El mercado de la música promueve los sectores correspondientes
El piano es un instrumento musical bien acogido por los chinos.
El vice rector de la sucursal de la Villa Asiática de la
escuela Jiangjie, Cui, señaló que en China hay más
de diez millones de niños que están aprendiendo
piano. Es un grupo tan enorme que si cada alumno compra diez ejemplares
de libros y una pieza de instrumento musical, cada diez niños
se contrata a un profesor, cada niño presencia un concierto
al año y un 10 por ciento de los estudiantes participa
en el examen anual de categoría, los beneficios serán
considerables.
El alza explosiva del número de alumnos de música
hace que la escala del sector sea cada vez más enorme,
y a la par va madurando. En cualquier tienda de instrumentos musicales
se pueden resolver todos los problemas, desde la compra de un
instrumento hasta el tema de la capacitación.
|
|
|
La Asociasión de Músicos
de la provincia de Jiangsu realiza un examen de Pipa en Nantong. |
Una joven violinista toma
examen de categoría en Hai´an, provincia de Jiangsu. |
Li Zhuoru, de seis años,
en una clase de piano con su profesora. |
En la calle Xinjiekou, en Beijing, se concentran decenas de establecimientos
comerciales de este tipo. Uno de ellos es Beijing-dots veterans
music Monopoly, cuyo gerente, Liu Qiang, se licenció del
ejército en 2003 y se dedica al saxofón. "Un
saxo de media categoría cuesta 2.000 yuanes (alrededor
de 259 dólares)", expresó el comerciante, que
se mostró satisfecho por sus ingresos actuales.
Además, las editoriales y el sector de imprenta también
van desarrollándose. Prueba de ello es que la venta de
libros e ilustraciones de música de la Editorial de Cultura
y Arte de Hunan representan actualmente un 40 por ciento de sus
ventas totales, con más de 500 variedades de libros musicales.
En sólo unos años esa entidad ha establecido su
propia marca.
A medida que aumenta el número de personas que aprenden
música, se va ampliando el equipo de los profesores profesionales,
alumnos de la carrera de música y escuelas de instrucción
en tiempo libre. Zhang Yang, profesora temporal en Jiangjie, graduada
del Conservatorio de Tianjin en 2005, vive en Beijing y desde
el año pasado prepara cursos de postgrado. Este oficio
le permite obtener un ingreso extra mensual de 5.000 yuanes (casi
648 dólares), suficiente para cubrir los gastos normales.
El pago es acorde al criterio de un estudiante graduado de la
universidad.
Según Zhang Yang, es difícil encontrar maestros
excelentes cuyos honorarios sean de 300 yuanes (39 dólares)
por clase. El ingreso por trabajo temporal es mucho más
alto que el oficial.
En Beijing, se venden bien los boletos de los conciertos de los
maestros. Para conmemorar el 110 aniversario del fallecimiento
del músico alemán Johannes Brahms, se celebró
en abril un concierto en el Conservatorio Central de China. Muchos
maestros, incluido Andreas Bach, ganador de la Competencia Internacional
de Steinway, en Alemania, tocaron algunas de las preciosas piezas
de Brahms. Los boletos para el espectáculo costaron de
50 a 880 yuanes (de 6,47 a 115 dólares) y se vendieron
rápidamente. La mayor parte del público eran los
alumnos y sus padres.
|