Dawn Aden, un aventurero viaja a Shangri-La

 

Por DONG YINCHUN

Tibetanos atravesando la montaña de Yangmaiyong, de Dawn Aden.

En el oeste de China, hacia el este de la meseta Qinghai-Tíbet, justo en el lugar donde se unen las provincias de Sichuan y Yunnan y la región autónoma del Tíbet, se halla un sitio misterioso, rodeado por montañas nevadas. Aquí las cordilleras de la meseta Qinghai-Tíbet, con dirección este-oeste, se extienden de repente de sur a norte y la distancia entre las elevaciones se comprime, formando un particular panorama geográfico de seis ríos que fluyen de forma paralera.

Entre los montes y valles se distribuyen numerosas montañas nevadas, glaciares, lagos, bosques, prados, fuentes y templos lamaístas de distintos tamaños, escenarios de no pocos cuentos y leyendas impresionantes. Los geógrafos bautizaron la región como la cordillera Hengduan (Transversal). La geografía nacional de China la describe como el “ciclo del gran Shangri-La” y el lugar más hermoso del país.

La montaña de Yangmaiyong posee una cumbre de pirámide y es considerada como la más bella entre todas a los ojos de Lockerbie.

El Dawn Aden de la prefectura de Garze de Sichuan se encuentra precisamente en el núcleo de esta área y fue denominado por la UNESCO Zona Protegida entre el Hombre y la Biosfera, a la que los turistas elogian como “la última tierra pura del planeta”. Joseph Lockerbie, aventurero y botánico austríaco visitó dos veces Aden y mostró este territorio misterioso al mundo, a través de sus fotos y largos apuntes de viaje, publicados por la revista estadounidense National Geographic. “En todo el mundo, ¿dónde podemos encontrar un lugar como éste, con tan extraordinario paisaje, que espera la llegada de los fotógrafos y aventureros?”, preguntó Lockerbie en uno de sus artículos.

Las montañas sagradas

A mediados de octubre de 2006 transcurre la temporada más linda para Dawn, pintoresco lugar al que llegamos en coche. La entrada se ubica en el dique Longtong, en la boca del río Gonggar, cuyo cauce discurre a una altura de 2.900 metros sobre el nivel del mar. A partir de aquí, el viajero debe caminar o hacer el trayecto a caballo. Dentro de la región hay dos campamentos, uno es el Templo Chumgu, a 3.880 m sobre el nivel del mar, y el otro es el prado Lhorong, a 4.150 m sobre el nivel del mar, 1.250 m más alto que el punto inicial, a donde debemos arribar antes de la puesta del sol, luego de recorrer 12 km.

Lago Niunai (de leche).

En Aden hay tres montañas nevadas, Xanor Dogye, Xiannairi y Yangmaiyong, muy próximas unas de otras. A sus pies se extienden los lagos Wuse (Cinco Colores), Niunai (de Leche), Zhenzhu (de Perla) y Risheng, los cuales parecen perlas brillantes incrustadas en el magnífico paisaje. A su alrededor se yerguen varias decenas de cumbres nevadas, que representan en el corazón de los tibetanos los dioses del budismo, de ahí que hagan lo que corresponda para preservar estas tres montañas sagradas y el terreno santo.

El prado Lhorong es un sitio ideal para contemplar el panorama de estas tres montañas. Dentro de él resulta particularmente atractivo el llamado “monte dorado de insolación”, nombrado así por ser iluminado en pocas oportunidades por los rayos del sol, un espectáculo que escasas personas tienen la suerte de admirar.

Una hora después llegamos a Lhorong, donde la altura sobre el nivel del mar es de 4.150 m. Mirando el viento cada vez más fuerte y las nubes más espesas, un palafrenero tibetano pronosticó que nevaría. “¿Tendremos mejor el tiempo mañana?”, le pregunté. “Cuesta decirlo. El clima de la meseta es insondable y cambiable. Nadie puede predecirlo”.

Precioso paisaje de Samboi de Dawn.

Como era la mejor época para apreciar el paisaje otoñal, todas las tiendas estaban llenas de turistas. Por fin logramos alojarnos en una casa de piedra de un pastor. No había ningún mueble en la habitación. En el centro estaba el horno para cocinar y sobre el suelo irregular una capa de plástico, más un edredón de algodón sucio y duro, que formaban la cama. Teniendo en cuenta las malas condiciones, nos cobraron 40 yuanes por persona.

Al amanecer Lao Wu, el más viejo entre nosotros, se levantó primero y apenas salió de la habitación gritó: “He visto las montañas sagradas. Levántense”. El verano pasado él había estado aquí y lamentablemente la lluvia no le había permitido observarlas.

Nos sorprendió la vista: las tres montañas se yerguen similares a un trípode. La línea de Yangmaiyong, como un cuchillo, sobresale entre las tres bajo el cielo azul. La cumbre nevada en forma de pirámide se eleva, recibiendo el primer rayo solar. Todos nos sentamos en la pendiente de las divinas cumbres para que nos dé el sol al mismo tiempo que a ellas, olvidando el frío y el hambre.

Estas tres montañas, que figuran en el puesto número 11 entre los 24 lugares sagrados en budismo, son identificadas por un mismo nombre en el budismo tibetano “Nyain-qenKonggarRisumKungbo”, como las bautizó en el siglo 8 el afamado maestro budista Pdmasambava, tomando los nombres de los tres budas respectuosos de Tantrism. Xiannairi es el buda Bodhisattva, Xanor Dogye, el buda Vajrapan, y Yangmaiyong, el buda Manjusri.

Las tres reciben también el apelativo de Tres Montañas Nevadas Guardianes, que signifca proteger al dios, y devienen sitio sagrado de veneración para los creyentes. Dicen que un paseo por estos tres montes equivale a la virtud de recitar por diez mil veces los sutras (escrituras budistas), mientras que tres recorridos pueden exonerar del delito de matar a ocho seres humanos y ocho caballos. Al menos venir una vez en la vida a Aden es el deseo de todos los tibetanos.

El lago misterioso

El camino del prado Lhorong al lago Niunai es muy difícil. El valle del río se va estrechando y la altura sobre el nivel del mar aumenta progresivamente, acercándonos cada vez más a las montañas nevadas, como si pudiéramos tocarlas con la mano. Luego de varias curvas llegamos al oeste de Yangmaiyong, donde debemos atravesar la ladera escarpada de Qugyugchaggar, llamada también el Precipicio del Sacrificio, que debe su nombre a un despeñadero con más de cien zhang, (unidad china que equivale a 3,3 metros aproximadamente).

Por lo general, los tibetanos, cuando llegan a este punto, encienden incienso y veneran a los dioses, razón por la cual sobre la ladera se colocan muchos pendones de los sutras. Después de subir la pendiente, de repente, el suelo se vuelve plano y angosto. Más adelante aparece el Lago Sagrado o Lago Niunai (de leche), de una superficie de aproximadamente media hectárea, a 4.500 metros sobre el nivel del mar, considerado un embalse paleoglaciar. Su forma exterior es similar a la de una gota y es famoso por su agua de azul intenso. Según la leyenda, en este lugar sagrado, el más fresco de Aden, se pueden curar la sordomudez y otras enfermedades raras.

La mejor posición para contemplar el lago está en la pequeña ladera de su margen derecha. Desde arriba, su extraordinaria forma y el color esmeralda penetran profundamente en la mirada. Volví la cabeza y vi que atrás hay otra pendiente, en cuya parte trasera se encuentra Yangmaiyong. Por la anhelación a los montes santos, seguí subiendo. Empero, detrás encontré una cuesta y luego otra. No recuerdo cuántas he subido.

Lago Zhenzhu (perla), en Xiannairi.

Por fin, me senté a mitad de la vertiente de Yangmaiyong, desde donde puede ver los tres montes y dos lagos sagrados. A la izquierda, están Xiannairi y Wuse, a la derecha, Yangmaiyong, atrás, Niunai, y, en línea recta, Xanor Dogye. Las nubes situadas en la cima del monte parece como si nos indicaran el camino a seguir.

Con el propósito de tener un contacto lo más cercano posible, dejé la bolsa pesada de fotografía y seguí subiendo. Después de escalar varias pendientes, vi las gravas que se extienden hasta la línea nevada de Yangmaiyong.

Cuando llegué al lugar donde termina el camino, la altura sobre el nivel del mar era casi de 5.000 metros. El viento sopló terriblemente y nos costó trabajo mantenernos en pie. Las gravas estuvieron deslizándose y a la izquierda estaba el abismo, el lago Wuse, también llamado Sheli (buen auspicio), que bajo la refracción de los rayos solares produce cinco colores distintos. Este se ubica entre Xiannairi y Yangmaiyong, a una altura de 4.600 metros. Su forma es redonda y ocupa una superficie de 0,7 hectáreas. Es un lugar muy renombrado en el Tíbet, pues en los sutras budistas se le alaba por tener la misma fama que otro lago sagrado de la región, el Yamzhog Yumco, que se dice refleja el pasado y pronostica el futuro.

En ese momento el clima cambió. En el cielo se concentraban velozmente los nubarrones. Vi el agua negra en el lago Wuse. Luego, la gente me contó que no podía percibirse el maravilloso cambio de color hasta que se está cerca del lago.

Residentes tibetanos en Dawn Aden.

El Templo Chumgu, erigido a una altura de 3.880 metros, está al pie de la montaña nevada Xiannairi. Dicen que el monje prominente Jiegong Cox, para venerar por toda su vida a las montañas sagradas y propagar el budismo, estableció templos. Sin embargo, la construcción enfureció a la divinidad, vinieron las calamidades y pululó la lepra. Jiegong empezó a recitar sutras todos los días, pidiendo al dios que la catástrofe cayera sobre él y diera al pueblo una vida feliz. Sus actos por fin emocionaron a la divinidad. El pueblo encontró seguridad y paz, no obstante, el maestro falleció por enfermedad y hasta la actualidad sus restos permanecen enterrados en el Templo Chumgu, donde los monjes todos los días queman inciensos y pronuncian sutras para conmemorar sus hazañas. Ese es también el punto de partida en el que los creyentes inician el paseo por las montañas sagradas.

Lockerbie se alojó tres días en 1928 en este santuario y a través de sus ventanas, divisó el apacible valle bajo la luna, considerado por la gente como el prototipo de de Shangri-La, el valle con luna azul, descrito en la obra Horizonte desaparecido de Hilton.

El Templo Chumgu también es el principal campamento de la zona paisajísca de Aden. A su alrededor se hallan muchas casitas de madera con camas comunicadas (de gran tamaño, donde duermen muchas personas), que cuesta trienta yuanes per cápita.

Desde el templo también se puede divisar Xanor Dogye y contemplar las imágenes revertidas. Para verlas es preciso salir de madrugada y llegar al lago Zhenzhu antes de la salida del sol, pues si hace viento después que aparezca éste, no se ve bien la imagen revertida. El Templo Chumgu dista dos kilómetros de allí. Empero, sin guía local es fácil perder el camino por la complicada topografía. Contratamos unos caballos y los palafreneros nos advirtieron varias veces que no tirásemos cosas al agua ni nos laváramos las manos en ella, pues es un lago sagrado.

El lago Zhenzhu está a pie del monte Xiannairi y también se le conoce como Lago de Female. Dicen que aquí se refugia el alma de Drolkar, uno de los 21 Females. El embalse se localiza a 4.100 metros sobre el nivel del mar, con una superficie de 0,75 hectáreas, similar a una perla verde preciosa incrustada sobre el trono de loto. A su alrededor se hallan los árboles con follajes de un verde intenso. Hace mucho tiempo éste era más grande, pero el dique se rompió y su superficie disminuyó hasta el tamaño actual.

Por fin recibimos las nubes rosadas del alba. Al aparecer el primer rayo del sol naciente, la imagen revertida de Xiannairi se va presentando en el agua azul, como si una foto comenzara a distinguirse en la solución química del revelado, tan misteriosa y maravillosa.

El agua del lago Zhenzhu está conectada directamente con la nieve de Xiannairi, lo cual permite a la gente llevarse una impresión completa y verdadera de la belleza de la región.

Cuando la luz del sol ilumina el lago, se empiezan a presentar los rizos y sólo pueden observarse los contornos de la imagen revertida de la montaña. Después de esta experiencia puedo decir que mi viaje a Aden ya terminó.

Dawn, lugar en la zona del valle del río

A pesar de que la esencia de Dawn está en Aden, sus paisajes al lado del distrito también encantan a la gente. En el idioma tibetano, Dawn significa el terreno amplio de valle montañoso. Y el distrito se ubica precisamnete en una zona ancha del valle del río. El bosque de álamos, con casi diez mil mu (una hectárea equivale a 15 mu) resulta enorme y no es muy común encontrarlo en la meseta de la zona glacial y templada. Al llegar el otoño, bajo el cielo azul y nubes blancas, la floresta se convierte en lo dorado y forma un paisaje peculiar.

Al regresar de Aden al distrito, es menester ir a Chapürongboi a tomar un baño termal que quita el cansancio de viaje. La fuente se encuentra tres kilómetros al norte del monte Goinba, al sureste del distrito, y es reconocida por sus aguas claras, límpidas, sin olor y cristalinas. Su temperatura supera los 68 grados centígrados y resulta apropiada para el tratamiento de las erupciones en la piel el reumatismo y la artritis. Como los tibetanos que habitan cerca de la fuente termal tienen una larga vida, el lugar también es identificado como un sitio de longevidad.

Las mujeres tibetanas de Dawn.

Samboi, 28 kilómetros hacia el norte de la localidad, es el paso inevitable para regresar de Dawn a Chendu e igualmente un punto representativo de Dawn. Las aldeas se distribuyen entre los amplios pastos a los dos lados de las carreterras del poblado, los zigzangueantes ríos y las ondulantes montañas. Los pastores y los bueyes y cabras atraviesan las aldeas ociosamente formando una apacible escena. Aquí la planicie y los ríos anchos y largos constituyen una enorme superficie húmeda, en la que proliferan las algas. La más hermosa debe ser el bajío Hongcao (Yerba roja) de la aldea Gyiyi. Es un pequeño estanque que cada otoño se llena de hierbas rojas, donde el reflejo de los álamos verdes, el cielo azul y las nubes blancas acentúan el color rojo. Esta parte, aproximadamente del tamaño de un campo de fútbol, está al lado de la carreterra. Semejante paisaje sólo es posible contemplarlo durante algo más de 10 días en todo el año. Sin embargo, sus fotos circulan en Internet y en los folletos promocionales.

Los aldeanos rodean el bajío y cobran a los visitantes cinco yuanes por la entrada. Desde Samboi, si seguimos rumbo al norte, encontramos la montaña Haizi, situada a 60 kilómetros del distrito. Es otra mágica formación terrestre. Durante el siguiente trayecto de varias decenas de kilómetros, la vista deviene más amplia. A ambos lados de las carreteras rectas se concentran las gravas. Y detrás de las últimas se extienden 1.145 lagos, la mayor ruina de glaciar antiguo en la meseta Qinghai-Tíbet, la antigua gorra de hielo de Aden, que se extiede 93 kilómetros de sur a norte y 49 kilómetros de este a oeste, con una altura media sobre el nivel del mar de 4.500 metros.

Parado sobre la enorme roca del monte Haizi, uno tiene la sensación de que el cielo está a su lado y entra en la época antigua, hasta que siente que alguien penetra por equivocación en la luna, creando una confusión en tiempo y espacio.

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