El café de la discordia
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Polémica por presencia de la transnacional estadounidense Starbucks
en la Ciudad Prohibida
Por LU RUCAI
Los
amplios dominios de Internet en China han sido escenario en días
recientes de una nueva controversia. Numerosos cibernautas del
país se oponen a que la cadena de cafeterías Starbucks,
de EE.UU., permanezca en la Ciudad Prohibida de Beijing. Algunos
de los participantes en la discusión, empero, se han mostrado
de acuerdo con que el establecimiento tenga su nicho en el sitio
imperial.
Lo cierto es que la oposición empezó en el mismo
año 2000, cuando se inició la construcción
de esta dependencia de Starbucks. En la actualidad, se ha sumado
a las filas de detractores el conductor de la Televisión
Central de China Rui Chenggang, quien cuenta con un blog para
tal fin. Rui también escribió al presidente de Starbucks,
Jim Donald, para hacer patente su protesta.
El blog de Rui ha recibido más de 500 mil visitas, en
buena medida para expresarle apoyo. Por extensión, la preservación
de la cultura tradicional de China se ha situado en los primeros
lugares de la opinión pública.
Perjuicio a la cultura tradicional de China
Starbucks no es mala, y también hace modificaciones
para adaptarse a la situación local. No obstante, de cualquier
modo, la misma no es precisamente símbolo de lo mejor de
la gastronomía estadounidense. Es un inconveniente que
exista una cafetería de este tipo en la Ciudad Prohibida.
Eso no es globali-zación, sino influencia nociva para la
cultura china. Escribe Rui Chenggang en su blog.
Como parte de su trabajo, el presentador ha realizado más
de 300 entrevistas a los directores de empresas transnacionales.
Según Rui, la Starbucks en la Ciudad Prohibida ha sido
motivo de risa para las altas clases sociales de Occidente, las
cuales, afirma, consideran que se trata de un trato irreverente
a la cultura China.
El Profesor Sun Xiaozhong, del Centro de Investigaciones de la
Cultura Contemporánea de la Universidad de Shanghai considera
que el hecho supone una violación por parte de la cultura
del consumo exterior a la cultura tradicional de la localidad.
Y agrega: Desde que la Ciudad Prohibida perdió su condición
imperial pasó a ser símbolo de la cultura tradicional
a los ojos de los chinos, mientras que para el ojo foráneo
la misma encarna la representación por excelencia de China.
Refinada o no, Starbucks es parte de una cultura de consumo exterior.
Su llegada al Palacio Imperial no es un asunto de mero negocio.
Más bien se ha convertido en símbolo de la intromisión
de la cultura de consumo global en los espacios de la cultura
tradicional en China.
En 2003, un expendio de Pollo Frito de Kentucky abandonó
los predios del Palacio de Invierno, tras una década de
permanencia allí. Su salida respondió a una moción
presentada en 2000 por un miembro del Comité Municipal
de Beijing de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo
Chino, que manifestaba la inconveniencia de introducir comida
rápida en jardines imperiales, porque el consumo de estos
alimentos destruye el estilo de los jardines. La protesta consiguió
el apoyo de la Administración de Jardinería de Beijing
y también la comprensión de Kentucky. Hoy se vive
una situación similar, pero el pollo ha dado paso al café.
Por un Palacio Imperial integral y armonioso
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El expendio de Starbucks
protagonizado en la Ciudad Prohibida. |
El provocador Rui Chenggang expresa que lo acontecido con Starbucks
es apenas la punta del iceberg. Lo que estamos
discutiendo no es un simple problema de comida o bebida. Se trata
de la protección de la integridad del patrimonio histórico
y cultural.
Algunas personas insisten en que la desarmonía de la Ciudad
Prohibida no es culpa de Starbucks, y que debemos considerar la
comercialización en el patrimonio cultural. En realidad,
seis años atrás fueron los propios responsables
del recinto quienes invitaron a Starbucks a abrir su tienda en
el Palacio Imperial. Un visitante dijo: Creo que la Ciudad
Prohibida debe asumir la responsabilidad. Sin su permiso, ¿quién
puede entrar y hacer algo en su lugar?
Al
abordar el tema de la protección de la cultura tradicional
el profesor Zhang recuerda: Cuando fui con mi madre a la
Ciudad Prohibida en 1976, el lugar se veía muy limpio con
numerosos tesoros imperiales. Pero, cuando volví en 2003,
se exhibían unas pocas reliquias, en medio de construcciones
viejas y objetos cubiertos de polvo.
La conductora del canal Fénix, Lü Qiu Luwei, también
publicó opiniones sobre este asunto en su blog. Según
ella, tanto chinos como extranjeros, todos los que amen la Ciudad
Prohibida, quieren ver un Palacio Imperial armonioso, bello
e integral, en vez de un complejo que se afee con vallas publicitarias
y tiendas. El tema, añadió, requiere de un
amplio examen para evitar que se produzcan nuevas desarmonías.
Starbucks y el Palacio Imperial responden
Según Rui Chenggang, el empresario Jim Donald le contestó
de inmediato, explicándole que seis años atrás,
Starbucks abrió su cafetería por invitación
de la Ciudad Prohibida. Añadió el directivo que
el esta-blecimiento hizo todo lo posible por adaptarse a las condiciones
del lugar, como forma de proteger la cultura china. Pero tomando
en cuenta las cláusulas del acuerdo firmado entre Starbucks
y la Ciudad Prohibida, la cafetería no piensa salir del
lugar por lo pronto.
El Museo del Palacio Imperial es una entidad administrativa.
Respecto al debate, el director del museo explica que su propósito
es servir a los visitantes. Cada año recibe cerca de 10
millones de visitantes, de los cuales, un millón y 600
mil son extranjeros. Además de la protección de
las reliquias y antigüedades, el museo también tiene
que considerar la oferta de servicios a los viajeros, que suelen
procurar algo de comer y beber dentro de la Ciudad Prohibida,
lo cual permite que se prolongue su visita. La presencia de comidas
instantáneas y Starbucks responden a esta demanda.
En estos momentos, añadió, los responsables de
la Ciudad Prohibida se encuentran enfrascados en estudios y discusiones
pertinentes. En el primer semestre del año 2007 se llegará
a un resultado conclusivo.
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