-Revolución de la vida, ---------------a un lustro de entrar en la OMC

Por nuestra reportera LIU QIONG

La rebaja dearanceles de importación beneficia másala gente común.

NADA como la incorporación del país a la Organizaición Mundial del Comercio (OMC) cambió tanto la vida de los chinos en los últimos cinco años. En 2007 terminó el período de transición y aquellos artículos legítimos, desconocidos y de carácter político se han fusionado en todos los aspectos de la cotidianidad de los chinos, quienes han sentido verdaderamente la existencia del organismo internacional y los beneficios que éste les ha traído.

Disfrutar a gusto de buena calidad y bajo precio

Li Weishan, empleada en una empresa de capital mixto de Shanghai, siempre aprovechó la oportunidad de salir por negocios al extranjero para comprar cosméticos, o pidió el favor a los amigos extranjeros, porque estos productos de marca internacional, como Lancôme y Shiseido, eran muy caros en China, debido a los elevados derechos aduaneros.

Pero la noticia de que el firme mercado de cosméticos vuelve a ser flexible, después de la incorporación de China a la OMC, le dio una gran alegría. Más y más marcas internacionales compiten por entrar en el mercado nacional, lo que hace que los precios resulten más ventajosos. Aparte de cosméticos, los chinos empiezan a poder obtener inmediatamente después de su lanzamiento los productos electrónicos, trajes de moda, efectos electrodomésticos, autos y otros artículos de consumo de rango universal, con el atractivo adicional de que las tarifas son cada día más bajas y la frecuencia de renovación más rápida. Según estadísticas, el Gobierno chino ha anulado 400 variedades de cuotas de importación y bajado el nivel promedio de los aranceles aduaneros del 15 al 10 por ciento a partir de 2005.

Olfateando el aroma del “pastel de mercado” que constituyen 1.300 millones de habitantes, magnates minoristas internacionales como Lotus, Walmart o Carrefour vienen reiteradamente a China. En 2006, Carrefour y Metro, dos granes minoristas europeas, sin haberse puesto de acuerdo, dieron a conocer sus ambiciosos proyectos de exploración del mercado chino. Jean-Luc Chereau, presidente de Carrefour en China, informó en una conferencia de inversionistas que su compañía abrió 12 supermercados en Beijing, Shanghai, Guangzhou y Shenzhen y de 6 a 8 tiendas similares en otras grandes ciudades del gigante asiático.

Huang Guoxiong, profesor catedrático del Instituto de Comercio de la Universidad del Pueblo Chino y especialista miembro de la Cámara General de Comercio de China, cree que la gestión de estas minoristas transnacionales en el país cumplió el período de tanteo y en 2007 entró en el de desarrollo estratégico. Sus proyectos de expansión se extenderán desde ciudades abiertas de primer y segundo rango a las de tercero y cuarto. Así que la señorita Li Weishan tampoco tendrá que preocuparse por sus padres, residentes en Chengdu, ciudad en el suroeste de China (menos desarrollada que las grandes urbes nacionales), porque ellos también pueden comprar ya los mismos productos de buena calidad y ventajosos precios en el Carrefour situado en la localidad.

Acercarse al banquete de sentido visual

Xiang Yu es estudiante de la facultad de literatura de una universidad china. Cuando su país se incorporó a la OMC, en 2001, todavía estudiaba en la escuela secundaria. Aunque escribió una vez en su trabajo doméstico escolar, “nuestra vida se embellecerá al ingresar a la OMC”, no sabía qué efecto tendría realmente aquella decisión de su gobierno en su vida.

Sin embargo, cinco años después, cuando ella, aficionada al cine de Hollywood, podía ver tempranamente la película importada Código Da Vinci (Da Vinci Code), en el cine Xin Dong’an, en Beijing, mientras que su hermana mayor la apreciaba en Estados Unidos, experimentó en persona los beneficios que le trajo la entrada al organismo rector del comercio mundial. “Antes, aquí no podíamos ver enseguida las películas recién estrenadas en Estados Unidos, sino que debíamos esperar por lo menos medio año y a veces sólo se podían encontrar copias piratas. Escuchando la descripción de mi hermana en MSN y leyendo los criterios en Internet, me sentía tan deseada y envidiada”.

Según lo que ella conoce, el cine es un aspecto muy importante de la negociación de la incorporación de China a la OMC, sobre todo en lo relacionado directamente con EE.UU. La cantidad de películas importadas por el país empezó a multiplicarse. El primer año la cuota de importación se duplicó, con un número de veinte filmes, cifra que aumentó hasta 40 y 50 tres años después. Además, el tiempo de importación también se hizo un punto clave. Por ejemplo, El Hombre Araña II (Spider-Man II) se proyectó a la vez en EE.UU. y en China en 2004, mientras que El día después de mañana (The Day After Tomorrow) apareció en la pantalla grande simultáneamente por todo el mundo. Para los superfanes chinos del cine, como Xiang Yu, ésta es una gran noticia que los socorrió del desastre.

Por otro lado, debido a la introducción del capital extranjero en la industria cinematográfica nacional, China viene teniendo sus propios “Da Pian” (Grandes Películas), como los chinos identifican las cintas importadas de Hollywood. La Corporación Columbia Pictures tomó de la mano a reconocidos directores chinos, como Zhang Yimou, He Ping y Feng Xiaogang, para elaborar sucesivamente las producciones Héroe (Hero), Guerreros de cielo y tierra (Warriors of Heaven and Earth) y Big Shot´s funeral. Más y más filmes de realizadores locales aparecen cada vez más en los festivales internacionales del séptimo arte y ganan premios, por lo que los cinéfilos, como Xiang Yu, sienten un orgullo que nunca antes habían experimentado.

Aparte de la industria cinematográfica, el ingreso a la OMC estremece también al sistema administrativo tradicional y la atrasada idea de promoción y venta en el mercado fílmico de China, que experimentó una verdadera reforma en lo concerniente a la producción, distribución y proyección y activó así el abatido y apático mercado nacional. “Las películas del año 2006, como Maldición de flores doradas (Curse of the Golden Flower), de Zhang Yimou, Una batalla de inteligencia (A Battle of Wits), de Zhang Zhiliang, y El banquete (The Banquet), de Feng Xiaogang, empezaron a compertir en el mercado global. Y dicen que, tanto en el país como en el extranjero, los resultados de taquilla no son malos”, afirmó Xiang Yu.

Tener más opciones de inversión

El precio del oro en el mercado internacional sacudió fuertemente en varias ocasiones el 2006, lo que afectó a las tiendas de joyas de la Plaza Comercial Caibai, de Beijing, obligadas a bajar y subir el valor de éstas una y otra vez. El corazón de Xia Xiaoming, quien invirtió un fondo en el mercado del oro a principios del año pasado, también sufrió con ello fuerte emociones.

La cantidad de películas importadas por el país comenzó a multiplicarse luego del ingreso a la OMC.

Cinco años después de incorporarse a la OMC, para Xia se ha hecho cada día más evidente la influencia de cada cambio del mercado internacional. En 2006 subió el precio del barril de pretróleo y el efecto se sintió rápidamente en el ámbito nacional. La tarifa del taxi aumentó de 1,6 yuanes (1,2 dólares) por Km a 2 yuanes (1,5 dólares) y el boleto de avión también se vendió más caro. El mercado de acciones debió ser más influenciado. “La intervención del gobierno ocupa cada día menos importancia. La gente tan ordinaria como nosotros, que invierte en el mercado, está obligada a clavar los ojos en la economía internacional, prestando atención a la dirección del viento”, dijo Xia.

En materia de inversión Xia no es un experto, porque apenas se graduó de la universidad, pero como su carrera es finanzas, le apasionan los temas relacionados con la OMC. El día 11 de diciembre de 2006, el Gobierno chino abolió las restricciones para los bancos de capital extranjero en lo referente a los negocios en yuanes, marcando así la entrada plena de éstos en el mercado chino. “Los negocios de intermediarios son superioridades de los bancos extranjeros. Su ingreso al país traerá a los chinos más variedad de administración de dinero y mayores opciones de servicio”, predijo Xia.

De acuerdo con las informaciones que posee, hasta el momento están registradas en China 14 instituciones bancarias con personalidad jurídica de capital exclusivamente extranjero o mixto. 73 de las primeras, procedentes de 22 países y regiones, han establecido en 24 ciudades de China 191 filiales y 61 sucursales; mientras que las 183 de las segundas, provenientes de 41 países y regiones, han abierto 242 oficinas representativas en 24 ciudades. Por su parte, Standard Chartered y Citibank han presentado ya la solicitud a la Comisión de Supervisión Bancaria de China (China Banking Regulatory Comission) para concretar la inauguración de representaciones locales y realizar negocios en yuanes.

“Los bancos extranjeros están admitiendo a empleados chinos”, se congratuló Xia. “Dada la cantidad de graduados universitarios que enfrentan dificultades para encontrar un puesto laboral, la entrada de los bancos extranjeros a China nos ofrecerá más oportunidades de elección”.

Autos importados dejan de ser un sueño

Hace cinco años Yang Xu´ang deseaba comprar un auto y prefería el modelo recién salido al mercado del Bora, pero en aquel entonces se vendía en 200.000 yuanes (casi 26.000 dólares). Al leer en los medios que la OMC traería una ola de importación de coches y el precio bajaría notablemente, decidió esperar un poco. En julio de 2006, después de más de 20 ítems de mejoramiento, el nuevo Bora salió al mercado, y el modelo de lujo, 1,6 automático, sólo costaba 149.900 yuanes (unos 20.000 dólares). No dudó ni un minuto en comprar uno.

Decenas de millones de familias chinas hicieron realidad su sueño de comprar un coche en los cinco años posteriores a la entrada del país a la OMC.

Las estadísticas de la aduana muestran que de enero a noviembre de 2004, China importó 159.000 autos, un 2.1% más que el año precedente, que representó apenas el 10% de las ventas anuales del sector en el país, dos millones de unidades. De enero a septiembre de 2006, los vehículos importados aumentaron hasta los 164.710, superando en un 43.6% el registro de 2005 y el promedio de crecimiento de los nacionales.

A partir de 2003, después de reducir anualmente el arancel aduanero y aumentar la cuota de importación, los autos chinos vienen bajando su precio de venta a un nivel sin precedentes. Según datos preliminares, las fábricas automovilísticas disminuyeron el precio en por lo menos 29 veces en 2002 y en 2003, todas las marcas nacionales redujeron el valor de venta de sus productos en más de 60 veces. Lo mismo sucedió con cerca de dos terceras partes de los autos importados. En los siguientes tres años, la voz de rebaja se levantaba aquí y se bajaba allá. Muchas familias han incluido la compra de un auto en sus planes. Gracias al ingreso de China a la OMC, el coche ha dejado de ser un artículo de lujo inaccesible para convertirse en un producto de consumo familiar.

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