“¡¡¡Viene el lobo!!!”

-- Un cuento clásico proyectado en el nuevo siglo

Por LU GUOZHENG*

Pascal Lamy, director general participó en el Simposio Internacional por el 5to aniversario de la invorporación de China a la OMC.

Otrora el lobo era un animal cruel y solía amenazar la vida humana. En el campo norteño de China, los padres siempre asustan a sus hijos con la frase de “viene el lobo”, cuando los pequeños lloran o no obedecen a los adultos. Por lo general, este recurso es muy efectivo.

Hace más de 20 años, la solicitud de China de recuperar su calidad de Parte Contratante del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) tuvo una gran repercusión y generó una preocupación similar a la de “viene el lobo”, incluso frecuentemente esta alerta aparecía entonces en la prensa nacional.

Frente a las compañías transnacionales e internacionales que entrarían en el mercado chino, tras el ingreso del país a la Organización Mundial de Comercio (OMC), muchos artículos lanzaban la advertencia, la cual reflejaba las profundas preocupaciones por la entrada al foro económico y la presencia en nuestro territorio de las empresas extranjeras.

Pascal Lamy, director general de la Organización Mundial del Comercio: China ha cumplido bien su compromiso

China ha cumplido bien su compromiso, gracias a que su proceso de reforma se ha llevado a cabo en combinación perfecta con las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), sin ninguna incoherencia. Los Reglamentos de Administración de Bancos con Capital Extranjero, promulgados hace poco por el Gobierno chino, estipulan conceder un trato nacional a dichos bancos, lo que testimonia una integración excelente de la reforma del país y el acceso al mercado.

De acuerdo con Lamy, al terminar el período de transición, China enfrentará nuevos desafíos en la OMC. Los miembros de la organización efectuarán una supervisión más estricta sobre el cumplimiento de sus compromisos. Es inevitable que el gigante asiático reciba exámenes más rigurosos que los países pequeños. El crecimiento veloz de su volumen comercial ha afectado sobremanera a otras naciones, obligándolas a reajustar sus políticas. China, obviamente, necesita continuar su proceso de reforma, mejorando sus sistemas relacionados, para que se adapten a las reglas de la OMC. Se trata de un proceso para siempre.

En el tema de incorporación a la OMC, la metáfora de “viene el lobo” tiene dos actores: el temido depredador y la cabra, su potencial víctima. La figura del primero define a las empresas transnacionales y extranjeras con rica experiencia, mientras la segunda representa a las débiles compañías correspondientes chinas.

En aquel momento el pueblo chino se preocupaba específicamente por tres “lobos”, los que podrían atacar a la agricultura, la industria automotriz y el sector de los seguros y finanzas del país. Se veía con recelo la posibilidad de que una vez levantada la barrera aduanera, en este caso “la barandilla protectora de la cabra”, los “lobos” penetrarían directamente. Resultaba horrible imaginar.

Pasaron los años y un lustro después de materializarse la incorporación a la OMC, la gente se dio cuenta que, pese a eliminarse la barda proteccionista, el “lobo” no llegaba.

Desaparece la “barandilla protectora”

China deviene uno de los países con aranceles agrarios más bajos del mundo.

Cada país tiene su propia defensa y durante largo tiempo, las barreras aduaneras han actuado como un recurso importante para preservar la economía e industrias nacionales. El alto arancel tiene otra función, la de aumentar el ingreso financiero.

En los 30 años siguientes a la fundación de la República Popular China (1949), se había aplicado el sistema de economía planificada, en la que el Estado, apoyando el alto arancel, protegía a las industrias nacionales e incrementaba el ingreso financiero. No obstante, desventajas como el bajo beneficio económico, elevados costos y débil competitividad se fueron convirtiendo en un pesado lastre.

En 1979 el Gobierno chino puso en marcha la política de reforma y apertura al exterior y a mediados de los años 80 lanzó la idea de recuperar las negociaciones para adherirse al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), las cuales conllevaron a las conversaciones para entrar en la OMC.

Durante los 15 años que se prolongaron esas tratativas, las autoridades chinas reconocieron la necesidad de fusionarse con la sociedad internacional y la globalización económica. Mediante los ajustes psicológicos, el país participó activamente en las negociaciones de la ronda de Uruguay y disminuyó voluntariamente los aranceles. Paso a paso, fue abriendo el mercado interno y logrando un efecto estable y notable.

Citibank en Chengdu, China.

En la primera mitad de 1991, la tarifa promedio de los productos importados chinos se situó en un 42,5 por ciento. Varios ajustes posteriores posibilitaron que para finales de 2000 esa cifra descendiese hasta un 15 por ciento, que continuó disminuyendo luego de concretarse el ingreso a la OMC, hasta quedar por debajo de un 10 por ciento en 2005. Al mismo tiempo, China canceló voluntariamente muchas medidas no aduaneras.

Durante estos cinco años, la “barandilla protectora” se ha deshecho. La calamidad por la que la gente se preocupaba no apareció nunca. En el período comprendido de 2001 a abril de 2005, el arancel aduanero promedio de China bajó en un 35 por ciento, mientras que el ingreso de impuesto aduanero subió un 26 por ciento, registrando un incremento medio anual de un 6,1 por ciento.

Funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile: China es un socio de cooperación “magnífico”

Carlos Furche, director general del Departamento de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, al conceder una entrevista a un reportero de la Agencia de Noticias Xinhua, reafirmó que en el último quinquenio, desde su incorporación a la OMC, China se ha convertido en un socio de cooperación “magnífico” de Chile. Durante este periodo, con su rápido desarrollo económico y comercial con el exterior, ese país ha devenido una enérgica fuerza propulsora para el comercio mundial. “A medida que se amplíe su participación en las actividades de la OMC y el cumplimiento activo de los compromisos para con la organización, el mecanismo multilateral de comercio mundial se consolidará, siendo esto muy importante para el futuro del desarrollo comercial”. Manifestó además que, a pesar de las distintas voces sobre si China ha cumplido sus compromisos ante la OMC, aquellas “opiniones diferentes” no son esenciales y su gobierno considera que muchos datos evidencian que China ha honrado estrictamente sus responsabilidades. Furche declaró que “para Chile, tanto en el plano bilateral, como en el multilateral, la nación asiática es siempre un socio estupendo. Por mi parte, sólo tengo palabras de alabanza por la actitud y el comportamiento adoptados por el Gobierno chino después de ingresar a la OMC”.

Agregó que aunque el Tratado de Libre Comercio suscrito entre los dos países ha entrado en vigencia hace pocos meses, “puedo asegurar que éste ofrecerá la oportunidad a Chile de participar en el mercado chino cada vez más diversificado y ampliado, a la vez que abrirá una puerta por la cual China podrá dirigirse al mercado de América Latina, sobre todo al de Sudamérica”.

Furche expresó que en los años venideros, China seguirá siendo gran importador de materias primas y alimentos, mientras que los países latinoamericanos, incluido Chile, serán exportadores principales de esas mercancías. El funcionario desea que se amplie aún más la cooperación comercial entre ambos Estados, así como el fortalecimiento de la inversión.

En la misma etapa se dobló el impuesto de importación, con un aumento anual de un 19 por ciento. Por otro lado, el ingreso aduanero ocupó un porcentaje estable dentro del ingreso financiero del país: en 2001 era de un 15,2 por ciento, en de 2002, un 13,7 por ciento, en 2003, un 17,1 por ciento, en 2004, un 18 por ciento y en 2005, un 16,7 por ciento.

El lobo no viene

No aparece el primer “lobo”, el que presuntamente atacaría al sector agrícola nacional.

Benben de Chang´an, marca autónoma china de automóviles.

China es un país grande en agricultura. Sin embargo, este sector aún es débil, pues a pesar de que puede satisfacer la demanda interna de cereales, la población campesina asciende a 900 millones de personas, el 70 por ciento del total del país. Los habitantes del campo no tienen un alto nivel cultural, la eficacia de la producción es muy baja y la competitividad de los productos agrarios es relativamente débil. Resulta fácil por tanto que sea desplazada por los productos de otras naciones.

De hecho, las mercancías agrícolas extranjeras tienen su impacto en la producción y venta de los contados productos chinos, como la soja, pero no tanto como la gente imaginaba. De 2001 a 2005, la agricultura local mantenía un desarrollo sostenible. Su valor productivo global aumentó anualmente en un 11,7 por ciento y el ingreso neto por año de los campesinos en un 8 por ciento.

“Lobo” no ataca al sector automotriz

Con el fin de proteger al sector automotriz chino, antes de entrar en el siglo XXI el arancel promedio de los automóviles importados por China era de alrededor del 50 por ciento, mientras que el impuesto de importanción de estos fluctuaba del 100 al 200 por ciento. En su compromiso con la OMC, el país accedió a que para el 1 de enero de 2006 el arancel bajaría hasta un 25 por ciento y en 2005 se cancelarían completamente las medidas no aduaneras, como la cuota de importanción y la licencia de los vehículos importados. Bajo esta situación es lógico que la gente se preocupara por el posible impacto que sufriría la industria automotriz nacional.

Sin embargo, miremos el desarrollo de este campo en los años posteriores al ingreso a la OMC.

El “lobo” no se presenta

Producción: De 2002 a 2005, la cantidad de vehículos aumentó de 3.263.000 a 5.700.000, para un 75 por ciento de crecimiento. De ese total, la de sedanes se elevó de 1,1 millones a 2,78 millones, un 25 por ciento de incremento. Las ganancias pasaron de 4.660 millones a 6.570 millones de dólares, con un crecimiento de 41 por ciento, y las exportaciones se incrementaron ocho veces, de 21.000 a 172.000 unidades.

Los datos arriba mencionados muestran que la industria automotriz, relativamente débil, no se vio perjudicada por la aplicación de la reforma y apertura al exterior.

Finanzas y seguro ¿y el “lobo”?

Después de la fundación de la República Popular China, en 1949, las finanzas y los seguros no lograron un potente desarrollo y lo peor fue que durante la “revolución cultural”, a mediados de los años 60 del siglo pasado, este sector fue perjudicado gravemente. Comparado con la agricultura y la industria automotriz, no resultaba competitivo.

Lo que sorprende a la gente es que no terminan de aparecer los depredadores que algunos imaginaban.

En el sector bancario, hasta finales de junio de 2006 sólo 71 bancos extranjeros habían establecido 214 representaciones lucrativas en China, con un monto de capital de 97.200 millones de dólares, equivalente a un 1,9 por ciento del potencial de la banca del país.

Por su parte, las compañías de seguro locales experimentaron un desarrollo expedito en la etapa comprendida de 2001 a 2005, año este último en el que generaron 61.600 millones de dólares en ingresos, para un incremento del 134 por ciento.

Hasta la segunda mitad de 2006, las firmas foráneas fundaron 44 empresas, mientras que en el primer semestre de ese año los ingresos reportados por los seguros de éstas representaba apenas el 3,9 por ciento del total del país, de lo que se desprende que las compañías financieras exteriores tampoco acarrearon perjuicios a las chinas.

Presidente de la Comisión Económica y Comercial Bélgica-China: Es inimaginable la ausencia de China en el comercio mundial

Según Bernard Dewit, presidente de la Comisión Económica y Comercial Bélgica-China, durante el último quinquenio, China ha hecho grandes esfuerzos por cumplir sus compromisos para el ingreso en la OMC. Hoy en día es inimaginable la ausencia del país en el comercio mundial, pues ha abierto uno tras otro sectores relativamente delicados, tales como el automotriz, el cine y las finanzas. “Sin duda alguna, China ha brindado enormes contribuciones a la apertura gradual de su mercado al mundo, por lo tanto, es un rival responsable en el terreno de la economía mundial”, dijo el presidente.

En su opinión, la incorporación china a la OMC no sólo ha promovido el desarrollo veloz de su propia economía, sino que también ha beneficiado a otros países. En los recientes años, China ha mantenido una tasa de crecimiento económico de alrededor de un 10% al año, convirtiéndose en una de las “locomotoras” de la economía mundial, éxito que llama la atención de todos. China hace llegar las mercancías de precios módicos y buena calidad a otros mercados, de manera que los consumidores locales obtengan beneficios reales. A la vez, su gran mercado permite a las empresas extranjeras que vean infinitas oportunidades comerciales.

Dewit afirmó: “Aunque algunos se quejan de tener demasiados artículos chinos en su país, deseamos ver una China más próspera, pues esta podrá comprar más nuestras mercancías”. Indicó que las empresas chinas son cada vez más poderosas y saldrán a invertir o establecerse en el exterior, por ejemplo, en Europa, lo que fomentará indudablemente el desarrollo económico y creará más oportunidades de empleo en la localidad.

Advirtió sin embargo que la diferencia continuada entre pobres y ricos y el desarrollo desigual entre las regiones deben atraer la especial atención del Gobierno chino. Por otro lado, el país debe consolidar su protección medioambiental para obtener un desarrollo económico sostenible.

¿Danzando con el “lobo”?

Algunos expertos sostienen que en realidad, los depredadores extranjeros ya vienen. Sin embargo, las “cabras” chinas han dejado de ser tan inofensivas como se pensaba, han evolucionado y ahora son capaces de danzar sin temor con los “lobos”.

Aunque muchos chinos no conocen muy bien el argumento de “Danza con lobos”, la película protagonizada por Kevin Costner, triunfadora en la 63 edición de los premios Oscar, de la industria cinematográfica de Hollywood, sí gustan mucho del empleo de esta metáfora para ilustrar la apertura de la economía nacional al capital internacional, a raíz de su incorporación a la OMC, que algunos analistas no vieron en su momento con buenos ojos.

Supermercado Carrefour en una calle animada de Suzhou.

De hecho, las empresas chinas no bailan verdaderamente con los “lobos” foráneos. Tanto en el aspecto de magnitud de gestión, nivel de administración, como en competitividad mercantil, ellas no se quedan en el mismo nivel que las extranjeras. La entrada de las transnacionales al país es sin duda un hecho consumado, pero, ¿porqué los “lobos” no vienen? ¿cómo China logra nuevos éxitos en la aplicación de la reforma y apertura al exterior?

Los logros se deben a que las transformaciones del país son voluntarias y se aplican de forma gradual, a diferencia de otras naciones en las que se adoptan estas iniciativas de manera pasiva, como terapia de shock o muy lentamente. La aplicación de la reforma china se caracteriza por su decisión definitiva y se ejecuta con un método gradual y por orden, considerando la preservación de la seguridad social.

Secretario general de la Cámara de Comercio China-UE: Es necesario que China proteja sus sectores claves

Giorgio Magistrlli, secretario general de la Cámara de Comercio China-Unión Europea (UE), dijo que esta institución se fundó el 19 de octubre de 2000, por la atracción de China a la inversión extranjera, luego que esta entrara en la OMC. Es un acontecimiento importante tanto para el gigante asiático como para el mundo, que beneficia a todos. Especialmente en los últimos tres años, China ha aumentado continuamente su nivel de apertura, al mismo tiempo, la inversión directa de la UE en el país sigue ascendiendo. “Nuestra estadística arroja que el 83% de las empresas de la Unión pueden sacar provecho en China”, agregó el secretario general.

Magistrlli acotó: “Las empresas europeas respetan el cambio de China; es intachable que ella normalice sus políticas y cree un ambiente político equitativo que está a favor de nosotros; podemos comprender las modificaciones que ha hecho el Gobierno chino en sus políticas con los empresarios extranjeros. Consideramos que aquellas medidas de protección de los sectores clave son imprescindibles para el país, porque éste precisa consolidar algunas de sus ramas. Entendemos al Gobierno chino por la protección que mantiene sobre la industria automotriz, informática y petroquímica”.

Manifiestó que más y más empresas de la UE se establecen en China, atraídas por su mercado, en el que fabrican productos que luego venden en la localidad. Por esta razón, el costo de mano de obra de China ya no es un factor principal. En realidad, unos años atrás, la mayor parte de los empresarios eligieron grandes ciudades como Beijing, Shanghai y Guangzhou, pero ahora se trasladan a Shenyang, Nanjing y Chengdu, urbes de segunda clase y más hacia el interior del país, debido al bajo costo de la mano de obra. En la actualidad se incrementa la porción de la inversión extranjera en otros países asiáticos, incluyendo la India y Vietnam, lo cual puede constituir un desafío para China. No obstante, el potencial del mercado chino es increíble, por lo que las empresas prestan más atención a él y la competencia de otros países no lo afectan.

En el periodo inicial de la reforma y apertura al exterior, concretamente en los años 80 del siglo pasado, debido al concepto tradicional mental, el gobierno operaba esta política con una actitud muy prudente. Decimos que “atravesamos el río tocando las rocas”, pero actualmente los chinos tienen más confianza y avanzan con mayor celeridad.

Cambio de concepto y aumento de la confianza

El sostenible y saludable desarrollo económico del país, tras el acceso a la OMC, aumenta la confianza del pueblo chino.

El firme mercado de cosméticos vuelve a ser flexible, después de la incorporación de China a la OMC.

Por su Producto Interno Bruto (PIB) China figura ya entre los primeros diez puestos del mundo; pero si se analiza el PIB por habitante, la cifra es todavía muy baja y la nación queda por detrás de muchos Estados en desarrollo, incluidos los latinoamericanos.

China es una nación grande, mas no poderosa. Construir una potencia es un deseo de varias generaciones y a medida que avanza la política de reforma y apertua en los últimos 30 años, crece también la confianza de las “cabras”.

El pueblo toma esta estrategia como una política nacional y, al mismo tiempo, confia en que siempre que se insista en su aplicación, podamos aprovechar las oportunidades que ofrece la globalización económica para lograr un desarrollo acelerado y que para mediados del presente siglo nuestra economía pueda alcanzar el status de los países desarrollados de nivel medio, o sea, el de los “lobos” extranjeros.

Representante permanente de China en la OMC: Nuevos desafíos después del período de transición

El embajador Sun Zhenyu indica que en los pasados cinco años, el Gobierno chino ha desplegado una gran cantidad de trabajos arduos y esmerados para cumplir sus compromisos con la OMC, pero prevé que el país enfrentará nuevos desafíos.

En el último lustro, señaló, las autoridades chinas han examinado más de 2.000 leyes y reglamentos relacionados con el comercio, han cancelado 700 de ellos contrarios a las reglas de la OMC y han modificado otros concernientes, para que coincidan con las estipulaciones de la organización comercial. Conforme a sus compromisos, China ha abierto los sectores de la banca, seguro, telecomunicaciones y transporte, entre otras áreas de servicios. A la par, ha hecho considerables esfuerzos por la protección de las propiedades intelectuales, aumentando considerablemente cada año el pago de patentes, cuyos gastos llegaron en 2005 a los 4.500 millones de dólares.

Sun Zhenyu explicó que el “período de transición de cinco años” se refiere al tiempo comprometido por China para abrir totalmente algunos sectores manufactureros, como el automotriz, y de servicios, como la banca y las telecomunicaciones. El fin de esa etapa significa que el nivel global de apertura de la economía nacional ha alcanzado un nuevo estadio. Los países desarrollados de Europa y América y algunas naciones en vías de desarrollo tomarán el progreso económico de China como un desafío y oportunidad, por lo que aumentarán inevitablemente las medidas de proteccionismo comercial contra nuestros productos y los casos de disputa relacionados. Al mismo tiempo en las negociaciones comerciales de la Ronda de Doha de la OMC, los Estados desarrollados pedirán a Beijing que abra aún más su mercado, razón por la cual, la nación asiática enfrentará nuevos desafíos relacionados con la seguridad de su agricultura, finanzas y energías.

Respecto de la tendencia al crecimiento de las disputas comerciales entre las naciones europeas y americanas y China, Sun opina que el país debe tomar plena conciencia del proteccionismo internacional contra las exportaciones chinas, incrementando, por un lado, el consumo doméstico y las importaciones y, por el otro reduciendo el superávit con los principales socios comerciales y evitando las competencias desordenadas de las empresas en las exportaciones.

En realidad, la mayoría de los chinos espera que nuestras empresas puedan cambiar de piel y devenir “lobos” poderosos, para dejar de ser consideradas “cabras”. “Danzar con los lobos” es un plan a través del cual las empresas nacionales participan activamente en la globalización económica.

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