China vista desde América Latina

Por Alfonso Fernández de Córdova M.*

*Periodista y catedrático mexicano

Mao Zedong proclamó la fundación de la R.P.Ch. en la plaza Tian´anmen, el 1 de octubre de 1949

China mira hacia todo el mundo y todo el mundo mira a China. Es hoy el centro de la atención planetaria. Dispone de ciencia, tecnología, producción agrícola y manufacturera suficiente; de historia, tradición, conocimientos y experiencia milenarios; mística de trabajo, atractivos naturales y culturales; pero, sobre todo, tiene recursos humanos abundantes, dispuestos a progresar y compartir su desarrollo con los pueblos que lo deseen, a través de la amistad y el comercio internacional

La fuerza de la palabra escrita

Siempre pienso que la comunicación alienta el conocimiento, el intercambio de experiencias y opiniones, acerca a los pueblos, a los grupos sociales, retroalimenta las relaciones humanas y está presente en ese gran esfuerzo, se sintetiza en dos plalabras: China Hoy, revista que difunde en seis idiomas e internet todo lo que es China hoy en día, sus retos y sus metas. Sobre todo su edición español tiene la mira puesta en la población hispanoparlante que vive en América, el continente que ahora están redescubriendo con nuevos propósitos: hermanar y comerciar. En forma especial cada edición trata de establecer mayor contacto con América Latina, desde México hasta Argentina.

Precisamente, por el afán de comunicar, surge este artículo que recoge mucha información proveniente de este gigante país, con una superficie de casi cinco veces más el territorio de la República Mexicana, en el que todo es grande como la pobreza contra la que se lucha para abatirla, grande como la riqueza de recursos naturales y humanos. Los chinos no esconden nada. Saben que “no se puede tapar el sol con un dedo” y por ello dan difusión lo mismo a sus grandes logros como a sus carencias más elementales. China Hoy, por la cual, conocemos la nueva imagen que proyecta una China pujante, pacífica, disciplinada y dinámica.

El despegue de la poderosa economia china

Es necesario acudir a las referencias históricas para entender el surgimiento de la poderosa economía de China. Hace 56 años, en 1949, se fundó la República Popular China, misma que durante treinta años sostuvo una política de economía centralmente planificada, “fruto de las condiciones históricas de aquel entonces, porque la Nueva China estuvo sometida a la hostilidad, las sanciones y el bloqueo impuestos por los países de occidente encabezados por Estados Unidos, por lo que el pueblo chino tuvo que depender de sus propios esfuerzos para construir el país”, relata Lu Guozheng, ex investigador de la Academia de Comercio Internacional y Cooperación Económica del Ministerio de Comercio de China.

Primeros camiones fabricados por la Nueva China en los años 50

El pueblo chino también tomó referencia de las experiencias de los países socialistas, como la extinta Unión Soviética. En los primeros quince años de economía planificada tuvo un desarrollo económico acelerado. Al cabo del tiempo aparecieron fallas: limitación a la iniciativa individual, baja rentabilidad económica, despilfarro en materiales de construcción y otros recursos, lenta mejora en el nivel de vida, falta de competencia en el mercado internacional, rechazo a la economía de mercado y poca oferta. A finales de la gran revolución cultural, 1976, la economía estaba casi al borde del colapso.

China optó por dar un cambio y puso en práctica su nueva política estratégica de “apertura y reforma”. Hubo que implementar sistemas de producción en el campo y la fábrica, un sistema de responsabilidad de contrato basado en la familia, un sistema de zonas económicas especiales (semiautónomas y semidescentralizadas), un sistema de economía de mercado socialista, todo esto y más después de grandes debates entre conservadores y reformadores

A partir de 1979, la apertura y reforma fue dura y tortuosa, y también empezó a vislumbrarse el poderío de la economía de China, al reflejarse en las nuevas condiciones de vida para campesinos y citadinos. Las ciudades lucen nuevas y pletóricas de edificios modernos, el panorama urbano es otro. Hay disparidades pero sigue firme el propósito de la “sociedad armoniosa”. La liberación de las fuerzas de la producción, el despliegue de la creatividad individual y grupal permitió a los chinos aclarar los fines de la economía socialista, para materializar sus objetivos y llevar al pueblo una vida mejor, modesta y cómoda.

No se desconoce que el pueblo chino tuvo que pagar un alto costo y pasar por el sacrificio. China hizo frente a problemas negativos como explotación, corrupción, superstición, juegos de azar, prostitución, drogadicción y contrabando. Al respecto, los chinos dicen: “Cuando se abre la ventana de una casa cerrada por algún tiempo, entra aire fresco pero también pueden entrar moscas”. Su legislación es firme y enérgica, y como decimos en México, “a grandes males grandes remedios”, para ello cuentan con la pena de muerte y la aplican sabiamente. Así miramos a China hoy desde México, y desde América Latina y el Caribe.

La sociedad armoniosa empieza por el campo

La población, integrada por mil trescientos millones de seres humanos, está dedicada en un 70 por ciento a la agricultura y el 30 por ciento a las actividades urbanas. Es decir, 910 millones dependen de la producción agrícola, forestal y pecuaria, y de estos, 780 millones viven en el campo. El actual gobierno, presidido por Hu Jintao, acaba de eliminar los impuestos al campo, derogó la política tributaria aplicada por más de dos mil seiscientos años; además los estudiantes de familias campesinas quedaron exentos de pagos por la matrícula escolar. Esto a partir del 2006.

Los expertos soviéticos vinieron a ayudar a China a desarrollar su industria en los años 50

Si lo más grande en China es el campo, por su extensión (95 millones de hectáreas de tierra cultivada) y por los millones que viven en él y de él, conveniente es resaltar que tan solo la emigración de cinco millones de personas implica un Programa para la Reducción de la Pobreza 2001-2010, confeccionado por el Partido Comunista de China, que se propone colocar al ser humano como centro de toda su labor y construir una “sociedad armoniosa” entre las zonas más atrasadas y las más desarrolladas. El programa no se limita a lo económico sino abarca lo político, ideológico y social. A la gente trasladada a su nuevo habitat se le prepara psicológicamente para conducirse en forma adecuada frente a los lugareños ya establecidos originalmente.

No cabe la menor duda que aquí, en cualquier parte, y en China, los campesinos son los que reciben los mayores rigores de la injusticia social. Durante los procesos de urbanización decenas de miles de ellos perdieron la tierra, emigraron a las ciudades y se convirtieron en mano de obra excedente y en sector marginado, frente al crecimiento económico de ellas, donde obtienen trabajos manuales escasamente remunerados.

Una empresa textil de exportación de la provincia de Anhui. B&Q entra al mercado chino con la apertura del país al exterior.

Sin descuidar la continuidad del proceso de “apertura y reforma económica” que desde 1978 garantiza el acelerado crecimiento del país, el gobierno chino decidió atajar los desequilibrios sociales a partir de 2005. En respuesta a las necesidades de los nuevos tiempos, el Presidente Hu Jintao exhortó a construir una “sociedad armoniosa” caracterizada por la democracia, la legalidad, la justicia, la credibilidad, la fraternidad, la vitalidad y la seguridad.

China es mucho más de lo que puede resumirse

Poco a poco se despejan las dudas de quienes creen que China constituye una amenaza para el comercio con América Latina. La tranquilidad se expresa en varias formas, por ejemplo, la región latinoamericana registró un superávit de 3.300 millones de dólares en su balanza comercial con China, en el 2004, en tanto ésta realizó inversiones en la región por más de 5 mil millones de dólares

Aunque con México todavía no cuaja un tratado de libre comercio, sí al menos el gobierno mexicano declaró: “China es un aliado estratégico y no un rival económico, por lo que se impulsará aún más la cooperación bilateral”. Por su parte, China ha externado en diversos foros bilaterales su deseo de celebrar un Tratado de Libre Comercio con México, pero éste aun no resuelve.

Mientras tanto, las estadísticas no cuadran. Wang Qingyuan, agregado económico y comercial de la embajada de China, considera que México ya es uno de los grandes socios comerciales de su país, porque el intercambio ascendió a 7 mil 760 millones de dólares. De esta cifra, las exportaciones chinas crecieron a 5 mil 540 millones de dólares y las mexicanas a 2 mil 220 millones de dólares, el saldo es desfavorable a los mexicanos. Las primeras aumentaron 11.4 por ciento y las segundas 4 por ciento, en 2005.

Sin embargo, las estadísticas del Banco Nacional de Comercio Exterior de México citan que las exportaciones mexicanas fueron de mil 130 millones de dólares y las importaciones de productos chinos ascendieron a 17 mil 700 millones de dólares. Explica que la triangulación del comercio hecha por terceros países, como Estados Unidos, ocasiona esa diferencia enorme, porque sus empresas adquieren productos chinos y los introducen al mercado mexicano, en apariencia como exportaciones norteamericanas.

Mientras tanto, La balanza comercial entre China y América Latina arrojó un desarrollo impresionante. Perú exportó casi dos mil toneladas de uva, tipo globo rojo, con destino a China a principios del presente año. Argentina y China tuvieron un intercambio comercial por 2 mil 737 millones de dólares en 2004, mientras que en 2005 ascendió a 3 mil 302 millones de dólares, con un saldo superavitario a favor de los argentinos. Cabe destacar que Chile fue el primer país latinoamericano en firmar un tratado de libre comercio con China, en noviembre de 2005, justo cuando las exportaciones chilenas a esa fecha en mineral de hierro, cobre, salitre y alimentos alcanzaron los 5 mil millones de dólares, por lo que en el 2006 se espera un incremento considerable.

Más de cuatro mil jóvenes chinos están muy interesados en aprender el idioma español, dos mil de ellos están matriculados en cursos de más de veinte universidades de China y otro tanto lo hace en cursos privados, familiares y en forma autodidacta.

Sin duda alguna, China encontró el camino de la paz mundial mediante el trabajo, la dedicación al cumplimiento de los deberes y obligaciones como vía para asegurar sus derechos a una vida mejor y sana convivencia dentro y fuera de su extenso territorio, muestra su inteligencia, habilidad y conocimientos milenarios, basados en la firmeza y energía para proyectar su plan de “apertura y reforma”, y demuestra al mundo que todo es posible en los períodos de paz.

Versión del artículo de Alfonso Fernández de Córdova M., China es hoy el centro de la atención planetaria.

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