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El museo deviene extensión
de la escuela. |
Auge de aprendizaje del chino en México
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Aumentan las cifras de mexicanos interesados en nuestra lengua,
pero ¿quién les enseñará?
Por ZHANG XUEYING y SHI WEI
En una sola mañana, Dai Chaofu ha atendido 30 llamadas.
Casi me convierto en secretario de la oficina, dice
riéndose. Las llamadas que recibe todos los días
este funcionario de la Oficina de Educación de la Embajada
de China en México son en su mayoría para interesarse
por el aprendizaje del idioma chino. Aunque a la página
web de la embajada se puede acceder desde todas las instituiciones
educacionales mexicanas donde se enseña el chino, las
llamadas telefónicas no cesan.
Dai Chaofu vive su momento más atareado desde hace siete
años, cuando inició su misión en México.
A su juicio, se ha producido un entusiasmo súbito por
el aprendizaje del chino en ese país y hasta el propio
Dai, iniciador de la campaña, fue incapaz de calcular
el alcance de esta ola de demanda.
Mientras tanto, el comercio bilateral entre China y México
crece con gran rapidez, parejo al fervor por la lengua china.
En 2006, el volumen de intercambio bilateral superó los
10.000 millones de dólares, en comparación con
sólo 4.000 millones en 2002. Todo el mundo está
profundamente interesado en China; México no podía
ser menos, afirma Simón Levy Dabbah, empresario
local que anhela un impulso al comercio entre China y su país.
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El alumno menor de la Escuela
Huaxia. |
En la actualidad, dos universidades mexicanas me han
contactado para conseguir la apertura de cursos del idioma chino.
Un hombre rico de Toluca vino a la embajada en avión
privado a negociar la creación de una escuela de lengua
china, a la cual proporcionará fondos. Toca a nosotros
sólo ofrecer los mejores profesores y el programa de
enseñanza. Al mismo tiempo, algunas universidades me
han invitado a dar conferencias, y otras nuevas escuelas de
chino desean que yo vaya a cortar la cinta en su inauguración,
enumera Dai, y añade: En México existen
27 universidades y colegios que tienen cursos de chino, con
cerca de 3.000 alumnos, cifra superior en siete veces a la de
tres años atrás. La cifra de dichas escuelas se
renueva cada día. Además de los centros docentes
públicos, muchas compañías y empresas también
abren cursos de chino.
En noviembre pasado, el director de la Oficina Nacional de
Promoción Internacional del Idioma Chino de China (en
delante Oficina de Chino), Xu Lin, firmó con cuatro universidades
y organismos de enseñanza del chino de México
para el establecimiento del Instituto Confucio en ese país.
Si se suma el contrato pertinente suscrito con la Universidad
Tecnológica de Monterrey, ya hay cinco Institutos Confucio
en México.
Estableceremos una oficina que cubra a América
Latina, tomando a México como centro, pues hemos recibido
gran cantidad de solicitudes de esta zona para la creación
del Instituto Confucio, indica Xu Lin.
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El afán de María
por el aprendizaje del chino origina de la comida china. |
Confucio fue un gran filósofo de la China antigua. La
escuela homónima tiene como objetivo impulsar la enseñaza
del chino estandarizado y difundir la cultura china en el planeta.
Desde el primer Instituto Confucio fundado en Seúl, en
noviembre de 2004, la Oficina de Chino ha aprobado la creación
de 125 institutos en 51 países, en cooperación
con universidades o instituciones locales de enseñanza
de idiomas. Para iniciar las operaciones, la Oficina de Chino
dedica de 50.000 a 100.000 dólares como fondos de inicio
y, más tarde envía profesores o regala libros
como apoyo.
La Universidad Nacional Autónoma de México, una
de las entidades docentes firmantes, es la única autorizada
en el país para realizar el examen HSK (nivel de chino).
La directora de la Oficina de Asuntos Generales, Carmen Serra,
considera muy oportuna la firma del contrato. Antes del evento,
la UNAM contaba con 383 estudiantes de chino. Nos faltan
muchos profesores de chino. Por ello hemos limitado el número
de alumnos; a pesar de que el Sr. Dai de la embajada china ha
hecho mucho esfuerzo por ayudarnos, los profesores enviados
de China no son suficientes, manifiesta Carmen Serra.
Xu Caixia, de 36 años, es una profesora de chino que
trabaja en la UNAM. Fui enviada por la Oficina de Chino,
acota. Mi contrato es de dos años; pero como no hay quien
me sustituya, mi estancia podría alargarse.
De hecho, la ola de entusiasmo por el aprendizaje del chino
contrasta en gran medida con la escasez de maestros correspondientes.
La estadística de la Oficina de Chino muestra que en
2005 unos 40 millones de extranjeros aprendieron el chino, pero
sólo más de 40.000 profesores se dedicaron a la
enseñanza de ese idioma, para una proporción de
1 : 1.000.
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Alumnos de
varios centros docentes superiores de México participan
en el final de chino.
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Concursante
narra un cuento chino |
La Oficina de Chino ha fortalecido la preparación
de profesores en el país durante los últimos años,
y luego de un estricto examen, los ha enviado al extranjero.
A pesar de ello, no se puede satisfacer la demanda de las escuelas
extranjeras, dice Dai Chaofu. Recientemente, la Oficina
de Chino ha reclutado a graduados universitarios como voluntarios
y, tras darles una capacitación de corto tiempo, los
ha enviado a las universidades, escuelas medias o empresas del
extranjero que los necesitan urgentemente, a fin de solucionar
la escasez de profesores chinos.
Con la fundación del Instituto Confucio en la UNAM,
China desiganará una universidad para establecer hermanamiento
y enviará a dos profesores sobresalientes y de rica experiencia
para enseñar en el instituto.
Peng Chunli es directora de la Escuela de la Cultura China
Huaxia de México. Su entidad ha convenido en el establecimiento
de un Instituto Confucio. El Instituto Nacional de Migración
de México controla muy estrictamente la concesión
del visado, por eso aunque solicitamos tres voluntarios hace
tres meses, no pueden venir por la difícil tramitación,
dice con inquietud.
Al entrar en la Escuela Huaxia, se percibe un fuerte sabor
a cultura china: el retrato de Confucio, los abanicos de pintura
china, los macrameses chinos, la gráfica de alfabeto
fonético chino, los carteles pictóricos de la
Gran Muralla y el Templo del Cielo, los diversos títulos
de libros chinos, etc.
Fundada en 1999, esta escuela se dedicó al principio
a enseñar el chino a hijos de residentes mexicanos de
origen chino. Desde 2004, cada vez más mexicanos
han pedido aprender el chino en la escuela y hasta la fecha
ya tenemos 107 alumnos. Luego de abrir el Instituto Confucio,
los aspirantes han aumentado con rapidez, explica Peng
Chunli.
Como el número de estudiantes se ha elevado de súbito,
la Escuela Huaxia se ha trasladado tres veces en dos años.
En realidad, la magnitud de la escuela aún no satisface
la necesidad. En el pasado, no encontramos la sede adecuada
por escasos fondos, pero ahora el problema se ha solucionado
con el apoyo de los fondos de inicio del Instituto Confucio,
dice con alegría Peng. Esta directora, capaz y experimentada,
está dispuesta a incrementar tanto aulas como programas
de enseñanza. Abriremos cursos de cocina, caligrafía
y artes marciales de China. Antes sólo había clases
los sábados, y ahora tenemos en las mañanas de
lunes y miércoles y planeamos extenderlas a las noches
de martes y jueves, afirma Peng, quien desea convertir
dicho centro en puente que facilite el enlace cultural entre
China y México.
Los alumnos mexicanos no se contentan sólo con hablar
chino, por lo que muchos deciden ir a practicarlo en China.
La joven Jenny viajó a Beijing el verano pasao. Cuando
salía de compras, repetía una y otra vez en chino:
Esto está muy caro; no tengo mucho dinero,
comparando los precios hasta dar con uno aceptable. Diego Balbuena,
de 16 años, estuvo dos veces en China y le encantó
Shanghai. Manifiesta: La economía china se desarrolla
a un ritmo sin par, y Shanghai es muy moderna. Quiero estudiar
en una universidad de China y trabajar en Shanghai después
de graduarme. Lydia, por su parte, desea conocer el Tíbet
y José tiene intención de hacer negocios con China.
Aunque cada cual tiene su idea propia, mantienen el interés
común por la cultura china. Eso es lo que nos gusta ver.
El intercambio cultural ayuda a acrecentar la comprensión
mutua, eliminar los malentendidos y fomentar la cooperación
comercial, subraya el funcionario Dai Chaofu.
Los alumnos de Huaxia son aficionados a jugar ping pong (tenis
de mesa). Ellos desean que la escuela invite a entrenadores
chinos a México para que les enseñen. También
les gusta asistir a las fiestas tradicionales chinas y ponerse
vestidos de etnias minoritarias.
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Los fondos
de inicio del Instituto Confucio sirven para impulsar el
desarrollo de la Escuela Huaxia.----------------------------------Fotos
de Zhang Xueying
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Para ayudar a los alumnos a comprender mejor los caracteres
chinos, los maestros trabajan con denuedo. Por ejemplo, el caracter
zao (temprano) está formado por un sol arriba y una cruz
abajo. Algunos alumnos suelen escribirlos al revés. La
profesora Xu les explica que en la mañana sale el sol,
por eso, el sol está arriba y la cruz representa la hierba
que siempre está bajo el sol.
Además, en sus clases, Xu añade muchos contenidos
relacionados con la sociedad, la vida y la cultura de China.
Por ejemplo, cuando enseña el casamiento
en chino, explica también los conceptos matrimoniales
y las formas tradicionales de boda, mientras responde preguntas
de sus alumnos. Ella opina que estas explicaciones impiden que
alumnos se aburran, al tiempo que pueden conocer más
de China. Xu se ha convertido en la maestra más acogida
en la Ciudad de México.
En el año 2006 China y México sostuvieron
numerosos intercambios culturales. Por un lado, México
envió más estudiantes a China, y por el otro,
muchas universidades mexicanas establecieron su oficina representativa
en China. La Asociación de Centros Docentes Superiores
de México está dispuesta a establecer su oficina
en Beijing, para facilitar los intercambios académicos
de educación superior entre ambos países. No hay
que perder de vista que cuando los gobernantes mexicanos visitan
China siempre incluyen en su comitiva a rectores universitarios,
lo que significa que los gobiernos locales comienzan a prestar
atención a la preparación de talentos en chino.
Un comerciante mexicano que ha viajado con frecuencia a China
en los últimos años acota que antes ellos hacían
negocios por medio de intérpretes chinos de inglés
o español, pero ahora muchos ya pueden negociar directamente
con los empresarios chinos en Yiwu (sede de la Feria Internacional
de Mercancías Menores de China) y la Feria de Artículos
para la Exportación en Guangzhou. El chino ya es una
habilidad necesaria para hacer negocios con China.
Algunos eruditos mexicanos se muestran optimistas hacia el
futuro del entusiasmo del aprendizaje del chino. Sin embargo,
el actual nivel de enseñanza de la lengua china no responde
al desarrollo de la situación, debido a la escasez de
profesores y el problema de la redacción de materiales
didácticos. Estos, proporcionados por la Oficina de Chino,
se adaptan más a los países occidentales, por
lo que resulta tarea urgente desarrollar textos de enseñanza
correspondientes a las condiciones reales de México y
otros países latinoamericanos.