Del pincel a la pantalla
de plasma
-Bellas
artes chinas en la era de la informática
Por Lao
Yi
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Angela Guosi
crea sus anchas lo mismo ante un mural que ante una computadora. |
Hablar de los beneficios de Internet y la tecnología
informática para decenas millones de chinos equivale
por estos días a llover sobre mojado. Basta recordar
que en 2006, el país alcanzó los 137 millones
de usuarios de la Red una cuarta parte más que
en 2005, ó 23,4 por ciento de aumento. Y aunque estos
números implican apenas 10,5 por ciento de la población
total, los incrementos anuales permiten augurar una positiva
ampliación a corto plazo. Hoy por hoy, casi cualquier
hijo de vecino puede acceder a esta moderna tecnología.
Legiones de empresarios, funcionarios, militares, campesinos
y estudiantes, entre otros muchos sectores de la sociedad, han
visto multiplicarse el alcance de sus respectivas ocupaciones
gracias a la Red.
¿Y qué tal les va a los artistas plásticos
chinos en el ciberespacio y el universo de la informática?
¿Cuánto han ganado con estas tecnologías
y cómo se acomodan a esta realidad? Para empezar con
juicios de neófito, me atrevo a asegurar que pocos renuncian
a las facilidades que les están otorgando los programas
de software para diseñar desde la pantalla de un ordenador.
Y no se puede pasar por alto los sitios web y blogs cada vez
más abundantes, en los cuales los creadores promueven
sus obras. ¿Entonces, les acomoda o no la tecnología
de punta?
Internet ha devenido en medio ideal para promover nuestro
trabajo, afirma sin la menor sombra de duda Gou Sixiang,
una joven diseñadora y pintora independiente residente
en Beijing, la cual, fiel al espíritu de su época,
pasa sus días del caballete, los pinceles y el óleo
a las comodidades de una pantalla de computadora. Con esta última,
y apoyada en los más avanzados softwares, ha elaborado
el grueso de su obra más reciente. Al desfilar
por la pasarela virtual, indica con picardía, me siento
como una actriz debutante.
¿Cuánto cuesta un sitio web artístico?
A nuestra entrevistada, nacida en 1979 y graduada en la Faculta
de Bellas Artes de la Universidad de Hunan, le bastó
desembolsar menos de mil yuanes, o unos 120 dólares,
para disponer de su cibergalería. Desde mediados
de 2006 su sitio web bilingüe, en chino e inglés
(www.17173art.com), expone sus obras digitales incluido
su debut del año ante el público de EE.UU. ,
reproducciones de sus óleos, fotos personales y su peculiar
filosofía de vida, todo diseñado por la propia
artista.
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El
erotismo del cuerpo femenino y las minorías étnicas
nutren el arte digital de Angela Guosi. |
Internet, redondea su idea, funge como mi plataforma
de relaciones públicas y prensa. Me proporciona oportunidades
que no encontraría en cualquier otro medio convencional.
Súmale a ello que con una computadora dejo listo casi
cualquier trabajo en apenas tres días.
Con el fin de ponerse en contacto con compradores y curadores
potenciales, su asistente se encarga de colocar con cierta periodicidad
mensajes relativos al quehacer de Gou en los blogs de diversas
personalidades. Tengo plena conciencia de la feroz competencia
que hoy tiene lugar en el ciberespacio, admite Gou, quien acota
a continuación que, precisamente por eso, dedica buena
parte de su tiempo a crear vínculos en buscadores como
Google, o su homólogo local Baidu.
En momentos en que el grueso de sus ingresos financieros proviene
de las ilustraciones para libros, la joven artista pone los
ojos en el porvenir del comercio de arte en la Red. En consecuencia,
ha fundado su propia compañía, el Centro Cultural
Tianshigousi de Beijing para el Intercambio Cultural Internacional,
esfuerzo en el cual, señala sin dar detalles, he
contado con el apoyo de algunos buenos amigos.
Pincel o teclado, ésa es la cuestión
Al abundar en la dualidad creativa a que las nuevas tecnologías
han dado lugar, Gou Sixiang considera que cuando creo
con medios digitales, suelo dejarme llevar por cierto enfoque
comercial; sin embargo, al recurrir a los medios tradicionales
dejo fluir toda la carga de inspiración que arde en mi
interior.
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Los
tópicos tradicionales de la cultura china, con aire
renovador, inspiran a Angela Guosi. |
Los trazos
vitales de Van Gogh y la sensualidad de Picasso coinciden
en los oleos de Angela Guosi. |
Siguiendo la ruta que sus instintos le dictan, la pintora pone
el énfasis en insuflarle una alta carga de pasión
y erotismo a sus obras, ya sean digitales o tradicionales. Su
inspiración nace sobre todo de la contemplación,
con cierto aire voyeurista, de todo lo bello que puede ofrecer
el cuerpo humano, en especial el femenino. Aunque, aclara,
no desdeño para nada el atractivo masculino. Su
declaración, con toda la ambigüedad que la misma
conlleva, es típica de la más reciente hornada
de artistas chinos. Con mi obra, persigo dejar mi propia
declaración feminista en la Red; hacer y decir algo que
influya en la vida de los demás.
Vincent y Pablo en la era de Internet
Reconozco las raíces de mi obra en la vitalidad
de los trazos de la pintura post-impresionista de Vincent Van
Gogh, al igual que la sensualidad desbordada de Pablo Picasso,
explica.
Los óleos de Gou atestiguan tales influencias: los admirables
trazos que, por poner un ejemplo, dejara el maestro holandés
en su archiconocida Noche estrellada; lo mismo puede decirse
del sensual discurso presente en obras del español Pablo
Picasso, como las Señoritas de Avignon. Para Gou, apropiarse
de las influencias de los grandes maestros de la pintura universal
implica ante todo un homenaje, más que incurrir en la
parodia iconoclasta a que acostumbran otros colegas de su generación.
Lo que viene bien a su arte, pues lo plasma sin empacho, recurriendo
por igual a la nota folklorista, y a manierismos pop o postmodernistas.
Sus ambiciones, empero, trascienden el mero marco estético,
lo cual se encarga de dejar bien en claro cuando afirma, a rajatabla,
que no me basta con ser artista; quiero influir en el
curso del desarrollo, colocar mi impronta en el ámbito
social. Para ser una artista en ciernes, sus palabras
pueden resultar algo altisonantes, pero teniendo en cuenta tanto
milagro mediático protagonizado desde que la Red es una
realidad universal, pienso que al menos podemos otorgarle el
beneficio de la duda.