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El rechazo a la violencia conyugal es responsabilidad de todos. |
Durmiendo con el enemigo
Radiografía de la violencia familiar en China
Por
nuestras reporteras LU RUCAI y XU XIAOYAN |
Al entrar en la oficina de Guo Ruixiang, funcionaria del
proyecto chino del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas
para la Mujer (FDNUM), se ven por todas partes libros sobre
los problemas que encaran las mujeres chinas. De la pared
cuelga un cartel contra la violencia conyugal. Desde que
asumiera el cargo, en abril de 2005, Guo Ruixiang se ha
dedicado en cuerpo y alma a tratar de preservar los derechos
de la población femenina de su país.
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La violencia conyugal
se convierte en un problema social. |
El FDNUM es una organización que procura preservar
los derechos y desarrollo de las mujeres. En China, dicho
organismo se encarga de numerosos programas, entre los cuales
hay 17 proyectos dedicados a defender los derechos e intereses
de las mujeres y promover la igualdad de género.
Parte importante de este empeño es la oposición
a la violencia conyugal, destaca Guo. La funcionaria se
sintió especialmente conmovida al conocer que las
Naciones Unidas establecieron que el 8 de marzo de 2007,
Día Internacional de la Mujer, estaría dedicado
a llevar ante la ley a quienes practican la violencia familiar.
El "modelo de Xuzhou", una alternativa
Chen Juan (seudónimo) vive en un barrio cercano
a la ciudad de Xuzhou, en la provincia de Jiangsu. Por largo
tiempo, ha sufrido los malos tratos de su marido. Así
hasta que, hace poco, acudió al Centro de Protección
contra la Violencia Familiar de Xuzhou, luego que su pareja
le hiriera en el rostro con un cuchillo.
Los trabajadores del Centro le ofrecen comidas y alojamiento
gratuitos, a la vez que garantizan su seguridad personal.
Con este fin mantienen comunicación con la Federación
de Mujeres y los departamentos de seguridad pública,
de modo que los mismos sirvan de mediadores. Tras varias
acciones de mediación, sin que se produjeran efectos
positivos, Chen Juan solicitó el divorcio al tribunal.
El Centro le proporcionó asistencia legal y presentó
ante los magistrados las pruebas correspondientes, sirviendo
además de testigo ante el juez. El tribunal dictaminó
que Chen Juan debía recibir cinco mil yuanes como
compensación espiritual y una posición privilegiada
en la separación de la propiedad matrimonial. Chen
Juan quedó muy satisfecha con los resultados.
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El primer contingente
chino contra la violencia conyugal asume a los núcleos
familiares como su punto de partida. |
En fecha reciente, se presentó en el Centro de Protección
contra la Violencia Familiar de Xuzhou el proyecto de "Estudios
teóricos, propaganda y promoción de los refugios
de protección para las víctimas de violencia
familiar" que contó con un subsidio de 30.000
dólares otorgado por el FDNUM. El Centro, fundado
en junio de 2003, por la Federación de Mujeres de
Xuzhou y la Administración de Asuntos Civiles, logró
finalmente el reconocimiento del FDNUM. Guo Ruixiang espera
que el "modelo de Xuzhou" devenga ejemplo en China
para la oposición a la violencia familiar y reciba
una acelerada promoción en los más de 1.200
refugios de asistencia existentes en el país.
Durante los tres años de establecido, el Centro
de Protección contra la Violencia Familiar ha recibido
2.623 llamadas de consulta, petición de ayuda y denuncia,
ha resuelto 453 disputas, y atendido a 514 visitantes. El
Centro ha realizado 27 misiones de investigación
y estudio en el exterior, y ha brindado asistencia a 168
mujeres y 128 niños.
El Centro constituye un núcleo del que se han derivado
196 oficinas locales de policía civil para re-clamaciones
por hechos de violencia conyugal, con vistas a otorgar ayuda
inmediata a los casos pertinentes. Actualmente, en las calles
de Xuzhou se ven numerosos taxis con la señal del
Centro de protección. Los taxistas pueden colocar
su granito de arena, ayudando a las mujeres víctimas
en cualquier momento.
Xuzhou marcha a la vanguardia de 10 ciudades chinas en
la tarea de proteger a las víctimas de abusos conyugales
y evitar casos extremos. La importancia de esta tarea preventiva
la destaca Guo Ruixiang poniéndonos un ejemplo: en
una cárcel de la provincia de Hebei hay más
de 20 reclusas que mataron a sus maridos por no poder resistir
más la violencia conyugal. "Si ellas hubieran
conseguido protección en algún sitio, se habrían
evitado estas tragedias".
Conforme a estadísticas de la Federación
Nacional de Mujeres de China, 30 por ciento de 270 millones
de familias ha experimentado la violencia conyugal. A pesar
de que la situación de China no es tan grave como
la de otros países y regiones, es difícil
calcular con exactitud la incidencia de este fenómeno.
"En China, mucha gente no tiene claro el concepto
de la violencia conyugal, sobre todo en las zonas rurales.
Debido al arraigo de las desigualdades de género,
algunos todavía consideran que es muy normal que
los maridos peguen a sus mujeres, y no lo asocian con la
violencia conyugal. Incluso graduados de enseñanza
superior se manifiestan favorables a esta práctica.
Un mazazo a los convencionalismos
"Debido a que el concepto de sexo social aún
no ha prendido entre la gente común y los encargados
de ejecutar la ley, a la hora de tomar acciones prima el
punto de vista masculino. Esperamos que este estado de cosas
cambie", afirma Guo Ruixiang, quien pone como ejemplo
las legislaciones laborales, donde se impuso la visión
masculina del tema.
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Niños
de Xuzhou hacen grullas de papel en un centro de protección
para las mujeres víctimas de la violencia familiar. |
China inició sus proyectos pilotos para la concientización
de todos los sectores sociales en la región autónoma
uigur de Xinjiang, donde se estableció el grupo de
trabajo de tema social de las Naciones Unidas. "Seleccionamos
a Xinjiang por ser lugar de concentración de minorías
étnicas. Los fenómenos de violencia conyugal
y desprecio por el otro sexo pueden inspirar factores de
inestabilidad social", agrega Guo.
"Nuestro grupo proporciona fondos y asistencia técnica
a los centros locales. Los profesores son expertos en estudio
de problemas femeninos". Guo Ruixiang y sus colegas
comprenden que no basta con impartir clases. Por lo tanto,
resaltan la importancia de la interacción mutua y
la acción real. Tal enfoque ha dado buenos resultados
en Xinjiang. Guo Ruixiang espera que la promoción
del concepto de sexo social en Xinjiang se convierta en
modelo para las demás regiones del país.
En su lista de candidatos a la información figura
también la prensa. La señora Guo explica:
"Hasta ahora la prensa sólo se concentra en
el tema en los días previos y posteriores al Día
Internacional para la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer, y en el Día Mundial del SIDA. Luego
se ven pocos reportajes sobre este tema. Por otra parte,
muchos trabajadores de la prensa buscan el sensacionalismo,
prefiriendo informar sobre los hombres que sufren violencia
conyugal. Si bien existen estos casos, se trata de una parte
exigua en comparación con las mujeres, acota
Guo.
Importancia del imperio de la ley y la atención
al pueblo
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Habitación para
resguardo de mujeres víctimas, nueva forma de
defender sus derechos. |
Al hablar de las dificultades que encara para oponerse
a la violencia conyugal y defender los derechos e intereses
de las mujeres, Guo Ruixiang considera que, ante todo, es
preciso perfeccionar la ley y elaborar legislaciones expresas
contra los actos de violencia. Afirma que en el mundo hay
89 países donde se estipulan cláusulas legales
contra la violencia conyugal. De ellos, 60 han establecido
proyectos de ley respectivos.
Sin embargo, China sólo cuenta con más de
20 provincias donde se han legislado directivas contrarias
a la violencia conyugal. La provincia de Hebei fue la primera
en elaborar y aprobar los documentos relativos. En nuestro
país, dice, todavía no hay reglamentos de
alcance nacional contra este fenómeno. Sólo
la "Ley de Matrimonio" incluye la cláusura
que prohíbe la violencia conyugal, pero sin delimitar
en concreto el acto.
"Al hablar de la violencia familiar, muchos dicen
que las mujeres deben fomentar el concepto de autoprotección.
En realidad, el hombre desempeña un papel muy importante",
añade la Sra. Guo, para recordar que quienes de niños
vieron cómo sus padres solían pegar a sus
madres pueden heredar con facilidad el hábito. En
EE.UU., acota, los hombres que cometen violencia conyugal
quedan sometidos a reformas disciplinarias o cumplen condenas.
En China, sin embargo, todavía no existen tales disposiciones
para reformar a los hombres.
Por otro lado, admite Guo, muchas mujeres creen que
no deben contar a otros acerca de sus asuntos conyugales,
sobre todo en las familias con hijos. Prefieren soportar
humillaciones con tal de preservar la familia unida, por
el bien de los hijos. Por lo general, las familias
de mujeres que reciben mediación o apoyo de la Federación
de Mujeres, o de las organizaciones femeninas, promueven
el divorcio. De ahí que pocas víctimas se
decidan a contar la verdad.