Zhu Yuming, con la forma y el espíritu

--Entrevista a la profesora de nuestra columna especializada en Wushu

Por YAO BEI

A petición de algunos lectores interesados en Wushu, hicimos una entrevista a Zhu Yuming, profesora de nuestra columna “Wushu para todos”.

China Hoy: ¿Cómo empieza a practicar Wushu?

Zhu Yuming (Zhu): Nací en Qingdao, una hermosa ciudad costera de la provincia de Shandong. Como me gustaba mucho jugar, solía escalar con otros niños el cercano monte Damiao, donde numerosa gente practicaba Wushu como ejercicio físico. Sus posturas elegantes atrajeron siempre mi atención y fue así como conocí este deporte.

Por pura curiosidad me inscribí en un curso para practicantes de Wushu. En aquel entonces tenía menos de siete años de edad y no sabía, sino hasta más tarde, que mi entrenador era Hao Bin, un conocido maestro del boxeo Tanglangquan en el monte Damiao.

Mi papá me brindó gran apoyo. Me llevó a visitar al maestro Hao, quien me impresionó profundamente por su personalidad y decencia. Aún recuerdo una de sus frases: “No hay que enseñar la técnica al que no tenga virtudes ni fuerza de voluntad.”

El maestro Hao tenía muchos discípulos, por lo que a nosotros, los recién admitidos, nos enseñaban los alumnos de relativa mayor edad. Pero él siempre venía a supervisar nuestra clase y nos mostraba a menudo unos actos ejemplares. Allí se inició mi relación con Wushu.

Cuando yo era muy pequeña, mi papá me enseñó una lección que caló muy profundo en mi corazón: nunca dejar a medias las cosas que empieza. Ello me ayudó a encontrar a otro maestro, Zhang Suochun, para aprender las habilidades y trucos de la espada Changhui, el boxeo Zhaquan y la lanza.

El maestro Zhang había recibido educación escolar, por lo que tenía medidas pedagógicas y sabía cómo enseñar y practicar. Sus explicaciones sobre cada postura, acción e incluso cada mirada me impresionaron sobremanera, favoreciendo mi aprendizaje de técnicas esenciales y sentando una base sólida para mi futuro desarrollo.

Tuve el honor de reencontrarme con él en el Torneo-Invitación Internacional de Wushu 2006, celebrado en agosto pasado en Qingdao. El ya tenía 85 años de edad y fue invitado como huésped distinguido, mientras que yo participé como juez jefe del evento. No pudimos contenernos de suspirar juntos por ese reencuentro, luego de medio siglo. Le deseo con toda sinceridad buena salud y longevidad.

Zhu Yuming en diversos momentos: con compañeros de estudio en la Universidad de Educación Física de Beijing, en 1973, y enseñando en Vietnam, en 2000.

Gracias a la mejor dotación natural e indicaciones de Zhang, no tardé mucho en ganar premios en algunas competencias de Wushu y disfrutar de cierta fama en mi ciudad. En 1970 fui elegida deportista del equipo deportivo provincial de Shandong, iniciando desde entonces mi carrera profesional, en la que obtuve numerosos premios en competencias profesionales de nivel nacional y fui incluida en la Enciclopedia de Personajes de Wushu de China por la Editorial de Deportes del Pueblo.

Posteriormente realicé los exámenes de enseñanza superior y fui admitida por la clase de Wushu de la Facultad de Deportes de la Universidad de Cultura Física de Beijing. Cuatro años después, tras graduarme, permanecí en este centro como profesora de esta asignatura. Fue así que este arte marcial pasó a ser mi profesión e ideal en toda mi vida.

China Hoy: ¿Qué influencias ejerce Wushu en su vida?

Zhu: Muchas. Tantos años practicándolo, sobre todo durante mi carrera de deportista, contribuyó a formar mi personalidad y convertirme en una persona tenaz y capaz de enfrentar las dificultades. Se puede decir que Wushu es una gran riqueza que me ha beneficiado durante toda mi vida.

Todos aquellos momentos de alegría y orgullo, cuando gané premios por mis asiduos y laboriosos esfuerzos, todavía me traen recuerdos lindos y emocionantes.

El trabajo como maestra me ha permitido adquirir conocimientos más profundos sobre Wushu. Cada día adquiero más experiencias en la enseñanza teórica y práctica, en la metodología pedagógica y en los estudios científicos y siento más amplio y profundo que es el Wushu de China. Sé que aún queda mucho trabajo por hacer y me exijo ser más laboriosa.

China Hoy: ¿En qué consiste su trabajo como maestra de Wushu en la Universidad?

Zhu: Mi tarea principal es formar para el país especialistas en Wushu con títulos académicos superiores.

En la universidad imparto clases de teoría, enseño técnicas de trucos y asesoro a los estudiantes en la preparación de sus tesis de graduación, además de ejercer el trabajo de tutor de posgraduados y de algunas administraciones.

También me invitan a capacitar a árbitros de Wushu, evaluar a maestros de este arte marcial tanto nacionales como extranjeros, enseñar habilidades y trucos, ofrecer entrenamientos relacionados y actuar como jueza en torneos importantes. Además, trabajo para que este deporte se haga más popular en China y en otros países.

Otro aspecto que considero importante en mi labor es el estudio científico y la redacción de libros sobre este arte tradicional.

China Hoy: ¿Cómo es el intercambio de China con otros países en el terreno de Wushu y cómo cree que se puede fomentar esta cooperación?

Zhu: Wushu está saliendo de China y su práctica se está expandiendo por el mundo a pasos acelerados. Para este fin, los departamentos gubernamentales de diferentes niveles y algunas organizaciones populares han trabajado mucho y logrado algunos éxitos en ese sentido.

Siendo parte representativa de la cultura tradicional de China, este arte es conocido de alguna manera por casi todos sus habitantes. Sin embargo, según mis experiencias en viajes que he realizado al extranjero, la mayoría de las gentes de esos países no conoce casi nada de él.

Salvo quienes lo practican o lo enseñan, el resto prácticamente no ha escuchado nunca hablar de Wushu. Por lo tanto, queda mucho por hacer para difundirlo en el mundo. Pienso que lo más importante es ampliar la propaganda y reforzar los intercambios.

Como muchos extranjeros no saben nada o sólo cosas muy superficiales de Wushu, no conocen ni practican este deporte. Pero estoy segura que, una vez que entiendan lo maravilloso que es, se enamorarán pronto de él y se incorporarán a practicarlo.

Sin un trabajo constante y asiduo de promoción y popularización, Wushu de China no podrá desarrollarse ni ser conocido por el resto del mundo.

China Hoy: Cada vez que visita otros países, promueve la cultura de Wushu. ¿Cuáles son las naciones de su destino? ¿Ha ido a España o países de América Latina?

Zhu: Popularizar la práctica de Wushu y promover su cultura forman parte de nuestro trabajo concreto. Con ese propósito he ido a impartir clases y conferencias en muchos países, con más frecuencia en años recientes.

Con amigos en el Barrio Chino de La Habana, Cuba.

Aunque nunca he ido a España, sé que allá hay muchas personas interesadas en Wushu y que están negociando el uso de varios salones de entrenamiento. Me gusta tener la oportunidad de trabajar juntos e intercambiar experiencias con la Asociación de Wushu de ese país y los colegas españoles.

En América, en cambio, he visitado Canadá y Cuba, para asistir a festivales de cultura china. Pero entre mis alumnos de Wushu hay no pocos procedentes de México, Perú, Bolivia, Brasil y Venezuela. Tienen tanta fidelidad hacia este arte que atraviesan el océano para venir a China a estudiarlo, lo que me conmueve mucho.

Con el propósito de impartir conferencias y realizar intercambios culturales, he viajado también a Francia, Inglaterra, Portugal, Japón, región de Taiwán, Corea y Vietnam, país este último en que permanecí más tiempo por ser entrenadora de su equipo nacional, que alcanzó muy buenos resultados en competencias internacionales y fue premiado por su gobierno.

En las naciones como Japón, Cuba y Francia me nombraron maestra de Wushu y Consejera Honorífica Vitalicia y me condecoraron la medalla de Hazaña Inmortal.

China Hoy: ¿Cuál es su impresión sobre los practicantes latinoamericanos y en cuáles aspectos les recomienda hagan énfasis en el aprendizaje de Wushu?

Clases de Taijiquan en Portugal en 1999.

Zhu: Todos los amigos latinoamericanos que he conocido adoran Wushu de China, sobre todo los boxeos y las armas tradicionales. Estudian de manera muy concienzuda y lo toman en serio. Anotan todo lo que dice el maestro y meditan detenidamente. Admiro su pasión y obsesión por este deporte. Ese amor propicia que nos comuniquemos siempre con mucha alegría, pese a que yo no hablo español y ellos no hablan chino.

A ellos y a todos los que se decidan a practicar Wushu les hago algunas recomendaciones:

a. El que sigue lo consigue. Wushu no es fácil de aprender. La perseverancia es una cualidad imprescindible y la destreza viene de la práctica.

b. Conforme a las normas. Es muy importante practicar Wushu, cualquier acto o postura, cualquier puño o patada, respetando estrictamente las normas y los elementos esenciales.

c. Hay que demostrar las características y estilos de cada escuela. Por ejemplo, los boxeos Taijiquan, Xingyiquan, Baguaquan y Tongbeiquan tienen diferentes características, pero cuando los practica tiene que prestar atención y aprender a representar sus diferencias.

d. Contar con la forma y el espíritu a la vez. Es el nivel más elevado de Wushu, que no es fácil de alcanzar.

Por medio de China Hoy, quiero saludar a todos mis colegas y alumnos del mundo, desearles que tengan buena salud y disfruten de la felicidad familiar en el nuevo año y pedirles que trabajemos juntos para fomentar los intercambios entre los diferentes países, permitir a más personas participar en la organización de Wushu y elevar sin cesar sus técnicas. Siempre estoy en Beijing, esperando su visita y dando la bienvenida a todos los que vengan a intercambiar experiencias.

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