Pingyao – Patrimonio Cultural de la Humanidad
Por YI FAN
En
1997, la UNESCO incluyó la antigua ciudad de Pingyao,
de más de 2.800 años de antigüedad, en su Lista de Patrimonios
Culturales de la Humanidad. En su evaluación respectiva
se lee: "La antigua ciudad de Pingyao es un excelente
ejemplo de las ciudades de la etnia han de las dinastías
Ming y Qing. Gracias a su bien conservado patrimonio,
la misma muestra un panorama completo del avance de la
cultura, la sociedad, la economía y la religión en la
historia de China".
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Ubicada
en la provincia de Shanxi, al oeste de la capital provincial,
Taiyuan, Pingyao es una vieja ciudad bien conservada, donde
es posible admirar los legados de las dinastías Ming
(1368-1644) y Qing (1644-1911), a través de sus muros,
calles, edificios y tiendas, entre otros.
La China antigua se revela al ojo extranjero
Pingyao atrae particularmente a dos tipos de personas: los
fotógrafos, que encuentran allí infinitas escenas
y temas, y los turistas extranjeros, que finalmente perciben
una imagen auténtica de la vida en la antigua China.
La ciudad ocupa un área de 2,25 km2, erigida sobre un
terreno plano. Solamente la parte meridional asciende un poco.
Cuando se ve desde la altura, la urbe semeja una tortuga que
se arrastra hacia el sur. Cuatro avenidas, ocho calles y 72
callejones pequeños constituyen una red bien regulada,
que recuerdan las divisiones en el carapacho de un quelonio.
El centro de la localidad se encuentra en el edificio municipal,
situado en la carretera principal --la avenida Nandajie, mientras
que otros edificios importantes se encuentran distribudos simétricamente
a ambos lados de la avenida: en la parte central están
el Templo de Dios y la Oficina del Magistrado, que representan
el poder más supremo de este y el otro mundo; en la sección
norte se elevan el Templo Taoista Qingxu y el Monasterio Jifu,
que cuida los mundos espirituales del taoismo y a los seguidores
budistas; en la parte sur hay dos templos en honor de los sabios
civiles y militares de China Confucio y Guan Yu.
Entre
los edificios principales y dispersas por la ciudad se ven las
residencias y las tiendas privadas, en las cuales se refleja
completamente el concepto tradicional de la jerarquía
feudal y las estrictas normas de la etiqueta antigua.
Testigo de la historia china
Cuando se le incluyó entre los patrimonios de la humanidad,
Pingyao quedó protegida por convenciones internacionales.
En sus fronteras se agrupan 11 reliquias culturales bajo protección
nacional, incluidos los muros de la ciudad, el Templo de Zhenguo,
y el Centro Comercial Rishengchang. La ciudad también
ostenta gran cantidad de reliquias de otros niveles, así
como siete tesoros provinciales, cuatro municipales y 77 de
nivel de distrito.
En su época de pleno apogeo, durante las dinastías
Ming y Qing, Pingyao fue considerada centro comercial de China.
Sus muros aún intactos de 6,4 km de largo protegen perfectos
ejemplos que describen la historia de la política, el
comercio, la cultura y el arte de China. El establecimiento
de Rishengchang, primer centro financiero de China, aceleró
el desarrollo de las finanzas y el comercio de Pingyao. El famoso
autor chino Yu Qiuyu escribió una vez que Pingyao fue
el antepasado de los bancos chinos. En sus días de oro,
los centros comerciales de Pingyao ocupaban casi la mitad del
total del país. Su posición crucial para los negocios
en la antigua China se puede comparar con la de Wall Street
en la economía mundial del presente. Los contemporáneos
lamentan que sus centros comerciales no fueran transformados
en bancos modernos. Esta falta, desde luego, no disminuye su
atracción para los turistas, que gozan de las reliquias
de estos centros comerciales.
La urbe dispone asimismo de 400 residencias originales excelentemente
preservadas. Son ejemplares del estilo de la arquitectura en
la parte norte de China en aquel momento. Al dar un paseo por
las avenidas y calles de Pingyao, es posible encontrar sorpresas
culturales y bellezas arquitectónicas a cada minuto.
De hecho, la ciudad entera constituye un enorme museo al aire
libre.
Ciudad incomparable
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Antes un centro
comercial, ahora atracción turística. |
Un dios de
guarda en uno de los templos de Pingyao. |
Carente de la solemnidad de la Ciudad Prohibida, en Beijing,
y de la Villa Montañosa de Veraneo, en Chengde, Pingyao
destila sin embargo cariño y sagacidad, característica
esta última de los comerciantes de Shanxi en la antigüedad.
Su larga historia, empero, no significa que la ciudad haya perdido
ímpetu. Por el contrario, se mantiene viva y dinámica
con los esfuerzos de sus habitantes. Ver a los residentes de
Pingyao haciendo negocios en las mismas casas donde sus antepasados
hicieron lo mismo hace siglos, es como emprender un viaje hacia
atrás en la máquina del tiempo. Pero también
hay acontecimientos más modernos en Pingyao. Ejemplo
de ello es la invitación que la ciudad suele cursar a
fotógrafos de todo el mundo para participar en su Festival
Internacional de Fotografía, que tiene lugar en su geografía
cada año, desde 2001. El tema de 2006 fue Diversidad
y Armonía. Más de mil fotógrafos
de 41 países y regiones se reunieron en Pingyao para
contar historias a través de sus instantáneas.