El
costo del crecimiento
- En tiempos
de econom¨ªa de mercado y de un solo hijo por familia,
muchos padres muestran mano suelta cuando de gastar en su
descendencia se trata.
|
Por nuestra reportera
LU RUCAI
ENTRE el sector juvenil de la clase media urbana china se ha
desarrollado un cierto apego por el calzado deportivo de marcas
mundialmente famosas. Modelos de Nike, Reebok o Adidas se ven
con frecuencia en los pies de estos jóvenes. Para ellos,
además, disponer de cámaras fotográficas
digitales, teléfonos celulares y reproductores de MP3 y
ahora MP4, es una especie de deber. La moda obliga.
La necesidad de los jóvenes de crear o reafirmar su identidad
generacional partiendo de la posesión de una serie de artilugios
y accesorios no es nada nueva. Pero si algo de diferencia a la
actual generación de sus antecesores, es el afán,
por momentos desmedidos, de poner las manos encima cuanto artículo
de precio exorbitante les quede al alcance, como secuela inmediata
de la reinante economía de mercado.
¿Qué compra la nueva generación?
Según
Zhang Xiaoqiang, estudiante de 14 años de edad de la Escuela
Secundaria de Wanshoulu, en Beijing, casi todos sus compañeros
de estudio montan en bicicletas de la marca Giant. Por lo tanto,
no sintió el más mínimo remordimiento cuando
presionó a su madre para que le comprara uno de esos ciclos
todo-terreno en una tienda de Giant, en el céntrico barrio
beijinés de Gongzhufen. "¿No puedes comprarme
ésta?" pidió quejumbroso a su progenitora,
"apenas cuesta un poco más de mil yuanes (120 dólares)".
Al ver que su madre seguía vacilando, Zhang cambió
la estrategia: ¿"Ya te prometí que mis notas
del próximo examen estarán entre las cinco mejores
del aula?" Derrotada por tanto argumento, la mujer optó
por darle el gusto.
Una encuesta realizada recientemente por Sinomonitor Internacional
entre estudiantes de nivel medio de 12 a 19 años de edad,
revela que el 42,2 por ciento de éstos considera los artículos
de marca prestigiosa como el símbolo por excelencia de
la moda, la confianza en sí mismo y el buen gusto. Otro
estudio, de abril de 2005, permitió al Centro de Encuestas
Sociales del Diario de la Juventud China conocer que el 78 por
ciento de los 1.150 adolescentes investigados son devotos de alguna
marca famosa. Un estudiante de la Escuela Secundaria N.° 154
de Beijing dijo muy en serio: "Si me calzara unos zapatos
nacionales de marca desconocida, mis amigos, que sin excepción
usan Nike, me rechazarían".
Esta
voracidad por los artículos costosos para adolescentes
también ha contagiado a alumnos de primaria. Qi Wanyi,
de 11 años de edad, estudia en la Escuela Primaria Experimental
de Shangdi en Beijing. Aparte de los libros de texto y de ejercicios,
su bolso escolar también contiene un teléfono celular,
un reproductor de MP3 y un diccionario electrónico. "Todos
mis compañeros de estudio tienen MP3 y diccionario electrónico,
y la mayoría tiene teléfono celular. Mi MP3 y diccionario
son regalos de mis padres para ayudarme a estudiar inglés,
y me compraron el móvil que yo pedí para poder localizarme
cada vez que lo necesiten", explica radiante de felicidad.
La madre de Wanyi dirige una pequeña agencia de propiedad
inmobiliaria. Casi nunca ha rechazado las peticiones de su hija
de artículos de lujo, y cada año desembolsa alrededor
de 5.000 RMB en trajes y utensilios escolares para la joven. Al
respecto explica: "Las cosas son totalmente diferentes ahora
en comparación con los tiempos en que yo estaba en la escuela.
Mis padres vivían casi siempre al día y en aquel
entonces nadie soñaba con estos artefactos sofisticados
de aprendizaje, simplemente porque no existían. A mí
no me importa comprar a mi hija los 'juguetes electrónicos'
y ropas de etiqueta prestigiosa que le gustan, siempre y cuando
le vaya bien en la escuela".
Dinero de bolsillo planificado
Además
de satisfacer sus deseos de consumo con el bolsillo de sus padres,
la mayoría de los niños en edad escolar recibe una
cantidad de dinero para gastos diarios, así como regalos
en efectivo en días feriados como la Fiesta de la Primavera
por parte de sus adultos. El dinero de bolsillo de un joven chino
urbano, incluidos los regalos en efectivo, suma un promedio de
2.300 yuanes cada año, pero puede llegar hasta 40.000 yuanes,
según una investigación recién publicada
por Xu Anqi, del Instituto de Investigaciones Sociológicas
de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai.
Algunos jóvenes prefieren dejar que sus padres administren
los regalos financieros que reciben en los feriados, pero muchos
otros optan por asumir ellos mismos la responsabilidad. Lo gastan
principalmente en ropa, calzado, publicaciones periódicas,
libros, alimentos rápidos de estilo occidental y películas.
Como contrapartida al afán de consumo, se observa con frecuencia
que los jóvenes desechan al poco tiempo los accesorios
que tanto les costó adquirir. Un estudio sobre la tendencia
del consumo entre la juventud, llevado a cabo por el Instituto
de Investigaciones Juveniles de Guangzhou, Hong Kong y Macao,
arroja que casi el 40 por ciento de los encuestados admite perder
pronto el interés en los artículos que han comprado.
Los jóvenes se dan a las compras compulsivas bajo presión
de su grupo generacional, o por el deseo de emular con sus estrellas
de cine, según Chen Jijing, vicepresidente del Instituto.
Esta observación es apoyada por Yang Shunlin. Su tienda
a la entrada de la Escuela Secundaria de Haidian de Beijing provee
principalmente utensilios estudiantiles, desde artículos
de escritorio hasta accesorios deportivos. "Los adolescentes
son grandes gastadores", confirma Yang, "si uno compra
algo que parece estar en la onda para otros, éstos lo siguen
automáticamente".
Diga que sí a su hijo
Un estudio sobre psicología del consumo en la juventud,
realizado en la clase de Ding Shiwei, en la Escuela Secundaria
N.° 1 de la ciudad de Jiangmen, provincia de Guangdong, indica
que el voraz consumo de los jóvenes tiene sus raíces
en sus padres. Como la mayoría de estos jóvenes
son apenas niños, se convierten en el centro de sus respectivas
casas. Los padres casi nunca reparan en gastos desproporcionados
para la vida o escuela de sus hijos e hijas. En otras investigaciones
hechas en Beijing, Tianjin y Shanghai, el 85 por ciento de las
familias admite que el consumo mensual mínimo de su vástago
representa una tercera parte del ingreso familiar. Suele ser el
caso que los jóvenes dan por sentado que sus padres le
comprarán todo lo que desean, y nunca paran mientes en
si sus exigencias son o no adecuadas.
Liu es una obrera textil y su marido conduce un taxi. El ingreso
combinado de ambos apenas alcanza el promedio. Sin embargo, cuando
la hija de ambos, de 16 años de edad y estudiante del primer
año de secundaria superior, pidió a su madre comprarle
cosméticos de marca internacional, la progenitora consintió
sin vacilar. "Sus amigos y compañeros", explica
la madre, "se ponen lo mejor cuando se reúnen los
fines de semana, o en feriados. Se reirían de ella si no
está a esa altura".
Educación para una administración científica
de las finanzas
En septiembre de 2004, la Escuela de Wenhualu, en el distrito
de Shenhe, en Shenyang, capital de la provincia de Liaoning, se
convirtió en la primera escuela primaria de China en incluir
las bases de la gestión financiera entre sus asignaturas.
En esta clase semanal, los alumnos del quinto grado aprenden sobre
monedas extranjeras, tarifa, inversión, crédito
e impuestos. La escuela ofrece asimismo un curso experimental
progresivo de economía para sexto grado. El mismo persigue
lograr que el estudiantado identifique la moneda real, sepa cómo
gastar dinero, cómo planificar gastos, y cómo calcular
los pros y contras a la hora de hacer una inversión.
Muchas otras escuelas primarias y medias ofrecen clases similares.
Solamente en Shanghai ya hay 100. Los estudiantes de la Escuela
Primaria Mayu del Distrito de Shijingshan de Beijing llevan la
cuenta del dinero de bolsillo, como parte de un proyecto diseñado
en común por el Centro de Servicios e Intercambios de Cultura,
Tecnología y Ciencia y el Banco de Beijing. El mismo tiene
por objetivo lograr que los niños entiendan el consumo
racional y la administración eficiente del dinero.
Ma Baohong, director de la sucursal de You'anmen del Banco de
Beijing, precisa que en otros países es común que
los bancos ofrezcan servicios de apoyo a la gestión financiera
entre los jóvenes, pero en China todavía es incipiente
ese vínculo. En fecha reciente, el Banco de Beijing puso
en funcionamiento una cuenta para jóvenes, y tiene un contador
especial que ayuda a los niños a manejar el dinero de bolsillo.
Los padres están contentos por esta innovación,
y también agradecidos por las explicaciones fundamentales
sobre los fundamentos de la gestión financiera.
|