De entre las ruinas renace
Lijiang
ENIGMÁTICA y hermosa tierra del noroeste de la provincia
de Yunnan, en el suroeste de China, Lijiang se empina hoy, decidida
a renacer, sobre las ruinas que le dejó un devastador sismo
en 1996.
La zona de Lijiang se extiende en forma de pirámide en
las inmediaciones del Tíbet y la provincia de Sichuan,
en el curso superior del río Jinshan y entre las mesetas
del Tíbet y de Yunnan-Guizhou.
En sus 20,6 mil kilometros cuadrados de superficie viven 1,12
millones de habitantes de 23 etnias. A través de la historia,
el lugar ha ganado crédito como centro cultural, económico
y político provincial, que en su momento fue eje para la
distribución de dos importantes rutas comerciales: la de
la seda, por el sur, rumbo al Tíbet, la India y Nepal,
y la antigua del té y caballos, hacia el interior del país.
Medio siglo atrás, un explorador ruso pisó esta
tierra y decidió dejar para la posteridad su asombro ante
la serenidad y armonía de este paraíso, bautizándolo
como Reino Olvidado.
En esta tierra olvidada, la historia del hábitat del ser
humano suma al menos 100 mil años. En comparación
con este largo proceso, los últimos diez años suponen
sólo un instante, pero un instante que ha marcado de forma
indeleble a todos sus habitantes.
A las 17 horas, 14 minutos y 18 segundos del día 3 de
febrero de 1996, un terremoto de siete grados en la escala de
Richter sacudió a Lijiang, causándole cuantiosas
pérdidas humanas y materiales. El sismo dejó 309
muertos y 4.070 heridos de gravedad; más de 340 mil viviendas
se derrumbaron y otras 489 mil sufrieron daños de consideración.
Más de 200 mil personas quedaron sin hogar y un millón
70 mil sufrieron diversos perjuicios. Las pérdidas económicas
directas totalizaron 4.600 millones de yuanes. Tras el demoledor
siniestro se registraron 2.529 réplicas.
He Weinan, habitante de 80 años de edad, recuerda vívidamente
el día del desastre: "Yo estaba viendo la televisión.
De pronto la casa empezó a tambalearse y unos segundos
después, el televisor cayó al suelo. De inmediato
eché a correr y salí de la casa". He Weinan
apenas tuvo tiempo de abandonar el inmueble. Al momento éste
se vino abajo. Su segundo hijo se lesionó, al caerle una
maceta en una pierna. Peor suerte corrieron unos vecinos suyos,
que perdieron a varios familiares en el temblor.
A principios del 2006, con motivo del 10° aniversario del
gran terremoto en Lijiang, numerosos reporteros de prensa regresaron
al lugar. Para sorpresa de muchos, lo que se muestra hoy al visitante
tiene poco que ver con ruinas y escombros. Ante ellos se levanta
un municipio renovado.
En estos diez años, Lijiang ha obtenido títulos
como "ciudad turística china preferida por los europeos",
"hábitat mundial ideal", "una de las cien
pequeñas ciudades del mundo dignas de visitar", así
como primer lugar entre "los 10 destinos favoritos de los
chinos". Además, la UNESCO le ha otorgado tres títulos
de Patrimonio de la Humanidad.
"Diez años atrás, Lijiang evocaba un reino
de la etnia Naxi, cerrado y poco conocido", rememora He Zixing,
vice alcalde del municipio - de etnia Naxi, quien asumió
el cargo de director del distrito autónomo de la etnia
Naxi a raíz del terremoto-. A causa del desastre, Lijiang
atrajo por primera vez la atención mundial y se planteó
adoptar lo más avanzado en proyectos de desarrollo a escala
internacional. A este tenor, asumió la consigna de "a
grandes desastres, grandes oportunidades de desarrollo".
El 26 de diciembre de 2002, El Consejo de Estado autorizó
elevar el nivel administrativo de Lijiang de distrito a municipio,
incluyendo en su territorio al casco histórico y el distrito
autónomo de la etnia Naxi de Yulong.
En la década pasada, luego de que la UNESCO declarara
al casco histórico de Lijiang Patrimonio Cultural de la
Humanidad, la entidad de Naciones Unidas incluyó en su
lista de Patrimonios Naturales e Históricos a los Paisajes
de los Tres Ríos que Fluyen Paralelos y los documentos
antiguos Dongba, de la etnia naxi. Con estos títulos, creció
la fama mundial de Lijiang.
De notable importancia para el despegue de la urbe ha sido el
gradual asentamiento en ella de numerosos intelectuales y empresarios
en los últimos 10 años. A la par, el creciente flujo
turístico contribuyó al aumento en los ingresos
de los lugareños. Hoy, Lijiang cuenta con unos 4.000 guías
turísticos, un total de 36.000 personas dedicadas a la
industria sin chimeneas, y 80 empleados vinculados a la misma
de forma indirecta.
En septiembre de 2005, un grupo encabezado por los dirigentes
del municipio de Lijiang viajó a EE.UU., con el fin de
promover el conocimiento de la ciudad. Durante la visita, regalaron
una colección completa de los documentos antiguos Dongba,
de la etnia Naxi, comprendidos en 100 tomos, al Centro del Este
y Oeste de Hawai.
Los proyectos de protección de la naturaleza puestos en
práctica en los últimos años han significado
un notable espaldarazo a la calidad del entorno ecológico
de Lijiang. Sus áreas silvícolas alcanzaron los
24 millones de mu - unidad tradicional de China, 15 mu equivalen
a casi una hectárea-, para un aumento de 2,05 millones
de mu en comparación con 10 años atrás. La
reserva de árboles se incrementó de 104.400 mil
m³ a los actuales 126.876,7 mil m³. La cobertura boscosa
se amplió de 40,33 por ciento a 52,56 por ciento.
La actual Lijiang es una ciudad clásica y vigorosa, que
muestra con orgullo sus éxitos: el PIB creció a
un ritmo anual del 9 por ciento, los ingresos financieros se incrementaron
de los 100 millones de yuanes de hace 10 años a 400 millones,
el ingreso neto per cápita de los campesinos aumentó
en un 11 por ciento y el ingreso disponible para cada ciudadano
urbano se elevó a un ritmo del 8 por ciento al año.
La producción industrial y agrícola creció
en más de 5 y 6 por ciento al año, respectivamente.
Una década atrás, unos 500.000 turistas nacionales
y extranjeros visitaban Lijiang. Hoy la cifra supera los 4 millones.
Como ave fénix salida de sus cenizas, Lijiang renace de
entre las ruinas del terremoto, para orgullo de la provincia de
Yunnan.
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