Ang Lee - con un pie en China y otro en Occidente
Por WANG LIHONG
DESPUÉS de su
exitosa "trilogía de padres": Pushing Hands,
Banquete de boda y Comer, beber, amar, el cineasta taiwanés
Ang Lee (Lee An) alcanzó el pináculo de la fama
internacional y la oportunidad de iniciar su carrera en Hollywood.
Con la atención siempre puesta en la ética familiar
y sus constantes pesquisas fílmicas sobre los contrastes
y choques entre las culturas occidental y china, el cineasta logró
conquistar un público internacional, creando éxitos
artísticos y taquilleros por partes iguales. Quien lo dude,
que pregunte al común de los cinéfilos - en cualquier
país - si conoce la película Tigre y dragón.
Quizás su mayor logro haya sido situar en el favor de la
crítica y el público películas habladas en
inglés como Sentido y sensibilidad, La tormenta de hielo,
Cabalga con el diablo. Este marzo, con su cinta En terreno vedado
(Brokeback Mountain), Ang Lee obtuvo el premio Oscar al mejor
director.
Una de las bazas más evidentes
de Ang Lee es haber explicado los temas occidentales a la manera
oriental y combinar ambas culturas armoniosamente. "La reflexión
sobre el mundo desde la paz y el eufemismo oriental" es su
fórmula esencial para conseguir el triunfo.
En el caso de En terreno vedado, el director
asumió el siempre difícil tema de la homosexualidad,
para narrar una historia plena de lirismo, ampliando los horizontes
de la narración más allá de lo que se muestra
en pantalla.
En el filme La tormenta de hielo, Ang
Lee cuenta el caso de un padre estadounidense, quien oculta bajo
su apariencia indiferente y fría el dolor de no lograr
comunicación con la esposa y los hijos, mientras busca
consuelo en una relación extramatrimonial.
Nacido en 1954, en Pingtung, Taiwan, Ang
Lee creció en el seno de una familia intelectual. Su padre
trabajaba como director de una escuela secundaria y llevaba las
riendas de la familia de manera muy tradicional. Educó
a los hijos en modo especialmente estricto e incluso insistía
en observar en su núcleo familiar los ritos antiguos en
los días feriados.
A pesar de la educación recibida
y el ambiente en que se desarrollaron sus primeros años,
Ang Lee se enamoró sin remedio del arte cinematográfico
y la actuación. En 1973, fue admitido en la Facultad de
Cinematografía y Teatro del Instituto del Arte de Taiwan,
y estudió en la ciudad de Taipei. En el instituto, Ang
Lee se sentía cada día más interesado por
el arte escénico, al punto de que en un concurso de drama
consiguió el premio de mejor actor en el grupo universitario.
Más tarde, pulió sus conocimientos en la facultad
cinematográfica de la Universidad de Nueva York, donde
poco a poco logró dominar el lenguaje cinematográfico
de las películas de Hollywood.
En la película Pushing Hands, Ang
Lee narra cómo dos chinos, padre e hijo, procuran un reacercamiento
sentimental, teniendo como telón de fondo a los Estados
Unidos. En Comer, beber, amar, a la vez que exhibe las delicias
y complicaciones del arte culinario chino, aborda la relación
entre un padre viudo y sus tres hijas en Taiwan, y entre las diferentes
generaciones de la familia. Al final de la cinta, todos los problemas
parecen resolverse felizmente. Con cada obra donde expone las
contradicciones entre los valores éticos familiares de
Occidente y Oriente, Ang Lee parece desplegar su propia solución.
El banquete de boda fue el primer guión
escrito por Ang Lee, quien no emprendió la filmación,
empero, hasta el triunfo de Pushing Hands. La primera desborda
espíritu de tolerancia, equilibrio y apertura a la diversidad,
procurando promover un ambiente de perfecta armonía entre
tradición y modernidad, Occidente y Oriente, el conservadurismo
y la apertura, China y EE.UU., Taiwan y la parte continental de
China, la homosexualidad y la heterosexualidad.
En Tigre y dragón Ang Lee hace
realidad el sueño que abrigaba desde su niñez. Las
décadas de los años 60 y 70 del siglo XX correspondieron
al florecimiento de las películas de Kungfu dirigidas por
Hu Jinquan, las que desataron la fantasía del entonces
adolescente Ang Lee. En ese sentido, no resulta desatinado afirmar
que en Tigre y dragón, el personaje de Yu Jiaolong es una
especie de alter ego del cineasta.
En esta exitosa cinta, el realizador pone
en pleno juego los elementos de la ideología tradicional
china, sobre todo la moralidad que impulsa al comportamiento estoico
y la moderación. Las divergencias en sus modelos éticos
y morales constituyen el abismo que separa a las dos protagonistas,
Li Mubai y Yu Xiulian, pese a que se respetan mutuamente. Sin
embargo, cuando se juntan, pueden tratarse con actitud sincera
y mantener la amistad, en correspondencia de las reglas rituales
y morales. La película marcó un hito para el cine
chino en Hollywood, convirtiéndose en la producción
de lengua extranjera más taquillera en EE.UU. Había
nacido el fenómeno Ang Lee.
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