Cuando
el éxito riñe con el matrimonio
-Ser
un profesional bien pagado no garantiza tener pareja
Por LIU JIANG y CAO YANG
|
PARA el padre o madre chino promedio, el tema
del matrimonio de sus hijos ha sido siempre un asunto de capital
importancia. En la China actual, en la que son mayoría
las parejas de un solo hijo, el casamiento de la descendencia
adquiere aún mayor connotación social. Las chicas
que obtienen licenciaturas y doctorados, o que logran conseguir
trabajos bien pagados en compañías multinacionales,
suelen ser más exigentes a la hora de buscar al Príncipe
azul. De ahí que no encuentren pareja con facilidad, a
lo cual contribuye también el hecho de que han arribado
a edades consideradas maduras. No es extraño, por otro
lado, que los progenitores de hijos - y sobre todo hijas - de
veintitantos años de edad y sin perspectiva real de matrimonio,
pierdan la paciencia y decidan tomar partido en el asunto con
acciones concretas. Muestra de ello son las numerosas "ferias
de padres casamenteros", donde éstos se reúnen
para intercambiar "detalles" sobre sus hijos con otros
que navegan en el mismo barco. Todo con la esperanza de hallar
una pareja aceptable. Aceptable para los mismos padres también,
se entiende.
¿Abierto o cerrado?
Con el fin de aliviar la carga que recae sobre los hombros paternos,
un club beijinés llamado Bailingtan se está dedicando
a promover la búsqueda de parejas entre la juventud carente
de amor. Dicho club ofrece informaciones personales y organiza
actividades de grupos en medio de un ambiente de asociación
perfecta, con mucho éxito hasta ahora. El mismo cuenta
ya con más de 3.000 miembros. Tal como van las cosas, en
un futuro muchas parejas felices de hoy podrán decir a
sus nietos que "nos conocimos en Bailingtan".
Según palabras del dueño de Bailingtan, Li Jingmin,
"Resulta paradójico que en una sociedad cada vez más
abierta, los jóvenes tiendan con mayor frecuencia encerrarse
en sí mismos. Muchos anhelan encontrar un novio adecuado
para casarse, pero no siempre toman las acciones prácticas
para alcanzar su meta. Nuestro bar sirve como un lugar perfecto
para que se conozcan - después de todo, cada cliente está
buscando la misma cosa!"
Li Sha, redactora de 29 años de edad, ingresó recientemente
al club Bailingtan. A los 25 años de edad obtuvo el título
de master, pero todavía vive en la casa de sus padres.
Un trabajo atareado limita su vida social, por lo que rara vez
se le ve fuera de su oficina o su hogar. Muchos de sus compañeros
de estudio y ex colegas llevan una vida similar, lo que hace que
la joven se pregunte si podrá encontrar al cónyuge
soñado. Li Sha espera que Bailingtan pueda ayudarle.
En años recientes, el problema se ha convertido en una
preocupación pública. Según el Informe del
Desarrollo Demográfico de Shanghai de 2004, el 73,59 por
ciento de las novias bien educadas en la ciudad contrajeron matrimonio
a una edad mayor que las del año anterior. Otra encuesta
muestra que Beijing y Shanghai tienen una población soltera
de más de un millón de personas.
Yuan Yue, fundador y presidente de Horizontes de Investigación,
dice que la gente joven que vive en ciudades grandes se aísla
cada vez más de sus coetáneos en lo sentimental.
Todos tienen numerosos conocidos en el trabajo y los centros de
estudio, pero éstos ofrecen pocas oportunidades para el
amor y el casamiento. Una investigación realizada por el
Diario de la Juventud de China arroja que el año pasado,
el 58,6 por ciento de los encuestados atribuyeron su propia soledad
y la de sus conocidos a las limitaciones en actividades sociales,
mientras que otro 45,1 por ciento y 27,1 por ciento asumieron
las respectivas culpas por sus expectativas extremamente altas
y carga de trabajo.
Contradicción entre el amor y la carrera
No es la primera vez que este problema se convierte en foco de
atención social. Ya en los años 80 del siglo pasado,
millones de hombres y mujeres jóvenes fluyeron de nuevo
a las ciudades, después de vivir una década en el
campo, a donde fueron enviados durante la "revolución
cultural" (1966-1976). Todos se encontraban en una edad apropiada
para el matrimonio. En aquel momento, casarlos devino una misión
para la nación entera - incluso el Secretariado del Comité
Central del Partido Comunista de China convocó a una reunión
en 1984, para discutir los efectos del problema relacionado con
los solteros de más de treinta años.
Sin embargo, el mismo fenómeno se reproduce en la sociedad
actual, donde las circunstancias son totalmente diferentes. Wu
Xiuping, subsecretaria general de la Sociedad de Matrimonio y
Familia de China, señaló que, en comparación
con sus contrapartes de los años 80, los solteros de hoy
tienen niveles mucho mejores de educación y de ingresos,
y no esperan que el gobierno interfiera en sus asuntos personales.
Wang Jie es investigador asistente de la Academia de Ciencias
Sociales de Tianjin. A su juicio, las dificultades que sufren
los jóvenes adultos de hoy para encontrar pareja, reflejan
las irregularidades surgidas al calor de la acelerada transformación
que la sociedad china ha experimentado en las dos décadas
pasadas. Cuando en China predominaba la sociedad de base agrícola,
había poco o nada de diferencia entre los niveles educativos
o económicos de sus pobladores. Y como las relaciones interpersonales
eran relativamente más estrechas y simples, se podía
resolver de manera efectiva el encuentro del novio o novia en
las comunidades existentes. Además, el matrimonio prestaba
más atención a la producción de progenie
que al afecto que debía propiciarlo. Actualmente, los jóvenes
más ambiciosos del país no piensan en contraer matrimonio
por el mero hecho de garantizar la procreación.
Wu Xiuping observa que el actual mercado competitivo de empleos
significa que la gente joven debe completar más de diez
años de estudios y entrenamiento, así como esforzarse
incansablemente en el trabajo para lograr un buen puesto profesional.
En ese tiempo pierden el período óptimo de su vida
para pelar la pava y casarse, en lo psicológico y físico
al mismo tiempo.
¿Amor o dinero?
En la población china de cuello blanco hay una mayor proporción
de mujeres solteras que hombres. A pesar de sus logros económicos
y sociales, estas chicas todavía cargan con el concepto
tradicional de que las mujeres deben casarse con hombres "más
fuertes", y por lo tanto limitan su abanico de opciones.
Súmese a ello que, bajo presiones sociales impuestas por
el sexo opuesto, los hombres posponen sus planes para formar una
familia. Convencidos de que lo más importante es la carrera,
y de que "una unión que carece de vivienda y cuenta
bancaria no será feliz", los hombres se esfuerzan
por conseguir estas condiciones materiales primero.
Los ingresos económicos han llegado a ser una opción
primordial para los chinos en su consideración de las perspectivas
de casamiento. Yang Xiong, director del Instituto de Investigación
Juvenil, de la Academia de Ciencias Sociales de Shanghai, opina
que esta tendencia ha tenido una honda influencia en el imaginario
popular de los últimos 25 años. Desde 1994, al decir
de Yang, las condiciones económicas sobrepasan el nivel
de la educación, el estatus social y los antecedentes de
la familia, convirtiéndose en el criterio decisivo en la
búsqueda de novio o novia. Yang atribuye a esta tendencia
al rápido desarrollo económico de China.
Yin Ling, una antigua miembro del bar Bailingtan, está
lista para irse al altar de la mano de su novio francés.
En su opinión, los occidentales dan mayor importancia a
los rasgos personales de su futuro cónyuge, y supone que
éste es resultado de un más alto nivel de vida en
sus países respectivos.
La soltería es una forma de vida
Frente a una vida intensa y atareada, los lazos interpersonales
suelen pasar a segundo plano, en tanto se impone el individualismo.
Muchos prefieren optar por una vida sin compañía,
pues es más simple. Sha Qing, de 37 años de edad,
es profesor de una universidad. Tiene un sueldo alto, y reside
en un departamento hermoso y espacioso, pero vive solo. Sha Qing
cree que es imposible que dos individuos con caracteres fuertes
se acepten mutua y totalmente en las pequeñeces de la vida
diaria. El amor puede ser dulce, según Sha Qing, pero el
matrimonio no lo es. "La gente joven de hoy es más
renuente a cambiar sus propias personalidades para acomodarse
a otros. Si optan por hacerlo así, el amor no dura".
Las mujeres de hoy día adoptan una actitud más
cautelosa hacia el matrimonio que los hombres. Las profesionales
temen el cambio de su carrera de altos ingresos una vez que deban
lidiar con los pesados quehaceres domésticos, el parto
y el cuidado de su marido y suegros. Otras dudan de que su matrimonio
tenga éxito, y no quieren encarar la difícil situación
de un divorcio, considerado todavía ignominioso por muchos.
La carencia de confianza en los enlaces conyugales parece ser
una epidemia para muchas mujeres de hoy.
Pero los padres no abandonan sus esperanzas, y los encuentros
de amistad todavía atraen a gran número de jóvenes
adultos. Otro que se siente optimista sobre la situación
es Li Jingming. Este hombre reparte las tarjetas y el vino entre
sus clientes, mientras les alienta con palabras sentimentales
como, "su pareja debe esperar en una esquina tranquila".
El sustento de Li Jingming depende de que esa esquina nunca quede
vacía.
|