¿Qué beneficios trae el desarrollo chino al mundo?

Por LU GUOZHENG*

La lectora mexicana Lic. Luz María Acosta Rodríguez nos envió una carta después de su visita a China, en la cual nos planteó tres preguntas sobre el sector económico de China. Para responderle invitamos especialmente al Sr. Lu Guozheng, asesor de esta revista y ex investigador adjunto de la Academia de Comercio Internacional y Cooperación Económica del Ministerio de Comercio de China. Hemos publicado la respuesta de las primeras dos preguntas en el número anterior. En la presente publicamos la tercera.

ESTIMADA Lic. Luz María Acosta Rodríguez, ahora sigo con la tercera y última pregunta quees la siguiente: "La economía china está invadiendo todo el mundo, lo que como mexicana me preocupa, pero a la larga ¿qué beneficio, a nivel mundial va a tener esta política?"

En los últimos años, muchos medios informativos extranjeros han descrito a China como "fábrica del mundo". En su carta, usted menciona que "la economía china está invadiendo el mundo". Ello refleja una realidad: la economía china se está integrando cada vez más al mundo.

Entonces surge la pregunta: ¿la integración de la economía china al mundo podría hacer perder medios de subsistencia a la mano de obra de otros países y perjudicar a los competidores? La respuesta es negativa.

Algunos malentendidos

El primer malentendido reside en creer que China les ha quitado la inversión a otros países. Algunos empresarios de su país, por ejemplo, se quejan de que China ha asimilado las inversiones extranjeras hechas en México. Dicho asunto lo debemos ver desde otro punto de vista. Para los inversionistas, lo primero que se debe considerar al invertir es el ambiente de inversión, el costo de producción y los resultados económicos que se pueden alcanzar. Es cierto que algunas inversiones extranjeras han fluido desde México hasta China, pero ello depende de los propios inversionistas, y no tiene nada que ver con China. En la actualidad, China es uno de los mayores países en absorción de la inversión extranjera directa en el mundo. Pero esta situación no es inalterable. En los últimos años, las inversiones en ciertos sectores han empezado a fluir desde China hacia la India, Vietnam y otros países en desarrollo, donde el costo de producción es más bajo. China no tiene razón para quejarse de que alguien le ha quitado su "tazón de arroz". Al contrario, debe reflexionar y hacer un resumen de manera correcta para encontrar nuevas oportunidades de desarrollo y el nuevo rumbo a emprender. De otra manera, el país tendrá que retirarse de la aguda competencia internacional.

El segundo mal entendido es considerar a China como la "fábrica del mundo". En realidad, "Made in China" sólo identifica el origen del producto. Aunque China ha exportado muchos productos, nunca ha llegado a igualar a los países desarrollados europeos, EE.UU. y Japón, que han controlado la tecnología de producción y monopolizado el mercado, obteniendo muchas ganancias. China es como las maquiladoras de su país, se dedica a la elaboración, el procesamiento y el ensamblaje. La mayor parte de los productos "Made in China" contiene bajo nivel tecnológico, y no cuenta con propiedad intelectual propia. Por tanto, en términos más estrictos, China podría llamarse "procesadora del mundo". Claro que deseamos ser una verdadera "fábrica del mundo", pero ello requiere de muchos esfuerzos y largo tiempo. Según estima China, para 2050, el país podría alcanzar el nivel de un país medianamente desarrollado. Entonces los productos "Made in China" tendrían una estructura mejorada y el país podría proporcionar al mundo más mercancías buenas y baratas.

El tercer malentendido es la preocupación sobre posibles perjuicios derivados del "despegue de China". Desde hace más de 20 años, se han puesto en boga varias versiones de la teoría de la "amenaza china." Sin embargo, no cuesta mucho detectar el origen de la mayoría de ellas en EE.UU., país que no se cansa de alardear sobre sus particulares visiones de democracia y libertad. Debemos indicar que los que fabrican esta teoría, o pecan de ingenuos, o tienen segundas intenciones. A pesar de que el volumen total de la economía de China es relativamente grande, su PIB per cápita se encuentra por debajo del centésimo escaño mundial. En este sentido, China no puede ser calificada como un "país fuerte". Está concentrada en la construcción económica, y nunca se ha apoderado de los recursos baratos de otros países, ni tampoco les ha invadido. No hay razón que sustente los argumentos de que China constituye una amenaza. El desarrollo de China podría causar ciertas presiones sobre algunos países y traer cierta competencia. Pero de ninguna manera constituirá amenaza. El desarrollo de China es pacífico y de cooperación, y China tiene relaciones armoniosas con otros países.

¿Qué beneficio trae el desarrollo de China?

El mayor beneficio será la integración voluntaria del país al mundo, y su participación activa en la globalización económica mundial. El desarrollo estable y duradero promoverá sin duda alguna la economía mundial, sobre todo para los países latinoamericanos. Cuanto más estable y duradero resulte su desarrollo, más notable será el beneficio para la paz y el desarrollo económico mundiales. En 2004, el volumen total de importación y exportación del país fue de 1,1 billones de dólares, lo que representa el tercer lugar en el mundo. La contribución china al crecimiento comercial del mundo llegó al 11,3%, el primer lugar del planeta. La contribución al crecimiento económico mundial fue de alrededor del 20%. En 2005 China y EE.UU. contribuyeron en conjunto el 50% del crecimiento económico mundial.

Tomemos como ejemplo a América Latina. Hasta la fecha la influencia china sobre la economía latinoamericana es limitada, y se le puede dividir en dos categorías. La primera es la influencia directa. Por ejemplo, en Sudamérica. Desde la década del 90, China ha importado desde Brasil, Chile, Argentina y otros países sudamericanos grandes cantidades de metales no ferrosos, arena de mineral de hierro y productos agrícolas, ayudando a la mejora de los términos de intercambio de estos países y la detención de la tendencia a la baja de los precios de estos productos. Mientras tanto, China ha aumentado las exportaciones a esos países. Pero siempre con gran déficit en este campo. Los países sudamericanos han obtenido de manera obvia beneficios en el desarrollo económico de China.

La otra categoría se refiere a la influencia indirecta. Por ejemplo, con México. El crecimiento de las exportaciones de China a su país supera de manera notable el de las importaciones. Por tanto, México se ave afectado por un déficit comercial, lo cual puede ser considerado como un problema para México. Pero si se considera desde otro ángulo, tampoco es una cosa mala. El alto crecimiento de las exportaciones de China a México demuestra que existe gran demanda en el mercado mexicano, que es capaz de absorber dicho volumen. Los productos chinos son buenos y baratos, y bien acogidos por los consumidores mexicanos con nivel adquisitivo medio y bajo, lo cual es sin duda alguna beneficioso para los esfuerzos que ha hecho su gobierno para controlar la inflación. La demanda de reducción del déficit por parte de México también es lógica, pero no es conveniente en este caso tomar medidas proteccionistas. La medida activa para resolver este problema reside en que las empresas mexicanas exploten con mayor intensidad el mercado chino, ampliando las exportaciones. Eso es totalmente factible, porque los productos de su país, que son en la mayoría de categoría media o superior, pueden encontrar un número considerable de consumidores en el mercado chino.

El 20 de diciembre de 2005, un periódico norteamericano publicó un artículo interesante. Un ama de casa norteamericana decidió no comprar productos chinos en todo el año 2005, con el objetivo de "valorar la influencia de los productos chinos sobre nuestra vida diaria, y cuánto tiempo requiere o cuál es el costo de abandonar la costumbre de adquirir mercancías chinas". A través de la práctica, la dueña sacó la conclusión: "Puedo decirte que sin productos chinos, puedes vivir, sólo que vives con más dificultades, y además, con aumento de egresos de la familia".

Esta historia real deja una enseñanza. Los consumidores hispanohablantes han creado un principio de tres B, a saber, "bueno, bonito y barato." Los productos "Made in China" se corresponden totalmente con este principio. Por eso son bien acogidos por todo el mundo.

Este puede ser el beneficio más directo que trae aparejado el desarrollo pacífico, de cooperación y armonioso de China para los consumidores de todo el mundo.

*El autor es asesor de la edición española de China Hoy y ex investigador adjunto de la Academia de Comercio Internacional y Cooperación Económica del Ministerio de Comercio de China

Dirección : 24, calle Baiwanzhuang, Beijing, 100037, China
Fax : 86-10-68328338
Sitio Web : http://www.chinatoday.com.cn
E-mail: chinahoy@chinatoday.com.cn
Todos los derechos reservados: China hoy