Bonanza nupcial en el Año del Perro

Por LU RUCAI

 

CADA año más de 10 millones de parejas contraen matrimonio en China. Ello supone un desembolso de unos 250 mil millones de yuanes (32 mil millones de dólares). Según el calendario lunar de China, el 2006 es el Año del Perro, que conlleva prosperidad y bendición. En consecuencia, se augura un boom de matrimonios.

La industria china de las bodas incluye la ceremonia, fotografías, trajes y accesorios, restaurantes, turismo de luna de miel y otros 40 sectores relacionados. De acuerdo con una encuesta que el comité organizador de la Feria Internacional de Bodas de China realizó entre 600.000 parejas de recién casados, con la ayuda de la Oficina Civil del registro matrimonial en las ciudades más importantes, de noviembre de 2004 a febrero de 2006, 88 por ciento de las parejas gasta dinero en fotos profesionales con traje nupcial; 49 por ciento pide que una compañía asuma la ceremonia; 79 por ciento celebra el banquete en restaurantes, 37 por ciento compra traje de novia, en lugar de alquilarlo; y 68 por ciento se va de luna de miel.

Agencias de bodas no dan abasto

Hai Dai y su novio, tras cinco años en noviazgo, han fijado para este año su enlace matrimonial. Si bien no se dejan arrastrar por la confianza ciega en la buena suerte que se supone depare el Año del Perro, han decidido complacer a sus padres, que sí se pliegan al influjo positivo de esta etapa.

Sin embargo, ya han chocado con la cruda realidad de que no hay cupo para casarse. Las agencias encargadas de preparar los ceremoniales, incluidos el maquillaje de la novia y el video de recuerdo, no dan abasto. Numerosas parejas, más de las esperadas, al parecer, han seleccionado el feriado semanal por el Primero de Mayo para contraer nupcias. Hai Dai se cansó de llamar a cada una para recibir la invariable respuesta de que no hay cita disponible. ¡Todos quieren casarse a la vez! Por tanto, Dai ha debido dilatar su boda para un mes más tarde, en junio.

La Asociación de Trabajo Social de China pronostica que la cifra de parejas que irá al tálamo en 2006 deberá registrar un récord histórico, sobrepasando las 120.000 parejas tan sólo en Beijing y gastos promedio por boda de unos 30.000 yuanes (3.750 dólares).

Este cuello de botella nupcial se produce a pesar del hecho de que solamente en el mercado beijinés operan cerca de 300 agencias registradas y 600 instituciones con licencia de negocios, sin contar múltiples compañías y centros especializados. En realidad, sin embargo, sólo 30 de ellas mantienen operaciones regulares, mientras que apenas rebasan la decena las de envergadura y poder económico, según apunta Shi Kangning, director del comité industrial de celebraciones nupciales, de la Asociación de Trabajo Social de China. Según sus estadísticas parciales, en 2005 el 30 por ciento de los recién casados, o sea, unas 30.000 de entre 90.000 parejas, encargaron a dichas agencias correr con todo lo referente a la ceremonia, consecuencia del poco tiempo libre de que gozan muchos de los aspirantes a esposos. La fecha predilecta suele situarse alrededor del Año Nuevo Lunar, durante la fiesta de la primavera, así como en las vacaciones por el Primero de Mayo, o el Día Nacional, en octubre. En fin, que para casarse hay que hacer la cola.

Este fenómeno no es exclusivo de la capital. En Shanghai, se pronostican más de 120.000 uniones para 2006, para un aumento del 25 por ciento en relación con las 100.000 de 2005. Los egresos respectivos serán de 20 mil millones de yuanes (2.500 millones de dólares).

Las bodas, cada día más caras

Las empresas del sector auguran su agosto para 2006. La tarifa de servicios nupciales crece a la par que el entusiasmo de los futuros esposos.

Zhang Lei, vendedor de la compañía Kang Ning, que asesora preparativos de boda, afirma que el consumo mínimo para una boda en Kang Ning no baja de 20.000 yuanes (2.500 dólares). Este precio incluye el protocolo nupcial, que varía de 600 a 3.000 yuanes, el maquillaje de la novia, más de mil yuanes, y el alquiler del coche de desfile, que suele ser un Cadillac de 13 m de largo, al costo de 8.800 yuanes por seis horas. Hay otros modelos más asequibles, eso sí. A los que soliciten el video y decoración del sitio de boda, se le agregan nuevos cobros, a pesar de los cual Kang Ning nunca carece de clientes. Como bien señala Zhang Lei, "La boda es un de por vida, por eso nadie escatima gastar en ella."

Cabe agregar, que según aumenta el número de clientes, así crecen las tarifas. Por lo general, la compañía reserva restaurantes de categoría mediana, en los cuales el año pasado se pagaban mil yuanes por mesa. Hoy el precio llega a los dos mil yuanes. La señora Zhang, del restaurante Quanjude de Pato Laqueado, especialidad de Beijing, indica que su establecimiento está promoviendo este año banquetes de boda de alta categoría, a cinco mil yuanes la mesa; el más económico no baja de tres mil. Según Zhang, cada pareja suele invitar tener huéspedes en más de cinco mesas, por los que los gastos del banquete superan los 10.000 yuanes (1.250 dólares).

Una encuesta de la Feria Internacional de Bodas de China, que incluye a 60.000 parejas de ciudades importantes, muestra que 70 por ciento de los novios no gana entre los dos más de 5.000 yuanes al mes, 26 por ciento gana entre 5.000 y 8.000, y muy pocos superan los 8.000. El 74,26 por ciento consigue apoyo económico de los padres, y algunos dependen totalmente de los progenitores.

En el campo, los padres empiezan a ahorrar para la boda desde que nacen los hijos. Aunque las cosas allí no son tan caras como en la ciudad, tampoco pueden tener una hija política sin pagar al menos 10.000 yuanes. Esta es una de las causas de las frecuentes endeudamientos entre la población rural china.

Las nupcias apuestan por la individualidad

Como signo de los nuevos tiempos, se impone cada vez más entre los chinos la llamada boda de personalidad, o individualizadas. No extraña en consecuencia que muchas agencias oferten hoy las bodas en el agua (encima o debajo), en el desierto, o a los estilos japonés o coreano. Aunque estas bodas cuestan más que las ordinarias, los jóvenes de poder económico no escatiman para ser diferentes. Gracias a estas extravagancias Kang Ning puede embolsarse más de 100.000 yuanes (12.500 dólares) por ceremonias especiales.

En la actualidad, la mayoría de los jóvenes chinos celebra su boda combinando los hábitos oriental y occidental. Muchos otros suelen preferir la sencillez, sobre todo en el mundo intelectual. Visten trajes occidentales de etiqueta, pero no van a la iglesia, ni invitan al pastor, sino que optan por enlaces costumbristas en restaurantes. Sin embargo, los extranjeros que se casan en China acostumbran a hacerlo al modo ciento por ciento tradicional chino. Visten de rojo, suben al palanquín y la novia cubre la cabeza con un pañuelo rojo.

Un maestro de ceremonias de boda puede ganar de 500 a 1.000 yuanes por vez, mientras que un videasta suele llevarse de 300 a 800. Para estos especialistas el comité industrial de bodas de la Asociación de Trabajo Social de China ofrece cursos de capacitación, a un costo habitual de unos mil yuanes.

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