Ciclismo deportivo: ¡ando volando bajo!
- Un universitario deslumbra al público con sus habilidades
sobre dos ruedas
Texto y fotos de China Foto Press
SORTEANDO con destreza un terreno rocoso, An Zai conduce su bicicleta
deportiva. Da vueltas, se detiene y al final salta por encima
de los obstáculos. Cada vez que lo logra el rostro se le
ilumina con una plácida y pueril sonrisa, evidencia del
orgullo que bulle en su pecho. A su alrededor, los curiosos se
agolpan, calando con la mirada incisiva a este joven vestido a
la moda. Luego de un primer reconocimiento visual, le aplauden
por sus irrepetibles hazañas ciclísticas.
An Zai es estudiante del tercer año de la Universidad
de Agronomía Huanan, donde cursa la carrera de diseño
publicitario. Ya hace seis años que practica el ciclismo
deportivo. Su pasión por las dos ruedas nació varios
años atrás, cuando cursaba el secundario y un buen
día se deslumbró con una demostración ciclística
competitiva en televisión. Ver aquellos giros y saltos
increíbles, ejecutados con tanta libertad, fue suficiente
para cautivarle y proponerse repetirlos él mismo. Como
de inmediato no contaba con el dinero para hacerse de una buena
bicicleta deportiva, optó por reformar la suya, un ciclo
ordinario con cambio de velocidades. Carente por igual de entrenador,
decidió suplir esta falta procurando los datos sobre técnica
ciclística en Internet. Desde entonces se abocó
a dicha práctica a escondidas. Miles de veces cayó
y otras tantas volvió a alzarse, hasta que el dulce sabor
de la victoria comenzó a compensar los fracasos iniciales.
Cada logro que se anotaba devenía estímulo inolvidable
para este chico. Ni el dolor de arañazos, desgarraduras
ni golpes le han detenido. El ciclismo es su obsesión,
su norte, su mañana. Las hazañas que hoy protagoniza
sobre dos ruedas han devenido el mejor bálsamo para el
dolor.
La adoración que An Zai siente por su deporte predilecto
le hace colocar cada céntimo que obtiene en sus bicicletas
y las piezas de repuesto necesarias. Entre las varias bicicletas
que ha comprado, ya tiene cuatro favoritas. Ha participado en
varias competencias y aunque nunca ha ganado premios, su interés
no ha mermado en lo más mínimo. Por el contrario,
se siente más abocado a la práctica ciclística
que nunca, convencido de que sobre el sillín su vida está
dando un giro favorable. Cada postura, cada salto, y cada vuelo
le hacen sentirse más cerca de su sueño.
No por ello, sin embargo, descuida su trabajo como diseñador
de publicidad, o su afición por la pintura y la fotografía.
Pero es la bicicleta, como bien reconoce An Zai, la que eleva
la vida de sencillez de su existencia a una nueva dimensión.
Con dos ruedas entre las piernas, las estrellas quedan al doblar
de la esquina.
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