Cambiando
las reglas del desarrollo económico
Por
HOU RUILI
EL boom económico de China ha sido
un foco de la atención mundial. Su Producto Interno
Bruto (PIB) ha aumentado en cerca de 13 veces en los últimos
15 años, mientras que la economía y el desarrollo
son como dos melodías que no dejan de sonar en los
medios informativos chinos. Este país también
está participando activamente en la economía
global, y en 2004 llegó a ser el primer contribuidor
al crecimiento comercial internacional. En la actualidad,
los productos hechos en China son presencia perenne en todos
los puntos cardinales, al igual que los inversionistas de
esa nacionalidad.
El rápido crecimiento económico ha ayudado
indiscutiblemente a elevar el nivel de vida del pueblo, pero
también ha engendrado problemas sociales. En la cuarta
sesión de la X Asamblea Popular Nacional (APN), el
Primer Ministro chino Wen Jiabao enumeró en su informe
sobre la labor del gobierno de 2006 los problemas que en los
pasados cinco años han obstaculizado el desarrollo
económico y social. A saber, la estructura económica
irracional; la carencia de impulso a la innovación;
el consumo excesivo de recursos energéticos; la agravada
contaminación ambiental; el desarrollo regional desigual
y una brecha amplia entre los ingresos; también la
falta de promoción a la asistencia social.
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En aras de solucionar estos problemas, el Gobierno chino
ha propuesto un nuevo patrón del desarrollo económico,
poniendo el acento en el desarrollo social y la conservación
de energía y recursos. Teniendo en cuenta esta nueva
modalidad, el crecimiento económico dependerá
menos del consumo de los recursos naturales y más de
los recursos tecnológicos y humanos. En el pasado,
el gobierno sacrificó los intereses rurales para fomentar
el desarrollo industrial en áreas urbanas. Su plan
actual es invertir más fondos de construcción
en la economía rural, y ampliar la cobertura de servicios
públicos disponibles en las vastas zonas rurales de
China.
Desarrollo científico
y sociedad armoniosa
En los próximos cinco años, China se apoyará
en las ciencias para construir una sociedad armoniosa y alcanzar
el desarrollo económico sostenible.
"Luego de acumular variadas experiencias, China es capaz
de desarrollarse en todos los aspectos", de acuerdo con
Wang Mengkui, director del Centro de Desarrollo e Investigación
del Consejo de Estado. El especialista enfatiza: "Debemos
asignar más fondos para invertir, tomando en consideración
el equilibrio y la integración del desarrollo económico
y social, en la educación, la cultura, la ciencia,
la tecnología, los servicios médicos, la protección
del medio ambiente y la construcción ecológica".
El Primer Ministro chino acentuó la necesidad de imbuir
a la población de un concepto científico de
prioridad y afirmó que el Gobierno Central asumirá
la responsabilidad de desarrollar la economía nacional
y mejorar servicios públicos. Abogó asimismo
por el aumento de la inversión en la explotación
de recursos humanos, a fin de que todos los ciudadanos, particularmente
los grupos sociales vulnerables, tengan acceso básico
a la educación, la asistencia médica, los servicios
sanitarios y el seguro médico.
En el pasado, el gobierno asignó escasos fondos a
estos servicios sociales básicos, lo que obligó
a los ciudadanos chinos a gastar mucho para satisfacer esas
necesidades fundamentales. A pesar de que China es el país
con más depósitos bancarios del mundo, su tasa
de consumo se sitúa en un 20 por ciento por debajo
del promedio mundial.
En los cinco años venideros, el Gobierno chino abordará
los problemas que más afectan a los intereses básicos
del pueblo, tales como el empleo, la atención médica,
los servicios sanitarios públicos, y la seguridad de
la producción. Se aumentará el nivel de ingresos
de los habitantes urbanos y rurales, y las subvenciones sociales
también se incrementarán para estimular el consumo
doméstico y el desarrollo económico.
En el próximo quinquenio, la inversión nacional
en la educación obligatoria llegará al 4 por
ciento del PIB, y la educación obligatoria se popularizará
en todo el país.
Impulso innovador
La destrucción ambiental ha diluido el aumento del
PIB de China. En 1995, las pérdidas causadas por la
contaminación del aire y el agua alcanzaron el 8 por
ciento del PIB de ese año, según el Banco Mundial.
Los expertos chinos calculan que en 2003 las pérdidas
como resultado directo de la contaminación ambiental
y la destrucción ecológica ocuparon un 15 por
ciento de su PIB.
En la sesión de la APN de este año, el Gobierno
chino propuso la creación de un país innovador,
con el fin de alcanzar progresos económicos, reduciendo
paralelamente el consumo de recursos naturales y poniendo
coto al deterioro ambiental. En 2006, el Gobierno Central
invertirá 71.600 millones de yuanes en la investigación
científica y tecnológica, lo que implica un
aumento de 19,2 por ciento respecto al año anterior.
En años previos, el crecimiento económico de
China consumió gran cantidad de materiales, según
Li Haijian, experto industrial de la Academia China de Ciencias
Sociales. Li opina que China debe usar sus abundantes recursos
humanos para estimular la economía, y evitar las pérdidas
futuras por la contaminación, apoyándose más
en la innovación tecnológica y los recursos
humanos.
A este tenor, el Gobierno chino se ha fijado ciertas metas
de desarrollo para el período del XI Programa Quinquenal
(2006-2010): un índice anual previsto del aumento del
PIB de 7,5 por ciento en los próximos cinco años,
una reducción de 20 por ciento del consumo de energías
por cada unidad del PIB y una disminución del 10 por
ciento en las descargas de materiales contaminados.
Inversión creciente en el desarrollo
rural
En el pasado, el desarrollo económico de China se
ha llevado adelante con la urbanización, sacrificando
los intereses rurales. Entre 1954 y 1978, el Gobierno chino
obtuvo 510 mil millones de yuanes del campo, con los cuales
apoyó el desarrollo urbano, rebajando a la fuerza los
precios de los productos agrícolas que se comercializaban
en las ciudades. El resultado fue una colosal brecha económica
entre las áreas rurales y las urbanas. En 2005, la
diferencia de ingresos entre los residentes urbanos y rurales
era de 3,2: 1, y la incapacidad de consumo de las excesivas
mercancías producidas en las ciudades por parte de
las zonas rurales también obstaculiza el desarrollo
urbano.
El Gobierno chino ha prometido aumentar su inversión
en el desarrollo rural y proporcionar préstamos disponibles
para la agricultura, con el objetivo de acelerar la construcción
infraestructural en el extenso campo del país. Promover
el desarrollo rural es una tarea nacional, por lo que se esforzará
para que todas las aldeas tengan acceso a los servicios públicos.
Citando testimonios de diputados a la sesión anual
de la APN, China Hoy desea dar a conocer los cambios en el
curso de modernización de China, en lo que concierne
al ahorro de recursos, la protección del medio ambiente,
el progreso rural y la reforma educativa.