¿Cómo logró China los éxitos en el
sector económico?
--Respuesta sobre la reforma
y el desarrollo económico de China (primera parte)
Por LU GUOZHENG*
* El autor es
asesor de la edición española de China Hoy y ex investigador adjunto de la
Academia de Comercio Internacional y Cooperación Económica del Ministerio de
Comercio de China
La lectora mexicana
Lic. Luz María Acosta Rodríguez nos envió una carta después de su visita a
China, en la cual nos planteó tres preguntas sobre el sector económico de China.
Para responderle invitamos especialmente al Sr. Lu Guozheng, asesor de esta
revista y ex investigador adjunto de la Academia de Comercio Internacional y
Cooperación Económica del Ministerio de Comercio de China. La respuesta de la
tercera pregunta será publicada en el número de mayo.
—la Red.
China ha sido para mí, una lección de vida, y
digo esto, porque hasta que llegué ahí, me di cuenta de cómo mis prejuicios
habían de alguna manera impedido que conociese este país milenario y con una
cultura increíble, pero de alguna manera no me sentí extraña; no sé si pueda
explicarme, pero en algunos aspectos físicos no somos tan diferentes, tampoco
la comida lo es, hay algunos sabores que nos son similares, las personas, aun
cuando son serias, también son cordiales.
Visitar sus Templos, Palacios y Museos fue
otra impresión inolvidable, y me dio mucho gusto ver que estos últimos no tienen nada que pedirle a los grandes museos europeos, pero también
contemplar cómo aman sus bellezas naturales, sus parques, jardines, la
elegancia de sus danzas; fue toda una experiencia, pero lo que más
me impresionó, es el amor y el cuidado
que tienen con sus niños, no ví criaturas desprotegidas, su sistema educativo
me impactó, como también su sistema de salud.
Ahora, lo que quiero compartir con usted
fundamentalmente son las inquietudes que se despertaron en mí al regresar del
viaje, ya que como es natural surgen cuando se reflexiona al respecto.
1)
¿Cómo
está logrando China este progreso?, me refiero, ¿qué precio está pagando el
pueblo chino?, he leído que hay una explotación de la mano de obra, la que se
ha calificado de esclavitud, ¿qué hay de cierto?.
2)
¿Cómo
está administrando el gobierno chino esta economía globalizada, sobre todo en
lo referente al sector financiero y sin perder soberanía?.
3)
La
economía china está invadiendo todo el mundo, lo que como me mexicana me
preocupa, pero a la larga ¿qué beneficio, a nivel mundial va a tener esta
política?.
Espero que tenga la oportunidad de despejar
las dudas que tengo, y de antemano le agradezco su atención al respecto.
Estimada Lic. Luz María Acosta Rodríguez, el responsable de la sección
de la edición en español de China Hoy me pasó su carta. Le agradecemos su amable atención y los amistosos
comentarios sobre China. Las tres preguntas que nos ha planteado son muy
interesantes y la respuesta a cada una podría alargarse decenas de páginas. Sin
embargo, quisiera aprovechar el limitado espacio de China Hoy para que pueda tener un mayor conocimiento
de las situaciones que conciernen a China.
Como usted ha presenciado los enormes cambios de la reforma y apertura y
de la construcción económica de China, ahora su pregunta es: ¿Cómo está logrando China este progreso?,
¿qué precio está pagando el pueblo chino?
Es sabido por todos que en los casi 30 años que van desde la fundación
de la República Popular China en 1949 hasta 1978, el país llevó a cabo la
política de economía planificada, la cual era fruto de las condiciones
históricas de aquel entonces, porque la Nueva China estuvo sometida a la
hostilidad, las sanciones y el bloqueo impuestos por los países de occidente
encabezados por los Estados Unidos, por lo tanto, el pueblo chino tuvo que
depender de sus propios esfuerzos para construir su propio país. Claro que el
pueblo chino también tomó como referencia las experiencias de los países
socialistas como la ex Unión Soviética, y logró su apoyo. Se debe reconocer que
en los primeros diez y tantos años de economía planificada, se logró un
desarrollo económico acelerado. Sin embargo, con el pasar del tiempo, se
manifestaron los fallos: limitación a la iniciativa individual, baja
rentabilidad económica, gran despilfarro de los materiales de construcción,
lenta mejora del nivel de vida, falta de competencia en el mercado internacional,
etc. Usted seguramente entiende estas situaciones, porque el papel de la
economía planificada implementada por China tenía muchas similitudes con la estrategia de "sustitución
de las importaciones” aplicada en México y otros países de América Latina.
Durante el
período de la economía planificada de China, se rechazó básicamente la economía
de mercado. Durante la implementación de esta práctica, la economía china tenía
cada vez menor vigor, y sufría de una baja rentabilidad económica y un gran
despilfarro de recursos, mientras que no se respetaba ni se desplegaba la
iniciativa individual, había poca oferta y el nivel de vida del pueblo crecía a
ritmo lento. En realidad, en el período de los años 60 y 70 del siglo XX, las
distancias del ritmo de desarrollo económico entre China y los países o
regiones de Asia como Singapur, la República de Corea, Taiwan y Hong Kong eran cada vez mayores; mientras que las
distancias con los países desarrollados eran más todavía. Terminados los años
de la Gran Revolución Cultural, la economía nacional de China ya se encontraba
al borde del colapso.
Se
implementó la política de reforma y apertura que trajo progreso a China bajo
este fondo histórico. Las duras condiciones anteriores habían preparado las
condiciones ideológicas para la reforma y la apertura. La gente aspiraba a una
vida feliz y apoyaba la reforma. Sin embargo, el avance de la reforma y la
apertura fue duro y se encontraban obstáculos a cada paso. Sobre todo, en la
etapa inicial, ya que cada vez que se planteaba un proyecto de reforma había
gente que dudaba y se preguntaba: “¿Es esto capitalismo?” Incluso había gente
que se oponía argumentando: “¡Marx y Mao Zedong no lo han dicho!” Se pueden
tomar muchos ejemplos: la implementación de la reforma del sistema de producción
en el campo (sistema de responsabilidad de contrato basado en la familia), la
construcción de las zonas económicas especiales costeras, la economía del
mercado socialista, etc. Afortunadamente, estas reformas fueron implementadas
después de muchos debates, y las ideologías conservadoras no lograron llevar
ventaja.
Contando a
partir de 1979, la reforma y la apertura de China ha recorrido un trayecto de
28 años. La práctica de estos años ratifica que pese a que la reforma y la
apertura de China es dura y tortuosa, la meta siempre es clara y los éxitos son
evidentes: el crecimiento económico constante y veloz, la mejora en gran medida
del poderío nacional integral, y la notable mejora de la vida del pueblo, etc.
Sin embargo, el mayor progreso se debe a la emancipación ideológica, progreso
intangible que ha liberado y está liberando en mayor medida las fuerzas de
producción, haciendo que el pueblo pueda desplegar en mayor grado su
creatividad. Los chinos han dejado de discutir sobre el problema teórico del
socialismo y el capitalismo, y ya tienen clara la meta de construir la economía
de mercado socialista, por la que están trabajando con afán y así materializar
el objetivo de una vida modestamente acomodada.
En cuanto
al costo que el pueblo chino pagó por la reforma y la apertura, se puede decir
que cualquier cambio conlleva su sacrificio, y China tampoco es una excepción.
Después de la apertura, aparecieron fenómenos negativos y feos, entre ellos, la
explotación, la corrupción, la superstición, el juego de azar, la prostitución,
la drogadicción, el robo, todos ellos se difundían en ciertos lugares y en
tiempos específicos. Como dicen los chinos: “cuando se abre la ventana de una
casa cerrada, entra aire fresco, pero también pueden entrar moscas”. Este es el
costo.
En su carta usted escribe: he leído que hay explotación de la mano de
obra...¿qué hay de cierto? La respuesta es afirmativa. Esto no es extraño. En un país
como China, con tanta población, con un desarrollo económico tan acelerado, con
tan grandes cambios, puede aparecer cualquier fenómeno. Como un dicho chino antiguo:
“Dragones y peces se mezclan cuando vienen grandes olas”. Sin embargo, en la
China socialista, cualquier acción de explotación es ilegal y debe ser
eliminada. Una vez descubierta, los medios de información lo revelarán en
seguida, el público lo condenará de forma severa, y los gobiernos de diversos
niveles tomarán las medidas necesarias para obligar su corrección y sancionarán
a los violadores de la ley. Es verdad que la explotación es sólo un fenómeno
parcial y de pequeño número.
Además,
han surgido también unos nuevos problemas en la reforma y la apertura como el
desarrollo no coordinado entre las regiones del este y las del oeste, el
incremento lento del ingreso del campesinado, el aumento de la brecha entre las
zonas urbanas y las rurales, el atraso de las reformas de la garantía social y
de la asistencia médica, etc. Estos problemas también pueden ser considerados
un tipo de “costo”.
El
Gobierno chino tiene claro conocimiento de los fenómenos negativos y los
problemas arriba mencionados, por lo que está dispuesto a resolverlos. El XI
Programa Quinquenal (2006-2010) de China ha planteado muchos pensamientos y
estrategias nuevas para el futuro desarrollo económico y social, de ellos se
encuentran las resoluciones de la
reducción de la brecha entre las zonas urbanos y rurales y la construcción de
una sociedad armoniosa.
”¿Cómo está administrando el gobierno chino
esta economía globalizada, sobre todo en lo referente al sector financiero y
sin perder soberanía?” La respuesta a su segunda pregunta es la siguiente:
En el
mundo actual, sobre todo en América Latina, la globalización es un tema de
debate, y en China también, especialmente en lo concerniente a las relaciones
entre la globalización y la soberanía. Al principio, a muchos les preocupaba
que con la participación en la globalización, las empresas chinas se pudieran
arruinar por la presión que supone competir con corporaciones extranjeras y
transnacionales, y por consiguiente, China pudiera perder la autonomía y
convertirse en un apéndice. Ahora, el conocimiento de la corriente principal de
China es que la globalización económica es una tendencia histórica irresistible
y, por lo tanto, la participación en ella constituye la única elección de China
para librarse de la pobreza y desarrollar la economía, pese a que pueda traer
efectos negativos, su influencia positiva es lo principal.
En los
años 60 y 70 del siglo pasado, China ya perdió una buena oportunidad para
desarrollar su economía. Si China no agarra esta oportunidad del presente,
nunca podrá librarse de la pobreza y el atraso. En el mundo actual lleno de
conflictos, riesgo, competencia y conmoción, China, un país de 1.300 millones
de habitantes, si no puede resolver el problema de supervivencia elemental,
¿cómo se podrá reflejar su soberanía? Sin una economía fuerte como sostén, la
soberanía no tendría ningún significado real.
China
empezó a solicitar su adhesión al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles
Aduaneros y Comercio) a mediados de los años 80 y más tarde siguió negociando
duro su ingreso a la OMC (Organización Mundial del Comercio). En realidad, los
obstáculos de las negociaciones no venían todos del exterior, sino una parte
considerable, del interior. Los diversos sectores del país tenían muchas
preocupaciones, que se convirtieron en grandes obstáculos. Mucha gente tomó a
las empresas extranjeras como lobos y las chinas como ovejas, creyendo que la
apertura del mercado significaría la entrada de lobos a la habitación. Pero en
los casi 15 años de negociaciones para el ingreso a la OMC, el pueblo chino
aprendió muchas cosas y vino consolidándose su decisión y confianza en la
incorporación a la globalización económica y la profundización de la reforma y
apertura. En resumen, la decisión de la adhesión a la globalización económica
de China es determinada, los pasos son firmes y las diversas preparaciones son
completas.
Le
agradezco su preocupación por el sector financiero chino. No se puede negar que
en comparación con el mismo sector foráneo, las finanzas de China son
considerablemente débiles y carecen de la competitividad. Por lo tanto, el
Gobierno chino ha tomado un principio muy prudente en la reforma y la apertura
del sector financiero.
Desde 1983
China empezó a perfeccionar el mecanismo bancario del Banco Central. A partir
del 1 de enero de 1994 se empezó a aplicar el sistema flotante del tipo de
cambio; y a finales de 1996 China cumplió la meta de la convertibilidad de sus
cuentas corrientes de renminbi. En 1995 China promulgó la Ley de Seguros de la
República Popular China, y el año siguiente reformó por completo el sistema de
seguros. En noviembre de 1999 se fundó el Comité de Supervisión y
Administración de Seguros de China. Al mismo tiempo se reformó el mercado de
valores y formó un mecanismo nacional de supervisión y administración de
valores a finales de los años 90.
La
apertura a los bancos de capital foráneo empezó en 1979, y a finales de 2005 ya
se habían establecido 225 instituciones operativas y 240 oficinas de
representación de bancos extranjeros, cuyo monto de capital en renminbi y
divisas alcanzaron los 79.600 millones de dólares; 19 instituciones financieras
extranjeras invirtieron en 16 bancos de capital chino con un monto de inversión
de casi 16.500 millones de dólares.
La reforma
financiera de China es gradual y con preparación, por lo tanto es muy segura y
estable. De esta forma, la reforma y apertura no puede causar daños
catastróficos a la economía china, ni afectar a la soberanía estatal.
Según el
compromiso de China al ingresar a la OMC, hasta fines de 2006 se eliminarán
todas las limitaciones del acceso al mercado chino de los bancos extranjeros.
Lo interesante es que hasta el presente no ha habido fenómeno de acceso a gran
escala de bancos extranjeros y de seguros extranjeros al mercado chino, su
ritmo de acceso es mucho más lento de lo calculado preliminarmente. Eso se
puede explicar porque por un lado, las empresas extranjeras no son tan
terribles como se pensaban, y por el otro, el mercado chino tiene una capacidad
de adaptación considerable.
(continuará)