El
inquietante encanto de las nieves
-Minicrónica de un fin de semana en un campo de esquí.
Texto y fotos: LAO YI
La nieve asusta y enamora por igual. Al menos esa fue mi impresión
al llegar a Harbin, para pasar 48 horas en el campo de esquí
de Erlongshan. Éramos un grupo de realizadores de China
Hoy, entre los cuales los chinos, casi todos de las regiones zonas
templadas y frías del país, asumieron la breve estancia
como un paseo. Otra fue la historia, sin embargo, para el colega
egipcio Hussein y este servidor cubano. Nacidos en tierras calientes,
a ambos las horas en Harbin se nos antojaron lo más cercano
a una aventura mayúscula -"experiencia única,"
decía Hussein-, escoltada a partes iguales por el deslumbramiento
ante una belleza desmesurada y el temor a lo desconocido.
Lo primero es adaptarse a la idea de que uno camina sobre una
superficie que apenas llega la primavera se vuelve agua. El lago
de Erlongshan es una extensa y pétrea pista en invierno.
Sobre el mismo - habitual dominio de botes en temporada estival
-, se deslizaban raudos nuestros trineos motorizados. Y para recordarnos
lo frágil del suelo que pisábamos, algunos lugareños
horadaban el hielo, excavando agujeros que les permitían
sacar espléndidas carpas de agua dulce. ¡Todo esto
con los termómetros marcando 22 grados centígrados
bajo cero! Para tranquilizarnos y demostrarnos que la naturaleza
es constante desafío, llegaron los participantes del rally
chino-ruso: una veintena de vehículos de varias toneladas
de peso cada uno, que compitieron por el galardón anual
que se otorga a la escudería vencedora. Con la mayor confianza
se disputaron el premio sobre su improvisada carretera de hielo.
Al final, la atracción por ese mar de blancura infinita
que se abría ante nosotros se impuso a cualquier fobia.
Al menos hasta el momento en que nos colocamos los esquíes.
A los colegas chinos les resultó relativamente fácil
deslizarse en la pendiente de nieve que muere a los pies del lago.
Incluso Hussein logró adquirir en poco tiempo cierta soltura,
gracias en buena medida a la asistencia de su entrenador, una
de las mayores atracciones del campo de esquí de Erlongshan,
donde se impone la máxima de que ningún cliente
puede caer en la nieve, sin que en menos de 10 segundos cuente
con el auxilio de uno de los numerosos y solícitos asistentes.
Mi historia no fue tan feliz. Sintiéndome como pez fuera
del agua, me fui pendiente abajo sin compañía alguna.
Al menos una enseñanza me quedó. Para decirlo de
la manera más lírica posible, confieso que besar
la nieve con el culo es uno de los métodos más efectivos
de perder cualquier temor.
Entrevista
Dos perspectivas, un resultado
-Los Zhu, padre e hijo, ponen a prueba dos modos de encarar la
gestión empresarial, unidos por los genes y la dedicación
total a sus campos de esquí.
Cuando lo casual se hace rutina
Zhu Tingcai, presidente del Grupo de Esquí Longzhu, entró
al mundo del deporte invernal por la puerta grande y sin proponérselo.
Cuenta que en 1993, cuando residía en Hong Kong y se dedicaba
al sector inmobiliario, recibió una solicitud desde su
natal Harbin. El gobierno de Heilongjiang (provincia donde se
ubica esta ciudad), que a la sazón organizaba los III Juegos
de Invierno de Asia de 1996, andaba corto de fondos. Por esta
razón, los funcionarios decidieron acudir al patriotismo
de los hombres de negocios de la comarca, y Zhu dio de inmediato
el paso al frente. "Como nativo de Heilongjiang, sentí
que debía volver a mi terruño e invertir mi capital
aquí. Los Juegos de Inverno eran algo de suma importancia.
No podía negarme," confiesa, orgulloso, en conversación
con China Hoy.
En la actualidad, los 100 millones de yuanes que el viejo Zhu
dedicó al deporte de las nieves han generado positivos
resultados. Lo que comenzó como un experimento, ha dado
paso a una cadena de campos de esquí que marcan la pauta
en esa especialidad en toda China.
"El éxito de los juegos, añade Zhu, me hizo
comprender la importancia de este sector" A partir de entonces,
se dedicó en cuerpo y alma a aprender todo al respecto.
Hizo estudios y viajó por países de larga tradición
en el deporte invernal como Suecia, Austria, Alemania, Hungría,
Estados Unidos, Canadá, parte de Sudamérica y en
los vecinos Japón y Surcorea.
El empeño de Zhu se convirtió en una verdadera
campaña. Organizó a sus empleados como a un ejército,
enviando a muchos de ellos, su hijo incluido, alrededor del mundo,
para prepararse en el desafío de gestionar campos de esquí,
una actividad bastante virgen en China. Así, supo que algunas
naciones donde florece el deporte turístico invernal, el
mismo aporta de 13 a 15 por ciento de los ingresos turísticos
nacionales, lo que implica una nada despreciable porción
del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. De esta cifra, afirma,
un tercio lo proporciona el esquí, al que se puede definir
como "deporte caballero," junto al golf, el hipismo
y el billar."
"Me aventuré a comer cangrejo," dice Zhu festinadamente,
usando el modismo chino que expresa la manera de ser pionero en
algún frente. A él le ha tocado marchar a la vanguardia
en el desarrollo del deporte invernal, en especial el esquí,
en su patria. "La vida de un empresario está preñada
de desafíos y hasta de malos momentos, pero a pesar de
ello nunca me ha pasado por la mente dar vuelta atrás.
Mi vida está en este campo de esquí."
Zhu hijo: el equilibrio entre iniciativa y herencia
A sus 31 años de vida, Zhu Xiaohu tiene bien claro cuánto
le debe a su progenitor en el mundo de los negocios, y dónde
comienza su coto de responsabilidad propia. Gerente general del
campo de esquí de Erlongshan, se afana cada día
por aplicar las enseñanzas familiares, a la vez que introduce
las nociones de la administración moderna que adquirió
en Japón. Apegado asimismo a la tradición confuciana
de dar preeminencia a sus mayores, Zhu hijo no da un paso sin
contar con su padre y admite que "todavía es muy pronto
para considerarme un verdadero empresario."
No obstante, en su conversación denota el aplomo necesario
para lidiar con cualquier situación y poner orden en su
empresa.
"Para mi generación, indica, lo más difícil
es hacerse del capital propio que nos permita introducir mejoras
a nuestro negocio. Estoy pasando por la etapa en que necesito
ampliar mis operaciones. Cada época tiene sus propias características.
En tiempos de mi padre, la mayor dificultad provenía de
cómo lograr la acumulación originaria de capital;
ahora el mayor desafío está dado por las reglas
que te impone el mercado."
Convencido de que toda empresa moderna requiere de métodos
científicos para progresar, Zhu Xiaohu, no desdeña,
sin embargo, el peso específico de la práctica diaria,
según explica. "Me empeño por gestionar lo
que ha conseguido mi padre aplicando mis conocimientos especializados."
Padre e hijo tienen sus zonas bien delimitadas en el negocio.
El viejo Zhu se encarga de administrar el capital; el hijo se
ocupa de la gestión administrativa.
La formación del vástago viene dada en gran medida
por sus años de estudios, y posterior práctica,
en Japón, adonde le envió su padre para especializarse
en administración empresarial. De allá regresó
convencido que los japoneses saben muy bien cómo sacar
el jugo a cada negocio, si bien él difiere de los métodos
nipones.
"La mayor enseñanza de mis años en Japón,
acota, fue imbuirme de la normalización que ellos aplican:
todo lo hacen siguiendo una norma, adhiriéndose a una pauta.
Todo tiene su método, su libro. A nosotros eso nos falta
todavía. Me sentí altamente inspirado por el espíritu
emprendedor de los japoneses, aunque también reconozco
que esa dedicación toca con frecuencia los extremos. Es
un sistema a veces inhumano," reconoce Zhu.
Tratando de lograr en su tierra una productividad similar a la
observada en el vecino geográfico, el joven Zhu se afana
asimismo por dotar a su gestión de un toque humano: "Con
frecuencia me gusta actuar como amigo de mis empleados, compartiendo
tiempo y actividades sociales con ellos. Además, trato
de balancear los estímulos morales y los materiales, otorgándolos
juntos con frecuencia."
Al respecto, Zhu considera que en tiempos de economía
de mercado, no está de más mantener vigentes ciertos
rasgos de la economía planificada, como son los reconocimientos
espirituales. "Eso, afirma, es algo que aprendí muy
bien en mis estudios."
Grupo Longzhu, esquiando sobre el éxito
El Grupo de Esquí Longzhu, vanguardia en el sector de
esquí turístico de China, es una de las empresas
de mayor envergadura de su tipo del país. Cuenta con tres
campos de esquí: Erlongshan, Yabli y Heihe.
El predecesor del grupo fue una empresa dedicada al sector inmobiliario.
Participó en un proyecto de construcción de campo
de esquí para los III Juegos Asiáticos de Invierno
de 1996. Se considera que el grupo se estableció oficialmente
en 1999 con la construcción del Campo de Esquí Erlongshan
de Longzhu, cuya inversión total sobrepasó los 100
millones de yuanes.
Erlongshan entró en funcionamiento el mismo año
de la construcción y atendió a más de 100.000
turistas. En la actualidad, Erlongshan cuenta con dos campos de
esquí para practicantes primarios, uno para niños,
6 pistas de categoría alta y media, dos centros de alquiler
de esquís y otros accesorios que tienen en total 5.000
juegos importados, así como un campo de VIP, y un centro
especial para grupos VIP. Además cuenta con casi 10.000
mu de superficie de hielo para diversos eventos de entretenimiento
sobre el hielo, con instalaciones de alojamiento y alimentación
correspondientes. Tiene una capacidad de atender simultáneamente
a más de 4.000 esquiadores, 2.000 comensales y 1.100 huéspedes.
El 5 de diciembre de 2001, se celebró en Erlongshan el
IV Festival de Esquí Internacional de Heilongjiang, lo
cual hizo conocer al Grupo Longzhu a todo el país. El local
se ha convertido en una de las líneas turísticas
invernales mejor acogidas del país.
Concepto de economía de cuatro estaciones
Los campos de esquí suelen estar presionados por la denominada
temporada baja. Pero Erlongshan, con su teoría denominada
"Economía de cuatro estaciones", ha promovido
como alternativas el esquí sobre césped, el alpinismo,
el tobogán, deslizamiento por cable, planeo con paracaídas,
entrenamiento de supervivencia en ambiente exterior y deportes
acuáticos, entre otros entretenimientos, logrando de esta
manera prolongar la temporada alta de una estación específica
a cuatro estaciones al año.
Servicios de primera categoría:
"La satisfacción del cliente es nuestro mayor deseo"
Debido a sus esfuerzos, ha conseguido títulos como "Zona
de paisaje turístico de categoría nacional AAAA"
y el "Campo de esquí de nivel SSS de Heilongjiang".
En 2003, fue la única empresa de su tipo de la provincia
de Heilongjiang que obtuvo el reconocimiento nacional por gestión
turística de excelencia. Hasta la fecha, ha atendido a
más de 1,5 millones de turistas nacionales y extranjeros.
La visita de las delegaciones de diplomáticos extranjeros
en seis ocasiones en los últimos años, durante los
festivales internacionales de nieve y hielo de Harbin, constituyen
un reconocimiento a la alta categoría del grupo.
Erlongshan ha sido designado Base de entrenamiento de esquí
de estilo libre para el equipo nacional de esta disciplina en
China.
Del 16 al 22 de febrero de 2004 Erlongshan acogió la Copa
mundial de esquí de estilo libre de la Asociación
Internacional de ese deporte, por primera vez en China, lo cual
ha traído enormes resultados sociales y económicos
al local.
A diferencia de Erlongshan, considerado polígono para
principiantes, el Campo de Esquí Longzhu-Yapli, atiende
a los profesionales y aficionados al esquí de alta categoría.
El 27 de noviembre de 2004, se inauguró el Campo de Esquí
Internacional Lejano Oriente Heihe Longzhu, al norte de la ciudad
de Heihe. El mismo se orienta a los turistas chinos y rusos.
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