Sin tiempo que perder

Por BAI XU

-Consciente de lo urgente de atajar a tiempo las carencias sanitarias que presentan sus zonas rurales, China propone la asistencia cooperativa para paliar la situación.

Las pasadas dos décadas han representado un literal quebradero de cabezas para los encargados de establecer políticas de atención a las zonas rurales. En este lapso se derrumbaron los tradicionales servicios de salud que garantizaban la atención médica gratuita a los campesinos, ante el empuje de las políticas de mercado abierto. Hoy es un imperativo para la tranquilidad social retomar el tema, teniendo en cuenta que este sector social ocupa dos tercios del total de la población del país. La modalidad denominada de atención cooperativa es un atisbo en esa dirección.

Huo Yulan, una mujer de 51 años de edad, es una residente del cantón Xiafu, a 22 km de la ciudad de Beipiao, en la provincia de Liaoning, nordeste de China. La Sra. Huo se ha convertido en una de los primeros beneficiarios de este recién aplicado sistema de asistencia médica rural. Tras sufrir por más de 15 años de hidrocefalia (acumulación anormal del líquido cerebral, que causa la ampliación del cráneo y la compresión del cerebro), en marzo pasado finalmente decidió someterse a cirugía correctiva en el hospital del cantón.

La infortunada Huo se había resignado ya a vivir con su mal. La razón era simple: no podría pagar los 10.000 yuanes (1.204,8 dólares) que cuesta la operación. Su familia apenas recibe 3.000 yuanes (363,8 dólares) de ingreso anual, si bien el mismo es relativamente alto para los patrones de la aldea en ese sentido. "De no ser por la asistencia médica cooperativa seguiría negada a operarme", afirma Huo. Antes de entrar al quirófano para drenar el exceso del líquido cerebroespinal, no tenía otra opción que tomar aspirinas para aliviar el dolor, u otras medicinas para la gripe a la cual ha sido propensa. Pero poco antes de ingresar en el hospital fue víctima de una gripe que se resistió a cualquier medicamento. Justo cuando Huo pensaba que le había llegado la hora final, Beipiao fue seleccionado como cantón experimental para aplicar el programa de asistencia médica cooperativa rural.

Los costos médicos de Huo sumaron 9.060 yuanes, de los cuales le reembolsaron 3.060. La contribución del gobierno significó un ahorro considerable para la renta anual de su familia: "Ahora, dice, debo trabajar con mucho entusiasmo para devolver cuanto antes el dinero que pedí prestado a mis parientes".

El programa experimental en Beipiao y otros lugares a través del país tiene como objetivo reestablecer el sistema de asistencia médica cooperativa en las zonas rurales que se derrumbó a comienzos de los años 80, después de la introducción del sistema de responsabilidad por contrata familiar y la caída de la economía colectiva.

Wang Xianzhen, una doctora de 39 años del hospital N.° 2 en la ciudad de Chaoyang, bajo cuya jurisdicción está Beipiao, ha sido por largo tiempo defensora de la implementación de dicho programa. A tales efectos sometió una propuesta de restauración del sistema cooperativo de asistencia médica cuando en 2003 resultó elegida diputada a la Asamblea Popular Nacional (APN), legislatura suprema de China.

La Dra. Wang, ginecóloga por 16 años, ha atendido a muchos pacientes rurales más pobres que Huo Yulan. En este sentido explica que Chaoyang tiene una población rural de 2,47 millones, 74 por ciento de los cuales no pueden asumir los gastos del tratamiento de hospital, y que entre los 40.000 residentes rurales que subsisten por debajo de la línea de pobreza, la mitad son más pobres aún por sus problemas de salud. "Como el seguro médico no los cubre, no les queda más remedio que soportar la enfermedad, lo que agrava su condición, y finalmente los hace más pobres", añade.

Zhu Qingsheng, viceministro de Salud Pública, estima que de 40 a 60 por ciento de los labriegos, o un tercio de los 1.230 millones de habitantes de China, no puede recibir tratamiento médico como pacientes externos, o se empobrece como resultado directo de la hospitalización. En las regiones de extrema pobreza, como es el caso de China occidental, de 60 a 80 por ciento de los residentes rurales que caen enfermos simplemente mueren en casa, porque no pueden pagar la atención del hospital. Los granjeros se muestran renuentes a pedir consejo médico, porque su costo es desproporcionado con sus magros ingresos. El viceministro Zhu manifestó que en 2003, el costo medio de hospitalización en el campo llegó a 2.236 yuanes (269,4 dólares), casi equivalente al ingreso anual per cápita de 2.622 yuanes (315,9 dólares) en esas áreas.

El número de clínicas de cantón y aldea apoyadas por el Estado y el financiamiento colectivo ha disminuido. Un tercio de las que funcionaban en Chaoyang están cerradas, y un tercio de las que siguen operando carece de equipos y medicamentos. La mayoría de los aparatos médicos de la clínica de Wujianfang, considerada una de las mejores en términos de beneficios e instalaciones en la localidad, son anticuados o requieren reparación. Los vasos sanguíneos son imperceptibles en su máquina ultrasónica de tipo B, las ruedas de la máquina de anestesia están atadas con bandas de plástico y no hay equipos modernos para realizar pruebas de sangre.

"A fin de renovar nuestras instalaciones necesitamos alrededor de un millón de yuanes (20.000 dólares), pero la asignación del gobierno es de sólo 50.000 yuanes (6.024,1 dólares) cada año", se queja Wang Dajun, jefe de la clínica que sirve a una población cantonal de 35.000. Wang, al igual que otros 34 trabajadores, gana apenas 300 yuanes al mes, un sueldo que difícilmente haga que los médicos se queden en la clínica. De hecho, muchos se han ido para abrir sus propias clínicas. "Como las clínicas privadas pueden invertir menos en el mantenimiento de equipos y la compra de medicamentos, les resulta más fácil sobrevivir", agrega Wang, quien mantiene serias dudas sobre la efectividad del tratamiento en dichas entidades médicas.

La Dra. Wang Xianzhen no fue la primera diputada a la APN en clamar por el restablecimiento del sistema cooperativo de asistencia médica en las zonas rurales de China. Los expedientes de la organización legislativa indican que un diputado de Shanxi presentó una propuesta similar en 1994. Hasta la fecha, 24 mociones, incluyendo dos de la Dra. Wang como representante de Chaoyang, han planteado este problema, la mayoría de ellas han sido diseñadas durante las últimas dos sesiones de la APN. Wang Xianzhen se congratula de que apenas tres meses después de someter su propuesta en 2003, el Ministerio de Salud Pública pusiera en práctica de forma experimental la asistencia médica cooperativa en algunas áreas rurales. Antes de octubre de 2004, la cobertura se había ampliado a 333 cantones en 31 provincias, municipios y regiones autónomas, haciendo la atención médica accesible a 80 millones de residentes rurales.

Cada agricultor de Beipiao incluido en el programa sólo paga 10 yuanes (1,2 dólares) por año, cantidad que aumenta con el concurso financiero de los gobiernos provinciales, municipales y cantonales, hasta sumar otros 20. Si alguno de esos campesinos necesita hospitalizarse, se le compensa a una proporción de 15 a 55 por ciento, dependiendo de sus gastos cobrados.

Li Shuyang, director de la administración de salud de Beipiao, está satisfecho con los resultados del programa. Según estima, "360.000 granjeros, ó 91,8 por ciento de la población campesina del cantón, han sido cubiertos", y en apenas tres meses, 143 agricultores en Beipiao han recibido un reembolso total de 460.000 yuanes ( 55.421,7 dólares). Liu Yajun, uno de los doctores del Hospital de Beipiao que operó a Huo Yulan, no logra ocultar su satisfacción al manifestar que aumenta la cifra de pacientes provenientes del campo en busca de tratamiento médico. A propósito, recuerda: "En años anteriores, apenas teníamos hospitalizados a una docena, que en su mayoría se agravaban por el retraso en el tratamiento. Sin embargo, ahora la cifra se ha duplicado".

Inspirado por estos progresos, el director Li Shuyang planea aumentar a 28 el número de clínicas con financiamiento estatal en cantones y aldeas bajo el nuevo sistema. Esto exigirá reembolsos superiores a 4.000 yuanes (481,9 dólares) en las clínicas de poblado, mientras que la cifra asciende a 6.000 yuanes (722,9 dólares) en los hospitales municipales. La tasa del reembolso en clínicas rurales será más alta.

Wang Dajun, jefe de la clínica de Wujianfang, está completamente a favor del programa, pero no convencido por completo de su desarrollo sostenido. Tiene sus razones: "Dos millones de yuanes (0,24 millones de dólares) anuales no son una suma pequeña para el gobierno de Beipiao", rememora, al traer a colación que de finales de los años 70 a los años 90, ninguna de las cuatro tentativas locales de promover un servicio médico cooperativo tuvo éxito. "Pero, agrega optimista, en esas ocasiones ni los gobiernos provinciales de Liaoning ni el gobierno municipal de Chaoyang estaban implicados. Deseamos que esta vez la cosa sea distinta".

A pesar de los problemas existentes, el Primer Ministro Wen Jiabao, que presidió la reunión de trabajo del Consejo de Estado el 10 de agosto de 2005, se pronunció por ampliar el servicio médico cooperativo a 40 por ciento de los cantones y poblados de China antes de 2006, y duplicar los subsidios gubernamentales para cada campesino que se incorpore al programa.

*Bai Xu es periodista de Servicios Informativos Especiales de China.

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