Cuando
la voluntad se impone
Por ZHANG HONG
-Lo ocurrido en la otrora aislada aldea Xuliukou demuestra cuánto
puede el ser humano cuando le inspiran buenas causas.
Pobre como la que más, hasta poco tiempo atrás
la aldea de Xuliukou ofrecía como único producto
local un grupo de solteros empedernidos, según propia confesión
de los lugareños. A pesar del arduo trabajo de varias generaciones,
este territorio ubicado en la ciudad de Qian´an, extremo
oriental de las montañas Yanshan, sujeto a jurisdicción
de la ciudad de Tangshan, en la provincia de Hebei, siguió
siendo hasta entrado el nuevo milenio una superficie árida
rodeada de miseria. "Es muy inaccesible," solía
ser la justificación para la desgracia de esta tierra.
Iniciativa en acción
Concientes de que la mayor desventaja de la aldea es su ubicación
remota, los aldeanos depositaron sus esperanzas de acabar con
el aislamiento en un aldeano llamado Qin Yuhe, un viejo que en
sus años mozos sirvió como soldado y que hoy cojea
ligeramente, resultado de una herida sufrida en servicio.
Qin comenzó sus andanzas como salvador de la aldea conduciendo
un automóvil Santana de donación. Raudo se le veía
marchar y venir por los senderos montañosos, yendo de continuo
a la ciudad de Qian´an. En 2003, Qin llegó a la aldea
con la noticia que Hebei había lanzado una campaña
de construcción de aldeas ecológicas, y que Tangshan
había sido elegido como lugar de experimentación.
La implementación del proyecto tuvo lugar en 600 aldeas
en Tangshan, incluidas varias de Qian'an. Pero una vez más
el destino jugó una mala pasada a Xuliukou. Pobre y apartada
de las autopistas, no figuró entre las elegidas.
Pero Qin no se dio por vencido, y así lo hizo saber en
una reunión del comité de aldeanos. Puso 1.000 yuanes
de su bolsillo en la cuenta bancaria de la aldea, con lo cual
el presupuesto se elevó a 3.000 yuanes. "Vamos a construir
carreteras en la aldea," dijo. Siguiendo el ejemplo de Qin
Yuhe, 33 miembros del Partido Comunista de China y soldados retirados
entregaron dinero a la aldea, hecho que impresionó profundamente
a los aldeanos. En pocos días disponían de unos
70.000 yuanes para su proyecto ecológico.
La construcción de la carretera montañosa empezó
el día 13 del último mes lunar de 2003, un día
imborrable en la memoria de todos los participantes. Los aldeanos
recuerdan vivamente cómo las pendientes montañosas
que rodean la aldea estaban repletas de cientos de aldeanos, equipados
con piochas y palas, y carros cargados de rocas y tierra excavadas,
tirados por caballos y burros. La construcción de la carretera
fue emprendida por 10 equipos en igual cifra de lugares, todo
supervisado por Qin Yuhe.
Muchas casas de la aldea se encuentran en las pendientes montañosas,
a las cuales se solía acceder en tiempos idos a través
de senderos zigzagueantes, tan estrechos que en ciertos puntos
no podía pasar con una carretilla de mano. Al cabo de dos
semanas, los aldeanos habían trasladado más de 10.000
m? de rocas y tierra, y habían pavimentado una carretera
montañosa de 4 m de ancho y 2,5 km de largo, con acceso
a cada hogar. En el décimo primer día, después
de la última fundición de concreto, todos celebraron
la culminación de la carretera, que serpenteaba desde la
entrada de la aldea al pie de la montaña hasta su cima.
Sin darse descanso, los aldeanos empezaron otro proyecto de una
carretera asfaltada de 4 km de largo, que conecta con la autopista
turística de la Gran Muralla en la provincia de Hebei.
Nueva vida
La Xuliukou de hoy está a años luz de lo que fue
hasta hace poco. Se puede llegar a ella por una carretera de concreto
de 2,5 km y a través de una asfaltada de 4 km, a la que
se le han colocado faroles como en las ciudades. Todos los postes
eléctricos fueron recuperados por los aldeanos entre desechos
de las ciudades. En abril de 2004, Bai Keming, secretario del
Comité Provincial del Partido Comunista de China de Hebei
visitó la aldea para expresar su admiración por
la labor de los lugareños. En otra ocasión, Zhang
Yinhuai, director del Buró de Comunicación Municipal
de Qian'an, comentó: "Los aldeanos de Xuliukou han
excavado un milagro sobre la tierra con sus manos".
Concluidas las carreteras, los aldeanos construyeron plazas culturales,
sitios para los ejercicios físicos y el entretenimiento.
También han renovado su biblioteca, sala de lectura y clínica,
incluso abrieron un pequeño supermercado y disponen de
un autobús de servicio regular. Los hogares ya están
dotados de televisión, teléfono y otras comodidades.
El bello ambiente y conveniente transporte atrae a los comerciantes,
que viajan a comprar productos locales, mientras que los turistas
se llegan a visitar la Gran Muralla y las fuentes termales. Ah,
y el contingente de solteros locales, de 30 a 40 años en
su mayoría, ha comenzado a disminuir, pues ya las mujeres
de otros lugares no temen casarse con los aldeanos de Xuliukou.
Por otra parte, muchas muchachas de la aldea no quieren abandonar
su tierra natal para casarse en otros sitios. La mala fama, como
el aislamiento, va siendo cosa del pasado para esta aldea.
Estimulado por los resultados obtenidos en aldeas como Xuliukou,
el gobierno de la provincia de Hebei ha declarado que un 20 por
ciento de sus aldeas consideradas divisiones administrativas serán
transformadas en aldeas ecológicas en 2010, condición
que para 2020 deberán ostentar todas las aldeas de la provincia.
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