La
voluntad en acción
Buena
parte del éxito de una Olimpiada reside en el concurso
de sus voluntarios
Por
XU XIAOYAN
Ren Yanling tiene bien claro qué significa ser voluntario
olímpico. Sobre sus hombros lleva las experiencias de 2004
en Atenas, donde, según explica, no hizo falta que
mediara un contrato entre el comité olímpico y el
cuerpo de voluntarios. Todo dependía de la necesidad
que dictara el momento específico. Ren, una abogada que
ahora espera participar en la Olimpíada de Invierno de
Turín, reitera que el espíritu de los juegos se
sustenta en la participación, lo cual refleja la presencia
misma de los voluntarios. Para ser voluntario, enfatiza,
hay que estar imbuido de este espíritu.
Listos para Beijing 2008
En fecha reciente se puso en marcha el Programa de Voluntarios
para los Juegos Olímpicos de Beijing, que marcha paralelo
a un plan de acción respectivo, en el cual quedan reflejadas
las condiciones en que se invitará como voluntarios a los
chinos de ultramar y ciudadanos extranjeros de origen chino, así
como a los compatriotas de Hong Kong, Macao y Taiwan.
El vicepresidente ejecutivo del Comité Organizador de
la Olimpiada de Beijing, Li Binghua, dijo a la prensa que la contratación
de voluntarios empezará en agosto de 2006 y terminará
en abril de 2008. Para ello, aclaró, las autoridades acudirán
a una selección de candidatos por contratación pública
y preparación de talentos. Para aplicar ambas opciones
se hará uso de Internet, en procura de personal, mientras
que las entidades autorizadas prepararán a los voluntarios
de acuerdo con los requisitos del dicho Comité Organizador.
Según Li Binghua, los voluntarios de Beijing se dividirán
en diez grupos, incluidos los estudiantes universitarios. Sus
responsabilidades van desde participar de manera directa en la
Olimpiada, en puestos de recepción, traducción,
transporte, seguridad y atención médica, hasta guía
de espectadores, distribución de materiales, enlaces, organización
de competencias, asistencia al trabajo de canchas deportivas,
ayuda a los medios de prensa y apoyo a actividades culturales.
Se planea alistar a cerca de 70.000 voluntarios de todo el mundo,
aunque en su mayoría serán estudiantes universitarios
de Beijing, a quienes se sumarán ciudadanos de a pie de
la capital, integrantes de las diversas etnias y residentes de
Hong Kong, Macao y Taiwan, chinos de ultramar, extranjeros de
origen chino, y personal internacional.
A semejanza de los Juegos de Sidney y Atenas, los voluntarios
para la Olimpiada de Beijing se dividirán en dos segmentos:
los ordinarios y los denominados voluntarios profesionales.
Los primeros, que ocuparán el 60 por ciento del total,
trabajarán en el área de servicios; los segundos
se encargarán de actividades como la traducción,
la tecnología, la medicina, las competencias y el transporte,
funciones que exigen mucho talento profesional.
Chinos de ultramar dan paso al frente
Al presentar el programa de voluntarios ante representantes de
los chinos de ultramar y extranjeros de origen chino, Zhang Zhiwei,
subsecretario general del Comité Organizador, dijo que
este programa ha ganado el apoyo de los compatriotas de Hong Kong,
Macao y Taiwan, así como de los chinos residentes en otros
países, y aquellos con nacionalidad foránea y cuna
china. Estas muestras de apoyo, añadió, han significado
un gran aliento para su comité.
Explicó asimismo que, desde su fundación, el comité
ha recibido cartas y llamadas telefónicas de muchas de
estas personas, que se ofrecen como voluntarios. Desde que el
programa de participación se inició el 5 de junio
de 2005, han llegado casi 200 llamadas telefónicas, faxes,
cartas y correos electrónicos de todas partes del mundo,
en los cuales se pide información acerca de los voluntarios
y se presentan solicitudes para desempeñarse como tal.
Los aspirantes incluyen a personas de todas las edades y las más
disímiles ocupaciones, entre ellas estudiantes, maestros,
médicos y policías. Lo más conmovedor, según
integrantes del comité, han sido las solicitudes de niños
nacidos en el extranjero que presentan sus abuelos chinos. También
hay solicitudes colectivas enviadas por las comunidades de chinos
de ultramar y extranjeros de origen chino.
La cifra de éstos a escala mundial supera los 50 millones
de personas y se les considera recursos preciosos del país,
pues conocen los idiomas, costumbres y muchas otras particularidades
de numerosos países, por lo que pueden brindar servicios
de excepcional valor a Beijing.
No menos valioso puede ser al aporte en este sentido del personal
internacional de otras nacionalidades, al igual que el concurso
de los extranjeros residentes en la capital china, que tendrán
oportunidad de colocar su granito de arena en la obra inmensa
del deporte olímpico.
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