Construcción de eco-cadena en parque industrial

Por LI GUOWEN

Desde 2004, expertos y diversas instancias gubernamentales de China han estado promoviendo activamente el desarrollo de la economía de reciclaje. El consenso es que la modalidad del parque industrial ecológico es la más efectiva para la construcción de una economía de reciclaje.

En estos parques se establece una cadena ecológica para que las empresas colaboren en el intercambio de recursos, informaciones y materiales, y el uso compartido de residuos industriales (agua, gas y escorias) como materias primas o fuentes de energía. Un típico ejemplo es el parque industrial ecológico Kalundborg de Dinamarca.

Según Jin Yong, miembro de la Academia China de Ingeniería y profesor de la Universidad Tsinghua, el parque industrial ecológico del Grupo Lubei en Binzhou, provincia de Shandong, es otro ejemplo excelente de la economía de reciclaje, con empresas que comparten lazos más sólidos que las agrupadas alrededor de la firma DuPont, famosa compañía ecológica. “Dicho parque representa una de las pocas cadenas de producción de cemento en el mundo en la cual los residuos del eslabón anterior son las materias primas del posterior, y el proceso entero no genera descarga de sustancias de desecho”, explica el profesor Jin.

Economía de reciclaje en una salina

“La tecnología innovadora de Lubei dedicada a la producción de ácido sulfúrico y cemento con yeso fue un primer paso decisivo en el fomento de su economía de reciclaje”, afirma Wang Wenzhang, director de la Oficina de Asuntos Generales del Grupo Lubei. El precursor de éste fue una pequeña fábrica de fertilizantes fosfóricos construida en 1977. Decidió desarrollar su única tecnología con una inversión gubernamental de 400.000 yuanes. Técnicos construyeron un laboratorio en una salina de la bahía Bohai, y tras realizar más de 200 ensayos en 2.000 días, lograron éxitos en producción de ácido sulfúrico y cemento usando yeso de sal. Apoyado en esta tecnología, el grupo efectuó más innovaciones y finalmente creó la primera línea de producción conjunta de fosfato-ácido sulfúrico-cemento. El yeso fosfórico, el residuo de producción de amonio fosfórico, se mezcla con el yeso de sal para producir el ácido sulfúrico y el cemento. El ácido sulfúrico se usa luego para fabricar el amonio fosfórico. El agua usada se recicla y se aprovecha en el proceso.

Numerosas aplicaciones del agua de mar

El agua marina se utiliza generalmente para la crianza acuática o producción de sal, pero el Grupo Lubei ha descubierto muchas más aplicaciones. El grupo ha construido una salina moderna de 23.000 ha a lo largo de una faja de marea de 35 km. Se extrae gran número de subproductos mientras que la salina produce anualmente un millón de toneladas de sal y hace el uso completo del agua de mar. El campo primario de la sal es una granja acuática de 3.300 ha, donde se crían peces, gambas, y cangrejos. El agua de mar usada se traslada al campo secundario de sal, donde se concentra y se extrae el contenido de bromo. Después el agua se envía al estanque de 4.000 ha para la cristalización de la sal, donde se le extraen productos para el mantenimiento de la salud, así como potasio y magnesio. El restante yeso de la sal se lleva a la cadena de producción de fosfato-ácido sulfúrico-cemento. Finalmente, el agua se transporta por tubería para refrigeración y calefacción, y la salmuera refinada se utiliza para producir soda cáustica.

Energía limpia, producción asociada de sal y álcali

El Grupo Lubei ha construido una central eléctrica térmica de 120.000 kv que utiliza el agua marina para la refrigeración, y el carbón de mala calidad y la ganga como combustible. Las cenizas carbónicas se utilizan como material compuesto para el cemento. Al mismo tiempo, ha construido una fábrica clórica del álcali con una capacidad de producción anual de 120.000 ton, que se vale de un millón de toneladas del subproducto del halógeno saturado de Lubei como materia prima. Estas instalaciones forman la tercera cadena integrada de Lubei –producción de la energía, de la sal y del álcali.

El presidente del grupo Feng Yisheng explica que las tres cadenas se interrelacionan para dar lugar a una genuina economía reciclable. Por ejemplo, el calor generado en el proceso de enfriamiento de la central eléctrica térmica va a la segunda cadena para la vaporización del agua marina y otras áreas donde necesita el calor, mientras que el dióxido de sulfuro producido en la cadena fosfato-ácido sulfúrico-cemento del amonio se utiliza para extraer el bromo.

Los expertos estiman que si se logra popularizar a escala nacional la modalidad de Lubei, China ahorrará anualmente 2.000 ha de tierra para la disposición de residuos del yeso fosfórico, 60 millones de yuanes para la construcción de terraplenes, 2,1 mil millones de yuanes para la extracción de piedra caliza dedicada a la producción de 8 millones de toneladas de cemento, y 3 mil millones de yuanes para la explotación de pirita utilizada para la producción de 6 millones de toneladas de ácido sulfúrico. A la vez, se evitarían enormes emisiones de bióxido de carbono en la producción del cemento.

Las experiencias de Lubei han llamado la atención de los Estados Unidos, Japón, Australia y Rusia, que han expresado su gran interés por establecer cooperación. Lubei lanzará una cadena industrial de productos químicos de sal-petróleo-carbón y una cadena limpia de dióxido de titanio.


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