TLC China Chile:
Un compromiso bilateral con efectos
globales
Por MARIO IGNACIO ARTAZA*
*Segundo
Secretario del Servicio Exterior, Agregado Comercial de
la Embajada de Chile en la República Popular China
(martaza@direcon.cl) |
MIENTRAS
el mundo hace frente a los obstáculos que impiden un
comercio libre y transparente, los cuales han dilatado más
allá de lo esperado las negociaciones de la Ronda para
el Desarrollo de Doha (DDA), China y Chile han dado una muestra
contundente - mediante la implementación, el pasado 1
de Octubre, del Tratado de Libre Comercio bilateral en bienes
(TLC) de su compromiso de avanzar en el fortalecimiento
de un comercio basado en reglas claras y equitativas.
Así, durante las coloridas festividades de otoño
en China, unidas al advenimiento de la primavera en Chile, los
habitantes de ambas naciones del Pacífico han tenido
un motivo adicional para celebrar, pues este histórico
acuerdo extiende los horizontes de ambos pueblos en materia
comercial y de cooperación más allá de
lo imaginable. Para ambos países y también para
toda la región latinoamericana. Sin duda, se trata de
un acuerdo que invita a planificar y a concretar.
Porque el TLC no consiste sólo en un contrato orientado
a promover el intercambio de commodities o bienes de consumo
entre dos países. Está dirigido asimismo a promover
el comercio de bienes de capital útiles para las PYMEs
chilenas que buscan fortalecer su capacidad exportadora, así
como a incorporar a empresas chinas en la búsqueda de
soluciones para temas tan trascendentes para nuestro desarrollo
sustentable, como es la construcción de infraestructura
de última generación y de tecnología, para
dotar de energía a un país que sigue atreviéndose
a conquistar nuevos mercados en un mundo cada día más
interdependiente.
La extensa red de acuerdos comerciales que Chile ha suscrito
con sus socios del continente americano, en la que cobra especial
relevancia su participación como país asociado
al MERCOSUR, configura un interesante escenario para que Chile
se convierta en una plataforma de negocios y puente de conexión
para el intercambio de bienes con China y Asia, lo cual otorga
un particular significado al primer TLC que negocia China con
un país individual en su historia.
Política comercial chilena en China y Asia
El
crecimiento de la economía chilena ha tenido al sector
externo como eje central de su dinamismo desde principios de
la década de los noventa. Para un país mediano
en cuanto a territorio, con un mercado interno de poco menos
de 16 millones de habitantes, fortalecer su presencia mediante
el intercambio de sus productos y servicios en el mercado mundial
constituye una necesidad de primer orden. En este sentido, los
acuerdos comerciales han permitido elevar la posición
competitiva de las exportaciones chilenas en los mercados más
dinámicos del planeta.
De tal suerte, la política comercial aperturista y una
activa gestión negociadora, unida a una macroeconomía
exitosa, han estimulado la atracción de significativos
montos de inversión extranjera y, al mismo tiempo, servido
para un dinámico despliegue de empresarios chilenos hacia
el exterior.
Hoy, nadie en Chile discute la necesidad de fortalecer la presencia
chilena en los mercados más competitivos del orbe, mediante
la suscripción de acuerdos que se basan en reglas claras
y precisas. Es más, el TLC bilateral en bienes suscrito
por China y Chile, fue aprobado por unanimidad por el Senado
de la República. El país entero entiende que sólo
por medio de una mayor interacción con los principales
mercados del planeta puede Chile financiar sus proyectos de
carácter social que han permitido elevar sostenidamente
las condiciones de vida de sus habitantes, en frentes como educación,
salud, vivienda e infraestructura.
Actualmente, Chile destina más del 36% de sus exportaciones
a mercados de Asia. Chile cuenta con un TLC con Corea del Sur,
vigente desde abril del 2004, primer acuerdo comercial entre
un país asiático y uno latinoamericano. A éste
se suma el P4 (Brunei Darussalam, Nueva Zelandia, Singapur y
Chile), acuerdo de última generación con un fuerte
componente de cooperación, más un Acuerdo de Alcance
Parcial (AAP) con India. Las negociaciones para un TLC con Japón
se encuentran en un buen pie de avance y se encuentran en desarrollo
los estudios de factibilidad con Tailandia y Malasia, los que
bien podrian dar origen a futuras negociaciones comerciales.
Hace algunas semanas, Chile y Perú culminaron sus negociaciones
para un TLC, el cual ciertamente potenciará un trabajo
de integración latinoamericana hacia los mercados asiáticos.
La presencia activa que persigue Chile en el Asia la
cual se remonta a principios del siglo XIX, mediante el establecimiento
en los primero años de la República, de puestos
comerciales y consulares en la región pasa necesariamente
por una estrecha alianza con China, hoy la cuarta economía
mundial y el segundo socio comercial de la economía chilena.
En ese marco, el TLC en bienes suscrito por ambos países
es de gran significación.
Las exportaciones chilenas a China han experimentado un crecimiento
vertiginoso, representando hoy más del 10% del total
de sus exportaciones cuando, hace apenas 15 años, representaban
menos de 1%. China es hoy el principal comprador de cobre chileno,
y el reciente acuerdo rubricado entre China Minmetals y CODELCO
viene a sellar con mayor fuerza una amistad política,
económica y comercial de larga data.
La
concreción del TLC bilateral en bienes se enmarca dentro
de una relación de amistad que ya supera los 35 años
de vida. En 1970, Chile se convirtió en el primer país
sudamericano en reconocer a la República Popular China
como el legítimo representante del pueblo chino, agregándole
su apoyo para que ocupara su asiento en la Organización
de las Naciones Unidas y en el Consejo de Seguridad de dicha
instancia multilateral. A la vez, Chile fue el primer país
del orbe en culminar el proceso bilateral requerido para el
ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio,
y el primer país del continente americano en reconocerle
a China su condición de Economía de Mercado.
Ambos son socios activos en el Foro de Cooperación Económica
Asia Pacífico, APEC, y comparten un trabajo de Nation-Building
en Haití, mediante el despliegue de fuerzas policiales
por parte de China y militares por parte
de Chile en dicho país caribeño, entre
otras actividades conjuntas de cooperación multilateral.
Un tratado de oportunidades
El Tratado de Libre Comercio en bienes suscrito por China y
Chile constituye una oportunidad única para los habitantes
de ambos países. Representa un paso agigantado dado por
dos naciones en desarrollo para desplegar el talento innovador
de sus jóvenes, mujeres, empresas pequeñas y medianas
y académicos. Y el Tratado no termina ahí, pues
representa una invitación para que el resto del continente
americano se sume a un proceso colectivo Trans-Pacífico
con magníficas proyecciones.
En el 2005, el intercambio comercial entre China y Chile totalizó
cerca de US$7 mil millones y, para el 2006, se espera una aproximación
a los US$8 mil millones. Teniendo ello presente, la suscripción
del TLC se perfila como un instrumento de suma utilidad para
sustentar un crecimiento sostenido de las exportaciones chilenas,
otorgándole a las personas de negocios de nuestro país
una ventaja indiscutible frente a sus competidores.
En particular, se prevee que el TLC bilateral con China permita
potenciar fuertemente las exportaciones de los productos agrícolas,
ganaderos, forestales y pesqueros chilenos, modificando así
la actual concentración que se registra en el cobre y
la celulosa. Chile se ha propuesto la meta de convertirse en
breve plazo en potencia agroalimentaria mundial. De ahí
que la relación comercial y las inversiones bilaterales
derivadas del TLC, cobren particular fuerza para alcanzar la
meta.
Antes de este acuerdo, Chile contaba con un acceso preferencial
a casi 70% del PIB mundial, el cual se ha elevado hoy, gracias
al TLC bilateral, a un 75%, convirtiendo a Chile en el país
comercialmente más integrado al mundo.
Por medio del Tratado de Libre Comercio en bienes, el 92% de
las exportaciones de Chile a China se beneficiarán de
una desgravación inmediata; esto es, desde el primer
día de vigencia del acuerdo. Lo anterior, contra un 50%
de las exportaciones de China a Chile. El acceso de los productos
de Chile a China quedó clasificado en categorías
de desgravación inmediata, a 1, 5 y 10 años, y
exclusiones. En tanto las exportaciones desde China a Chile
quedaron en categorías de desgravación inmediata,
a 5 y 10 años, y exclusiones.
Chile está empeñado en dar un salto exportador
que se fundamente en una fase superior de procesamiento productivo,
con un mayor valor agregado nacional. Para ello, el impulso
a la innovación, educación y desarrollo cultural
son esenciales para el éxito del TLC con China.
La materialización de recientes acuerdos de cooperación
permitirá identificar áreas de colaboración
y apoyo mutuo para el establecimiento de empresas mixtas, con
miras a operar en conjunto en terceros mercados, intercambiar
experiencias en el desarrollo institucional, apoyar la incorporación
del sector privado a las oportunidades que abre el acuerdo y
facilitar la conversión Chile en plataforma de entrada
de China en América Latina.
La activa participación del sector privado resulta vital
para el éxito del TLC. En tal sentido, la puesta en marcha
del Consejo Binacional de Negocios ChinaChile representa
una de las principales herramientas, que debará otorgarle
mayor dinamismo al comercio bilateral, a la vez que sustenta
las periódicas consultas que los actores gubernamentales
realizarán a medida que avanza el proceso de liberalización
iniciado a través del TLC. Todo con el fin de alcanzar
la meta que los líderes económicos de China y
Chile plantearon a sus pueblos durante la Cumbre Informal APEC
2004, celebrada en Santiago: un nuevo orden comercial Trans-Pacífico
basado en la confianza, la cooperación, la apertura de
sus mercados y el desarrollo mutuo para alcanzar una región
próspera, sustentable y con mayores grados de equidad.
No menos responsabilidad para el éxito del TLC le cabe
a nuestros jóvenes. Son ellos quienes tienen más
por ganar si logran conjugar el arduo trabajo en las aulas con
las múltiples ofertas que se les presentan en caso de
querer proseguir sus estudios en China. A la vez, el acuerdo
suscrito con China nos muestra que las carreras universitarias
no son necesariamente el único camino para encontrar
un nicho en la canasta de oportunidades que se presentan para
Chile. Las carreras técnicas especializadas en campos
tales como la agroindustria, el turismo, tecnologías
médicas e idiomas, son por igual caminos apropiados para
incorporarse a esta tarea país que recién comienza
para Chile, gracias a su TLC con China.
Crédito de autor:
Cierta información
contenida en este artículo proviene del documento
sobre TLC Chile-China, elaborado por la Dirección
General de Relaciones Económicas Internacionales
del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.
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