El atractivo de las residencias antiguas

Por GAO SHANHU

–Los siheyuan, o casas de patios rectangulares tradicionales, se han convertido en codiciada oferta del mercado inmobiliario chino.

“Por fin tengo la sensación de volver a casa”, afirma el repatriado Wang Jingguo, todavía emocionado varios meses después de haber comprado una villa al viejo estilo chino en Beijing. Nacido en la capital china, Wang Jingguo es un cuarentón que salió del país hace muchos años, para estudiar en EE. UU. Por motivos de trabajo residió con posterioridad en varios países europeos. Pero su afecto inmarcesible por la cultura china, le hizo procurarse un siheyuan al volver al suelo natal. Su empeño le tomó bastante tiempo hasta que, por casualidad, encontró una villa a la antigua en las Residencias Tradicionales Vistas Cathay. Tras una primera visita, decidió comprarla. “Fue un flechazo a primera vista,” admite satisfecho.

En cuestión de dos o tres años, las viejas residencias, que por un tiempo parecieron caídas en el olvido, han regresado por sus fueros, situándose en el favor de los compradores con suficientes recursos económicos para costear los altos precios que las mismas han alcanzado. Varias firmas inmobiliarias han identificado de inmediato el filón lucrativo y compiten por ofrecer las mejores opciones en las ciudades de Shanghai, Chengdu, Changsha y Wuhan, entre otras.

Según una encuesta efectuada en abril pasado sobre la situación mercantil, demanda y tendencia de desarrollo de los chalets de estilo tradicional chino, 44,9 por ciento de los encuestados dijo preferir estos inmuebles, cifra absolutamente superior a los que se decantan por apartamentos o casas de estilo norteamericano (20,42%) o europeo (18,37%).

Combinación perfecta entre China y Occidente

La puerta esculpida de la villa de Wang Jingguo está pintada de rojo, el color de todos los buenos augurios para los chinos. A la entrada hay una galería, seguida por un patio, un muro y árboles con colores armonizados. Otros signos de la tradición china son el bambú, la pecera, el tablero de ajedrez. Wang Jingguo ha tenido ricas experiencias en la compra de viviendas y destaca que la mayor diferencia entre las de estilo chino y occidental reside en la estructura, así como en el pronunciado énfasis que tiene la decoración en las casas de su país.

Los chalets chinos más demandados hoy tienen las características de los siheyuan, o las propiedades singulares de la escuela arquitectónica de Anhui. En tales casos, el diseño da más importancia a la selección de espacios, siguiendo las normas del arte del Fengshui. Por otro lado, las habitaciones se distribuyen en procura de un entorno armonioso. Las viviendas al estilo chino recién construidas este año prestan más atención al pleno uso de recursos terrestres y espacios existentes.

A pesar de su profundo sabor chino, estas villas no son un simple retorno a lo antiguo. Todos los que se dedican al mercado de bienes inmuebles saben claramente que la cultura arquitectónica tradicional difiere mucho del concepto de la vida moderna. Por lo tanto, a la vez que se enaltecen especificidades de la tradición, se respetan los hábitos de hoy y la calidad internacional de la residencia. Chang Lei, jefe del departamento mercantil de Vistas Cathay señala que sus productos, además de copiar los signos tradicionales chinos externos, se corresponden en su interior con la demanda de la vida moderna. El área residencial, la alcoba, los armarios chino y occidental, e instalaciones como el campo de tenis y el estanque, muestran el modo de vida occidental. En las viviendas de estilo chino recién construidas, existe un complemento entre sistemas modernos como la ventilación, la limpieza de polvo y el aire acondicionado. Los detalles reflejan el concepto de colocar al ser humano en primer lugar.

Ricard, comerciante inglés de 38 años de edad, posee una villa de estilo chino de dos pisos en Beijing. Describe su nueva casa en los siguientes términos: “aquí todo lleva colores chinos e internacionales. Al mismo tiempo que conservo el modo de vida inglés, siento que he conseguido una fusión con la cultura china”.

En la antigüedad, los siheyuan se caracterizaban por estar en función de un estricto protocolo social y ser residencia compartida a la vez por varias generaciones, mientras que los chalets nuevos de estilo chino propician ante todo la comodidad. Una encuesta arroja que cerca de 50 por ciento de los residentes en villas de estilo chino la han tomando como su primera vivienda, lo que rompe con la tendencia previa en la selección de chalets.

Altos precios, buenas ventas

Por el momento, el precio de dichas casas supera los 10.000 yuanes por metro cuadrado, a pesar de lo cual se venden muy bien. ¿Qué explica tal esplendidez por parte de los consumidores? ¿Por qué los agentes inmobiliarios se han arriesgado a abandonar los convencionalismos occidentales, a ojos vista menos riesgosos, para explotar el mercado de villas de estilo chino? Chang Lei nos aclara las dudas: “Nuestra confianza, afirma, proviene de la demanda mercantil. El acelerado desarrollo económico nos insufla confianza y nos pone al tanto de la nostalgia por regresar a lo antiguo. Hay muchos ejemplos en otros terrenos, cabe añadir. Ahí están la nueva e inusitada aceptación por la ropa de la dinastía Tang, después de la celebración de la cumbre de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico en Shanghai, y la atracción por el aprendizaje del idioma chino tras el establecimiento de los institutos de Confucio”.

En Vistas Cathay, 70 por ciento de los clientes ha estudiado en el extranjero, mientras que 10 por ciento son extranjeros. La mayoría ha recibido enseñanza superior y son empresarios, presidentes de compañías extranjeras, abogados y personal financiero, con edades que fluctúan entre los 35 y los 50 años.

De hecho, los chinos ricos que han vivido en el extranjero prefieren todo lo que huela a tradición de su país. “Tras varias decenas de años de residencia fuera de China, he percibido que sólo lo nacional es universal”, indica Wang Jingguo. Las villas de estilo chino les ayudan a reencontrarse con lo tradicional y cultural. Los residentes extranjeros siempre procuran detectar, en cualquier país o región, sus propias características arquitectónicas. Y eso es lo que buscan cuando deciden residir en un siheyuan.

Por otra parte, la carencia de recursos, las restricciones en el uso de los terrenos y las contadas autorizaciones emitidas para residencias de baja densidad poblacional hacen de los chalets al estilo chino el pan caliente del mercado inmobiliario.

Perspectivas

Por sus características de construcción, el siheyuan supone deficiencias para aprovechar la iluminación natural. Además, tales viviendas no sobrepasan los tres pisos como máximo, es decir su estructura propicia una baja tasa de utilización terrestre. La construcción de los signos tradicionales chinos como puertas, biombos, ventanas, etc. acarrean más costos que los occidentales. En cuanto a los consumidores, el proyecto fija sus esperanzas en los chinos repatriados y los altos funcionarios foráneos residentes en Beijing. O sea, una exigua minoría. Todas estas condicionantes determinan que los chalets de estilo chino sean escasos y pocas sus perspectivas de desarrollo.

Los expertos sostienen que los chalets de nueva generación deben propiciar el ahorro de terreno, energía, la protección ambiental y estar dotados de alta tecnología.

En la actualidad existe una polémica sobre si las viviendas de estilo chino se constituirán en la corriente imperante del mercado de bienes inmuebles. Los expertos destacan que se requiere de tiempo para tener una respuesta. Cualquier conclusión en estos momentos sería improvisada. Al respecto, Zhang Yonghe, famoso arquitecto, prevé la siguiente tendencia de desarrollo del sector en Beijing: “la arquitectura en cualquier país y región debe pasar por tres fases: local, moderna y de combinación de lo tradicional y moderno. A juzgar por las reglas de desarrollo de la cultura arquitectónica, podemos pronosticar un futuro optimista al sector”.

El siheyuan es la forma arquitectónica ideal para los habitantes del norte de China. Se trata de una estructura en la cual convergen lo representativo y típico. Se caracteriza por su patio cerrado e independiente, con habitaciones distribuidas en un eje trazado de sur a norte. Especial importancia en el conjunto tienen “la terraza, el estanque de peces y el árbol de granadas”. El patio es el núcleo. Los siheyuan vecinos sirven de línea principal y el área de residencia figura como plano. Todo esto expresa los ideales chinos de neutralidad y paz, así como de armonía en el trato humano. Las habitaciones independientes rodean el patio, y la galería se conecta con las habitaciones. Aquí estriba la diferencia básica con la arquitectura occidental.

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