Moda
que no incomoda
Por ZHANG XIWEN
-Recientes encuestas
indican que de los chinos de 15 a 54 años de edad, el 25,3
por ciento ha seguido o sigue alguna dieta para adelgazar. De
ellos, 80 por ciento lo hace con la esperanza de mantenerse en
forma a pesar de tener un peso normal. Sin embargo, pocos son
los que pueden definir con exactitud dónde se ubica la
medida justa para un cuerpo a la moda.
LA historia antigua china registra acontecimientos extraordinarios
relacionados con el afán de adelgazar. Más de dos
mil años atrás, un rey del Estado Chu publicó
un edicto proclamando su afinidad por los talles delgados. Sus
ministros, deseosos de agradar a su Majestad, aplacaron su habitual
apetito, actitud que se hizo más extrema entre las concubinas
del monarca. En consecuencia, todos comían una sola vez
al día y se apretaban la cintura. Al tiempo, muchos apenas
podían tenerse en pie. Algunos ministros se demacraron
por la desnutrición y varias mujeres del rey murieron de
hambre.
En
numerosas obras de tiempos antiguos la mujer esbelta es sinónimo
de belleza, manifiesta Ge Xiaoyin, profesor de la Universidad
de Beijing, dedicado especialmente a los estudios de la literatura
clásica de China. Para la cultura china, cuya esencia
reside en el justo equilibrio, la esbeltez acompaña a la
belleza corporal. Es un criterio similar al que hoy está
en boga respecto a las dimensiones de tórax, cintura y
nalgas. La obesidad se consideraba estado morboso.
La más conocida de las bellezas delgadas de la historia
fue Zhao Feiyan, una emperatriz de la dinastía Han (206-220
a.n.e). Se dice que cuando caminaba sin ayuda, podía caer
ante el soplo de una brisa leve. En apenas dos años, se
convirtió de cantante y bailarina de palacio en emperatriz
respetada por todos sus súbditos, algo difícil de
imaginarse en cualquier dinastía.
Bajo la dinastía Han, las mujeres de la clase media y
alta apenas salían de casa, no necesitaban hacer esfuerzos
ni ejercicios físicos y comían muy poco, por lo
que su prototipo era de mujer delgada, más que lo que hoy
se observa entre el común de las chinas.
En la dinastía Tang (618-907), el criterio estético
válido era muy especial. Yang Yuhuan fue la más
famosa entre las bellas de entonces. Dicen que tenía 164
cm de estatura y 138 kg de peso. Según la norma actual,
estaba pasada de peso en al menos 9 kg. Sin embargo, Yang era
ágil en el baile y diestra en la música. De este
caso se desprende que cierta opulencia corporal no está
reñida con los movimientos gráciles, sino que estos
kilos de más sirven de apoyo a los movimientos difíciles.
La primera emperatriz de China, Wu Zetian, de la dinastía
Tang, fue una mujer de hermosa gordura. En la Gruta Lítica
de Longmen hay una estatua de buda esculpida a imitación
de Wu Zetian, con cara, cuello y hombros bien llenos.
Debido a la apertura cultural y abundancia económica que
la caracterizó, la dinastía Tang vio florecer la
presencia de mujeres robustas. El autor del bestseller Tótem
del lobo, Jiang Rong, atribuye este fenómeno a la consanguinidad
entre la etnia Xianbei y el grupo étnico de la pradera
que ostentaba el poder imperial.
Las mujeres de Tang tenían gran libertad y alta posición
social. No sólo podían frecuentar locales populares
como tabernas, sino que también se permitían montar
a caballo, cazar, jugar el fútbol y polo (en sus versiones
locales) y hasta divorciarse. En fin, podían hacer todo
igual al hombre. Por esta razón, vivían natural
y saludablemente.
A comienzos de la dinastía Song (960-1279), cambiaron
el espíritu de época y la apreciación estética.
El pensamiento de la escuela confuciana de filosofía idealista
alcanzó su auge en las dinastías Song y Ming (siglos
X al XVII). En comparación con la atención que prestaba
la filosofía confuciana a la naturaleza humana, la idealista
enfatiza más la obediencia absoluta de la mujer al hombre.
Bajo su influencia directa, el ideal de belleza femenina era de
debilidad y delgadez. Con el fin de ocultar lo curvilíneo
de sus pechos, las mujeres jóvenes lo vendaban fuertemente,
controlando así su desarrollo físico. En aquel entonces
era común asimismo que las mujeres se vendaran los pies
para impedir su crecimiento. Se creía que un lento caminar
era sinónimo de dignidad, y una cintura delgada y flexible
como un sauce era el ideal estético.
Del siglo XVII a principios del XX, el cuerpo femenino se ocultó
entre ropas anchas. Hasta los años 30 del siglo pasado,
gracias a la introducción de la civilización occidental,
la línea del cuerpo femenino mujer comenzó a exponerse
gracias a los qipao, vestido chino ajustado, con cuello cerrado
y aperturas laterales.
En los primeros años de la Nueva China, se volvió
a abogar por la belleza natural y saludable. El gobierno aplicó
la política de igualdad entre el hombre y la mujer, estimulando
a ésta a trabajar en diversos sectores y a procrear.
La actual sociedad china, pasado el umbral del siglo XXI, está
experimentando una transición esencial, y con la decadencia
de la civilización agrícola, la civilización
pos-industrial y el pos-modernismo, comienza a desentenderse de
los patrones estéticos tradicionales.
Las normas más recientes de belleza asiática exigen
que las circunferencias del pecho, la cintura y las nalgas midan
84 cm, 62 cm y 86 cm, respectivamente. Zhang Ziyi es considerada
popularmente la belleza de China, pero sus tres circunferencias
sólo alcanzan 82, 58 y 82 cm.
Una encuesta realizada poco tiempo atrás situó
en el siguiente orden a las bellezas chinas de hoy: Gong Li, estrella
mundial de cine, en primer lugar; Li Yuchun, para sorpresa de
muchos varones que rechazan su apariencia andrógina, se
situó en el segundo puesto y Zhang Ziyi, reconocida estrella
de la gran pantalla, sólo alcanzó el cuarto.
Por preferencia del público, Li Yuchun resultó
ganadora del concurso musical de televisión Superchicas,
en 2005. Con 21 años de edad, y a pesar de un cuerpo donde
nada denuncia la presencia femenina, la ganadora se hizo con el
favor del público, gracias a su hermosa risa y energía
juvenil.
Los encuestadores indican que hubo una mayoría de votos
para Gong Li, a quien se percibe como complemento ideal entre
la belleza tradicional, relacionada con la salud y vigor, y un
cuerpo de dimensiones internacionales.
Todas
las civilizaciones mantienen admiración hacia la belleza
que resulta de una vida sana. En las áreas rurales del
norte de China, las mujeres jóvenes más robustas
y saludables son las mejores candidatas al matrimonio. Cuando
las suegras rurales escogen novias para sus hijos, se preocupan
en especial porque la futura nuera destaque por sus nalgas prominentes,
convencidas de que este detalle es sinónimo de la fertilidad.
Conforme a los libros chinos de adivinación, las mujeres
gordas tienen mejor destino que sus hermanas delgadas, debido
a su frente ancha y mandíbula redonda. Se considera que
las mujeres con mandíbula de punta pueden traer mala suerte
al marido.
Métodos simples para reducir
el peso
Por ZHAO LIDONG*
Deportes ligeros:
Expertos del Centro de Estudios de Medicina Deportiva de
la Universidad de Washington han descubierto el beneficio
de los llamados "deportes ligeros", tales como
caminatas, el trabajo en el jardín, la subida de
escaleras y el alpinismo, considerándolos buenos
para la salud. Para aquellos que tienen trabajo intenso,
es beneficioso extender y erguir las espaldas frecuentemente.
Régimen de color:
Prestar atención a los colores de la comida puede
ayudar a reducir el peso. La naranja y los alimentos de
colores rojo, amarillo y anaranjado estimulan el apetito.
El alimento blanco, a saber, dofu (queso de soya) y pescado,
y los verdes, como brotes de bambú, son nutritivos
y bajo contenido calórico.
Régimen de dieta:
Se advierte a la gente con exceso de peso que coma más
vegetales, tales como brotes de soja, puerro, pepino y nabo
blanco. En cuanto a las carnes, son recomendadas las de
conejo, res, pescado y pollo.
Hay alimentos que ayudan a eliminar sustancias tóxicas.
Estos incluyen el tomate, el chile rojo, la zanahoria, el
maíz, la espinaca, la coliflor, la baya azul y la
uva. Otros recomendados para la dieta son los frijoles verdes,
el alga marina, el té, cereales ordinarios, oreja
de madera (hongo comestible que crece sobre los árboles)
y manzanas.
Reducción con celulosa:
Como la celulosa hace sentir llenura, se recomienda comer
cada día 35 g de alimentos ricos en celulosa, como
parte del programa de pérdida de peso. Estos comprenden
cereales ordinarios, hojuelas de avena, frijoles, frutas
y verduras.
Agua:
Beber agua puede inhibir el apetito y aliviar los retortijones
del estómago hambriento. Mantener en el cuerpo un
porcentaje adecuado de agua requiere el consumo de al menos
ocho vasos de agua diarios.
*Zhao Lidong es presidente de la Asociación
de Farmacéuticos Autorizados de Beijing y presidente
del Centro de Conservación de Salud Taijitang de Beijing. |
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