Esas
libras de más...
Por QIAO TIANBI
MUCHOS
consideran que los gordos son optimistas y alegres, pero
la realidad desmiente ese convencionalismo. "El peso
me causa gran presión psicológica", dice
Ren Xin, una muchacha de 25 años de edad, con 165
cm de estatura y 105 kilos de peso. Por factores genéticos,
Ren empezó a aumentar de peso en el tercer y cuarto
años de la escuela primaria, y desde entonces ha
sido objeto de risa de los demás. Hoy vive acomplejada.
Pero cuando más lo sintió fue al procurar
empleo. Durante cuatro años, después de cursar
masaje en una escuela de la especialidad, apenas trabajó
unos meses en un salón de masaje recién abierto.
De allí la despidieron por obesa.
Cuando
sus compañeros se reían de su gordura, Ren
se reía con ellos para evitar apuros. Distinto ha
sido el caso, por otra parte, de Zhang Lili, que fue hermosa
en el período de infancia y empezó a aumentar
de peso en la secundaria, donde desarrolló un temperamento
antisocial. Ahora trabaja como técnica de nivel medio
en una editorial. "La obesidad cambió mi carácter,
afirma. Me enfurezco cuando me dicen gorda, por lo que mis
parientes y amigos evitan decir esta palabra en mi presencia".
Muchos gordos son introvertidos y hasta melancólicos.
Club de gordos
Ren
solía ir a la sala de gimnasio comunitario a jugar
billar y bailar yangge y disco. Un hombre de edad mediana,
a quien conoció por casualidad, le entregó
una tarjeta invitándole a un club de gordos. En junio
pasado Ren fue al jardín botánico y encontró
el club, donde conoció además a cuatro chicas
pasadas de peso provenientes de Nanjing. Las cuatro, bonitas
y vigorosas, tenían dotes artísticas y un
peso total de 500 kg. Ante numerosos compañeros pesados,
Ren demostró su capacidad en el canto y el baile.
El hombre que la invitó fue el señor Yang,
iniciador de dicho club, quien no es obeso y se dedica a
procurar dietas adecuadas para los miembros del grupo. Yang
trabajaba anteriormente en un medio de prensa y ahora administra
una empresa de promoción cultural. Sobre el club,
indica: "Los gordos enfrentan discriminación
social desde la época de estudios hasta que encuentran
empleo. Muchas entidades no les admiten. Mi club trata de
ayudarles sin afán de lucro".
Yang es una persona simpática y ambiciosa y quiere
que su club alcance fama nacional. Ahora hay más
de 3.000 personas registradas en el sitio web del club.
En Beijing el mismo cuenta con 300 a 400 miembros. Yang
tiene planes de aumentar la escala de su club, con vistas
a incrementar la autoconfianza de los gordos, para lo cual
está preparando un concurso de bellezas pesadas,
donde los jueces también serán gordos.
Aunque no tiene sentido de lucro, el club necesita gran
cantidad de inversión. Yang revela que ha invertido
varios millones de yuanes en la gestión del mismo.
Ahora procura cooperación foránea para sostener
sus actividades.
Plan de Ren Xin
A
Ren le gusta la actividad del club, aunque su madre no ha
dado el visto bueno. El club está cerca de su casa
y ella suele visitarlo para estar con sus compañeros,
con quienes tiene mucho que hablar. En cuanto al amor, se
mantiene tranquila. Entre obesos todo se complica, advierte,
pues de ellos puede nacer un niño pasado de peso.
Ren ha probado muchos métodos para adelgazar, pero
a pesar de ello pasó de 90 kg a 135 kg. Recientemente
utilizó la comida alternativa y logró perder
más de 20 kilos, pero debió gastar 5.000 yuanes
al mes. Ahora ha suspendido esa dieta, pero se mantiene
firme en su decisión de bajar de peso, porque quiere
trabajar y entrar en la sociedad. Luego espera trabajar
en un salón de masajes o abrir una tienda pequeña.
Desde luego, hay otra opción: trabajar en el club.
Los compañeros le aconsejan practicar el canto,
además de ejercitar el baile, pues ella tiene una
voz linda y fuerte. Nunca remisa a subir a un escenario,
en fecha reciente se echó a llorar tras una actuación.
A juicio de Yang, la gordita se sintió tocada en
el sentimiento.