Con el freno en la boca
Quienes
visitaron China unos 30 años atrás, y hayan vuelto
por estos días, no podrán menos que admitir los
notables cambios que la dieta de nuestros ciudadanos ha experimentado
en ese lapso de tiempo. No andan todavía muy lejanos los
tiempos en que un simple huevo hervido, por poner un caso, era
poco menos que un manjar en un mercado carente de suficiente oferta
y variedad de alimentos. Eso ya es cosa del pasado. Hoy en China,
sobre todo en sus grandes ciudades, es posible hallar casi todo
lo que tiene que ofrecer el mundo en materia alimentaria. Hay
para todos los gustos y bolsillos. Un notable resultado de la
política de reforma y apertura. Pero ojo, que con los vientos
favorables suelen llegar también insectos molestos. Y la
obesidad y el desequilibrio nutricional son poco menos que moscardones
en tarde de verano.
Tenemos abundancia y variedad de alimentos y, sin embargo, hay
nuevas razones para preocuparse. A la sombra de los expendios
de comida rápida, ya sea local o foránea, prolifera
una nueva generación de chinos mofletudos y rollizos, cuya
salud y rendimiento físico merman ante la avalancha de
dulces, grasas y todo tipo de engañifas para distraer el
estómago. Es un problema peliagudo, que tiene y tendrá
serias repercusiones sociales si no se ataja a tiempo, porque
el problema, en términos llanos, es ¿qué
hacer con los gordos?
Gordos, bien gordos, por otra parte, han sido los ingresos de
taquilla que la recién estrenada película china
La Piedra Loca (fengkuangde shitou) ha dejado a sus productores.
Solamente en Beijing se habla ya de 16 millones de yuanes, un
resultado que debe tener de plácemes al novel director
de cine Ning Hao, devenido luminaria súbita. Se trata de
un inusual fenómeno cinematográfico que analizamos
en esta edición. El público ha reído de lo
lindo, algo no muy común con nuestras producciones cinematográficas,
con esta fábula pletórica de buen humor.
Otros, empero, han abandonado la capital china sin muchos deseos
de reír. Tal fue el caso de los organizadores de la llamada
Feria Mundial, que partieron con menguadas ganancias tras su más
reciente estancia en Beijing. ¿Por qué? Nuestra
reportera Lu Rucai nos lo cuenta.
Y de último, pero con suma importancia, tenemos la entrada
en vigor del Tratado de Libre Comercio entre China y Chile. Razón
para celebrar en ambos países, como bien nos explica el
Sr. Mario Artaza, agregado comercial de la Embajada de Chile en
China, a quien agradecemos su oportuna colaboración.
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