Retiro montañoso del Emperador Huangdi

Por INESA PLESKACHEUSKAYA

La autora es jefa de la oficina en Beijing del periódico nacional

bielorruso Belarus Today y del canal ONT de la TV nacional

Sólo viéndolo con ojos propios se puede aquilatar en justicia la belleza indescriptible del Monte Huangshan.

“Quien haya visto el Monte Huangshan poco de interés encontrará en las demás montañas sagradas de China.” Este antiguo poema chino ha sido refrendado por espacio de siglos. A través del tiempo innumerables viajeros han estado en esa montaña, inmortalizada por los poetas de la antigüedad, y a la que nadie discute ya su condición de pico más hermoso del país.

Siempre tuve la impresión de que las pinturas tradicionales que describen a Huangshan tenían algo de fantasmagórica alegoría. Que eran sobre todo producto de artistas deslumbrados por la belleza del lugar, a medio camino entre lo real y lo onírico. Tuve que verla con mis propios ojos para convencerme de que no había exageración: Huangshan es un sueño hecho realidad.

El monte Huangshan se ubica en la meridional provincia de Anhui y está formada por un racimo de 72 elevaciones. Meca de la geografía china, Huangshan es el sueño de cada chino, que aspira a visitarla al menos una vez en la vida. El hecho de ser destino de peregrinaciones continuadas por espacio de 1.200 años ha bastado para que Huangshan ocupe un merecido espacio entre los récords de Guinnes.

La belleza del pico no se concentra sólo en el aspecto visual: un toque lírico habita en cada nombre de sus picos, a saber, Los Nueve Dragones, Monje Taoísta, Tierra de Maravillas, Gallo que Canta al Amanecer, Ardilla que Salta a la Capital Celestial, Santos Jugando al Ajedrez y El Dios Seca Sus Botas, entre otros. En este conjunto sobresale Lianhua Feng (Pico del Loto), la mayor elevación, que se alza a 1.864 m, seguida de cerca por Guangming Ding (Cima Brillante) y Tiandu Feng (Pico de la Capital Celestial). Huangshan acoge a más de 30 picos que sobrepasan los 1.500 m de altura.

El Parque Montañoso de Huangshan ofrece al visitante cientos de senderos y obras salidas del ingenio humano, que se entrelazan con la belleza primigenia del sitio. Por ello recomiendo a quienes se decidan a visitarlo, que al menos repitan la experiencia en cuatro ocasiones, de modo que puedan ver cómo cambia el escenario con cada estación del año.

Durante la dinastía Qin (221 a 206 ane) a Huangshan se le conocía como Yishan (Monte Negro), por sus oscuros picos. Pero en el año 747 de la dinastía Tang (618-907) el emperador Xuanzong, seguidor del taoísmo, ordenó que se le cambiara el nombre por el de Huangshan. El soberano basó su orden en las escrituras taoístas sobre Huangdi –emperador amarillo y ancestro de la nación china–, en las cuales se describe cómo dicho personaje creó el elíxir de la inmortalidad entre las faldas de Huangshan. Según los pliegos descritos, Huangdi laboró por espacio de 480 años en la preparación de la cocción eternizadora, tras lo cual tomó varias tabletas de la misma, logró ser inmortal y ascendió al cielo.

La pregunta que siempre queda pendiente es qué tiene Huangshan que hace desear a tanta gente volver a ella una y otra vez. Puede ser que no hay otro monte en toda China que se le compare. Sus alturas son tan majestuosas como las de Taishan y escarpadas como las de Huashan. Al igual que Hengshan, está rodeada de un mar de nubes, y cuenta con saltos de agua tan imponentes como los de Lushan. Ostenta asimismo la calma y el frescor y las pintorescas formaciones rocosas de las Montañas Yandang, a lo que agrega sus propios pinos fantasmagóricos, sus acantilados de asombro y sus manantiales térmicos.

En la vegetación de Huangshan anida una de sus maravillas. Pinos de diversa forma que con frecuencia sobresalen de la pura roca y que con frecuencia son varias veces centenarios, y hasta milenarios. Hay uno llamado Unidad, por sus 56 ramas, que coinciden con la cifra de etnias que hoy pueblan a China.

Hoteles caros y llaves perdidas

Las altas tarifas de los hoteles de Huangshan se atribuyen a los costos del acarreo de equipaje, que los porteros deben trasladar en canastas de mimbre por su accidentada geografía. La ropa de cama se lleva a lavar mediante el mismo método, en lo que constituye una pesada labor.

A pesar de los precios, Huangshan es sitio predilecto para lunas de miel, y ejerce una especial atracción sobre las nuevas parejas de enamorados. No en balde se ven candados colgados de árboles y puentes en los más remotos accesos del área. Las llaves de los mismos se suelen lanzar a las profundidades del valle, como muestra de confianza en la solidez del matrimonio. Según creencia popular, los que un día decidan separarse, deberán volver al sitio y abrir su candado tras rescatar la llave. Menuda tarea.

 

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