Por
la boca muere o vive el pez
Por WU YAN
En un país donde los hábitos
alimentarios están cambiando a la velocidad de un relámpago,
la presencia de los hasta ahora relegados nutricionistas es mucho
más que un lujo.
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Un cocinero del
Hotel Yanan de Shanghai demuestra sus habilidades culinarias
con recetas nutritivas |
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Pequeños del jardín
infantil adjunto a la Escuela Primaria Changjianglu de Nanjing
invitan a huéspedes franceses a probar sus platos nutritivos |
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Las verduras
orgánicas de los supermercados han ganado el favor
de muchos |
Hurgando un poco en la milenaria historia china, encontramos
que los nutricionistas hicieron sus pininos por allá por
1066 ane, cuando reinaba la dinastía Zhou. Por aquel entonces,
como cabía esperar, el servicio se reducía a las
necesidades del emperador de turno y alguno que otro integrante
de su selecto séquito. Mucho tuvo que llover antes de que
estos especialistas fungieran como asesores del común de
los mortales. Hoy por fin parece llegado el momento del apogeo
de esa profesión, pues el chino promedio, atraído
por las múltiples ofertas gastronómicas que han
llegado con la apertura del país, anda engullendo todo
lo nuevo, sin reparar casi nunca en qué resulta favorable
y qué nocivo para su organismo.
Una medida de la importancia que la sociedad está otorgando
a la alimentación adecuada puede encontrarse en la lista
de nuevas profesiones que el Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social emitió el pasado 25 de octubre. En dicha relación,
que constituye un termómetro de las nuevas tendencias sociales,
se recogen once ocupaciones que responden a necesidades de los
últimos tiempos. El nutricionista es una de ellas. En lo
adelante, dichos profesionales contarán con apoyo formal,
certificados y cursos incluidos, para desarrollar sus conocimientos.
Pero, sobre todo, se espera que estos doctores del estómago
pongan coto a cierto descontrol en la ingestión alimentaria,
que en años recientes se ha traducido en alzas en las tasas
de algunas enfermedades crónicas, que a la larga constituyen
una carga para las arcas estatales y los bolsillos de cada individuo.
Como contrapartida, la industria gastronómica crece y
se robustece con los desembolsos del público. Para que
se tenga una idea, baste decir que en 2003, dicho sector engulló
600 mil millones de yuanes en volumen de operaciones, cifra que
llegó a 700 mil millones al año siguiente. A la
vez, las actas hospitalarias recogen que en 2002 el 18,8 por ciento
de los chinos mayores de 18 años, o unos 160 millones,
sufría de alta presión sanguínea. Esto significa
que había 70 millones de hipertensos más que en
1991.
A juicio de expertos, los culpables de alta tasa de obesidad
infantil están en los restaurantes de olla mongola, donde
se consume grasa a diestra y siniestra, y en las ventas de comida
rápida occidental al estilo de McDonald¢s y Kentucky
Fried Chicken. En conjunto, dichos establecimientos obtienen el
grueso de las ganancias de la industria gastronómica en
China.
Mientras que los países desarrollados cuentan con un promedio
de un nutricionista por cada 300 habitantes, China apenas dispone
de 3.000 registrados para mil 300 millones de seres humanos. Su
ausencia se hace notoria en los lugares donde más se les
necesita, a saber, empresas gastronómicas, escuelas y hospitales.
¿Un consejo para el apetito?
Hoy la ciudadanía está más consciente sobre
los riesgos de ingerir sin mirar qué. La gente se preocupa
más por la salud. Los denominados ciudadanos de cuello
blanco, sobre todo los más jóvenes y residentes
en zonas urbanas, suelen gastarse buena parte de sus ingresos
acudiendo a consultas dietéticas profesionales, con la
esperanza de saber qué, cómo, cuándo y dónde
comer mejor, aunque no siempre reciben el asesoramiento adecuado.
Para cubrir las evidentes deficiencias en este sentido, se espera
que en breve se publiquen los Reglamentos Nacionales de Nutrición,
de acuerdo con las cuales todo establecimiento gastronómico
que acomode a más de 100 comensales debe contar con su
propio asesor dietético. Una buena noticia, sin dudas,
pare estos profesionales, pues a este tenor deberán aparecer
cerca de un millón de plazas, de las cuales unas 50 mil
a 100 mil serán ubicadas en Beijing.
Una de las primeras entidades de este corte en el país
se ubicó en la Escuela Vocacional Shiji Yingcai de Beijing
(Talentos Milenarios), con reconocimiento del Ministerio del Trabajo.
Su presidenta Yi fei confía en que al cabo de tres años,
el centro habrá formado mil nutricionistas. Además,
afirma, el mismo está diseñando una página
web para que todo el país se mantenga al tanto de esta
actividad.
Se afirma que en la actualidad, un nutricionista gana un promedio
de 8.000 yuanes al año si trabaja para una familia, y hasta
40.000 si lo hace para una compañía. Los que laboran
por cuenta propia llegan hasta 100 mil yuanes en igual lapso de
tiempo. Los expertos en recursos humanos pronostican que se producirá
un alza del 15 al 20 por ciento en las actuales ganancias cuando
se ponga en vigor la ley que les ampara.
Pionera
A Yi Fei se le identifica como la primera nutricionista pública
del país. Dedicó largos años a cimentar sus
conocimientos en 20 provincias chinas. Hubo épocas,
rememora, en que no salía de la biblioteca ni para almorzar.
Traía una botella de agua, un poco de pan y me pasaba el
día leyendo, algo que, como nutricionista, iba en detrimento
de mis propios principios, hasta que opté por traer mi
comida preparada en casa.
El 30 de junio de 2000, Yi Fei fundó la Escuela Shiji
Yingcai. Al respecto afirma: Siempre confié en que
algún día el nutricionista público recibiría
reconocimiento formal. Ahora que aparece en el cuarto grupo de
nuevas profesiones, nuestro centro se siente muy alentado.
Con unos pocos estudiantes al principio, la escuela vio crecer
su matrícula en gran medida al año siguiente. Un
30 a 40 por ciento de los aspirantes, señala Yi fei con
regocijo, tenían títulos de bachiller y hasta maestrías,
algo poco usual en las escuelas vocacionales de China.
¿Qué es un nutricionista público?
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Son profesionales que promueven la buena salud mediante
el asesoramiento en cuestiones de alimentación y la
difusión de conocimientos de la seguridad alimentaria.
Hacen su trabajo entre entidades públicas o en contacto
directo con los individuos. El nutricionista público
difiere del nutricionista médico en que posee un certificado
otorgado por una institución profesional según
los estándares del Estado y el contenido de su estudio
es de nivel avanzado y mayor autoridad del mundo. Para 2010,
todos los profesionales chinos del sector deberán disponer
de dos certificados, un académico y un vocacional.
Los que cuenten con el Certificado de Calificación
del Sector de la Salud de China emitido por la Sociedad de
Cuidado de la Salud de China podrán desempeñarse
como nutricionistas públicos. |
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