Tratado
de Libre Comercio acerca más a China y Chile
Por WU RUIGEN
En el marco del Foro Informal de Cooperación Económica
de Asia y el Pacífico (CEAP), que tuvo lugar en noviembre
pasado en Pusan, Corea del Sur, China y Chile firmaron el Tratado
de Libre Comercio (TLC), el primero entre China y un país
latinoamericano. Acontecimiento de trascendental importancia,
el documento no sólo representa una nueva era para el comercio
bilateral, sino que también promoverá el libre comercio
entre China y América Latina como región.
En reciente entrevista con el Diario de la Juventud de Beijing,
el ministro chino de Comercio, Bo Xilai, quien suscribió
dicho convenio bilateral por la parte china, reveló que
a partir del primero de julio del 2006, ambas partes pondrán
en marcha el proceso de reducción de aranceles aduanales
en el comercio de productos, y que un 97 por ciento de los aranceles
aduanales de las mercancías intercambiadas se reducirá
gradualmente hasta llegar a cero en un plazo de 10 años.
Por otra parte, agregó el alto funcionario, los aranceles
vigentes para el 74 por ciento de los productos chilenos se reducirá
a cero el año en que entre en vigencia el acuerdo, mientras
para el 63 por ciento de las mercancías chinas quedarán
sometidas a igual trato dos años después de la entrada
en vigor del acuerdo.
Chile es el tercer socio comercial de China en América
Latina, después de México y Brasil. En 2004, el
valor comercial bilateral totalizó 5.400 millones de dólares,
para un crecimiento de 52 por ciento en comparación con
el mismo período del año anterior. El volumen comercial
bilateral registrado durante los primeros nueve meses de 2005
alcanzó 5.300 millones, un incremento del 36 por ciento
con respecto a idéntico plazo de 2004.
De acuerdo con el ministro, China importará principalmente
de Chile mineral de hierro, de cobre, salitre, frutas, vino de
uva, harina de pescado y celulosa, y le exportará principalmente
maquinaria y equipos eléctricos, productos de las industrias
ligera y textil, productos plásticos y electrodomésticos.
En respuesta a la pregunta sobre el posible impacto del tratado
para ambos países, el funcionario chino dijo que según
el convenio, ambas partes disminuirán en gran medida los
aranceles aduaneros y reducirán barreras no arancelarias,
creando así mejores condiciones preferenciales para que
ambas naciones se acojan a la condición de nación
más favorecida en el marco de la Organización Mundial
del Comercio (OMC).
Tal situación, añadió, no sólo promoverá
la exportación de productos superiores desde ambos países
y creará numerosas oportunidades comerciales para sus empresas,
sino que también brindará beneficios a los consumidores
de las dos naciones. Por eso, estamos ante un acuerdo de beneficio
mutuo para las partes.
Éste es el segundo acuerdo de libre comercio que China
firma con el extranjero, después de sumarse a la iniciativa
para construir una Zona de Libre Comercio con la Asociación
de Naciones del Sudeste Asiático (ANSEA), y el primero
con un país latinoamericano. La rúbrica del protocolo
se erige asimismo en importante símbolo de cooperación
Sur-Sur.
Analistas de China y Chile prevén que la influencia del
referido acuerdo bilateral no se limite a los países signatarios,
sino que se extienda a toda América Latina y el Caribe.
Por un lado, Chile cuenta con un largo y angosto litoral marítimo
al Pacífico, que comparte con Brasil y Argentina, principales
miembros del Mercado Común del Cono Sur (MERCOSUR). En
consecuencia, el acuerdo de libre comercio chino-chileno servirá
para un ulterior fortalecimiento de los nexos de cooperación
comercial y económica entre China y MERCOSUR, un eslabón
clave para la cooperación sino-latinoamericana.
Por otro lado, América Latina cuenta con abundantes recursos
naturales. En cuanto a recursos minerales, el hierro y el cobre
de la región ocupan destacados lugares en el mundo. Su
reserva petrolera representa el 20 por ciento de los yacimientos
del planeta. Asimismo cuenta con metales preciosos raros. Todo
ello tiene gran atractivo para China, necesitada de abundantes
materias primas para poder satisfacer las crecientes demandas
de la construcción del país asiático.
A su vez, América Latina necesita de inversión
extranjera para desarrollar infraestructuras y reestructurar sus
industrias y su sector agropecuario. En cuanto a China, ésta
dispone de capital, por lo que augura que cada vez más
empresas chinas inviertan en esa región.
Estas demandas complementarias supusieron un impulso al valor
comercial bilateral que creció de los 1.800 millones de
dólares de 1990 a los 26.800 millones de dólares
de 2003. En Chile China ha establecido 19 firmas, con un valor
global de inversión de 24 millones de dólares, de
los cuales 6,5 millones proceden de las arcas de la principal
corporación china importadora de cobre. Esta positiva tendencia
de intercambio comercial con América Latina, según
economistas, deberá mantener su ritmo creciente a la par
del veloz desarrollo de la economía china.
35
Años de relaciones diplomáticas
|
Por LAO YI
A mediados de diciembre, China y Chile conmemoraron
el 35 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas,
con doble motivo para la celebración, ahora que
ambos países están recién asociados
en un Tratado de Libre Comercio.
La ocasión fue propicia para revisar
los acontecimientos de esas pasadas décadas, en
una reunión organizada en la Cancillería
del país sudamericano en la capital, Santiago,
y encabezada por el Ministro del Exterior chileno, Ignacio
Walker, y el embajador de China en Chile, Li Changhua.
"No cabe duda que vivimos un momento
notable entre Chile y la República Popular China,
y que ésta ha sido un verdadero motor para impulsar
mejores y mayores niveles de conocimiento mutuo y mayor
cercanía", expresó el ministro Walker,
al recordar como este sendero de beneficiosos intercambios
se inició el 15 de diciembre del año 1970,
cuando representantes del gobierno del fallecido presidente
Salvador Allende firmaron con funcionarios chinos en París
un comunicado conjunto que formalizó los vínculos
binacionales.
El canciller Walker resaltó que Chile
fue el primer país sudamericano en contar con relaciones
diplomáticas con China, en apoyar su ingreso a
la ONU y en el Consejo de Seguridad, y reconocer la calidad
de economía de mercado de China, y en firmar el
acuerdo para su adhesión a la OMC.
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A mediados de diciembre, China y Chile conmemoraron el 35 aniversario
del establecimiento de relaciones diplomáticas, con doble
motivo para la celebración, ahora que ambos países
están recién asociados en un Tratado de Libre Comercio.
La ocasión fue propicia para revisar los acontecimientos
de esas pasadas décadas, en una reunión organizada
en la Cancillería del país sudamericano en la capital,
Santiago, y encabezada por el Ministro del Exterior chileno, Ignacio
Walker, y el embajador de China en Chile, Li Changhua.
"No cabe duda que vivimos un momento notable entre Chile
y la República Popular China, y que ésta ha sido
un verdadero motor para impulsar mejores y mayores niveles de
conocimiento mutuo y mayor cercanía", expresó
el ministro Walker, al recordar como este sendero de beneficiosos
intercambios se inició el 15 de diciembre del año
1970, cuando representantes del gobierno del fallecido presidente
Salvador Allende firmaron con funcionarios chinos en París
un comunicado conjunto que formalizó los vínculos
binacionales.
El canciller Walker resaltó que Chile fue el primer país
sudamericano en contar con relaciones diplomáticas con
China, en apoyar su ingreso a la ONU y en el Consejo de Seguridad,
y reconocer la calidad de economía de mercado de China,
y en firmar el acuerdo para su adhesión a la OMC.
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