Beijing
en su Salsa
Por ISIDRO ESTRADA
y GUO LINGXIA
Al igual que muchas otras tendencias que a diario van transformando
la vida de los beijineses, la música Salsa fue al principio
un fenómeno aislado en la capital china. Eran apenas unos
cuantos curiosos, que imitaban a los extranjeros establecidos
aquí, o se acomodaban a las modas traídas por los
llamados chinos de ultramar. Pero aquellos bolsones dispersos
de diversión latina de principios de los años 90
fiestas privadas, bailes ocasionales en algún que
otro club dieron paso inmediato a lo que hoy va adquiriendo
ribetes de masividad. Para miles de chinos el baile de Salsa (saersawu
según la pronunciación en mandarín) es hoy
una forma segura de pasarla bien o, como señalan muchos
de nuestros entrevistados, hacer amigos, mantener el cuerpo
en forma y olvidar la pesada carga del deber cotidiano.
Incluso para algunas jóvenes hasta ahora la gran
mayoría de los seguidores de esta variante danzaria son
mujeres entregarse a las tórridas evoluciones del
ritmo latino es una forma de sentirse sexy, desplegando
una carga de sensualidad inconcebible en otros círculos
de una sociedad apegada en muchas formas a la moral confuciana.
Curiosos por naturaleza y prestos a digerir cuanto llega de fuera,
los chinos ya comienzan a discernir entre las distintas formas
de bailar la Salsa. Así, ya hay quienes diferencian entre
Salsa de Nueva Cork, o de Los Angeles, con sus subvariantes on-one
y on-two, entre otras. Hasta ahora, empero, el común de
los bailadores suele establecer dos grandes bloques para identificar
estilos: Salsa de Nueva York y Salsa Cubana. De Cuba madre
de todas las salsas- también han importado la contagiosa
y enrevesada Rueda de Casino, que ya muchos dominan con especial
maestría.
Ser instructor de Salsa equivale a disponer de un trabajo tan
cotizado como quien enseña Yoga o ejercicios aeróbicos.
Un buen profesor del baile no va a carecer de alumnos. Y las clases
se pagan bien. Tan seguros se sienten de su influencia los amigos
del ritmo, que en el otoño pasado el Club Latinos de Beijing
organizó a bombo y platillo el Primer Festival de
Salsa de Beijing, una convocatoria de seis días que
incluyó talleres prácticos, actuaciones y una competencia
de aficionados, con la presencia de decenas de bailarines, instructores,
DJs y promotores de Corea del Sur, Estados Unidos y el país
anfitrión. Nada bailadores, que cuando pasen por Beijing
ya tienen garantizada la posibilidad de echar un pie. ¡Y
con la salsa brava, mi hermano!
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