¿Dónde se vive mejor en China?

Por LUO YUANJUN, QIAO TIANBI y ZHANG XUEYING

Imagina por un momento, amigo lector, que un buen día te dan la oportunidad de residir en China, con la facilidad adicional de poder escoger el sitio de vida. ¿Por qué ciudad te decidirías? ¿Qué factores pesarían más a la hora de optar por un asentamiento? Si bien es cierto el ofrecimiento resulta bastante remoto, pues China no fomenta la inmigración, lo real es que ya hay respuestas para los interesados en conocer dónde se vive mejor en el país.

El recién concluido Foro de Ciudades de China 2005, celebrado en Beijing, dejó como legado más sustancial el Informe sobre la Calidad de Vida Urbana China. En dicho pliego se recogen de manera orgánica criterios que evalúan a 100 urbes del país, enlistadas de acuerdo a la premisa fundamental de su Producto Interno Bruto (PIB) de 2001 a 2003. Los resultados finales obedecieron a una evaluación estadística y una encuesta realizada en Internet.

Hubo asimismo otros aspectos tenidos en cuenta, incluidos la disponibilidad de infraestructura, la atención médica y la inversión en la educación, que constituyen medidas de los servicios esenciales que se esperan de una ciudad de alto nivel de vida, y que también definen el puesto que ocupan las urbes encuestadas. Así las cosas, las 10 ciudades con mejores condiciones de vida son Shenzhen, Dongguan, Shanghai, Beijing, Hangzhou, Zhuhai, Ningbo, Suzhou, Guangzhou y Xiamen. El cuestionario de Internet arroja asimismo una baja en el nivel de satisfacción general por la calidad de la vida urbana. Las regiones central y occidental tienen las condiciones menos propicias. Sólo tres de las urbes en la zona centro-occidental fueron incluidas entre las 100 ciudades de mejores condiciones.

Además, hay brechas ocasionales entre lo que ofrece una ciudad y su popularidad. Sirva de botón de muestra el caso de Beijing. Aunque quedó en primer lugar en cuanto al nivel de salud de sus habitantes y la expectativa promedio de vida, los encuestados por Internet la colocaron en el sitio 82 a la hora de escoger dónde preferirían residir.

Según el documento citado, las zonas costeras orientales, sobre todo las del Delta del Río de la Perla, disponen de ingresos mucho más altos que otras regiones, por obra de su acelerado ritmo de desarrollo. Por lo tanto, se estima que gozan de una mayor calidad de vida.

La encuesta sugiere por otra parte que el nivel de desarrollo de una ciudad se relaciona con el nivel de vida de la misma, aunque no necesariamente lo determina. Los PIB de las municipalidades de Shanghai, Beijing, Tianjin, y Chongqing ocupan, respectivamente, la primera, segunda, quinta y oncena posiciones en la relación, aunque por sus niveles de vida quedaron situadas en los escaños tercero, cuarto, trigésimo octavo y quincuagésimo sexto. Nueve de las 20 ciudades con mayor PIB quedaron fuera de la lista de las 20 con mejores condiciones de vida, y en el caso de Dongguan, cuyo PIB promedio de tres años ocupa el vigésimo segundo puesto nacional, quedó en el segundo lugar en cuanto a la calidad de vida.

Calidad de vida, esencia del valor de una ciudad

“La calidad de vida de una ciudad constituye su esencia,” afirma Lian Yuming, presidente del Instituto Internacional para el Desarrollo Urbano de Beijing y jefe del proyecto investigativo sobre la calidad de vida urbana en China. “El valor de una ciudad no sólo queda expuesto por su potencial económico, sino que se expresa ante todo en su capacidad para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, a los cuales debe dotar de oportunidades para el trabajo y desarrollo integral. El PIB dista mucho de ser el índice que nos permita juzgar el estado de cosas en una urbe”.

Por tradición, las grandes ciudades chinas han medido sus éxitos de acuerdo con sus niveles de industrialización y los beneficios económicos, mientras que los urbanistas suelen concentrarse en la edificación de la infraestructura, grandes plantas y fábricas, en lugar de poner el énfasis en mejorar las condiciones residenciales y ecológicas.

El Informe sobre la Calidad de Vida Urbana en China, compilado por Lian Yuming, examina la calidad de vida desde la perspectiva de los servicios públicos que brinda el gobierno local y la apreciación de la ciudadanía sobre cómo desarrollan sus vidas.

Algo que quedó al descubierto con este informe, y que ya mencionamos con el caso de Beijing, es el abismo que se puede manifestar entre las condiciones objetivas que un sitio ofrece a sus moradores, y la percepción puramente subjetiva con que éstos pueden manifestarse respecto a su entorno.

Por ejemplo, el Señor Ma, profesor universitario en Beijing, quien vivió por tres meses en la sureña ciudad de Shenzhen, considera que “la vida en Shenzhen es más cómoda que en Beijing, a pesar de lo cual la capital sigue atrayendo a muchos más forasteros por su calidad cultural, ausente en Shenzhen. Mis amigos de Shenzhen suelen decir que llevan una vida cómoda en esta ciudad, pero nunca la califican de colorida. Por tanto, considero que se debe decir que Shenzhen es más cómoda que Beijing, pero no que dispone de una “calidad de vida superior” a la de la capital.”

Un especialista en el tema, el profesor Xia Xueluan, del Departamento de Sociología de la Universidad de Pekín, se congratula de que “el concepto de la calidad de vida se esté enraizando entre el ciudadano común, a quien, en definitiva, va dirigida en primer lugar la encuesta”. “Sin embargo, agrega, desde un punto de vista sociológico, el estudio recoge índices específicos que califican la calidad de vida, como en el caso del Coeficiente Gini (un patrón ideado por el estadístico italiano Corrado Gini para detectar las desigualdades) y el Coeficiente Engel (la proporción de ingresos que se dedica a los alimentos), mientras que el informe sobre la calidad de vida se valió de índices académicos, dando explicaciones en términos legos. Lo que más se destaca en el informe es su énfasis en la vida material, a la vez que pasa por alto la vida espiritual”.

Shenzhen, bendecida por el cuerno de la abundancia

Al llegar a Shenzhen, el francés Pierre, que ha adoptado el nombre chino de Shitou (roca), notó como primer inconveniente la humedad de un clima meridional, al cual no estaba acostumbrado. Sobre todo en verano, cuando llueve mucho. “Pero ahora todo va de maravillas, afirma, y agrega: “Para los extranjeros, es fácil adaptarse a Shenzhen. Puedes ir de compras a Hong Kong y deleitarte probando las distintas cocinas en los restaurantes chinos y extranjeros”.

Harley Seyedin, director de la Cámara Comercial de EE.UU. en Guangdong, opina sobre Shenzhen: “En los pasados 15 años he sido testigo del desarrollo económico de esa tierra dinámica. El municipio ha invertido en infraestructura moderna, como autopistas, telecomunicaciones por fibra óptica y metro, entre otros. Además, con el progreso de la tecnología punta, Shenzhen ha pasado a ocupar una posición vanguardista mundial en ese sector. Lo más importante es que el gobierno municipal va convirtiendo a Shenzhen en una ciudad-jardín de nivel mundial, dotada asimismo de vida artística, con una agradable costanera y variados entretenimientos”.

Shenzhen, una de las primeras cuatro zonas especiales de desarrollo económico, es conocida ante todo por la celeridad con que se ha producido su desarrollo. Hoy ocupa los primeros lugares nacionales en cuanto a ingresos, estructura de consumo y de comunicación, así como el primer escaño del estudio mencionado y los tres primeros puestos de la encuesta en la Red. En fin, es un lugar ideal para vivir.

Pero no todo es color de rosa. Sus índices de seguridad pública, atención médica, cultura y recreación quedaron por debajo del puesto 50. Para remediar tales deficiencias, el municipio está empeñado en reajustar su proceso de modernización desde 2004. Su Talón de Aquiles radica en la seguridad social, de la cual se han ido distanciando las entidades estatales cada vez más, según aumenta el grado de desarrollo económico y las oportunidades de empleo en sectores no tradicionales. Por ello, Shenzhen ha descendido hasta el sitio número cien en el apartado de bienestar .


Dongguan, altos ingresos y consumo

La suiza Marie Genaine se ha asentado en Dongguan junto a su novio de la misma nacionalidad, quien trabaja en una compañía de relojes de esta ciudad china. Marie se atiende la recepción en un hotel local de cinco estrellas. “A pesar de que ganamos más en Suiza, allá la vida es cara, admite. Por lo tanto, el ahorro es casi igual en los dos lugares”.

Desde su graduación en la universidad en 2001, y hasta hoy, la Srta. Zhang ha trabajado en Dongguan. Se siente satisfecha de su vida actual. “Aunque Dongguan no es tan famosa como Shanghai, Beijing y Guangzhou, sí tiene sus propios encantos”, dice.

Ubicada al sur central de la provincia de Guangdong y nordeste del Delta del Río de la Perla, Dongguan dista 50 km de Guangzhou, 90 de Shenzhen, y apenas un centenar de km por vía fluvial de Hong Kong y Macao.

En la encuesta de Internet, Dongguan ocupó el lugar 16, como urbe con calidad relativamente alta de vida. Gracias a su acelerado progreso económico, los índices de ingresos y estructura de consumo figuran en el segundo puesto entre las 100 ciudades escogidas. Cabe señalar que en los aspectos de calidad de vivienda e inversión en la enseñanza, Dongguan ocupa el primer lugar, como resultado de los esfuerzos por buscar nuevos puntos de desarrollo. Como puntos flacos aún presenta la necesidad de mejorar las viviendas y elevar el nivel cultural del pueblo, aspectos que afectan negativamente sus avances económicos. Algo similar ocurre con los seguros sociales y la seguridad pública.

Shanghai en la ruta de la internacionalización

De acuerdo con un estudio del diario financiero Financial Times, si en los próximos años emergiera un tercer centro financiero mundial, éste tendría que ser necesariamente Shanghai. Ciudad más activa de China, Shanghai, situada en la costa este de China, con una población que supera los 10 millones, marcha en esa dirección.

A dicha meta contribuyen ya organizaciones financieras de más de 27 países que han sentado plaza en Shanghai, colocando capitales foráneos por valor de 20.000 millones de dólares. Un centenar de ellas disponen de oficinas representativas. De las 500 empresas más poderosas del orbe, 256 tienen oficinas en esta urbe.

Cuando fenecía el siglo XX, ya Shanghai era el mayor y más importante centro financiero internacional del Este de Asia, superando a Tokio, Hong Kong y Singapur. Su bolsa no tiene rival regional en cuanto a valores, activos e influencia internacional. No en balde ha sido escogida para las oficinas centrales del Grupo Internacional Estadounidense y el HSBC.

Para Shanghai este empuje no es cosa nueva. Ya en el siglo XIX se convertía en favorita de los primeros comerciantes extranjeros que se asentaban en China. Su aire occidental le ganó en cierto momento el mote del París del oriente.

En la actualidad acoge actividades internacionales de tanta trascendencia como el Festival de Arte Internacional de Shanghai, el Festival Internacional de Cine, el Festival de Televisión, el Festival de Turismo, más un centenar de exposiciones internacionales y la Copa de Tenis de los Maestros y las carreras de Fórmula 1. Su Museo es considerado el cuatro del mundo, sólo superado por similares en Gran Bretaña, el Metropolitano de Nueva York y el del Louvre.

En el primer semestre de 2005, había más de 40 mil extranjeros trabajando en Shanghai, lo que implica una alta tasa de competencia para los talentos locales, que no por ello se amilanan y aceptan el reto superándose en todos los sentidos.

Recientes encuestas dan cuenta de que, cada seis meses las familias de ingreso mensual per cápita de más de cinco mil yuanes desembolsan como promedio 12 mil yuanes en consumo cultural, lo que les sitúa entre los primeros lugares del estudio nacional.

A la par, la ciudad reesfuerza por alcanzar los niveles correspondientes a una metrópoli internacional, edificando infraestructuras y prestando mayor atención a la educación, la ciencia y la tecnología, la protección del medio ambiente, el incremento del PIB y el cuidad de la salud.


Un Beijing tolerante

La escritora Yin Lichuan cree que Beijing es la ciudad más tolerante de China. Aquí cualquier modo de vida es posible. Muchos se desesperan cuando no dan con la pareja ideal en su pueblo natal. En Beijing, sin embargo, es difícil no encontrar a alguien que congenie contigo. “Si quieres que tu voz se escuche cuanto antes”, afirma Lichuan, “vete a Beijing”.

Desde que la capital ganó el derecho a celebrar la Olimpiada de Verano de 2008, le han llovido los fondos para la construcción urbana. Hoy Beijing ostenta muchos primeros lugares de los doce índices de calidad de vida urbana. Lleva la delantera en el ingreso promedio por habitantes, la estructura de consumo, la inversión en educación, la atención médica, el entretenimiento y la cultura, y la tasa de empleo. Es una ciudad sujeta a cambios constantes, donde abundan las oportunidades.

A partir del siglo XIII, Beijing fue centro político-económico del país. De ahí que pululen en ella las construcciones imperiales, incluidas la Ciudad Prohibida, el Palacio de Verano y el Tempo del Cielo, entre otros. Rodeando estos magníficos ejemplos arquitectónicos están los modestos y siempre solicitados Hutongs, o callejones. O los siempre enigmáticos Siheyuan, o patios cuadrangulares. En fin, hay para todos los gustos.

En muchos beijineses sigue anidando el sentimiento que les hace sentirse centro del país, algo que no tienen las demás ciudades, además de que el común de ellos parece vivir más al tanto de la actualidad noticiosa, lo cual comparten con quienes acepten enlazarse en charla informal con ellos.

En atención a la calidad de los servicios médicos, educativos, culturales y deportivos de la capital, así por sus buenas condiciones laborales y los ingresos relativamente altos. Aunque Beijing quedó en primer lugar en cuanto al nivel de salud de sus habitantes y la expectativa promedio de vida, los encuestados por Internet la colocaron en el sitio 82 a la hora de escoger dónde preferirían residir.


Hangzhou, ideal para vivir

Capital de la provincia de Zhejiang, Hangzhou ha sido tradicional destino turístico. Es sede del famoso lago Xihu (o Lago del Oeste), del té de Longjing y la seda de Hangzhou, orgullo de sus pobladores, quienes destacan por su romanticismo. Además, las reformas infraestructurales de que ha sido objeto en años recientes han hecho de Hangzhou una ciudad ideal para vivir, al punto de que la ONU le otorgó la condición de “Mejor asentamiento humano” en 2001; en octubre de 2002, la urbe fue declarada “Ciudad-jardín internacional”. Otros títulos similares se han ido sumando desde entonces.

Pero a la par se incrementa el costo de vida. Los inmuebles de su periferia superan ya los 5.000 yuanes/m2. En las viviendas aledañas al lago Xihu la suma supera los 2.000 dólares/m2.

Xi Kaiyuan, profesor de la Universidad de Chicago, realizó una encuesta de índice de felicidad en seis grandes ciudades, a saber, Beijing, Shanghai, Hangzhou, Wuhan, Xi’an y Chengdu, y descubrió que Hangzhou era la primera. Para Xing Zhanjun, otro estudioso del tema, considera que los chinos centran su felicidad en la consumación de tres aspectos: ante todo la salud física y sicológica, las diversas fuentes de alegría, y las posibilidades de desarrollo individual, o sea, la oportunidad para explotar al máximo las potencialidades de cada cual.

En comparación con Shanghai y Beijing, el nivel de consumo en Hangzhou es modesto. Apenas se diferencian los precios de una cena en un restaurante grande y otro pequeño. Hangzhou acoge una de las ocho escuelas culinarias de China, por lo que abundan en ella los platillos originales y deliciosos.

En el plano de desarrollo empresarial, Hangzhou ha sido constante blanco de críticas, a pesar de lo cual en 2003 el Banco Mundial la calificó de mejor entorno para la inversión en China; el distrito de Xiaoshan fue elegido por la Asociación de Manufactureros Eléctricos y Electrónicos de Taiwan como el primero de “las ciudades (y distritos) recomendadas para la inversión”. Hoy Hangzhou es sede de un lucrativo mercado de cibercomercio, actividad comercial favorita de la más joven generación.

Zhuhai, magníficas condiciones naturales

A Sandy Keeler, profesora canadiense de lengua inglesa en Zhuhai, le encantan la hospitalidad y amistad de los chinos. “No tengo ninguna dificultad para intercambiar con las personas de distintas clases sociales”, reconoce. “En cualquier sitio, ya sea la escuela, la calle o en un centro comercial, los chinos están contentos de ayudar. Me alegra vivir aquí”, expresa Sandy. “Esto es parecido a mi país, con la añadidura de que aquí vivo rodeada de mar y montañas. Quiero estudiar chino. Antes tenía el plan de quedarme un año. Ahora, permaneceré por más tiempo en China”.

Zhuhai, situada en el Delta del Río de la Perla, limita con Macao y Hong Kong. Se destaca por su ubicación natural y facilidad de tráfico. No obstante, carece de recursos. Con el paso de tiempo han ido disminuyendo las ventajas que otrora le otorgaron las políticas preferenciales. Si algo sobresale en Zhuhai son sus encantos naturales y su agradable clima, pendientes de ser mejor aprovechados.

Por sus índices de desarrollo económico y condiciones materiales, Zhuhai se sitúa entre los primeros lugares, mientras que la atención al bienestar social se mantiene entre el nivel medio e inferior. Aspectos como los seguros sociales, la atención médica y la higiene, la vivienda, la cultura y la recreación figuran por debajo del sitio 30.



Ningbo la conservadora

Ningbo está cerca de Hangzhou y Shanghai. Para llegar a esta última bastan tres horas en coche. Desde los años 20 del pasado siglo, los ningboneses han estado emigrando a Shanghai en busca de una mejor vida. Partían sin apenas equipaje, al cual de común sustituían por las denominadas tres “herramientas de corte”: navaja de peluquero, cuchillo de cocinero y tijeras de sastre. Los procedentes de Ningbo, a diferencia de muchos campesinos forasteros, nunca eran vistos como extraños en Shanghai, pues varias generaciones de sus habitantes procedían de allí.

Ningbo vive envuelta en una atmósfera comercial que data del siglo VIII, cuando fungía como importante puerto para el comercio exterior de China. El mismo era parte de la antigua Ruta de Seda, así como salida marina para los tempranos embarques de cerámica. Hoy ostenta el nombre de “Rótterdam del Oriente”.

Sus hijos son emigrantes por excelencia. Hoy se les ve en 64 países, en los cuales han llegado a ser magnates comerciales, célebres científicos, líderes de organizaciones sociales y personajes ilustres, cimentando la tradición local de aplicar lo aprendido para provecho propio y desarrollar la industria y el comercio. Por algo la ciudad ocupa el noveno lugar en ingresos disponibles per cápita, seguida de Beijing.

Ningbo sobresale por su naturaleza conservadora. Sus habitantes se enorgullecen del Pabellón Tianyi, la más antigua biblioteca privada de Asia, y también una de las tres bibliotecas familiares más antiguas del mundo. El Pabellón Tianyi fue establecido hace 400 años por lector empedernido. En la actualidad almacena casi 300 mil volúmenes, de los cuales 80 mil son libros raros. A este afán por preservar la cultura se atribuye en buena medida que Ningbo sea cuna de varias escuelas doctrinales y talentos culturales. La urbe marcha a la cabeza del país en la inversión en el sector educativo. Se afirma que 76 académicos de China nacieron allí.

Respecto a la economía, Ningbo ocupa el sexto puesto en la lista de Ciudades Chinas con mayor Competitividad de 2005, y el séptimo entre las 100 ciudades de mayor actividad comercial, de acuerdo con la Revista Forbes de 2005. Sus méritos son el mejor ejemplo de que las ciudades medianas empiezan a superar a las grandes urbes en el ingreso de sus habitantes.


Suzhou, ciudad-jardín

A Xiao Peng, experto norteamericano de la multinacional de comunicaciones Motorola, le sienta bien vivir en Suzhou. “Mi alegría es muy sencilla: trabajar feliz y vivir cómodamente”, nos relata con una amplia sonrisa. “Siento que aquí todo es dulce: los platos de Suzhou son famosos por el sabor dulce; el dialecto es dulce y suave. Mi vida transcurre sin contratiempos. Nuestra compañía dispone de alta tecnología y reina el respeto entre los colegas”.

A Mike Yu, experto holandés, Suzhuo se le parece a Holanda. Ambas tienen estrecha relación con el agua y la bicicleta es el principal medio de transporte. “Aunque no es una gran ciudad, Suzhou está llena de sentimiento humano”. A Mike le gusta recorrer las calles de Suzhou en bicicleta, o navegar a vela en el lago Taihu.

Suzhou se encuentra en la parte central del Delta del Río Yangtsé y dista 74 km del Aeropuerto Internacional de Hongqiao, en Shanghai. Es conocida por su historia y cultura, así como por sus numerosos sitios turísticos. También es una de las zonas costeras especiales de desarrollo económico. Por su agradable clima y hermoso paisaje es un lugar ideal para vivir. En la encuesta de Internet ocupó uno de los primeros puestos. Su nivel de vida es de los más altos.

El municipio ha invertido gran cantidad en la enseñanza, por lo que abundan los talentos locales. En cuanto a ingresos, la ciudad ocupa el N.° 18.



Guangzhou, el afán material

Cuando Guangzhou alcanzó el noveno puesto en la lista de calidad de vida urbana, fueron muchas las cejas que se levantaron en señal de duda. Y es que Guangzhou es verdaderamente un lugar de vida muy cómoda, una ciudad de bienestar material, como bien reconoció alguien. Aquí el antónimo de lo material no es el espíritu, sino la pobreza.

Guangzhou, mayor urbe de la China meridional, se sitúa en el norte del Delta del río de la Perla, cerca de Hong Kong y Macao, y tiene fama de “principal puerta sureña”. Fue asimismo pionera en la asimilación del proceso de reforma y apertura que vive China desde 1979. Su PIB se ubica en el tercer lugar nacional, mientras que sus ingresos promedio per cápita y ambiente residencial encabezan la lista.

En Guangzhou, suele decirse, los millonarios no se distinguen entre las masas. Por ello no resulta raro ver a los ricos estacionar sus lujosos coches al lado de la calle, para comer en un ruidoso restaurante al aire libre.

Los guangzhouneses destacan por su sentido práctico y dedican buena parte de sus energías a ganar más, y buena parte del tiempo libre a seguir hablando de negocios.

La comida de Guangzhou es una de las cuatro grandes escuelas culinarias chinas, famosa en todo el país – y en buena parte del mundo, cabe añadir. Se afirma que las mujeres guangzhounesas ejercen más atractivo por su manera de hacer sopa de alto contenido tonificante que por su propio físico. Los guangzhouneses empiezan el día bebiendo té, lo cual repiten durante el transcurso de la jornada.


Xiamen entre pausa y reposo

Hace falta una buena cantidad de tiempo para conocer bien a la ciudad-jardín de Xiamen. Algo similar ocurre con el té gongfu, infusión favorita de los lugareños. La misma se prepara a base de hojas de té Wulong, que atraviesan por un prolongado proceso de fermentación. No menos complicado es la subsiguiente preparación, de ahí su nombre de gongfu (tiempo). En realidad, lo más importante de esta bebida es el estado de calma y reposo que se requiere para saborearla adecuadamente. Quizás esta parsimonia sea la que permita a los xiameneses gozar de un promedio de 77 años de vida.

El poeta Guo Xiaochuan describió a Xiamen en estos términos: “serena como un bosque de montaña; tranquila como un mundo de hadas”.

A Xiamen se llega con facilidad, gracias a su adecuada red vial. La misma, por suerte, vive ajena a los excesos de ruido, tráfico y contaminación atmosférica. La naturaleza es aquí reina. Por ello la urbe se hizo acreedora en 2004 del Premio Internacional de Naciones Unidas por Promoción de un Buen Ambiente Residencial.

También llamada Ludao, Xiamen es una de las principales ciudades costeras del sureste de China. La isla homónima y otras ínsulas aledañas constituyen la ciudad. Entre ellas, la más famosa es la isla Gulangyu, con sólo 1,77 km2 de superficie. El río Lujiang, de 500 m de largo, separa la isla del barrio urbano. La isla es limpia, serena y desbordante de belleza natural. Autos y bicicletas brillan por su ausencia. Las viviendas se han edificado imitando el estilo europeo algunas; otras mantienen el color local de la provincia de Fujian, aunque la mayoría combina ambos estilos: columnas dóricas y culminadas con qilin (unicornio chino), o imágenes del Taijiquan, la ventana de estilo occidental montado con el relieve de ciruelo, orquídea, bambú y crisantemo.



 

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