JUNIO
2005


En pos de la educación obligatoria y gratuita

Por LU RUCAI

Según el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD), de los 190 países del mundo, más de 170 han alcanzado ya la meta de la gratuidad de la educación obligatoria. China, cuya enseñanza básica es obligatoria desde 1986, todavía está pendiente de lograr la gratuidad de la misma, como ya han hecho la mayoría de las naciones asiáticas, incluidas Laos, Camboya y Nepal, donde el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita representa sólo una tercera parte del de China.

--La Red.

Aula de una escuela rural del oeste

Fotos de Xinhua

Alumnos de una escuela del poblado Zaotou, distrito de Shangrao, en la provincia de Jiangxi, beneficiados con la exención de gastos por matrícula y material didáctico

 

Al concluir su informe sobre la labor del gobierno, en la III sesión de la X Asamblea Popular Nacional (APN) de 2005, al abordar la pregunta de cuándo se beneficiarán totalmente los niños chinos de la educación obligatoria, el primer ministro chino, Wen Jiabao, hizo el siguiente compromiso: “A partir de este año, en los principales distritos donde el Estado promueve la asistencia a las familias pobres, los estudiantes de dichos núcleos poblacionales quedarán exentos de pagos por concepto de libros y accesorios escolares. Además, se extenderán subsidios de manutención a los alumnos internos. Para 2007, dicha política regirá en todo el ámbito rural nacional, de modo que los niños de las familias pobres puedan asistir a la escuela y concluir la educación obligatoria”. Estas palabras llenaron de regocijo a al diputado a la APN Zhu Yongxin, quien promovió la moción para aplicar a prueba la enseñanza gratuita. Aunque Wen sólo se refirió a una parte de los distritos donde se brinda asistencia a los pobres, Zhu confía en que en un futuro cercano el Estado cubrirá por completo los gastos escolares.

Educación obligatoria, que no gratuita

Li Li, graduada universitaria desde hace tres años, y con 24 años de edad en la actualidad, guarda un recuerdo imborrable del acontecimiento que definió su vida en 1987. El pueblo natal de Li Li se ubica en un pequeño distrito de la ciudad de Rizhao, en la provincia de Shandong, donde muchos habitantes aún se apegan al viejo concepto de que una niña nunca será tan importante como un hijo varón. A dicho tenor, cuando Li Li contaba con seis años de edad, sus padres decidieron que dejara la escuela, de modo que su hermano pudiera estudiar, pues dos hijos matriculados suponían una onerosa carga económica. Al enterarse de lo sucedido, los cuadros administrativos del poblado recordaron a los progenitores que, según la Ley de Educación Obligatoria, emitida en 1986, los niños que han cumplido seis años de edad, sin distingos de sexo y procedencia étnica, deben asistir obligatoriamente a la escuela por los años reglamentarios, y los padres tienen obligaciones de pagar la educación de sus hijos. Gracias a dicha ley, Li Li, una campesina pobre, pudo graduarse de la universidad y encontrar un buen empleo en la ciudad.

Dicha legislación estipula dos etapas para la enseñanza obligatoria rural: el nivel primario, con seis años, y el nivel del primer ciclo de secundaria, con tres años; en total, nueve años. La aplicación de la educación obligatoria de nueve años ha otorgado un acelerado desarrollo a la educación elemental en China. En 1946, en toda China sólo había 289.000 escuelas primarias y 4.266 secundarias. Para fines de 1998, la cifra de escuelas primarias duplicaba la de 1946, con 140 millones de alumnos matriculados, mientras que la cifra de escuelas secundarias aumentó en 14 veces, con 50 millones de alumnos. Hasta 1998, la educación obligatoria se había extendido a un 90 por ciento de la población. El porcentaje de analfabetos de adultos había descendido a menos del 5 por ciento.

Sin embargo, la educación obligatoria no conlleva la gratuidad per se. La gratuita va más lejos y por consiguiente requiere de un proceso más lento. Los alumnos contemporáneos con Li Li tenían que pagar gastos accesorios, entre unos pocos y varias decenas de yuanes. Hoy en día, el sobrino de Li Li, que ya ha arribado a la edad escolar, debe pagar varias veces, e incluso decenas de veces, lo que gastaba su tía en aquel entonces.

China tiene los recursos para alcanzar la educación gratuita

De hecho, en la Ley de Educación Obligatoria se especifica la exención de gastos escolares para los alumnos que se benefician de la mencionada enseñanza. No obstante, la carencia de fondos que de común afecta a los centros docentes del país se erige en impedimento para la aplicación de esa política. Este obstáculo adquiere mayor proporción en el campo, donde el gobierno de aldea o poblado debe cargar con la mayor parte de la inversión respectiva. Una investigación publicada en 2002 por el Centro de Desarrollo e Investigaciones del Consejo de Estado, muestra que el 78 por ciento de los gastos referidos a la educación obligatoria corre por cuenta de cantones y poblados, mientras que las finanzas centrales sólo asumen un dos por ciento. A pesar de que dicha cifra aumentó al 8 por ciento en 2004, según datos del Foro de Directores de las Oficinas de Educación de China, la presión sobre las entidades locales distan aún de haber disminuido. Si Min, vice jefa del distrito de Jinzhai, provincia de Anhui, es responsable de la educación local. Jinzhai es considerado un distrito de bajos ingresos a nivel nacional cuya superficie es la mayor entre todos los distritos de la provincia. “Nuestro distrito”, indica la responsable, “cobra a los alumnos primarios 100 yuanes (12 dólares) como gastos accesorios y 150 (18 dólares) a los alumnos secundarios)”. “Por otra parte”, agrega, “el gobierno provincial proporciona 40 yuanes (5 dólares) en subsidios a cada alumno por semestre, o sea que cada año cada alumno primario queda con un déficit de 60 yuanes (7 dólares) para sus estudios, cifra que llega a 130 yuanes (15 dólares) para los de secundaria. El cobro de dicha cantidad ni siquiera cubre el salario básico de los profesores, ni asegura el funcionamiento normal de la escuela”. Por el momento, en Jinzhai hay 54.106 alumnos primarios y 35.412 secundarios. Es decir, que cada año Jinzhai queda con un déficit 7.850.000 yuanes (950.000 dólares) en gastos públicos para la enseñanza obligatoria. Aún así, Si Min encuentra cierto consuelo en las perspectivas de que, a partir de 2005, el Estado ofrecerá apoyo económico.

Según opiniones de expertos, la hacienda central del Estado está en capacidad plena de asumir los gastos de la educación obligatoria. En el III Foro sobre Desarrollo del Campo Chino, celebrado en marzo de 2005, Han Jun, director del departamento de agricultura del Centro de Desarrollo e Investigaciones del Consejo de Estado, dijo que la actual capacidad financiera del país permitirá la aplicación total y en todo el territorio nacional, dentro de cinco años, de la enseñanza gratuita de nueve años. Zhu Yongxin llega a igual conclusión: “En China hay 193 millones de alumnos primarios y secundarios. El 70 por ciento de ellos, o 130 millones, son campesinos. Si se calcula el PIB per cápita y el promedio internacional de gastos necesarios por alumno, cada estudiante primario necesita 500 yuanes (60 dólares) por año y cada secundario, 1.000 yuanes (120 dólares), para un total de 67.500 millones de yuanes (8.200 millones de dólares)”, señala Zhu. Este es uno más entre diversos cálculos. Conforme a los datos de la Administración Estatal de Estadísticas, dicha cifra se sitúa en 84.500 millones de yuanes (10.200 millones de dólares); mientras que el Comité de Ciencias del Ministerio de Agricultura estima el desembolso en 68.800 millones de yuanes (8.300 millones de dólares). Por su parte, el BAsD llega a la siguiente conclusión: La inversión anual en educación obligatoria para niños campesinos debe ser de 21.000 millones de yuanes (2.500 millones de dólares). El análisis del banco demuestra que no es muy alto el porcentaje que representa la inversión en este campo en los ingresos financieros anuales del país, que son de 2 billones de yuanes (242.000 millones de dólares).

Aunque el compromiso de Wen Jiabao ha animado a quienes se preocupan por este aspecto, éstos no han bajado la guardia en sus demandas. Debido a lo indefinido de las reglas contenidas en la Ley de Educación Obligatoria, en 2004 se planteó la revisión de esa legislación ante la XII sesión del X Comité Permanente de la APN. La revisión ha sido incluida en el plan para el establecimiento de leyes del año en curso.

El proceso para alcanzar la enseñanza gratuita

Tomemos, por ejemplo, la ciudad de Rizhao, donde vivió Li Li. Como dicha localidad no pertenece a los distritos pobres a nivel nacional, su sobrino no puede gozar de la política preferencial de exención de gastos por materiales y accesorios escolares.

Según Zhou Hongyu, profesor de la Universidad Pedagógica de Huazhong), se requieren cuatro pasos para aplicar a todo el país la enseñanza gratuita: el primero debe alcanzar a las familias con bajos ingresos en los 592 distritos pobres a nivel nacional; después, a todas las familias campesinas pobres; luego, a todo el campo, y finalmente a todas las ciudades chinas. Para 2007, el país deberá cumplir con la segunda etapa arriba mencionada.

Pero mientras tanto, el nivel de gobierno local debe asumir la parte principal de la inversión por educación obligatoria. Dada esta realidad, cada localidad puede ajustar el proceso según su capacidad financiera. En 2001, la provincia de Guangdong comenzó a adoptar la enseñanza gratuita en sus zonas rurales pobres, para beneficio de las familias cuyos ingresos anuales no alcanzan los 1.500 yuanes (180 dólares). Se calcula que para 2007 el porcentaje de matrícula de niños en edad escolar, y el porcentaje bruto de matrícula de alumnos del primer ciclo secundarios alcanzará el 100%. En 15 años deberá regir la enseñanza gratuita. Las provincias y zonas desarrolladas ya siguen de cerca el ejemplo de Guangdong en la aplicación de la enseñanza gratuita. La cifra de provincias y zonas que ya asimilan este sistema se mantiene en constante ascenso.

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