En
pos de la educación obligatoria y gratuita
Por
LU RUCAI
Según el Banco Asiático
de Desarrollo (BAsD), de los 190 países del mundo,
más de 170 han alcanzado ya la meta de la gratuidad
de la educación obligatoria. China, cuya enseñanza
básica es obligatoria desde 1986, todavía
está pendiente de lograr la gratuidad de la misma,
como ya han hecho la mayoría de las naciones asiáticas,
incluidas Laos, Camboya y Nepal, donde el Producto Interno
Bruto (PIB) per cápita representa sólo una
tercera parte del de China.
--La Red.
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Aula de una escuela
rural del oeste
Fotos de Xinhua
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Alumnos de una escuela
del poblado Zaotou, distrito de Shangrao, en la provincia
de Jiangxi, beneficiados con la exención de
gastos por matrícula y material didáctico
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Al concluir su informe sobre la labor del gobierno, en
la III sesión de la X Asamblea Popular Nacional (APN)
de 2005, al abordar la pregunta de cuándo se beneficiarán
totalmente los niños chinos de la educación
obligatoria, el primer ministro chino, Wen Jiabao, hizo
el siguiente compromiso: A partir de este año,
en los principales distritos donde el Estado promueve la
asistencia a las familias pobres, los estudiantes de dichos
núcleos poblacionales quedarán exentos de
pagos por concepto de libros y accesorios escolares. Además,
se extenderán subsidios de manutención a los
alumnos internos. Para 2007, dicha política regirá
en todo el ámbito rural nacional, de modo que los
niños de las familias pobres puedan asistir a la
escuela y concluir la educación obligatoria.
Estas palabras llenaron de regocijo a al diputado a la APN
Zhu Yongxin, quien promovió la moción para
aplicar a prueba la enseñanza gratuita. Aunque Wen
sólo se refirió a una parte de los distritos
donde se brinda asistencia a los pobres, Zhu confía
en que en un futuro cercano el Estado cubrirá por
completo los gastos escolares.
Educación obligatoria, que no
gratuita
Li Li, graduada universitaria desde hace tres años,
y con 24 años de edad en la actualidad, guarda un
recuerdo imborrable del acontecimiento que definió
su vida en 1987. El pueblo natal de Li Li se ubica en un
pequeño distrito de la ciudad de Rizhao, en la provincia
de Shandong, donde muchos habitantes aún se apegan
al viejo concepto de que una niña nunca será
tan importante como un hijo varón. A dicho tenor,
cuando Li Li contaba con seis años de edad, sus padres
decidieron que dejara la escuela, de modo que su hermano
pudiera estudiar, pues dos hijos matriculados suponían
una onerosa carga económica. Al enterarse de lo sucedido,
los cuadros administrativos del poblado recordaron a los
progenitores que, según la Ley de Educación
Obligatoria, emitida en 1986, los niños que han cumplido
seis años de edad, sin distingos de sexo y procedencia
étnica, deben asistir obligatoriamente a la escuela
por los años reglamentarios, y los padres tienen
obligaciones de pagar la educación de sus hijos.
Gracias a dicha ley, Li Li, una campesina pobre, pudo graduarse
de la universidad y encontrar un buen empleo en la ciudad.
Dicha legislación estipula dos etapas para la enseñanza
obligatoria rural: el nivel primario, con seis años,
y el nivel del primer ciclo de secundaria, con tres años;
en total, nueve años. La aplicación de la
educación obligatoria de nueve años ha otorgado
un acelerado desarrollo a la educación elemental
en China. En 1946, en toda China sólo había
289.000 escuelas primarias y 4.266 secundarias. Para fines
de 1998, la cifra de escuelas primarias duplicaba la de
1946, con 140 millones de alumnos matriculados, mientras
que la cifra de escuelas secundarias aumentó en 14
veces, con 50 millones de alumnos. Hasta 1998, la educación
obligatoria se había extendido a un 90 por ciento
de la población. El porcentaje de analfabetos de
adultos había descendido a menos del 5 por ciento.
Sin embargo, la educación obligatoria no conlleva
la gratuidad per se. La gratuita va más lejos y por
consiguiente requiere de un proceso más lento. Los
alumnos contemporáneos con Li Li tenían que
pagar gastos accesorios, entre unos pocos y varias decenas
de yuanes. Hoy en día, el sobrino de Li Li, que ya
ha arribado a la edad escolar, debe pagar varias veces,
e incluso decenas de veces, lo que gastaba su tía
en aquel entonces.
China tiene los recursos para alcanzar
la educación gratuita
De hecho, en la Ley de Educación Obligatoria se
especifica la exención de gastos escolares para los
alumnos que se benefician de la mencionada enseñanza.
No obstante, la carencia de fondos que de común afecta
a los centros docentes del país se erige en impedimento
para la aplicación de esa política. Este obstáculo
adquiere mayor proporción en el campo, donde el gobierno
de aldea o poblado debe cargar con la mayor parte de la
inversión respectiva. Una investigación publicada
en 2002 por el Centro de Desarrollo e Investigaciones del
Consejo de Estado, muestra que el 78 por ciento de los gastos
referidos a la educación obligatoria corre por cuenta
de cantones y poblados, mientras que las finanzas centrales
sólo asumen un dos por ciento. A pesar de que dicha
cifra aumentó al 8 por ciento en 2004, según
datos del Foro de Directores de las Oficinas de Educación
de China, la presión sobre las entidades locales
distan aún de haber disminuido. Si Min, vice jefa
del distrito de Jinzhai, provincia de Anhui, es responsable
de la educación local. Jinzhai es considerado un
distrito de bajos ingresos a nivel nacional cuya superficie
es la mayor entre todos los distritos de la provincia. Nuestro
distrito, indica la responsable, cobra a los
alumnos primarios 100 yuanes (12 dólares) como gastos
accesorios y 150 (18 dólares) a los alumnos secundarios).
Por otra parte, agrega, el gobierno provincial
proporciona 40 yuanes (5 dólares) en subsidios a
cada alumno por semestre, o sea que cada año cada
alumno primario queda con un déficit de 60 yuanes
(7 dólares) para sus estudios, cifra que llega a
130 yuanes (15 dólares) para los de secundaria. El
cobro de dicha cantidad ni siquiera cubre el salario básico
de los profesores, ni asegura el funcionamiento normal de
la escuela. Por el momento, en Jinzhai hay 54.106
alumnos primarios y 35.412 secundarios. Es decir, que cada
año Jinzhai queda con un déficit 7.850.000
yuanes (950.000 dólares) en gastos públicos
para la enseñanza obligatoria. Aún así,
Si Min encuentra cierto consuelo en las perspectivas de
que, a partir de 2005, el Estado ofrecerá apoyo económico.
Según opiniones de expertos, la hacienda central
del Estado está en capacidad plena de asumir los
gastos de la educación obligatoria. En el III Foro
sobre Desarrollo del Campo Chino, celebrado en marzo de
2005, Han Jun, director del departamento de agricultura
del Centro de Desarrollo e Investigaciones del Consejo de
Estado, dijo que la actual capacidad financiera del país
permitirá la aplicación total y en todo el
territorio nacional, dentro de cinco años, de la
enseñanza gratuita de nueve años. Zhu Yongxin
llega a igual conclusión: En China hay 193
millones de alumnos primarios y secundarios. El 70 por ciento
de ellos, o 130 millones, son campesinos. Si se calcula
el PIB per cápita y el promedio internacional de
gastos necesarios por alumno, cada estudiante primario necesita
500 yuanes (60 dólares) por año y cada secundario,
1.000 yuanes (120 dólares), para un total de 67.500
millones de yuanes (8.200 millones de dólares),
señala Zhu. Este es uno más entre diversos
cálculos. Conforme a los datos de la Administración
Estatal de Estadísticas, dicha cifra se sitúa
en 84.500 millones de yuanes (10.200 millones de dólares);
mientras que el Comité de Ciencias del Ministerio
de Agricultura estima el desembolso en 68.800 millones de
yuanes (8.300 millones de dólares). Por su parte,
el BAsD llega a la siguiente conclusión: La inversión
anual en educación obligatoria para niños
campesinos debe ser de 21.000 millones de yuanes (2.500
millones de dólares). El análisis del banco
demuestra que no es muy alto el porcentaje que representa
la inversión en este campo en los ingresos financieros
anuales del país, que son de 2 billones de yuanes
(242.000 millones de dólares).
Aunque el compromiso de Wen Jiabao ha animado a quienes
se preocupan por este aspecto, éstos no han bajado
la guardia en sus demandas. Debido a lo indefinido de las
reglas contenidas en la Ley de Educación Obligatoria,
en 2004 se planteó la revisión de esa legislación
ante la XII sesión del X Comité Permanente
de la APN. La revisión ha sido incluida en el plan
para el establecimiento de leyes del año en curso.
El proceso para alcanzar la enseñanza
gratuita
Tomemos, por ejemplo, la ciudad de Rizhao, donde vivió
Li Li. Como dicha localidad no pertenece a los distritos
pobres a nivel nacional, su sobrino no puede gozar de la
política preferencial de exención de gastos
por materiales y accesorios escolares.
Según Zhou Hongyu, profesor de la Universidad Pedagógica
de Huazhong), se requieren cuatro pasos para aplicar a todo
el país la enseñanza gratuita: el primero
debe alcanzar a las familias con bajos ingresos en los 592
distritos pobres a nivel nacional; después, a todas
las familias campesinas pobres; luego, a todo el campo,
y finalmente a todas las ciudades chinas. Para 2007, el
país deberá cumplir con la segunda etapa arriba
mencionada.
Pero mientras tanto, el nivel de gobierno local debe asumir
la parte principal de la inversión por educación
obligatoria. Dada esta realidad, cada localidad puede ajustar
el proceso según su capacidad financiera. En 2001,
la provincia de Guangdong comenzó a adoptar la enseñanza
gratuita en sus zonas rurales pobres, para beneficio de
las familias cuyos ingresos anuales no alcanzan los 1.500
yuanes (180 dólares). Se calcula que para 2007 el
porcentaje de matrícula de niños en edad escolar,
y el porcentaje bruto de matrícula de alumnos del
primer ciclo secundarios alcanzará el 100%. En 15
años deberá regir la enseñanza gratuita.
Las provincias y zonas desarrolladas ya siguen de cerca
el ejemplo de Guangdong en la aplicación de la enseñanza
gratuita. La cifra de provincias y zonas que ya asimilan
este sistema se mantiene en constante ascenso.
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