JUNIO
2005


Cibernegocios en China
Por LUO YUANJUN

Atraídos por un mercado tan descomunal como prometedor, decenas de miles de cibernautas chinos han decidido probar fortuna, estableciendo sus propias tiendas por Internet.

 

Recién llegada de la sureña provincia de Yunnan, donde ha comprado numerosos artículos para la venta, Zhang Xin se apresura a fotografiar sus mercancías, para colocarlas de inmediato en su página web, especie de tienda virtual donde normalmente promueve las más variadas opciones.

“Todavía no he ganado mucho, pero tengo confianza en mi negocio,” afirma Zhang Xin con una sonrisa, refiriéndose a la pequeña cibertienda que mantiene activa desde hace unos meses, y que poco tiempo atrás ya comenzó a rendir los primeros frutos. Si algo alegra el alma de esta comerciante en ciernes es poder recorrer su país, comprando en cada localidad lo que la misma ofrece de auténtico. “Me place una inmensidad comprar a la vez que viajo, y además considero que los gastos del viaje a Yunnan fueron cubiertos por los beneficios que he obtenido en mi cibertienda.”

Según cifras del Centro de Información de Internet de China, en 2004, el número de cibernautas chinos llegó a 94 millones. De ellos, el 40,4% ha tenido la oportunidad de comprar en la red o disfrutar de otros servicios virtuales. Los que planean hacer cibercompras en 2005 constituyen el 57,7%. No hay que decir mucho. Se trata de un verdadero boom.

De acuerdo con un estudio del sitio web Eastday.com, que en fecha reciente publicó el nuevo buscador de compras “Ya Ya”, en la China de hoy hay más de cien mil cibertiendas de cierta magnitud con su propio nombre de dominio, las cuales promueven más de 20 millones de artículos.


Ventajas de las cibertiendas

El primero de mayo, eBay, la mayor plataforma de cibernegocios en China, anunció una rebaja en los pagos por registro de artículos en su web, lo que sin dudas facilitará los términos para crear una empresa en línea. A este tenor, eBay permitirá mostrar los artículos en su escaparate virtual sin pagar; las tarifas de registro de los artículos en subasta es un 50% inferior a las de los artículos de precio fijo; el alquiler mensual de las tiendas comunes bajará de los 50 yuanes al mes previos a 35 yuanes; además, a los vendedores hasta el primero de mayo no habían colocado aún sus artículos en la red, se les ofrece la posibilidad de registrar de manera gratuita cinco artículos en mayo, junio o julio. Esta modificación de precios deberá atraer un mayor número de cibernautas aspirantes a poner sus propias tiendas en la red.

La flexibilidad de las condiciones equivale a una agudización de la competencia. Pero Zhang Xin no se preocupa por eso, convencida, según afirma, de que “estamos en la sociedad de la informática, y es natural que exista la competencia, que reprime el lucro excesivo. La clave para gestionar cibernegocios está en la originalidad, que garantiza la permanencia. Todos los artículos que vendo fueron escogidos con esmero, y por eso tienen buena acogida entre los compradores. Ahora tengo mis clientes fijos”.

Lo que distingue al cibercomercio del intercambio tradicional es la facilidad para efectuar las transacciones. Basta tener un ordenador conectado a la red, pues desde casa cada cual puede escoger su artículo favorito. Lo que cabe preguntarse es cómo discrimina el consumidor entre un cúmulo tan alto de ofertas. La respuesta tiene mucho que ver con la capacidad del vendedor para hacer publicidad a su producto. Zhang Xin, por ejemplo, estudia publicidad en la universidad, por lo que no debe sorprender su capacidad para describir sus artículos en términos capaces de captar la atención del probable comprador.

Otra ventaja de las cibertiendas son los precios. No paga alquiler, como una tienda real, ni requiere de mucha mano de obra. El costo de los artículos de venta por Internet es 30% ó 40% más barato que los de las tiendas tradicionales. Algunos vendedores hasta se ahorran los gastos de almacenamiento, como el caso de una chica que vende perlas en la red. La susodicha alquila una habitación cerca del mercado de las perlas. Al recibir los pedidos, compra en el mercado de inmediato. Le basta media hora para hacer sus diligencias.

Algo sobre lo cual es difícil coincidir son los precios, que varían en gran medida de acuerdo con la política de cada empresa, sobre todo cuando no hay muchos artículos similares en el mercado y se carece de una norma para fijar el precio. Al respecto dice Zhang Xin: “Para fijar un precio adecuado hay que aprender mucho antes. Los precios altos no atraerán la atención del cliente, pero si son muy bajos, el comprador dudará de la calidad. Generalmente fijo el precio entre un 80% a 90% del precio del almacén tradicional”.

Además, la compra en línea tiene otra característica: se pueden adquirir los artículos que no se venden en la localidad. Es decir, no hace falta viajar al extranjero para agenciarse artículos exóticos. La red los provee.

En el Foro sobre Tendencias de Internet celebrado el 22 de marzo de 2005, un responsable de la Asociación de Internet de China dijo que el número de cibernautas en el país sigue creciendo, con la expectativa de alcanzar 120 millones en 2005. Todo este conglomerado estará repleto de clientes potenciales para las cibertiendas. Se requerirá todavía de algún tiempo para que el amplio público acepte las cibercompras, aunque las actuales tendencias de su desarrollo son bastante optimistas.

Sus problemas

Al igual que en las tiendas tradicionales, en las de la red también se debe tomar muy en serio el tema del crédito. Puede afirmarse que para el segundo caso, el asunto reviste aún mayor importancia. Al no tener la posibilidad de palpar directamente los artículos, los compradores albergan mayores recelos respecto a la calidad de los mismos, un problema del que sólo se libran las tiendas de prestigio. Según Zhang Xin, “una base de clientes constituye el punto de partida para obtener ganancias en las cibertiendas, mientras que en el crédito estriba el vehículo principal para atraer clientes”.

Para garantizar los intereses de la ciberclientela, muchas webs de compras han establecido archivos de crédito. Después de recibir los artículos, el cliente tiene la obligación de hacer una valoración sobre la calidad de la oferta. Si aumentan las valoraciones positivas, así crecerá el prestigio de la tienda y, por consiguiente, tendrá más clientes.

Según una investigación sobre temas candentes de Internet de China publicado por el Centro de Información de Internet de China, hay tres problemas principales para las cibercompras, los cuales necesitan de urgente solución: la carestía del modo de pago, la imperfección del sistema de crédito y la inmadurez del sistema de distribución logística.

Para comprar el artículo que desea, el comprador debe comenzar por girar el dinero al vendedor, el cual hace el envío respectivo al recibir el efectivo. Ese modo difiere mucho del tradicional. Algunos adoptan el método de pagar después de recibir el artículo. Hay incluso una tercera opción, en la cual el comprador paga primero a la plataforma de compra en línea, y después de recibir la mercancía, la misma transfiere el dinero al vendedor.

El mayor problema para el pago en línea es la comprobación de la identidad. Con la aplicación de la Ley de Firma Electrónica a partir del primero de abril de 2005, se ha otorgado una cobertura legal al comercio electrónico en China. Sólo que aún queda pendiente la puesta en práctica de la legislación. Según los principios de la Ley de Firma Electrónica, las entidades legalmente establecidas para otorgar legitimidad electrónica se encargan de dar el visto bueno a las ciberfirmas que precisan del respaldo de una tercera parte. Lo cierto, empero, es que las mencionadas entidades están todavía en estado embrionario.

Sólo las tiendas de gran magnitud encaran el problema de la distribución logística. Las pequeñas no distribuyen la mercancía por sí mismas. En su mayoría mandan su mercancía a través del servicio postal. Sin importar el modo de distribución que prefieran, los compradores deberán pagar un monto adicional por concepto de distribución, lo que en cierta medida aumenta el costo de compras en la red. Ello explica que los artículos de uso cotidiano que se venden en todas partes de la ciudad apenas encuentren espacio para su comercialización en la red.

En una palabra, la palabra de orden para el cibercomercio es un cambio radical en el concepto de compra, mediante la promoción de nuevas reglas. A mayor demanda del público, más fácil será resolver los problemas. Al menos esa es la filosofía de los entusiastas de esta nueva modalidad, como la propia Zhang Xin, quien asegura que “cuando todos los que lo deseen puedan hacer compras por Internet, habrá llegado la hora de las cibercompras seguras”.


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